Perro de Alquiler XIV
�Sufr� hijo de puta!� �Sent� lo que nosotras sentimos cada
vez!
���AAMMMMMMGGGGGGHHHHHH!!!
�Trag�telo hasta el fondo mierda!� �Sos un hueco de mierda,
sucio!� �Perro sucio!
���RRRGMMS� MMFFFFFFFF!!!
�Dale Nancy! �Dale! �Dale duro!
���RRRRFFFFFFMMMM!!! ���RRRRFFFFFFMMMM!!!
���RRRRFFFFFFMMMM!!!
�Cuidado que lo van a matar!
�Qu� se muera el mierda!� �Por ser hombre!, �Que se muera
por ser hombre!
Ese d�a hab�a ido a atender a 4 iracundas mujeres, 4 se�oras,
aparentemente, maltratadas por sus maridos o, por lo menos, muy inconformes con
la vida que estos les dieron. Rondaban por los 40 a�os, pero estaban bien
conservadas. Eso s�, esa grasa que las mujeres adquieren conforme pasan los a�os
las delataban, as� como su complexi�n de experimentadas matronas, veteranas de
fuertes batallas con la vida, de varios partos y, algunas, de varios maridos.
Se encontraban completamente desnudas, a excepci�n de 2 de
ellas que tra�an zapatos altos, se sent�an sexys as�. Las 4 ten�an puestos de
esos cinturones/calz�n que tienen un grueso y largo falo pegado en el frente.
Con el, una de ellas me sodomizaba puesto en pose de perro, mientras una segunda
enterraba su pene pl�stico entre mi garganta. La tercera sujetaba una correa de
perro que sal�a de un collar que me pusieron. Ya saben que tambi�n juego con
objetos fetichistas, todo por satisfacer al cliente. Esa mujer elevaba mi cabeza
para dejar que su compa�era trabajara mejor en su cogida oral. La cuarta estaba
paje�ndome, pero una tensa correa pasaba alrededor de sus test�culos y pene,
apret�ndolos y evit�ndome alcanzar el orgasmo. Quer�an gozarme todo el tiempo
posible.
El perro (o sea yo) gem�a y gru��a roncamente con el miembro
de pl�stico ensartado entre el hocico, sintiendo como me penetraban hasta el
fondo sin dejarme descansar y sin compasi�n. El problema de esto es que las
mujeres no iban a llegar al orgasmo con esas vergas postizas, entonces pod�an
aguantar m�s y empalarme a su sabor y antojo durante mucho m�s tiempo que un
hombre verdadero. Y as� pas�, dej� de contar el tiempo luego de la primera media
hora.
Las 4 beldades se turnaron para violarme, desquitando conmigo
todos los a�os de tener que abrirle las piernas a sus maridos, que a todas luces
no sab�an hacerlas felices. Los ataques de sus caderas se estrellaban con tanta
fuerza sobre mi culo que en varias ocasiones casi caigo al suelo. Las 4
poseyeron mi ano y recto con sus gruesos consoladores como se les dio la gana.
Vamos a llevarlo a la sala� Doris, dejame llevarlo a m�.
Tom� Ana� y t� perro, �obediente o te vamos a meter la pata
de la mesa en el culo!
�Que camine! �Que camine! �Que camine!
�Si, pero como perro!� �Si! �As�! �Que camine como el perro
que es!
No, como una perra� �El es una perra! �Es una perra!
Me dieron vueltas por toda la casa. Era una lujosa mansi�n
ubicada en La Ca�ada, un exclusivo y caro sector residencial de la capital. Me
llevaban como si fuese su perrito, pase�ndome de la cadena. Llegamos hasta la
sala, all� una de las agasajadas se sent� con las piernas abiertas. Peleaban
contra los palos, pero tambi�n les gustaban y los ped�an.
Perro, montame cerote� �A ver qu� tan macho sos!
Le quit� el calz�n con el consolador a la mujer y la penetr�
con todas mis fuerzas. La agarr� como si fuese una mu�eca de trapo a la pisada.
Sus compa�eras la alentaban a resistir ese vendaval de caderazos, mientras ella
gritaba loca del placer.
���SIIIIII!!! ���QUE ME MATEEEEEEE!!! ���SIIIIII!!!
���SIIIIII!!!
�DALE DURO PERRO!
�DEMOSTR� QUI�N SOS ROXANA!
�DURO CON ELLA, MARIC�N DE MIERDA!
���AAAHHHH!!! ���AAAHHHH!!! ���AAAHHHH!!! ���AAAHHHH!!!
���ME MATAAAAA!!! ���ME MATAAAAA!!! ���AAAHHHH!!!
Me estaba luciendo con esa mujer, d�ndole tan duro como me
era posible. Entonces sent� como otra de ellas introduc�a su falo dentro de mi
ano y me empezaba a dar con el mismo �mpetu con el que yo me cog�a a la otra.
�Me dejaron afuera cabrones! � se quej� una que no alcanz�
agujero.
Cogimos fren�ticamente de esa manera por un buen rato,
nuevamente dej� de contar el tiempo. Los gritos y gru�idos lo hac�an parecer
como una violaci�n bestial, y en verdad era una org�a salvaje. Cog� con las 4
mujeres sin poder derramar mi apreciado semen. Y las 4 se turnaron para cogerme
mientras yo lo hac�a con cada una de ellas.
Pasadas 2 horas de que aquella org�a iniciara, yo estaba
sudando la gota gorda, cansad�simo, agotado, ya no me quedaban absolutamente
nada. Entonces me pusieron de pi� frente a la mesita de vidrio de centro de
sala, y una de las mujeres me paje� vigorosamente, despu�s de quitarme la correa
que aprisionaba mi sexo. No pas� mucho tiempo antes que yo aullara y eyaculara
furiosamente mi largamente reprimido semen, que call� sobre el vidrio de la
mesa. Una de ellas lo embadurn� todo.
�Parece manguera!
�Miren, no acaba!
�Qu� bueno que mi marido no termina as�!� limpiar todo su
cochambre, �ni mierda!
�Y no acaba el puto cerote!
�Que siga! �Que siga! �Que siga!
Exprimieron y jalonearon mi pene para orde�arme las �ltimas
gotas del n�veo l�quido. Mis 4 clientas quedaron m�s que satisfechas, nunca se
imaginaron que aquella cogida fuera posible.
�Bravo por Ana!
�Si, bravo por ella!
�Si, ahora si bravo, bravo!, �verdad? Pero bien que se les
arralaba antes de venir, �verdad cuarteto de huecas?
�Viva Anita!
�Pero todav�a no ha terminado! Arturo, limpie la mesa de
Nancy� �Con la lengua!
����QU�!!!! � todas las damas se emocionaron mucho, jam�s
hab�an visto a un hombre lamer semen, y menos el propio.
Me puse de rodillas junto a la mesa y la lam� hasta que no
qued� ni una gota de mi leche. La verdad no representaba gran sacrificio para
mi, pues me encanta el sabor de mi esperma� bueno, el de cualquier esperma. Y el
sentirme observado como una cosa no hac�a m�s que estimularme m�s. Me gusta
estar en esa posici�n tan humillante, aunque no lo quiera reconocer.
La org�a termin�, la se�ora Ana, quien me hab�a contratado,
me pag� una gruesa suma de dinero, mostr�ndome su inmensa satisfacci�n:
Arturo, esta vez se lo gan�
Siempre me lo gano.
�Pero no tanto como hoy!
Anita, �de d�nde sac�s a este hombre? Tanto que he buscado
y nunca encuentro nada siquiera parecido.
�Si!, mi marido no aguantar�a ni medio minuto de eso� �y
este aguant� m�s de 2 horas!
Yo le quiero dar propina.
Sal� con el doble de lo acordado gracias a las propinas, y
con 4 nuevas citas para 2 semanas despu�s, una de ellas ser�a otra org�a como
esa. Si, me iba bien, pero no como me gustar�a. Una sombra negra crec�a cada vez
m�s sobre mi cabeza. Hab�a hablado con mi esposa, fue una conversaci�n fea,
triste, desagradable. Hab�a pasado ya una semana desde aquel congreso.
Pero amor� no me gusta que salg�s tanto con tu jefa�
�Y qu� quer�s que haga amor?, es mi trabajo� adem�s, todo
va a estar bien, ya sab�s que ella es muy confiable y responsable.
Luc�a me dijo que ir�a con su jefe a Jutiapa por negocios,
que no me preocupara y que si necesitaba algo, la llamara a su celular. La
verdad, no quer�a que se fuera, esas salidas de trabajo no me gustaban, pero
tampoco la pod�a detener. Pero lo que m�s me molest� de esa llamada fue la
frialdad, el distanciamiento, la indiferencia que ella me mostr�, parec�a que se
esforzaba para colgar m�s r�pido. Y yo, triste y pat�tico pusil�nime, no pude ni
protestar� o por lo menor hacer algo, lo que fuera.
Despu�s de esa org�a, me fui directo a mi casa, pero antes me
encontrar�a con Angie, que har�a un show en un bar de la capital.
Te mir�s como una cosa muerta que camina.
�Esas mujeres me dieron como nunca me hab�an dado!
�Y c�mo? Solo que fueran travestis�
�Con calzones con vibradores pegados, imaginate!
�Qu� gruesas!
Si�
O m�s bien qu� necesitadas.
Lo bueno es que ya no tengo citas para hoy� ni para ma�ana�
Yo te hab�a advertido que te le dieras vacaciones a tu
culito pero no me quer�s hacer caso.
Yo si quiero vacaciones� pero mi culito no, je, je, je�
Ja, ja, ja�
Bueno, vamos� pero hoy te acost�s temprano� y nada de coger
con nadie.
No� hoy directo a la camita�
La mentada discoteca no era m�s que un bar con pista de
baile, aparentaba ser de lo m�s normal. No estaba muy lleno, de hecho medio
vac�o, era martes, un d�a muy flojo. Solo se miraban hombres de negocios,
elegantemente vestidos, platicando con mujeres sensuales, visiblemente
prostitutas por la ropa que tra�an. �ngie ten�a un show que dar all�.
Ped� unas copas y me puse a ver el show, Angie era muy buena,
estaba dando vueltas en el tubo de la pista. Vest�a una falda de cuero gris,
hasta los tobillos y de vuelo ancho; chaleco de zipper, de cuero negro y semi
abierto en el pecho, dejando ver un muy buen escote; guantes negros hasta m�s
all� de los codos, y m�scara negra cerrada por atr�s con un candado. Tra�a
adem�s zapatos negros de tac�n de aguja, bastante altos y amarrados hasta las
pantorrillas. Yo llevaba un traje de trabajo, parec�an un ejecutivo, como el
resto, que iban solo por unas copas antes de regresar a sus casas.
El lugar se miraba bueno, limpio, y el servicio era muy bueno
tambi�n. Luces tenues, iluminaci�n discreta, casi rom�ntica, y �ngie
despoj�ndose de su fald�n, mostrando una ce�ida licra roja y con una delgada
tirita en la parte posterior que se le met�a profundo entre sus nalgas.
Lentamente el lugar se hab�a llenado hasta el tope, yo ocup� un sitio en la
parte de atr�s.
El ambiente estaba propicio para que se armara una org�a. Las
parejas se encontraban bes�ndose apasionadamente, acarici�ndose sin pudor
alguno. Me hallaba en uno de esos bares en donde el sexo era com�n. Son sitios
poco conocidos, frecuentados por hombres calientes y mujeres f�ciles. Sitios que
no llaman la atenci�n para no ser tan obvios. Mi amiga ya se estaba abriendo el
chaleco, ense�ando un min�sculo sost�n rojo que comprim�a y apenas lograba
contener sus hermosos senos rosados, tan turgentes.
Muy despacio, mientras daba vueltas en la barra, se revolcaba
y contorsionaba en el suelo como un gusano y se acariciaba todo como la
aut�ntica ramera que era, Angie se despoj� del brasier, quedando con los pechos
desnudos, exhibiendo 2 sexys argollas doradas en sus rosados pezones. Eran joyas
delgadas y muy coquetas que ella manipulaba, se jaloneaba y lam�a. El p�blico
estaba que y estallaba del calor.
La licra tard� poco en desaparecer tambi�n quedando solo con
una delgada y microsc�pica tanguita roja, que no eran m�s que tiras con encaje.
Se la jaloneaba y se la met�a ya no solo entre las nalgas, sino tambi�n entre
sus labios mayores que brillaban intensamente rojos por la excitaci�n que esa
puta ten�a. Tambi�n me calent�.
Como parte del show, ella se coloc� con lujo de coqueter�a y
lujuria un collar negro para perro, con clavos platinados, y su correa. Se
coloc� en 4 patas y gate� por la pista. Los hombres de seguridad luchaban por
contener al mont�n de calenturientos que reclamaban a gritos a la mujer. Ten�a
entendido que otra puta participar�a en el show, fingiendo salir espont�neamente
de entre el p�blico. Y Angie la invit� a entrar a la pista en ese preciso
instante tendi�ndole la mano. Se trataba de una mujer no muy joven pero muy bien
conservada� pero el mundo se me detuvo en ese momento.
"�Mierda!" dije calladamente al darme cuenta de qui�n era esa
mujer, �era mi esposa, Luc�a! Angie la tom� de la cabeza y le plant� un largo
beso, profundo, con lengua y todo. Ambas mujeres cerraban los ojos y lo gozaban
intensamente. Parec�an ser viejas amigas por los ojos que se lanzaban la una a
la otra. Luc�a, a sus 31 a�os sigue muy bien conservada, solo que ahora un poco
m�s llenita por la edad. Piel morena clara, cabello ondulado negro, ojos caf�s y
rasgos hermosos. Sus medidas son de 89, 63, 98, una mujer infartante.
Las 2 hembras se manoseaban, calientes, �vidas, lo
disfrutaban mucho. Bailaban en la pista muy sensualmente� bueno, en realidad se
restregaban. Los presentes en el bar les gritaban y chiflaban, ped�an m�s
acci�n, mucha m�s acci�n. Y ellas les daban acci�n.
Luc�a bailaba de espaldas de mi amiga, la segunda la
manoseaba, pasando sus manos sobre sus senos, estruj�ndolos y apret�ndolos,
devor�ndosela a besos. La pareja se sent� en una silla que se hab�a colocado
estrat�gicamente en la pista, yo las pod�a ver bien desde donde estaba. Angie le
met�a las manos entre el escote y logr� sacar uno de sus senos. Se prendi� de el
con pasi�n, era como si quisiera arranc�rselo con los labios. Mi se�ora cerraba
sus ojos y sonre�a feliz. Luego ella la bes� y fue bajando con sus labios poco a
poco. Pas� por su cuello, que lami� y chupete�. Luego fue bajando despacio hasta
sus senos, en donde volvi� a parar. Se qued� all� un rato chup�ndolos,
mordisqueando las argollas de sus pezones y jalone�ndolas con los labios. Los
gemidos de mi compa�era no se pod�an escuchar por la m�sica del ambiente. Mi
esposa continu� bajando hasta llegar a los genitales de la puta. En ese punto
ella se arrodill� entre las piernas abiertas de mi compa�era de armas, separ�
sus labios y la pas� la lengua encima. La chup� y la lami� all� mismo, frente a
la vista de todos, sin el menor recato.
Yo estaba estupefacto, impresionad�simo, nunca me imagin� eso
de ella, siempre cre� que mi mujer era una persona conservadora, y sobretodo
fiel. y all� era una experta chupapusas. Pasaba su lengua entre la mojada y
lubricad�sima raja de �ngie, meti�ndola lo m�s que pod�a. De repente se apoder�
de su cl�toris con los labios y transport� a mi amiga hasta la estratosfera. Su
orgasmo calent� m�s todav�a al p�blico.
La puta le quiso devolver el favor y la comenz� a tocar por
todas partes. Sac� sus chiches de su blusa escotada, y despu�s se la quit�.
Prendida a sus pezones, baj� lentamente el pantal�n de lona que llevaba y la
dej� en un coqueto calzoncito blanco con encajes rosados p�lidos. Luc�a abri�
las piernas en un obvio mensaje, y la puta lo entendi� de inmediato. �ngie se
arrodill� a los pies de ella que, con las piernas separadas, la dej� entrar con
la lengua al frente. Meti� tambi�n sus manos entre las c�lidas capas �ntimas de
mi se�ora, introduciendo sus dedos entre su caliente raja roja. Luc�a comenz� a
gemir del placer, pero tampoco se le escuchaba. R�pidamente los movimientos
comenzaron a ser de mete y saca, y la diestra lengua de mi amiga surti� efecto.
Con sus manos, mi esposa se sac� las chiches y se dio a la
tarea de restregarlos y chuparlos vehementemente, mordisque�ndolos y
jalone�ndolos. Se los acariciaba y presionaba sus pezones entre las yemas de sus
dedos. Finalmente estall� en un orgasmo que no trat� de disimular en lo m�s
m�nimo. Gimi� y casi grit�, mientras gruesas gotas de sudor resbalaban por su
frente.
En cuanto ella se calm� un poco, tom� una copa con Angie y
brind� con ella qui�n sabe por qu�, tom�ndose de un solo el contenido de esta.
Luc�a brind� con sus acompa�antes tambi�n, 3 hombres bastante j�venes.
Yo estaba que me mor�a�
Me reun� con mi amiga y nos retiraros poco despu�s. Todav�a
vi como mi mujer se iba metida en el carro de esos 3 j�venes. Mi amiga tra�a un
gran mont�n de tarjetas de presentaci�n, y ya hab�a conseguido otros 4 bailes.
Me trataba de hablar de ello, pero yo no la escuchaba.
�Mierda! �Hija de puta! �Ramera asquerosa!
�Arturo!
No era a ti �ngela� es que� �la mujer con la que cogiste
all� era mi esposa!
��QUE QU�?!
�Si, es Luc�a, mi esposa!� �Mierda! �Hija de puta! �Ramera
asquerosa!
� �!� � Angie se qued� callada sin saber qu� decir.
Nunca me imagin� que ella fuera as� nunca. Siempre fue tan
recatada, tan conservadora� �Mierda! Y tu, me dijiste que era un puta la que
ibas a invitar del p�blico.
Y lo hice, ella es una prostituta�
�����QU�?!!!! �No puede ser, eso no puede ser! �T� ya la
conoc�as, ya sab�as lo que hac�a?
Si, la conoc� por medio de un cliente, cogimos las 2 juntas
con el�
�A la puta!� ��y desde cu�ndo hace esto?!
�Pues!� �Pues!� no s� Arturo, no s� pero cuando lo hicimos
no llevaba mucho, se le notaba en la cara y en la forma de proceder.
�Y cu�ndo fue eso?
Hace como unos 6 meses.
����QU� PUTA!!!!� �Pero no lo entiendo!, no lo entiendo�
�por qu�?� ����QU� PUTA!!!! ����QU� PUTA!!!!
Tal vez por el dinero.
�Pero si yo soy el que le manda dinero!
Arturo, si ella era tan buena como tu me dec�as, creo que
bien pudo meterse en eso por necesidad. Acordate que te hab�as quedado sin
trabajo.
La fui a dejar a su casa, yo me fui a la m�a. Me sent�a tan
mal, tan abatido, ni siquiera quise pasar adelante de la casa de mi amiga, lo
�nico que quer�a era desaparecer de este mundo.
Llegu� a la casa, entr� como un zombi, me tir� en la cama y
me puse a llorar. En eso son� el tel�fono, era mi esposa, que me llamaba desde
alg�n lugar en la calle, lo sab�a por el sonido de los caros que pasaban.
Al�
Al�
�-�
�?� �Al�?, �Arturo, amor?
Hola�
Hola mi vida� �c�mo te va?
Bien� � ment� - �y a ti?
Pues� all�, bien tambi�n�
Qu� bueno�
Si�
�
�
�
Te extra�o, quiero verte� casi no ven�s con nosotros a
Cob�n�
Mmmm�
Y es que, Arturo, quiero hablar contigo� tenemos que
hablar�
La experiencia me ha mostrado que cuando una mujer le dice
esas palabra a su hombre, no puede ser nada bueno. Quedamos para pasado ma�ana y
colgamos, aun me pregunt� que por qu� me o�a como triste y distante, como que no
quer�a hablar con ella. No quise entrar en discusiones de ning�n tipo y le
invent� algo sobre un d�a muy pesado (y lo hab�a sido).
Mi vida hab�a cambiado desde que me met� en todo esto, pero
ahora cambiar�a m�s todav�a� aun m�s�
Continuar�
Garganta de Cuero.
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