Lorena, mi querida vecina.
Hola, nuevamente soy Celeste, para platicarles algo que me
paso hace un a�o. En esa �poca yo viv�a un momento dif�cil, estuve saliendo con
una chica que dec�a que estaba interesada en m�, que realmente quer�a estar
conmigo, As� parec�a, sal�amos, nos la pas�bamos bien hasta que un d�a ella
conoci� un chico, ya que ella es bi, y pues parece que algo de el le llam� mucho
la atenci�n y un buen d�a me llam� para decirme que lo sent�a, pero que no
estaba a�n muy segura de tener algo mas �ntimo con otra chica y lo mejor para
ella era estar con un chico. Yo me sent� mal, y no pude decir nada, ella ya
ten�a su decisi�n
Y ni modo.
Andaba triste, mis padres me preguntaban que me pasaba, yo me
limitaba a decirles que estaba cansada por tantas tareas de la escuela y me
creyeron, cuando en realidad estaba mal por una chica. As� transcurrieron los
d�as cuando una tarde lleg� una hermosa chica de 18 a�os con mis vecinos, yo
ten�a 19 entonces. Los vecinos eran amigos de mis padres y por ellos supe que se
trataba de su sobrina Lorena que ven�a del norte del pa�s para tomar aqu� un
curso de ingl�s gracias a una beca que gano. Esta chica era verdaderamente
hermosa: med�a como 1.68 m, casi de mi estatura, morena, pelo largo lacia
casta�o, ojos caf�s, senos grandes, de trasero muy firme y redondo y piernas
delgadas pero excelentemente formadas.
Al d�a siguiente acompa�� a mis padres a darle la bienvenida,
era una chica sencilla y de linda sonrisa, la salude de beso en la mejilla y me
correspondi� sonri�ndome mir�ndome fijamente, cosa que me acelero el coraz�n ya
que nunca as� alguien me hab�a hecho sentir as� con una simple mirada. Fuimos a
la sala a platicar y la verdad casi no hice caso a la platica, no pod�a quitarle
la vista de encima; ella se daba cuenta y como que se apenaba, aunque a veces me
sonre�a, cosa que me agradaba.
As� pasaron los d�as, a veces iba a su casa, para que no se
sintiera sola en casa, a ella le gustaba que la visitara ya que platic�bamos de
todo, de m�sica, de pel�culas, amor, y cuando hablamos de eso dijo algo que me
sorprendi�: me confes� que a sus 18 a�os nunca hab�a tenido novio, le pregunt�
por qu�, se qued� pensativa unos segundos y me dijo que porque a�n no encontraba
a la persona ideal y me sorprend�a porque era una chica hermosa de buen cuerpo y
que no tuviera pareja, situaci�n que me animo para acercarme a ella, para
demostrarle mi inter�s, solo esperaba el momento adecuado para hacerlo, y cuando
mas parec�a dif�cil encontrarlo lleg�. Un d�a mis padres y los t�os de Lorena
salieron a comprar unas partes del auto del carro del t�o de ella, solo que la
�nica parte d�nde la pod�an conseguir era fueras de la ciudad, ella no fue
porque ten�a tarea del curso que hacer y me pidi� que la acompa�ara para
ayudarla, ya que yo se mucho de ingl�s.
Llegue e iba un poco provocativa: tra�a una mini falda negra
y una blusa rosa sin tirantes, con un escote que mostraba buena parte de mis
senos. Lorena me abri� la puerta y verdaderamente me dejo con la boa abierta,
llevaba puesto un shorcito de mezclilla y una camiseta a rayas horizontales
verde y azul. Pasamos a la sala y nos sentamos en la estancia, donde estaba la
mesa de la sala ah� estaban sus libros y cuadernos donde trabajar�amos. Nos
sentamos en el suelo y empezamos a hojear los libros para comenzar con el
trabajo. Realmente estaba nerviosa, ella junto a mi con un aroma de perfume que
me envolv�a, que despertaban mis deseos para tenerla entre mis brazos, para
besarla, y la cosa se puso mejor a�n cuando su muslo rozaba el m�o... eso me
encend�a. Fing�a yo que me daba comez�n en la pierna y al tallarme pod�a rozar
con mi mano su pierna, su piel se sent�a tan suave y fresca que ye no pod�a
aguantar para arrojarme sobre ella. Yo no pod�a evitar verle los senos, pues su
camiseta estaba tan entallada que se pod�a ver que no tr�a sost�, al igual que
yo, y sus pezones se notaban duros, como si estuviesen excitado. Supongo que
ella sinti� mi mirada porque volteo y me vio a los ojos; nuestras miradas se
encontraron y mi coraz�n lat�a cada vez mas fuerte. No se que vio en mi que se
paro y me pregunto que iba a poner m�sica, que de que tipo quer�a yo escuchar,
yo un poco nerviosa le dije que la que ella quisiera. Ella se dirigi� hacia el
estereo y comenz� a ver los cd�s que tenia mientras con la boca hac�a una
melod�a y d�ndome la espalda mov�a ricamente sus caderas; mis ojos estaban
quedando hipnotizados viendo su hermoso trasero contone�ndose de una manera
sensual. No se que me animo, me par� y me puse detr�s de ella y casi abraz�ndola
le dije ue pusiera tal disco, solo lo hice para poder abrazarla.
-Quieres que te diga realmente por qu� nunca he tenido
novio? - Me pregunt� Lorena
-Dime por qu�- le susurre en el o�do.
-Porque soy lesbiana Celeste, por eso.
Tras decir esto, tomo mis manos y se las puso en sus senos,
yo no pod�a creer lo que estaba pasando; por fin mi sue�o se realizar�a.
-Te gustan como se sienten? � me pregunt�
-Si, me encanta, sobretodo tus pezones... muy excitados.
-Te gustan as�?
-Me encantan... se sienten muy bien, muy deseables.
No aguante mas y comenc� a besarle el cuello mientras le
masajeaba y pellizcaba los senos. Ella bajo sus manos hac�a atr�s poni�ndolas en
mis muslos, los cuales acariciaba. Lorena suspiraba al sentir mis caricias, al
sentir mis labios y mi lengua en un lado de cuello. Lorena se volteo frente a mi
y sin dar tiempo me dio un gran beso, abr� mi boca y su lengua r�pidamente se me
meti� hasta encontrar mi lengua, masaje�ndose con deseo; mientras, sus manos
bajaban por mi cuerpo llegando a mis paraditas nalgas, subiendo mi minifalda
hasta sentir mi piel. Me las apretaba y acariciaba como si siempre lo hubiese
deseado. Mis manos buscaron su camiseta y en un par de segundos se la levante
hasta quit�rsela, continuamos bes�ndonos mientras mis manos nuevamente
manoseaban sus senos, pod�a sentir sus pezones duros como piedra por lo que
decid� dejar de besarla y bajar mis labios a sus senos para chuparselos y
morderlos mientras mis manos no dejaban de pellizcarlos. Ella puso sus manos en
mis hombros y dejo caer su cabeza atr�s gimiendo levemente.
-Celeste, que bien lo haces � dec�a Lorena � mu�rdelos,
l�malos.
Mi lengua recorr�a esos pezones que parec�an estallar de
duros que estabas. Se los lam�a con movimientos circulares para pasar tambi�n
sobre sus areolas, acompa�ados de mordiditas Ela apretaba mi rostro contra sus
senos como si no quisiera que dejara de estimul�rselos, por lo que segu�
haci�ndolo por varios segundos mas. Despu�s sub� mi lengua llegando hasta su
cuello, el cual lam� varias veces para luego bajar por entre sus senos llegando
al vientre. Con mis manos le baje su peque�o short junto con su pantaleta,
quedando su fant�stico cuerpo desnudo. Mientras ella se dirig�a a la mesita de
la sala a quitar lo que hubiera encima de ella yo me quitaba la minifalda y mi
blusita, quedando solo con mi pantaleta cuya la poca tela se me met�a entre mis
nalgas. Lorena me esperaba ya, sentada en la orilla de la mesita, me acerque a
ella y tomo mis manos con las suyas jal�ndome hac�a ella; me lam�a y besaba el
vientre llegando a mi ombligo donde con su lengua se entretuvo varios segundos
dej�ndomelo lleno de su deliciosa saliva, provocando placer. Despu�s me hinqu�
frente a ella t tom�ndola de sus pechos la empuj�, acost�ndose ella sobre toda
la mesita, abri�ndose toda de piernas. Lo que ve�a era su rica y h�meda vagina,
rasurada, la que desde hace tiempo deseaba probar... y por fin lo hice. Dirig�
mis labios ah� y sin mas comenz� a com�rselo. Mi lengua recorr�a todo sus labios
vaginales y su cl�toris mientras 2 de mis dedos trabajaban dentro de su vagina.
Ella empezaba respirar agitadamente y leves y cortos gemidos sal�an de su boca
para convertirse luego en fuertes y largos gritos.
-Ay dios m�o que bien lo haces � dec�a entre gemidos Lorena �
sigue sigue as�
Lorena se agarraba fuertemente de las orillas de la mesa de
sus costados mientras sus piernas no se cerraban, sus caderas se mov�an
levemente hac�a arriba y abajo. Mi lengua recorr�a as� mas su cl�toris y vulva
lo que le provocaba mayor placer. Su cuerpo comenzaba a temblar y sus gemidos
mas quebrados. Mis dedos recorr�an cada rinc�n de su vagina llegando hasta lo
mas profundo, lo mas h�medo y caliente con movimientos circulares. Sal�a de ah�
un jugo muy espeso pero a la vez rico el cual saboreaba mientras ve�a como se
retorc�a formando un gran arco en su espalda y como sus pechos temblaban como
deliciosa gelatinas
-Celeste... mi amor... dios!! Me vengo ... que rico se
siente tu lengua en mi sexo... ay dios...
Sus palabras me prend�an mas por lo que empec� a lamarle con
mas fuerza sus labios vaginales y el cl�toris; ella gem�a mas fuerte sus muslos
apretaban mi cabeza su grandioso cuerpo se convulsionaba y ahora con sus manos
se agarraba sus senos. Se estremeci� de tal forma que levanto sus piernas y
dobl�ndolas las dejo caer hac�a su lado izquierdo dej�ndola juntas. Su
fant�stico trasero que de lado, paro se ve�a muy antojable, por lo que me
acerque y se lo lam�a y mord�a varias veces escuchando como le agradaba lo que
le hac�a. Andaba yo en eso cuando mis ojos se toparon con su bonito y deseable
ano. Como ni�a de 5 a�os lleve mi lengua ah� y comenc� a lamarlo, que delicia de
sabor, realmente me gustaba. Ella se estremeci� poco pero conforme mas le pasaba
mi lengua en su ano mas le gustaba gimiendo suavemente.
Mmmmm Celeste �dijo con voz baja- que bien se siente... muy
rico...
Mi lengua se lo devoraba como si fuese un caramelo, no me
deten�a por el simple hecho de escuchar como gem�a ya que es me encend�a como
nunca. Una vez que se lo deje muy h�medo comenc� a acarici�rselo con 2 dedos;
Lorena se sobresalto pero demostraba que le gustaba por lo que se volteo boca
abajo abri� sus piernas, quedando yo hincada entre ellas. Se lo acariciaba con
las yemas de mis dedos en forma circular suavemente.
-Ay Celeste � suspir�- que rico....
Continu� estimul�ndolo hasta que poco a poco la penetre con
un dedo. Lorena lanz� un gemido fuerte, cre� que la hab�a lastimado, por lo que
saque mi dedo de inmediato.
-No por favor- suplico- no lo saques .
Eso me encendi� y volv� a meterselo, penetr�ndole su ano de
manera r�pida, sus gemidos fueron haci�ndose mas fuertes, su cuerpo se
estremec�a. Mi dedo se deslizaba f�cilmente tanto que ese anito se lo tragaba
por completo y a ella le gustaba, por lo que me anime y le met� un segundo dedo
y de nuevo lanz� un gemido, esta vez mas fuerte. Segu� penetr�ndola, esta vez
con mas fuerza. Lorena llevo sus manos a sus nalgas y para facilitarme mi
trabaja se las separ�... mis dedos llegaban aun mas profundo de su rico y
estrecho ano, mientras con 2 dedos de mi otra mano le flotaba suavemente su
cl�toris. Lorena estaba al borde del placer y sab�a que de un momento a otro se
me iba venir, ya que de su vagina sal�a bastante juguito.
-Ayyyy si si si siiiiiiii que rico Celeste � gritaba Lorena
con gemidos- ahhhhhhhhaayyy
Mis dedos la penetraban r�pida y fuertemente llegando hasta
su profundidad y mis otros dedos le flotaban con mas fuerza su cl�toris
provocando que mi querida vecina se estremeciera fuertemente varios segundos mas
hasta que se vino teniendo el mejor orgasmo que pudiera tener cualquier chica.
Saque mis dedos de ambos agujeros y me los llev� a mi boca para saborear sus
ricos jugos que tanto anhel�. Lorena lentamente se volteo boca arriba, mir�ndome
con una sonrisa.
-Gracias por darme tanto placer, por hacerme sentir tan mujer
� me dijo con voz baja
-De nada � contest�- pero ahora es tu turno de que me
demuestres deseo a mi no?
-Claro que si
Lorena se levanta sent�ndose , me toma el rostro y me da un
rico beso; nuestras lenguas nuevamente juegan entra si cambi�ndose sabores y sus
manos se apoderaban de mis pezones los cuales pellizcaba, sintiendo como se me
endurec�an. Luego baja su cabeza hasta llegar a mis pechos; con su lengua lame
mis pezones de una manera sensacional, con diversos movimientos; tambi�n pod�a
sentir como con sus dientes me los mord�a y retorc�a, parec�a como si me los
quisiera arrancar. Sus manos apretaban mis nalgas, las manoseaba tanto que me
empezaba a encender; yo solo la tomaba de sus hombros, cerrando mis ojos para
disfrutar de ese gran momento para mi.
-Oh si mu�rdemelos fuerte Lorena, me gusta
Ella me mord�a los pezones y estiraba varias veces,
dej�ndomelos muy sensibles y duros, tan erectos como nunca antes los hab�a
sentido. Despu�s se baja al suelo, hinc�ndose frente a mi me pide que me pare,
eso hago; me paro frente a ella y con sus manos me baja mi diminuta pantaleta
levantando yo mis pies ayud�ndola para que me los quite. Pone sus manos en mis
caderas y mete su rostro entre mis piernas, sintiendo su legua recorrer mi
cl�toris de una manera suave delicada. Su lengua parece inquieta, tocando cada
rinc�n de mi vulva con movimientos r�pidos entreteni�ndose en mi cl�toris que ya
estaba muy hinchadita. Sus manos bajaban y sub�an por mis caderas acariciando
mis muslos; con mis manos la tomaba de su cabello, juntando su cabeza en mi sexo
con mis piernas casi pegadas .
-Si, sigue as�, solo as�... con tu lengua � le dec�a con voz
baja.
L a punta de su lengua recorr�a perfectamente bien mi vulva y
mi cl�toris de donde empezaba a chorrear un poco mis jugos, los cuales Lorena se
los beb�a, haciendo con su boca ruido de agrado, de que le gustaban. Luego me
pide que me siente en la sala y loa hago, con mis piernas abiertas invit�ndola a
que me siga probando. Lorena lleva su boca a mi vulva y me la succiona con gran
deseo, mete dos dedos de su mano dentro de mi vagina y me la penetra varias
r�pida y fuertemente. Sent�a sus labios y dientes jalar soltar varias veces mi
cl�toris para despu�s pasarle varias lamadas suaves y paridas con lo que provoc�
que me viniera varias veces mientras que con la otra mano apretaba y retorc�a
mis pezones y yo con las manos hac�a arriba recargadas sobre el respaldo de la
sala miraba como disfrutaba lo que hac�a.
Ah, ah , ah Lorena, mi amor.... que ricoo, no
pareeeess.....
Lorena parec�a una experta en cuanto a sexo oral, realmente
sent�a mi sexo ser devorado por sus labios y su lengua. Mis jugos sal�an a
chorros y mi querida vecina de lo tragaba con placer; mis caderas se mov�an
r�pido hac�a arriba y abajo, sintiendo su lengua recorrer tambi�n mis labios
vaginales, los cuales mord�a suavemente con los dientes.
- Ok mi cielo levanta tus piernas juntas � me pidi� Lorena.
Sin bajar mis manos del respaldo de la sala, levante mis
piernas sin junt�ndolas. Flexion�ndolas y poniendo mis rodillas casi sobre mis
pechos, me di cuenta que mi trasero hab�a quedado frente a su rostro, por lo que
no pude evitar sonre�r al imaginar lo que se propon�a. Lorena puso sus manos en
mis nalgas, abri�ndomelas levemente y con la punta de su lengua comenz� a lamar
mi estrecho y caliente a con r�pidos movimientos hac�a arriba y abajo. Mi cuerpo
se sobresalto al sentir esa lengua h�meda, tibia, todo eso realmente me gusta,
de hecho, cada vez que tengo sexo me gusta que me laman mi ano, es uno de mis
puntos de m�ximo placer, me encanta.
-Que rico, que rico Lorena � le dec�a con una sonrisa �
sigue, no te detengas.
Mi querida vecina cambia movimientos de su lengua y de
fuerza, lam�a mi ano y sus alrededores, mientras con sus manos se prensaba de
mis nalgas, masaje�ndomelas con fuerza, cosa que tambi�n me enciende. Yo mov�a
mis caderas levemente contra su cara, la punta de su lengua penetraba poco mi
ano, sinti�ndola con mucho placer. Ahora me agarraba las partes traseras de mis
rodillas, jal�ndolas hac�a mi, para ofrecerle mejor a Lorena mi trasero, y vaya
que lo hac�a, su lengua parec�a disfrutar al recorrer cada cent�metro de la
l�nea de mi trasero.
Ya despu�s de varios segundos Lorena me abri� las piernas y
se me lanz� encima, plant�ndome un gran beso, metiendome la lengua hasta mi
garganta mientras yo se la chupaba entera como un rico y dulce caramelo, sus
manos de nuevo me estrujaban mis senos y las m�as se entreten�an es su trasero,
acarici�ndolas varias veces.
Despu�s de demostrarnos de nuevo nuestro deseo nos vestimos,
al poco rato llegaron sus t�os y mis padres.
Nos seguimos viendo var�as a solas para gozarnos y amarnos
durante seis meses mas, ya que ella se regreso a su ciudad porque el curso que
ten�a aqu� ya hab�a terminado. Nos seguimos escribiendo y a trav�s de la
computadora cate�bamos y ten�amos cibersexo. Hasta el d�a de hoy segu�amos
chateando, cont�ndonos nuestras alegr�as y penas, y claro, de chicas tambi�n,
esperando ambas volver a estar juntas y revivir lo que viv�amos cuando est�bamos
juntas.