Relato: Relatos de dos adultos (2) Hola soy Elisa, y en este caso yo voy a ser la que os
relatar�, el domingo del primer fin de semana, en que tuve relaciones con Juan,
mi cu�ado. Este relato, continua el que relat� mi cu�ado llamado "Relatos de dos
adultos".
El s�bado, cuando mi hermana se levant� de la siesta, todo
fue normal, aunque, ya hab�a cierta complicidad entre Juan y yo, que si miradas
furtivas, yo me agachaba m�s de la cuenta para dejarle ver mi trasero en todo su
esplendor, etc. Pero en definitiva ni�er�as, ya que mi hermana estaba presente.
Antes de acostarnos, le dije que no gastaras fuerzas, que al d�a siguiente las
iba a necesitar todas y, nos fuimos a dormir.
El domingo, cuando nos levantamos, mi hermana ya se hab�a ido
a trabajar. Yo me levant� antes que mi cu�ado y, comenc� a preparar el desayuno.
L�gicamente antes me hab�a puesto solo un tanguita y una camiseta ajustada
encima. Se me notaba todo mi pubis y mi pecho estaba m�s se�alado de lo normal.
Estaba en pie de guerra y lo quer�a demostrar. Desayunamos, recogimos un poco la
casa y, como a partir de entonces, siempre que ha sido posible, nos conectamos a
Internet, para leer alg�n relato al azar. Nos toc� uno de dominaci�n, y en
cuanto comenzamos a leerlo, nuestras manos se dispararon. Comenzamos a
acariciarnos, a besarnos, cuando mi cu�ado dijo que el d�a anterior no me hab�a
podido observar desnuda al completo, as� que me propuso que le hiciera un
desnudo. Yo para ser sincera le hab�a echo alguno a mi ex y, dec�a que era muy
buena, pero su opini�n no era imparcial. Nos fuimos al sal�n y, mi cu�ado se
sent� en el sill�n y se dispuso a la sesi�n. Yo la verdad es que ten�a poca ropa
como he dicho, pero intent� alargarlo todo lo que pude, realiz�ndome caricias en
mis pechos, pellizc�ndome los pezones, hasta ponerlo duros y, finalmente,
acariciando mi cl�toris con el tanguita que llevaba. Mi cu�ado, al poco de
empezar se saco su polla, -su extraordinaria polla, ten�a que medir lo menos 19
cm., aunque lo mejor era su grosor. Yo sabia que era grande porque mi hermana,
una vez que fuimos a comprarle unos b�xer para un cumplea�os o algo as�, me lo
coment�, pero vaya lo dotado que estaba mi cu�ado, pens� como hab�a sido capaz
de met�rmela en la boca la tarde anterior- y, me dijo: "que buena est�s Eli,
eres la cu�ada m�s golfa que existe" y yo le contest� que el era el cu�ado m�s
puto que hab�a y, comenz� a masturbarse suavemente, lo cual me excitaba
bastante.
En el momento que pr�cticamente hab�a finalizado, Juan se
levant� y me hizo sentarme en el borde la mesa. Su mano recorri� mi cuerpo desde
mi boca, acarici�ndome levemente mis pechos y mis pezones, que a pesar de estar
duros se pusieron m�s erizados. Sigui� bajando lentamente su mano hasta llegar a
mi rajita, lo que me produjo un suspiro. Me acariciaba lentamente mi cl�toris y
miraba hacia m� para observar mis reacciones. Mientras �l segu�a haciendo su
trabajo con gran maestr�a, yo apenas pod�a mantener la boca cerrada y los ojos
abiertos. M� excitaci�n era tal, que notaba el olor de mi sexo h�medo y lo mejor
era que no ten�a ning�n remordimiento, solo el deseo de desatar mis instintos.
Yo no aguant� m�s y, agarr� su cabeza con mis manos y la
acerqu� a mi sexo. Quer�a que me diera placer con su lengua, como lo hab�a echo
el d�a anterior. Juan paro su movimiento y, separ� mis labios vaginales, y cerr�
los ojos cuando not� que su lengua jugueteaba con mi cl�toris produci�ndome
grandes suspiros de placer, que al no estar mi hermana no ten�a que contener
tanto. Era un experto con su lengua, como ya me hab�a demostrado, de vez en
cuando hac�a presi�n con su lengua en la entrada de mi vagina, introduciendo su
punta dentro. Subi� sus dedos a mi boca, sabiendo que mi reacci�n seria lamerlos
y, a continuaci�n, sus dedos h�medos se acercaron a la entrada de mi sexo y se
introdujeron completamente en el. Mi excitaci�n segu�a subiendo y, mis gemidos
eran casi sincronizados con el movimiento de sus dedos, y le dije "hazme gozar
cu�ado, hoy quiero que me dejes sin fuerzas, cabr�n" y me contest� "vas a gritar
de placer zorra". Entonces fue cuando aceler� sus trabajos bucales y manuales.
Su lengua acariciaba mi cl�toris y, sus dedos entraban y sal�a de mi vagina, yo
me magreaba mis pechos y pellizcaba mis pezones totalmente erectos. Yo no pude
m�s y llegu� al orgasmo con un grito de placer. El sigui� hasta que mis
convulsiones se frenaron.
A continuaci�n me dijo que estaba loco por follarme pero que
no ten�a preservativos, porque con mi hermana no los usaba, as� que aunque yo
tomaba la p�ldora le dije, temiendo su reacci�n, que para no arriesgarnos, era
mejor que acabar� fuera. El acept� y, me dijo "ahora ch�pamela", se puso de pie,
yo me arrodill� y acerco su pene a mi cara. Comenc� a pasar mi lengua por su
glande y comenz� a recobrar nuevamente el tama�o, me encant� la sensaci�n de
notarla crecer en mi boca, El aprovecho su situaci�n y, acompa�ando mi
movimientos con el movimiento de su pelvis, que hac�a que su pene se introdujera
casi por completo en mi garganta, yo alz� la vista y su cara lo dec�a todo y, su
respiraci�n acelerada lo confirmaba, lo estaba haciendo gozar. Su grueso miembro
entraba y sal�a de mi boca y, de pronto se detuvo. Le mir� y me dijo: "�Vamos al
dormitorio�".
Le segu�, me ech� en la cama y me dijo que me pusiera a
cuatro patas. Lo hice r�pidamente, pues necesitaba sentir su miembro dentro de
m�. Juan se acerc� y yo, que no pod�a esperar m�s, acompa�e su glande hasta mi
rajita. Fue entonces, cuando �l con un golpe seco, me introdujo su pene hasta lo
m�s profundo de mi sexo. Sin duda su miembro era mayor que el de mi ex, me
sent�a m�s llena. Una vez que la tuve dentro por completo se qued� parado. Poco
a poco comenz� a moverse lentamente, para posteriormente ir acelerando sus
movimientos, su polla ten�a un buen tama�o y, yo estaba en la gloria. No pod�a
parar de gemir, y el aceleraba cada vez m�s sus embestidas, mis pechos se mov�an
con gran frenes� y Juan alarg� su mano para apret�rmelos. El segu�a penetr�ndome
reposando su pecho en mi espalda, mientras sus manos se entreten�an
acarici�ndome mis pezones, me estuvo follando al menos durante diez minutos con
ritmo fren�tico y yo notando el orgasmo pr�ximo, le ped� que me pellizcara los
pezones. Eso termin� de colmar mis sensaciones y produjo en m� un nuevo orgasmo.
Al notarlo, elev� de nuevo su espalda y enardeci� sus embestidas. Por un momento
me quede sin fuerzas, mareada. Me temblaban las piernas de tal forma que apenas
pod�a mantenerme en aquella posici�n. Cuando recobr� el aliento le dije "que
aguante tienes cabr�n" "Me vas a matar de placer". A lo cual me dijo "Eso es lo
que quiero, hacerte gozar y lo mejor de todo es hacerte saber que esta es una de
las muchas corridas que te esperan".
Tras un segundo se sent� en el borde de la cama y, sin
dec�rmelo solo con su mirada lo entend�. Le acarici� las piernas mientras me
sentaba sobre �l. Me fui sentando lentamente. Me tomo por la cintura para que no
perdiera el equilibrio y cuando puse mis piernas hacia el frente sent�
nuevamente que estaba todo dentro de m�. Me acariciaba los pechos, me mord�a los
labios y mis pezones, le encantaban mis pechos y estaba disfrutando de ellos. Yo
sent�a en m� un calor muy fuerte. Pocas veces me hab�a sentido tan caliente y
dispuesta a cualquier cosa en el sexo, o no recordaba esa sensaci�n. El caso era
que tenia unas manos expertas en acariciar y, su polla me estaba dando un placer
magnifico. Adem�s estaba ante uno de mis juegos favoritos, iba a cabalgar, pues
as� podr�a controlar mi orgasmo. Y me sal�a y me insertaba muy despacio. A cada
entrada y salida sent�a que quer�a m�s y me dijo "me encanta, disfruta de mi
polla, pero hazme gozar".
Yo estaba tan ensimismada en mi placer que no le contest�.
Doble mis rodillas y cambi� el ritmo. Le empec� a cabalgar, �l me mord�a los
pezones, me frotaba el cl�toris en incluso introdujo un poco un dedo en mi culo.
Era una locura fascinante. Le segu� cabalgando mientras el tambi�n acompasaba
mis movimientos, y en cada embestida me sent�a llena, se o�a el golpeteo de sus
test�culos en mis nalgas y, el segu�a sob�ndome mis nalgas y mi culo. Volv� a
alcanzar un orgasmo, pero me pidi� que no parara que estaba a punto de alcanzar
el cl�max. Era incre�ble el aguante que ten�a. Le dije: "No aguanto m�s, me
est�s volviendo loca de remate. Tu polla es maravillosa. �Es que no te corres
nunca, cabr�n?". Como mis fuerzas flaqueaban pues hab�a estado cabalg�ndole m�s
de quince minutos, me cogia de mis caderas y me alzaba y bajaba cada vez con m�s
virulencia, hasta que par� y la saco de co�o y meti� su polla en mi boca y, me
dijo: "Hoy si vas a recibir mi leche en tu boca, como quer�as". Notaba las venas
de su miembro que a�n parec�a m�s grueso y, comenc� a chuparla con verdaderas
ganas al tiempo que yo me masturbaba, sus manos me sujetaban la cabeza para
introducir todo lo posible su sexo en mi boca, pero era imposible. Cuando empez�
a temblar yo aceler� el ritmo de mi masturbaci�n y grito: "Me voy" y, sent� su
espesa leche llenando mi boca, aquella sensaci�n me hizo explotar de nuevo al
tiempo que intentaba tragar su semen, aunque mucho ca�a por mis pechos. Tuve su
polla en mi boca hasta que par� de gemir. Cuando saco la polla se echo en el
sof� rendido. Est�bamos ambos hechos unos zorros, yo ol�a a semen y a flujos por
todos lados y tenia el cuerpo lleno de semen, as� que nos fuimos a dar una
ducha, esta vez juntos.
Cuando nos enjabonamos, le incit� a que me masturbara de
nuevo, y me dijo: "eres �nica, acabamos de hacerlo y quieres m�s". Nos
enjuagamos y comenz� a darme gusto acariciando y meti�ndome sus dedos en mi
nido, al tiempo que nos bes�bamos y me sobaba mis nalgas y mi culo. Yo segu�a
deleit�ndome con sus dedos, disfrutaba con su masturbaci�n, pero �l tambi�n
empez� a excitarse de nuevo. Sent� su erecci�n y me puse muy contenta. Sus dedos
siguieron haciendo maravillas en mi sexo hasta que alcance un nuevo orgasmo,
aunque menos intenso que los anteriores. En esos momentos volv� a notar como uno
de sus dedos acariaban mi ano. En otro momento hubiera rechazado cualquier juego
con mi parte trasera, pero el buen hacer de mi cu�ado me hac�a confiar en �l.
Fue entonces que de la boca de Juan salieron las palabras que
recordar� toda mi vida. "�Te gustar�a que te la metiera por aqu�?, me pregunt�
mientras me acariciaba el ano. Yo le contest� que mi ano era virgen y, que ni
siquiera mi ex me hab�a follado por el culo, adem�s pens� en sus 90 kilos y en
su enorme polla. El me dijo que era la sorpresa que ten�a reservada para m� y
que confiara en �l, as� que no opuse resistencia. Entonces me dijo" Date la
vuelta". Me coloqu� con las manos apoyadas en el borde del lavabo y elev� mis
nalgas hacia arriba para recibir a Juan. El me dijo:"Tienes un culo muy
apretadito y bien sabroso" "vas a gritar de placer". Acerc� su boca a mi culo y
aprovechando mis flujos vaginales comenz� a lamer mi ano. Nunca me hab�an hecho
eso, lo que me produc�a una doble sensaci�n, como de incertidumbre y de gozo a
la vez. Su trabajo con la lengua lo acompa�� con sus dedos y note como su dedo
atravesaba mi esf�nter. Enseguida se fue animando y otros de sus dedos lo
introdujo dentro de m�, al tiempo que con la otra mano acariciaba mi cl�toris.
Fue entonces cuando comenzaron otra vez mis suspiros. No sabia exactamente lo
que me estaba haciendo, pero a pesar de la sensaci�n de resquemor me gustaba.
Al ver mi reacci�n se coloco pegado a m� y, acerco su pene a
mi culo. Apret� su verga contra mis nalgas, al tiempo que me daba unos cachetes
con su mano hasta hacerme enrojecer el culo. As� que me intente relajar para
disfrutarlo. Sigui� haciendo fuerza, pero le costaba trabajo atravesar mi
esf�nter a�n virgen. Yo sent�a un dolor enorme, lo que hizo que levantar� la
cabeza y la dirigiera hacia atr�s, lo que le permiti� agarrarme del cabello con
fuerza. Mis venas palpitaban en mi cuello, incluso derram� alguna lagrima. Por
fin, aquel robusto miembro comenz� a introducirse dentro de m�. Con dificultad
comenz� a meterlo y sacarlo ante mis gemidos., m�s de dolor que de placer. En
esos momentos me estaba quemando por dentro, pensaba que su polla era demasiado
para m�. Pero poco a poco fue introduciendo m�s su miembro en cada embestida
suave y adem�s volvi� a acariciar mi cl�toris, el dolor fue mitigando, pero
aquel resquemor continuaba. Me encul� lentamente durante un buen rato, al tiempo
que me masturbaba. Luego su pene se introduc�a cada vez m�s r�pido y aquellos
pensamientos se iban disipando. Notaba sus test�culos golpearme entre mi culo y
mi rajita. Aquel golpeteo me excitaba profundamente. Su ritmo se volv�a por
momentos infernal, mi dolor volv�a pero esta vez acompa�ado tambi�n de placer.
Nuestros cuerpos se encontraban sudorosos ante el combate que
est�bamos entablando frente al lavabo. Abr� mis ojos y pude ver su cara de
placer a trav�s del espejo. Poco a poco crecieron mis gemidos y aullidos de
placer, y sin saber como, me encontraba pidi�ndole m�s. Ante esto me dijo: "ves
como te empieza a gustar". Yo comenzaba a sentirme en el para�so, volv� a mirar
en el espejo y, vi que ten�a su cara apoyada en mi espalda y bufaba como un
semental mientras segu�a taladr�ndome con su miembro. Volv� a comprobar que mi
cu�ado ten�a un aguante especial, a pesar de que llevaba m�s de diez minutos
dentro de m�, su pene no daba s�ntomas de cansancio, y segu�a golpeando mis
nalgas como al principio.
Esto me hacia estar en la gloria, quer�a disfrutar de ese
macho hasta el final. Su respiraci�n se entrecortaba, lo que me hizo suponer que
se iba acorrer, pero a�n me hizo que me corriera una vez m�s, no pod�a imaginar
que el sexo anal me iba a producir tanto placer, De pronto empez� a temblar y
los movimientos de su verga adquirieron una velocidad incre�ble y me susurro al
o�do: "Estoy a punto de correrme", y tras unos segundos sent� como me llenaba
con su espesa leche, al tiempo que Juan comenz� a gemir y gritar cada vez que su
polla lanzaba una eyaculaci�n dentro de mi culo. Era imposible que los vecinos
no lo oyesen en esos momentos, pero la verdad que me daba igual. S�lo deseaba
gozar de los �ltimos estertores de mi amante y verle relajarse tras aquel polvo
terrible. Su polla sali� de mi ano, me agache ante �l y, le limpie con mi boca
los restos de semen que quedaban sobre su polla. Ya relajados y normaliz�ndose
nuestra respiraci�n me dijo: "Ha sido un placer poderte satisfacer", a lo que
respond� "el placer has sido mutuo" y me ofreci� un suave beso.
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Relato: Relatos de dos adultos (2)
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