A mis 10 a�os estudiaba en el centro de la ciudad y tenia que
viajar a diario en bus a mi casa, yo que era sumamente inocente, era un ni�ito
juicioso no muy alto del que llamaba la atenci�n su trasero, que parec�a de
ni�a, era redondito y salido hacia atr�s. Tenia que usar mucha ropa que me
regalaban, alguna de esta de mujer, lo que inclu�a algunas blusas un poco
unisex, pantalones apretados sin bolsillo atr�s y otras cosas que mi madre
arreglaba para que se me vieran lo mejor posible.
Recuerdo que ten�a un pantal�n que de seguro hab�a sido de
alguna de mis t�as. Este me quedaba muy apretado y ahora que lo pienso, me ve�a
mas como mujer que como hombre y como pude comprobar con esta prenda y con
otras, que lograban que a algunos adultos y por distintas razones se fijaran en
mi.
Una vez iba por la calle, bajo la lluvia, con mi maleta de
cuero con vocales grabadas en la tapa, caminando r�pido cuando sent� que algo me
cubr�a, mir� hacia arriba y vi una sombrilla sobre mi y un se�or que amablemente
me dec�a que no ten�a ning�n problema en compartirla conmigo, a fin de que no me
mojara y me enfermara. Yo me incomod� un poco y trat� de caminar mas r�pido,
pero el segu�a a mi ritmo, dici�ndome con voz muy calmada y suave que no
corriera, que no me fuera a mojar. Decid� hacerle caso y nos fuimos caminando
unas cuadras; el me pregunto que para donde iba, le dije que para mi casa y que
en la esquina de la 14 coj�a mi bus que era el que dec�a Fonseca, el me dijo que
el viv�a all� tambi�n, pero que no coj�a ese bus que iba muy lleno, que el coj�a
el bus de los ejecutivos, que no se llenaba que si no me incomodaba el me
completaba lo del pasaje para que viaj�ramos juntos y charl�ramos un poco.
Yo que sab�a lo largo del camino a Fonseca y el tiempo que me
tomaba llegar en el bus corriente (cerca de dos horas), decid� aceptar la
propuesta. El tipo me ofreci� un caf� y entramos a una cafeter�a a tomarlo, ped�
un caf� con leche y el pidi� un tinto y dos panes, yo me sent�a muy bien, como
afortunado, sent�a que estaba sacando ventaja del tipo de la sombrilla.
Charlamos mientr�s tom�bamos caf�, com�amos pan y el se fumaba un cigarrillo.
Me pregunt� que si ten�a novia, yo le dije que no, a lo que
el respondi� con un " y tu tan lindo y sin nadie que te quiera", yo me sonroje y
me sent� un poco tonto. El tipo empez� a hacer alusi�n a mi cara tan linda, a
mis caderas tan redonditas y lindas; me asegur� que me iba a ayudar a conocerme
un poco, mientras se quejaba por que en esta sociedad la gente no ve lo hermoso,
....... yo me sent�a en el cielo, este amigo tan gastador, me iba a ayudar a
solucionar este problemita, que yo era una persona muy linda que merec�a que
todos me vieran as�. Luego me pregunto que opinaba de mi cuerpo, yo no respond�
nada, y mientras callaba, el me dec�a que yo era lindo, que me iba a ense�ar a
conocer el cuerpo m�o y el ajeno sin pena, que el cuerpo era algo hermoso que
hab�a que disfrutar sin tapujos.
Pag� y salimos, aun llov�a, el abrio la sombrilla, me abraz�
y caminamos bajo la lluvia. El se comportaba como un padre con su hijo, mucha
contemplaci�n, protecci�n, abrazo, caricia. Llegamos al paradero del bus y
esperamos poco por uno bien vac�o, el no me dejo pagar y me hizo se�as sonriendo
de que me hiciera bien atr�s. El bus ten�a la salida hacia la mitad, lo que
dejaba las sillas traseras lejos de la visual del conductor y de la mayor�a de
los pasajeros. Corr� a sentarme en la �ltima silla, sonriendo, fel�z de mi nuevo
amigo. El se sento a mi lado, se quit� el saco que estaba mojado y me ayudo a
quitarme el mio. Nos pusimos a hablar y el me abraz� con fuerza; yo me sent� de
maravillas. Me empez� a hablar de nuevo de mi cuerpo y de la forma en que �bamos
a conocerlo. Puso su mano en mi espalda y empez� a acariciarme por encima de la
camisa, pero como esta se hab�a salido del pantal�n, pronto la tuva sobre la
piel de mi espalda, yo me sent�a un poco inhibido, pero muy feliz de que alguien
me quisiera tanto en tampoco tiempo. De pronto me dijo � que no se me olvide
darle plata a mi gran amigo, para que ma�ana no viaje en bus corriente, sino en
el bus e los ejecutivos � a lo que yo asent�, mientras recib�a de sus manos un
billete de diez, suficiente para muchos viajes en el bus de los ejecutivos. Le
sonre� y me sent� mejor que nunca. El tipo meti� de nuevo la mano bajo mi camisa
y me sigui� acariciando la espalda. De vez en cuando, pon�a su otra mano sobre
mis piernas o me rozaba el pene en forma aparentemente accidental.
Me dec�a que me sent�a fr�o, mientras me acariciaba. Me
propuso mirarme la temperatura del cuerpo, para evitar que me hubiese enfermado
con la lluvia....... � a ver las piernas � se sienten fr�as, ....... y la
colita, ... pero como su mano no entraba por la parte de mi espalda, me dijo que
me desabrochara para que me tomara la temperatura, con algo de temor y mucha
sumisi�n, le hice caso,.... el meti� su mano y la llevo hasta bien abajo,
hundiendo un poco un dedo en mi rajadura. Comento - que fr�as est�n � creo que
tu amigo las va a calentar; llevo su mano un poco mas abajo y alcanzo mis
bolitas y un trozo de mi pene, masaje� bastante en medio de mi tensi�n. Luego
tomo mi mano y la llev� a su bragueta que ya estaba abierta y me dijo que tipo
de amigo era yo que no le ayudaba a calentarse, que el tambi�n ten�a fr�o; tomo
mi mano y la llev� dentro su bragueta; ten�a unos interiores muy chicos y
el�sticos, por lo que no le costo trabajo guiarme hasta su pene; me puso su mano
en el y me la apret� con la suya, para luego empezar a subirla y bajarla,
agradeci�ndome por mi ayuda. El masaje dur� un buen tiempo, mientras el que
hab�a sacado su mano de mi trasero para ensalivarla, me ten�a la punta un dedo
en el ano, y con suaves movimientos, lo met�a y sacaba un poco. La sensaci�n
aunque algo agradable, se desdibujaba bajo mi tensi�n y mi temor a estar
haciendo algo malo.
Mire por la ventanilla a ver si pod�a safarme de esta
situaci�n inc�moda de alguna forma; esperaba estar llegando para poder decirle
que ya ten�a que bajarme. Pero el ten�a otros planes. Coloco la sombrilla los
sacos y un paquete grande que llevaba, sobre la silla al lado de el. Me bajo con
cuidado el pantal�n, me puso sobre sus rodillas y me empez� a tocar el trasero.
Luego saco un tarro de vidrio de etiqueta verde con un ung�ento fr�o y me lo
empez� a aplicar en el ano. Me dec�a cosas lindas sobre nuestra amistad; esto me
tranquilizaba un poco, pero ten�a en el fondo la incertidumbre y la sensaci�n de
estar haciendo algo malo.
Meti� un dedo suavemente, luego dos, con muchos masajes,
besos en mi espalda, - luego el tercer dedo � y me preguntaba si me gustaba el
masaje, yo callaba y respond�a un extra�o si con un jadeo.
Me ayud� a incorporarme y me puso sobre sus piernas, coj�o su
pene que no era muy grande ni grueso con la mano y me lo llev� a la entrada del
ano; hizo un esfuerzo y me meti� la punta; yo sent� algo de dolor y me sujet�
con fuerza de sus piernas. El sac� su pene un poco y lo empez� a meter de nuevo
suavemente repitiendo el movimiento muchas veces, mientras me penetraba cada vez
mas hondo. Su delicadeza, experiencia y tacto, evit� que me doliera en demas�a.
Cuando ya estaba bien acomodado, empez� a moverse con mas velocidad. Yo cerr�
mis ojos y pens� en que se sent�a rico ahora que estaba pasando el dolor. Tom�
mi pene con una de sus manos, mientras que con la otra me dirig�a en mi subir y
bajar. Entre mas tiempo pasaba, mas placer sent�a y solo atinaba a cerrar los
ojos para concentrarme en lo que estaba sintiendo. Si es cierto que la verg�enza
de la situaci�n me hab�a atacado antes, ahora estaba totalmente concentrado en
esta sensaci�n nunca antes sentida, mientras el me tocaba y con mucha energ�a me
met�a y sacaba su pene. Lo hizo lento al principio y luego r�pido, hasta hacerme
sentir una sensaci�n muy extra�a de flojera en el cuerpo mientras un calor y una
electricidad me recorr�an por todos lados, Aprovechando la soledad del bus,
estuvimos en esto un buen rato, hasta que sent� un apret�n al interior de mi
trasero, le escuche un jadeo profundo y sentido y sent� como me humedec�a por
dentro, con fuertes chorros de l�quido que en ese momento no atinaba a
determinar bien.
Luego se quedo quieto mientras masajeaba mi pene con su mano,
lo que hac�a que mi calor subiera de una forma que nunca hab�a conocido. A los
pocos instantes me vine con mucha potencia, enviando chorros de l�quido hacia el
espaldar del asiento de adelante.
El me puso en la silla de la ventana y se me acerc�, me dio
un beso en la boca y se dirig�� a mi pene, el que meti� entero en su boca. Yo
sent�a fastidio e incomodidad, pues me daba asco y adem�s sent�a en pene
ardiendo.
El se dio cuenta y me retir�, me dijo que me subiera el
pantal�n mientras el hacia lo mismo.
Mire por la ventana y me di cuenta de que me hab�a pasado, me
asuste, le dije y el me respondi� que tambi�n se bajar�a y me acompa�ar�a de
regreso, se incorporo, camino hacia la puerta, timbro, se bajo y me ayudo a
hacerlo. Mientras camin�bamos, el me dec�a cosas lindas, sobre lo lindo y rico
que yo estaba, y me agradec�a el momento de cari�o en el bus. Ya casi para
llegar, me propuso encontrarnos al otro d�a para consentirnos un poco mas. Me
estaba invitando a un sitio que era muy especial, seg�n me dec�a.
El recuerdo de lo rico que sent� mientras el me met�a su pene
en el bus, se confund�a con un poco de verg�enza y dolor que no me dejaban
pensar con claridad sobre la cita de el siguiente d�a. Le dije que s�, me
desped� y camine despacio hacia la casa; pensando en lo que iba a hacer al otro
d�a.