Relato: S�, s� soy una perra (2)



Relato: S�, s� soy una perra (2)

Parec�a mofle, eso. Un mofle de autom�vil era lo que ten�a
entre mis manos. Duro, gordo y largo, pero adem�s, muy chueco. Martincito tiene
la vergononona enchuecada hacia el lado izquierdo, al lado contrario de como la
tiene curvada su pap�, el primo Paco. Es que de seguro el ni�o la usa para el
lado normal, al lado para donde la usan la mayor�a de los hombres, al izquierdo,
en contra de la bragueta, y su pap� siempre la ha usado al contrario, al lado
derecho; desde joven a mi primo le gustaba mucho que se le viera bien el chorizo
bajo el pantal�n, para exhibir la vergota linda que tiene. Esta que ten�a en mis
manos, no estaba nada mal. Y esa pronunciada curva la hac�a verse original,
deseable. Al masturbarlo se la agarraba con la mano izquierda de la base
mientras con la otra recorr�a el pellejo lentamente hacia abajo y... �hacia
arriba?, ni tanto, ya que mi mano casi se volteaba con la palma para arriba,
como si estuviera limpiando el tubo al final de un pasamanos de escalera. Eso
era esta vergota, un tubo gordo y doblado, adem�s de muy caliente, como un
mofle. Tenerla bien metida en la vagina o en el culito deb�a ser una experiencia
�nica. Algo dolorosa, pero rica.



Otra cosa que me llamaba mucho la atenci�n de este ni�o de 14
a�os, eran los costales que tiene por huevos. As� acostado boca arriba, con las
piernas abiertas, los test�culos le reposaban sobre la cama, inmensos. Por la
delgadez extrema de su cuerpo, y por lo grandes que los tiene, descansaban
f�cilmente sobre el colch�n. Este mocoso no tiene "partes nobles", sino "partes
groseras y grotescas". Tiene los genitales de un gara��n, no de un adolescente.
La naturaleza le rest� cerebro y musculatura y se los mand� a la entrepierna.


La curiosidad le ganaba a mi cachondez. Por momentos lo
revisaba genitalmente, m�s por admiraci�n hac�a lo raro de sus cosas, que por la
calentura que sent�a. Lo que me sac� de mi trance cient�fico, fue un quejido de
mi sobrinito, acompa�ado de una secreci�n abundante que le sali� de la punta del
camot�n que tiene. Era un goter�n de baba preseminal que se le desliz� por el
lado izquierdo de la mandarria y se desprendi� a media verga, descolg�ndose en
el dorso de mi mano. Al ver como le segu�a saliendo esa miel, se la exprim� y
acerqu� mi boca a la cabezota para probar un poco. Con mi lengua esparc� el
siguiente chorrito por toda la cabezota y chupeti� de su agujero el resto,
empezando una buena mamada en toda forma. De esas que yo s� darles a los hombres
desde muy ni�a y que los hace volar al cielo. D�ndoles gusto con mi boquita
mamadora y fr�gil, he vuelto locos a much�simos machos que casi se desmayan
cuando los tengo entre mis labios.



No se si ya se la habr�an mamado antes a Martincito. Su mam�
s�lo me dijo que lo ayudaba a descansar, pero no aclar� si s�lo con su mano. El
caso es que a los 5 minutos de estarle dando una de mis mejores mamadonas,
dedicada en serio, se vino. La presi�n de su venida no fue escandalosa, como las
que recuerdo de su pap�; m�s bien fue tranquila, pero abundante en serio. La
leche le empez� a salir del agujerito con calma, como si fuera sangre de una
herida, como una gran hemorragia amarilla, al ritmo de los latidos del coraz�n.
Uno tras otro, tras otro y tras otro, los amarillentos borbotones de mocos
abandonaban su cuerpo, inflamando sus huevotes de manera deliciosa, como si
estuvieran ya, desde ese momento, produciendo m�s, reponi�ndose en ese mismo
instante. Prob� un poco y el resto lo dej� fluir libre, sobre mis manos,
embadurn�ndomelas todas. Estaban ricos, agridulces y espesos, muy espesos, pero
su aroma era fuert�simo. Esto me hizo recapacitar sobre la conveniencia de
dejarlo que me cogiera. Tal vez la lentitud de su descarga y la baja presi�n de
sus orgasmos, se debiera a la espesura del esperma, y eso, si mi experiencia no
me fallaba, se debe a la abundancia de espermatozoides que tiene la leche del
nene.



Yo no tra�a condones y ni caso ten�a preguntarle a Martincito
si tendr�a uno entre sus cosas, tal vez ni siquiera habr�a visto uno en la vida.
No me quer�a arriesgar a quedar encinta de mi sobrino, ya hab�a dos hijos del
incesto en la familia, para qu� engrosar la lista. Y como yo ten�a varios meses
sin sexo, de seguro mis �rganos reproductores estaban muy sensibles, y aunque
hubiera hecho que me la sacara cuando le llegara, con la pura baba preseminal,
me hubiera embarazado debido a la abundancia de vida que tiene en los huevos,
qu� caso ten�a arriesgarse.



Le limpi� bien el garrote con la s�bana, dici�ndole que la
ten�a muy bonita y rica, no se le baj� para nada, le sigui� tan parada como
antes, como manguera de motor de carro, bien gorda y torcida. Me puse de pie,
acarici�ndole la cara de caballito que tiene, acical�ndome las enaguas y
dispuesta a retirarme, pero �l se sent� en la cama y me meti� las manos por
debajo de la falda, y desesperado me acariciaba las piernas y me agarraba de las
nalgas tratando de meter su cara en mi chocho, para besarlo por encima de mi
tanga color azul pardo. Lo calm� y le dije que qu� era lo que quer�a hacerme. Me
respondi� con un hilo de voz que besarme ah� y le dije que se calmara, que deb�a
ser paciente. ��Aqu� me quieres besar, hijito?, le pregunt� con mi vocecita
cachonda, mientras me echaba la falda del vestido para arriba y hacia atr�s,
mostr�ndole completos mis muslones y el centro de mi peque�a tanguita, que s�lo
cubr�a mi vagina. S�lo asinti� con la cabeza, sin despegar sus ojos del manjar
de reyes que tengo all�, manjar que s� muy bien desde ni�a, como exaspera a los
hombres... y hasta a las mujeres.



Me ech� un par de pasos hac�a atr�s y me volte� de espaldas a
�l, ense��ndole la curva de mi culito y mis rotundas nalgas, apenas tapadas en
su parte alta por mi calzoncito; con los zapatos de verano de altos tacones que
tra�a, se me paraba mucho el culo y el encuarte se me ve�a muy alto. Me le volv�
a poner de frente y separ� mis piernas un poco, 40 cent�metros, tal vez. Corr�
la tanga a un lado y le mostr� mi completamente depilada vagina, pas�ndome un
dedo y meti�ndomelo a la boca, a chup�rmelo sin dejar de verlo a los ojos. �l se
estaba jalando el garrote con calma, viendo como le ense�aba mi puchita, ya le
estaba babeando otra vez y la tra�a muy hinchada, rica. Nos masturbamos al mismo
tiempo, mir�ndonos mutuamente. Yo le devoraba con los ojos el portento de
salchich�n grues�simo que se zarandeaba imp�dico ante m�, sabiendo que me
llamaba mucho la atenci�n ese fen�meno genital que tiene, y �l no separaba ni un
segundo su mirada de mis muslos y mi peque�a vagina, a pesar de tanto hombre que
me he pasado por ah�. As� es, tengo la pepita muy chiquita, no tengo para nada
una raja de sand�a, como he visto algunas, no, yo la tengo peque�ita y muy
coqueta, por eso me la depilo totalmente en una cl�nica; no me rasuro, se ve muy
feo, me quito todo el bello con l�ser y cremas, para que se vea muy apetecible,
como dulce caro, peque�o pero delicioso. A pesar que ya me han metido verdaderos
torpedos, como el de Mi Amorcito y los hombres que �l mismo me ha tra�do, mi
puchita sigue peque�a y apretada, como de ni�ita. Parece un clavelito color de
rosa.



Me temblaban las piernas, me sent�a demasiado excitada y le
dije nerviosa: �Ven, Mart�n, ven gateando y c�mete a tu t�a, �no quieres?, mira
qu� ricura, mi�jo. Se puso de rodillas y gate� como bebe hac�a m�, batallando un
poco con los pantalones enredados en sus piernas. Cuando lleg� a m�, me met� dos
dedos en la vagina, hasta los nudillos, y los saqu� empapados de mi miel y se
los met� en la boca, los chup� como si fueran un biber�n, cuando me quiso meter
la cara en la pepa, di un paso hac�a atr�s, y otro, y otro, atray�ndolo detr�s
de m�, como puerco tras la vasija de comida. Hasta que ya no hubo espacio y
qued� recargada en la puerta del cuarto, me dej� de seguir como perro, con la
legua de fuera, viendo atormentado, como me abr�a la vagina como libreta,
ense��ndole mis sonrosados interiores, h�medos y resbalosos.



Ah� me abr� por completo de piernas y le hund� la cara en mi
vulva a que me la comiera toda. Le dije que me quitara los calzones y me los
rompi� de un lado, no quer�a perder tiempo mi sobrinito ni para agarrar aire.
Cuando m�s duro me estaba mamando la vagina, tocaron a la puerta donde yo estaba
recargada de pie, y �l hincado entre mis piernonas. Era Rosa su mam�: -Ya est�
la cena, v�nganse a la mesa. �Ya est� cenando tu hijo, le contest� con la voz
agitada. ���ndale cabrona!, me respondi�, a ver �breme tantito. Le abr� la
puerta y asom� s�lo su cabeza y vio a su hijito de rodillas entre mis muslos
sorbi�ndome ruidosamente la vulva. ��Hay mendiga!, no me lo vayas a ahogar, mira
c�mo lo tienes. �No veo que est� sufriendo mucho, le dije con los ojos
brillantes y somnolientos, de lo caliente que me estaba poniendo su hijo
�Nombre, que va a estar sufriendo, si le encanta a mi hijito comer mujer. �Ah,
vaya, o sea que a ti tambi�n te ha comido, �verdad? �Huy s�, t� crees que se va
a aguantar, te digo que sali� igual al padre de caliente, pero a ti se le nota
que te est� disfrutando m�s que a m�, mira como se ahoga entre tus piernotas, s�
pos si est�s bien buena, hermanita, est� feliz mi�jito.



En eso sent� como me ven�a un orgasmo marca diablo. Saqu� a
mi hermana, bueno saqu� su cabeza del cuarto, y cerr� la puerta con mi espalda.
Me puse en las puntas de mis pies y lo met� de cara los m�s que pude en mi
vagina. Sent�a como su lengua me invad�a completamente la pepa, movi�ndose
furiosamente por dentro de m�. Me quer�a saborear toda por adentro, desesperado,
como todos. Lo agarr� del cabello y me vine como energ�mena en su boca. Mi
orgasmo fue total y placentero, era el primero en muchas semanas. Despu�s de un
rato ya mi sobrino estaba totalmente metido debajo de m�, sentado en el piso con
su cara mirando toda hacia arriba, y yo me mec�a abierta de piernas sobre sus
labios, d�ndole hasta la ultima gota de mis jugos. Mart�n ni las manos met�a,
las ten�a en el suelo, apoyando su peso, las m�as estaban enredadas en sus
cabellos, dirigiendo su cara desde mi culito hasta mi vagina, pas�ndome todo su
rostro por las entrepiernas, embadurn�ndosela toda con mi gelatina. Mirando
desde arriba como segu�a con la lengua de fuera, saboreando completa esa parte
de mi cuerpo, la m�s �ntima y escondida.



De repente sent� como me revoloteaba su lengua por la colita,
sent� riqu�simo. Detuve mi vaiv�n sobre su rostro y lo dej� que se concentrara
en mi culito con su larga lengua. Yo misma me abr� las pompas con las manos,
para que no batallara tanto, soy muy carnosa de nalgas y sin mi ayuda no podr�a
llegar tan all�, a mi fundillo. Me meti� la mitad de la lengua y me estremec�,
me vino otro orgasmo y se me ocurri� encajarme su tolete chueco por all�, as� no
habr�a riesgos de embarazo. Lo saqu� de entre mis nalgotas y lo recost� sobre el
piso y me puse en cuclillas encima de �l. Agarr� su vergonona dura, pesada,
chueca y gorda, como auricular de tel�fono p�blico antiguo, y me la fui metiendo
por el culo, despacio; le ten�a algo de miedo a la joroba. Por tanta saliva que
me hab�a embarrado cuando me mamaba el culo, pas� f�cil la cabezota, y empez� a
invadirme el tronco de pirul que tiene el mocoso. Cuando llegu� a la
protuberancia le di m�s despacio, y con calmita fue pasando la "panza" de la
verga, por mi dilatado esf�nter.



Cuando me la met� toda, clarito sent�a como me desfiguraba
por dentro todo el ano. La sent�a muy de lado en mi vientre, �como nunca!,
sent�a como la tra�a por un costado; era una nueva sensaci�n, satisfactoria y
emocionante.


Ni por mucho puedo decir que tenga el culo cerrado, Mi
Amorcito y los hombres que me ha tra�do me han gozado hasta el cansancio por
all�. A veces, en nuestras aventuras mas descocadas, viajando por el pa�s, me ha
tra�do 2 amigos ocasionales as� como �l, bien vergudos, y entre los tres me han
sonado toda la noche por el culito. Ellos, todos, duermen un rato, yo no,
siempre alguno me est� usando analmente, mientras otro me ensarta por delante,
hasta que amanece. Para nada soy una virgen de la cola, pero Martincito me la
distend�a como hace a�os no lo sent�a. Montada sobre �l, me desabroch� el
vestido y me levant� el brassier para darle mis pechos en la boca, a chupar
tetas, esto fue el acabose para el pobre ni�o. No aguant� mucho, s�lo uno 5 � 6
minutos comi�ndose unos pechos de porcelana y se empez� a venir. En cuanto sent�
el primer chorro me le separ�, para qu� quieren que hubiera estado cagando mocos
toda la noche, con la gran cantidad que echa y con la textura tan espesa que los
tiene. Sent� cada cent�metro de su retorcido machete salir de mi culito; como si
fuera de nalgas por una sinuosa carretera, detectaba la curva peraltada que
tiene en el camote mi sobrinito, riqu�simo. All� lo dej� tirado en el suelo,
mirando c�mo le brincaba y se le estremec�a la vergota en cada chorro de semen
que a borbotones le sal�an de la tremenda cabezota, y anotando mentalmente la
compra de condones en cuanto fuera al pueblo, para goz�rmelo por la vagina, en
nuestro pr�ximo encuentro. No pensaba irme sin sentir esa rareza bien metida en
mi �tero, cal�ndome hasta mi ovario derecho, roz�ndomelo con el glande. Agarr�
mis calzoncitos rotos, me arregl� en lo que pude la ropa y el cabello, y me
encamin� a la salida del cuarto.



Ni con todo esto se le baj� la erecci�n. Cuando sal�a por la
puerta volte� a verlo y ya se la estaba jalando otra vez, ah� tirado donde lo
dej� masturb�ndose como si no se hubiera venido dos veces en media hora. Cabr�n
muchacho, por eso est� tan flaco y medio menso, por tanta pu�eta. O tal vez ser�
por la revoltura de sangres iguales, hemofilia se llama, �verdad?


Me met� a la regadera y me cambi� de ropa. Me fui a la mesa
con Rosa y despu�s de la cena nos pusimos a beber tequila y a platicar. Pap� y
Javi no hab�an llegado todav�a.



Sin mucho pre�mbulo me pregunt� qu� tal se hab�a portado su
beb� y le respond� que ten�a raz�n, que s� le hab�a heredado al primo sus
cualidades. No le quise decir que me la hab�a metido por la cola, no s�, se me
hizo gacho contarle. Yo le pregunt� si ella se lo hab�a cogido. Al principio me
lo neg�, pero con los tequilas al rato lo acept�: -No pues para que te lo niego,
mana, s� me lo cog� ya, me confi�, es que mi pobre ni�o es demasiado ardiente,
tiene la sexualidad muy desarrollada y me da l�stima verlo as�, sufre mucho el
pobrecito con esas cosotas que le dio la naturaleza, qui�n m�s lo puede ayudar
sino su madre. Adem�s ni creas que para m� es un sacrificio, tiene una trancona
deliciosa, te deja bien satisfecha.. �Y no temes quedar pre�ada por �l?, avienta
demasiada leche y muy concentrada, pregunt�. �No, siempre uso cond�n. Ya no
quiero saber nada de maternidad, tanto con mi marido, como con Pepe y ahora mi
hijo, siempre uso condones. Aunque a Mart�n no le duran, como tiene el chile muy
chueco los aguanga o los rompe y se los tengo que estar cambiando, pero cr�eme,
vale la pena, te deja la vagina zumbando, rico que est� mi hijo, Maricarmen. �No
te lo cogiste? �No, por lo mismo, no traigo condones. �Ah, pos horita te doy una
caja, para lo que se te ofrezca, me dijo. �Oye, �pero c�mo le gusta comer
vagina, �qu� b�rbaro!, �pues desde cu�ndo le das de la tuya?, pregunt�. �Desde
que ten�a 8 a�os. Era muy curioso, siempre se me met�a debajo de las faldas o en
la cama iba y se met�a entre las cobijas y se colaba entre mis piernas, sent�a
sus manitas fr�as recorrerme los calzones y sus deditos acarici�ndome la papaya.



�Desde los 8 a�os!, �c�mo ven a mi sobrinito?: �Una vez lo
dej� hacer divertida, a ver hasta d�nde llegaba. Con mi esposo, su padrastro, a
mi lado bien dormido. Fingiendo que estaba dormida, me abr� de piernas y me dio
una santa mamada el escuincle!, que me hizo venir bien rico. Desde chiquillo
tra�a la libido muy alta mi�jo, como que eran cualidades natas en �l. As�
estuvimos, por las noches llegaba al ataque y me dejaba bien chupada la pepa.
Luego ya lo habl� con �l, una vez que tra�a regla y no me dej� que me comiera, y
le dije que no lo fuera a divulgar con nadie, que eso no estaba bien, que no lo
platicara, que lo iba a dejar hacerme eso pero que fuera muy discreto; as�
estuvimos un tiempo. Lo malo fue que una vez lo sent� entre mis piernas, y de
repente me dorm� con �l mam�ndome la vagina. Me despert� cuando me fij� que ya
no me com�a y que lo voy viendo con la verga de Emilio mi esposo, bien metida en
la boca y el otro maldito, con sus manotas en su cabecita, meti�ndosela hasta la
garganta, maldito perro. Me di una santa encabronada, casi lo acuso con pap�, ya
ni la chinga. Por eso puedo hacer lo que quiero con Paco y con mi hijo, desde
entonces lo tengo amenazado. No me puede decir nada, ya me hall� cogiendo con el
primo varias veces, y si mi�jo llega por la noche quej�ndose de la erecci�n que
le duele, me lo cojo en mi cama con Emilio a nuestro lado, me vale madre, a mi
Mart�n que no le duela nada, el otro infeliz no me importa. Mi hijo a veces
hasta me pone de nalgas, empinada y me la zumba un buen rato, hasta que descansa
se va, y el Emilio se hace el dormido, �qu� m�s le hace?; y no puede hacerme
nada, porque si le digo a pap� que hizo que Mart�n le mamara la verga lo mata al
est�pido. Olv�date, donde pap� sepa que le quisieron hacer joto a su nieto, para
qu� quieres.



S� era cierto, mi padre nunca hubiera perdonado semejante
afrenta. Le hubiera cortado la verga a machetazos al cabr�n de mi cu�ado. �Y
entonces, a Mart�n no le gustan los hombres, �o agarra parejo?, le pregunt� a
Rosa. �No, mana. Mi hijo es mach�n. S�lo fue esa vez. No s�, para que te lo
niego, si fue Emilio el que lo hizo que se la chupara, o Mart�n al verlo
dormido, en su inocencia, se le prendi� del garrote y el otro mendigo se dej�,
no s�. Pero me asust� mucho y le empec� a echar m�s ganas con mi hijo, para que
le gustaran las viejas y no los hombres. Me desnudaba delante de �l y le
ense�aba las diferencias de los cuerpos del hombre y la mujer y le dec�a que
para �l era m�s rica una mujer que un hombre. Y pos si horita no estoy nada mal,
pues hace 4 � 5 a�os, estaba mejor. �Pues con esas enaguotas y esos blusones no
se ve que est�s muy bien que digamos, le dije mirando los faldones que tra�a
desde que llegu� d�as antes. �Estas son ropas para el trabajo, c�mo quieres que
ande muy arreglada aqu�, respondi�. �Y as� andas siempre? Pues te ves fatal, no
s� de donde me dices que todav�a est�s muy bien. �A que la chingada, esp�rame,
horita vengo, me dijo y se levant�. Yo ni le pregunt� a d�nde iba, supuse que a
traerme algunas fotos.



A los 15 minutos regres�, casi no la reconoc�. Se hab�a
cambiado y maquillado. Adem�s se solt� el cabello y se pein� bien. Tra�a un
blusa amarilla, de manga corta a la cintura, ense�ando ombligo. Una minifalda
negra, muy corta a media pierna y muy apretada, sin medias y con zapatos de moda
de tac�n muy alto y cerrados. Se ve�a muy buenota mi hermanita. De los pechos no
es nada espectacular, pero las caderas y las piernonas son para parar el
tr�fico. Desde los 13 a�os, en que Paco la desquint�, se empez� a poner as�, yo
creo que por el garrote que mi primo tiene, como que le expandi� las caderas.
Tiene las piernas espectaculares, largu�simas, muy torneadas y llenitas, y las
nalgas bien paraditas, puedes poner una taza de caf� all�, como si fuera repisa
y no se cae. Es de esas mujeres de torso muy corto y de piernas muy largas,
�hermosa que est� Rosa a sus 35 a�os!. �Quiubo? No me cre�as. As� me pongo
cuando salgo con Paco a coger o cuando mi�jo trae ganas, �qu� tal?, toma te
traje los condones, me dijo extendiendo su mano con una caja de ellos y d�ndose
una vueltecita para que la viera bien. �No, pues de veras est�s muy buena, mana.
Tu hijo se ha de ahogar ah� en medio de tu largas piernas, le dije imagin�ndome
a Martincito entre las portentosas piernotas de su madre. �Huu, si lo vieras, se
emociona bastante mi�jo. De ac� no hay mucho (refiri�ndose a sus senos), pero de
ac�, mira- se levant� con algo de esfuerzo la faldita, pues le quedaba untada y
me ense�o una tanga de hilo dental de infarto, color blanco y semitransparente,
mostrando orgullosa un culo hermoso y duro y unos muslones in equitativos con
respecto a su tronco- aqu� se vuelven locos mi Mart�n y mi Paco, hijo y padre,
c�mo ves, mana?



En eso est�bamos, cuando llegaron pap� y Javier del pueblo.
Nos preguntaron que si �bamos a salir, al ver a Rosa tan arreglada lo
supusieron. Les dijimos que no y se sentaron a beber tequila con nosotras. Las
miradas de pap� y mi hermano eran muy insistentes hacia nosotras. Yo me hab�a
puesto unos shorts algo cortos y apretados y un top sin tirantes y sin sost�n,
con unas calzaletas de taconcito, abiertas. Rosa no cuidaba c�mo se le sub�a la
faldita al estar sentada y les daba un espect�culo divino con sus muslos y su
mini tanga transparente y yo sin enfado sub�a mis brazos sobre mi cabeza,
mostr�ndoles mis tetitas y mis finas axilas, tambi�n depiladas con l�ser.
Sudaban los dos al tener de cerca de ese par de yeguas, se les notaba muy
calientes y excitados con nosotras. Estuvimos platicando y exasper�ndolos hasta
tarde y nos fuimos cada quien a su habitaci�n. Yo ya iba algo borracha y me puse
mi pijama para dormir y un pedacito de rollo sanitario entre las piernas, andaba
muy mojada, me calent� mucho con las miradas de Javier y pap�.



En sue�os sent�a como me tocaban las tetas y me jaloneaban el
pantal�n del pijama hacia abajo, en la penumbra reconoc� a pap�, hincado en el
piso y con mi seno izquierdo en su boca, chup�ndolo fuerte, como �l se lo hac�a
a las mujeres. Me despert� por completo y le pregunt� qu� me hac�a, s�lo se sac�
mi pez�n de la boca para decirme que esa noche s� le iba a cumplir, que ten�a 20
a�os esperando a met�rmela y que ahora se lo iba a cumplir, y se fue sobre mi
tetita, a chup�rmela de nuevo. Me desabroch� la camisa y le agarr� la cabeza
mientras me mamaba con desesperaci�n las tetas, me deslic� el pantal�n y me
quit� los calzones y el papelito y le agarr� la mano para que me metiera un
dedote, sin dejar de darle pecho. No ten�a caso discutir con �l, y s� era
cierto, estaba pendiente con �l desde que me fui, a los 13 a�os y 11 meses,
cuando le rogu� llorando que no me fuera a penetrar con su monstruosidad, que se
esperara a que cumpliera los 14, y ya no le di oportunidad de hac�rmelo.



Adem�s esa noche en particular, necesitaba una muy buena
verga. Despu�s de varias semanas sin sexo y con la sesi�n anal que tuve con
Mart�n, necesitaba un palito con un hombre que me hiciera sentir, que me hiciera
ver estrellitas, y qui�n mejor que el salvaje de mi padre. Con esa locura de
verga que tiene y con lo fuerte que trata a las mujeres, �qui�n mejor que �l esa
noche? Adem�s ya no ten�a 14 sino treinta y tantos a�os, y ya no le tem�a a su
gord�simo animal, sino todo lo contrario...



�


Continuar�....



�


�


== Para los amables lectores que lo han pedido, mi eMail es:
POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO. Se los
hab�a prometido desde el ultimo de la serie �Ser� una Perra?, pero en el primero
de esta serie se me olvid� anotarlo. Espero sus comentarios.



Los saluda con cari�o: Maricarmen.




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Relato: S�, s� soy una perra (2)
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