Luego de terminar un parcial por dem�s dif�cil, sal� de la
facultad y camin� un par de cuadras hasta la parada del colectivo 5, ya para
volver a casa con la intenci�n de comer e irme a dormir. Ya eran m�s de las diez
de la noche, y aunque Callao y Rivadavia es siempre una esquina concurrida, en
aquella oportunidad me encontraba sola esperando el colectivo. Como hab�a pedido
un d�a por estudio en el trabajo no tuve que ir, por lo que aprovech� para ir a
la facultad bien c�moda: un shortcito color beige con una remerita blanca
ajustada, medias de lycra blancas y unas sandalias altas hermosas, tambi�n de
color beige, de suela de corcho con tiritas que anudan en el tobillo. Debajo de
la media no llevaba nada (ya que me enloquece el roce con mi vagina al caminar),
y arriba ten�a un corpi�o blanco de encaje desde donde asomaban mis enormes y
abultados pechos, apretados por salir.

Lo paro, y tras subir y sacar boleto me voy para el fondo, al
�ltimo asiento de dos. Muerta de cansancio me dej� caer contra la ventanilla y
puse mi carpeta y mis libros a un lado. Lo que pas� durante el viaje no lo
recuerdo muy bien; supongo que despu�s de los primeros cinco o diez minutos me
habr� quedado dormida, por que sin darme cuenta fui a parar a la terminal. Sola
dentro del colectivo, siento que alguien me empieza a hablar y a moverme hasta
que abr� los ojos. Me encontr� cara a cara con dos empleados de la empresa de
transportes, uno parec�a el chofer del colectivo y el otro un inspector o algo
as�.

Me preguntaron porqu� estaba todav�a ah� si el recorrido
hab�a terminado, y me insistieron en que les diera mi boleto. Medio dormida,
empec� a buscar el boleto en la carpeta, pero no lo encontr�. Estaba
desesperada. Lo busqu� en mi ropa, y al no encontrarlo volv� a buscarlo en mi
carpeta, pero no aparec�a. Al ver que no les daba mi boleto, el inspector me
dijo que si no se lo daba pronto iba a tener que acompa�arlos. Sin esperar a una
�ltima b�squeda me hicieron levantar y me llevaron a una oficinita sin ventanas
para darme la multa correspondiente. Entr� en segundo lugar, siguiendo al chofer
y detr�s de m� el inspector cerr� la puerta.

Me di vuelta con la idea de increparlo por los tratos, cuando
veo que se estaba tocando el pito con una sonrisa maliciosa. Segundos despu�s de
ver como el chofer hac�a lo mismo se me empezaron a acercar, y al ver sus
intenci�nes se me escap� una risita. Autom�ticamente me saqu� la remera,
qued�ndome en corpi�o y luego me saqu� el short mientras ellos se bajaban los
pantalones. Ya con la medibacha baja hasta las nalgas, el chofer se me puso por
delante agarr�ndome las tetas, al tiempo que el otro me apoyaba su duro miembro
por detr�s, meti�ndome sus tres dedos m�s largos en mi conchita h�meda. Vi c�mo
se les ca�a la baba al ver mis tremendos pechos caer naturalmente luego de
sacarme el corpi�o (lo digo as� porque sin exagerar son REALMENTE ENORMES), con
los pezones erectos por la calentura que me provocaba la situaci�n, as� que para
terminar de entregar mi cuerpo a esos dos hombres tom� mis gordas pechugas con
ambas manos y las alc� hacia ellos, ofreci�ndoselas de mamar. El contacto de sus
bocas succionando en mis pezones me hizo hervir de la calentura, lo que me hizo
agarrar sus bergas y excitarlas a�n m�s de lo que ya estaban, mientras sent�a
varios dedos juntos entrar y salir mojados de mi concha y dos bocas me com�an
las gomas con la voracidad del hambre.

Muerta de calentura me arrodill� y enseguida se pusieron uno
al lado del otro, con los pitos muy duros y colorados. No los hab�a visto muy
bien hasta ese momento: eran dos pijas enormes, gruesas y largas. Sus cabezas
grandes y coloradas parec�an hinchadas y los huevos de ambos, gordos y
grandotes, se ve�an rellenos de semen listo para m�. Los �rganos de ambos eran
completamente tentadores, y sin poder resistirme ni un segundo m�s, tome en mis
manos el que ten�a m�s cerca y cerrando los ojos me lo met� entero en la boca.
Lentamente rode� la colorada cabeza para luego seguir acariciando ese tronco tan
robusto con mis labios, comi�ndolo sin parar hasta mi garganta.

Presionando un poco m�s avanc� hasta llegar a la base de tan
tremenda pija, que descansaba apoyada en mi lengua, escuchando exclamaciones de
gusto de todo tipo. Luego de haberla saboreado en esa primera chupada tan
placentera empec� a sacarla despacio, labios y lengua abraz�ndola de principio a
fin hasta que sali� del todo. Un hilito de saliva un�a mis labios con la punta
de esa cabezota espectacular, y mientras masturbaba la pija del inspector me
dispon�a a tragarme otra vez la del chofer, deseando devorarla un buen rato.
Segu� chup�ndola despacito, sintiendo cada parte del pito de principio a fin
durante unos minutos, hasta que me di vuelta para probar la segunda.

La morcilla que el inspector ten�a por pito se sent�a tan
bien en la boca que me hizo chuparla sin parar, s�lo dej�ndola por unos minutos
para mamar la otra berga, igualmente grandiosa.

De nuevo la acariciaba con mis labios, rode�ndola cent�metro
a cent�metro mientras mi lengua la saboreaba al entrar, sin parar hasta mi
garganta. S�lo que esta vez no quise sacarla, por lo que me qued� con la boca
llena y empec� a chuparla sin perder un segundo. Semejante mamada me dej� con la
conchita abierta a m�s no poder, que luego uno de ellos gozaba manose�ndola a
gusto. Sin poder aguantarme tom� las pijas de ambos y me las met� en la boca,
chup�ndolas cuanto pod�a mientras el chofer aprovechaba los jugos de mi cueva
para untarme el ano y empezar a meterme los dedos. Unos minutos despu�s el
inspector se sent� en un sof� medio roto abriendo las piernas para dejarme bien
cerca de su cipote, que yo de rodillas y medio inclinada segu� chup�ndo con todo
mi arte, disfrutando como pocas veces. El chofer mientras tanto acariciaba mis
gl�teos y tras ubicarse a mis espaldas met�a y sacaba sin parar sus dedos de mi
concha haci�ndome disfrutar a lo loco.

Mientras yo segu�a chup�ndosela al inspector a mi antojo, el
chofer me unt� un poco m�s el ano con mis propios jugos y enseguida me introdujo
el dedo grande. Tras unos momentos me lubric� un poco m�s y me meti� dos dedos,
luego tres... Interrump� la mamada llena de deseo y d�ndome vuelta le ped� que
me la diera por el culo. Sin esperar respuesta me volv� para seguir chup�ndo,
ansiosa de sentir tan generosa tranca y lista para la penetraci�n.

Empez� a agacharse sobre m� con el pito inclinado y luego de
apoyar la gran cabeza sobre mi esf�nter h�medo presion� hasta abrirlo, no sin
antes hacerme gemir un poco del dolor. Mientras mi ano ced�a estir�ndose ante
tan gruesa berga, �l empuj� despacio hasta hacerla desaparecer dentro de mi culo
y despu�s desliz� todo su robusto y duro tronco en mi interior hasta que la
cabeza me toco el fondo, volvi�ndome loca. Luego sigui� empujando un poco m�s
para terminar de met�rmela del todo, dejando sus huevos contra mi ano, ya
colorado y muy forzado.

Ten�a el culo incre�blemente lleno, me sent�a brutalmente
empalada y deseaba con el alma que empezara de una buena vez a darme la cogida
de mi vida. Mis deseos se hicieron realidad en ese mismo momento, y tom�ndome
con las manos por la cintura apoy� su pelvis sobre m� para empezar a montarme,
sac�ndola casi hasta la cabeza y clav�ndomela hasta lo m�s profundo de mi culo
de un empuj�n que me dej� boquiabierta.

Bombeaba despacio pero haci�ndome sentir cada cent�metro de
ida y de vuelta, adorando la estrechez de mi colita, que disfrutaba abriendo en
cada entrada. Se le hab�a agrandado de tal manera al cogerme que el tama�o hac�a
dif�cil la penetraci�n, por lo que la sac� para pasarse un poco de saliva y
despu�s me unt� un poco en el ano a m�, volviendo a met�rmela bruscamente y bien
hasta adentro otra vez. Grit� del dolor, pero el bombeo me hizo pedirle m�s.
Ahora me cog�a un poco m�s r�pido y yo sent�a su berga entrar en m� con m�s
facilidad, dejando de dolerme de a poco hasta convertirse en un placer de
locura.

Mientras tanto yo segu�a chupando esa espectacular pija que
ten�a delante, una delicia para mi boca hambrienta. Me encant� estar penetrada
por la boca y por el culo a la vez, chupando y comiendo la dura pija del
inspector mientras la del chofer hac�a estragos en mi culo. Creo que jam�s podr�
olvidar la sensaci�n de tener toda esa berga gorda metida en la boca y
atragantarme con su cabeza mientras mi culo ard�a tirante y lleno de placer con
la presi�n de cada arremetida de la otra berga y sus huevos golpeando mi ano con
furia. Gozaba como la m�s puta de todas, dando gritos ahogados al ser cogida por
el culo y chupar una pija a la vez, mientras mis dos machos disfrutaban de mis
agujeros. Unos minutos m�s tarde decidimos cambiar de posici�n. Me levant� y
d�ndome vuelta agarr� la pija dur�sima del inspector mientras iba bajando con
las caderas hasta poner la cabeza sobre mi esf�nter medio abierto. Cuando ya la
sent� apoyada y lista para entrar empec� a bajar para clav�rmela despacito, en
parte por gusto y en parte porque a pesar de haber sido muy bien cogida hac�a
minutos, la berga que me entraba ahora era tal vez un poco m�s gruesa y
probablemente me doler�a un poco m�s que la primera vez.

Las ganas sentir otro pito en mi culo fueron m�s fuertes y
haciendo caso omiso del dolor que empezaba a sentir segu� adelante bien hasta
sentarme sobre su berga, haci�ndola desaparecer entera dentro de mi colita. Una
vez sentada sobre �l, separ� mis nalgas con las manos para bajar un poco m�s y
sentir como su cabezota me apretaba en lo m�s profundo y sus huevos peludos se
pegaban a mi enrojecido ano. Con toda la tranca metida tan adentro empec�
moverme y a disfrutar con los ojos cerrados y la boca entreabierta, agarrando
las manos del inspector que me sujetaban por la cintura y llev�ndolas a mis
gordas tetas, mientras el chofer me miraba gozar suponiendo que su amigo me
quer�a para �l solo. Ard�a de placer y enseguida empec� a subir y a bajar cada
vez m�s r�pido, mordi�ndome el labio del gusto y gritando por m�s y m�s, cosa
que el inspector logr� movi�ndose a la par de m�; cuando yo bajaba mis caderas
�l sub�a su pelvis, haciendo que su berga me entrara a�n m�s profundo cada vez y
que yo gritara euf�rica.

A pesar de que me pellizcaba los pezones y me apretaba las
gomas con fuerza, mis movimientos las hac�an saltar violentamente. Sent�a sus
manos presionarme los pechos como si fueran prensas, tan fuerte que casi me
dol�an, y esa sensaci�n sumada a su terrible berga destroz�ndome el culo fueron
algo que no podr� olvidar.

Todo ese placer indescriptible me calent� sobremanera
convirti�ndome en un infierno, lo que me llev� a probar de lo que jam�s hab�a
hecho. Dej� de moverme y lo hice parar a �l, y con su pija toda dura e inflamada
todav�a bien adentro de mi culo, me recost� de espaldas sobre su pecho y
abri�ndome de piernas dej� mi conchita h�meda a merced del poste bestial que me
hab�a cogido el culo la primera vez. Quer�a sentir esas dos bergas fenomenales
dentro de mi, cogi�ndome por delante y por detr�s al mismo tiempo hasta
reventarme. Lo mir� a los ojos nerviosa y con el coraz�n latiendo rapid�simo, la
respiraci�n acelerada.

Al acercarse a m� manoseando su pija y con una sonrisa
burlona en la cara cre� que me coger�a hasta que me explotara el cuerpo. Me baj�
un poco m�s la medibacha para abrirme m�s de piernas, y separ�ndome los labios
con las manos le mostr� mi agujerito rosado, lista para su entrada. Al ver que
su compa�ero ven�a hacia mi dispuesto a penetrarme, el inspector movi� un poco
su gran cipote, que todav�a ten�a clavado en mi colita, y me agarr� de las tetas
desde abajo otra vez, como dici�ndome que me prepare para lo que me esperaba.
Con un poco de miedo empec� a gemir desesperada y muerta de nervios por lo que
hab�a pedido, sin saber como ser�a realmente o si lo podr�a soportar, casi al
punto de arrepentirme y dar vuelta atr�s, pero ya era tarde.

Ingenuamente cre� que se habr�a dado cuenta de mi miedo y que
tal vez no lo har�a, pero no fue as�. Al contrario. Parado delante mi jugosa
entrepierna su mirada delat� la excitaci�n que le provocaba mi miedo,
endureci�ndole y par�ndole el pito de una manera feroz. Peor a�n, el ver la
tranca de su amigo metida completamente en mi culo y la idea de hacerme sentir
ambas a la vez lo enloquecieron de calentura, hasta que al fin lleg� el momento.
Corriendo lentamente la piel descubri� la cabeza y apoy� la berga a escasos
cent�metros de mi rosada y babosa feminidad, que desobedeciendo mis deseos se
abri� como una flor.

Al ver eso agarr� su berga y empez� a frotarla sobre mi
medibacha, y cuando la tuvo parada casi hasta explotar puso la gran cabeza entre
mis labios, jugueteando con ellos y moj�ndola con mis jugos, movi�ndola de
arriba hacia abajo. El inspector ahora me agarraba de la cintura y yo, con mis
enormes tetas cayendo abultadas a ambos lados, cerr� los ojos y me aferr� con
las manos al sof�, muerta de nervios.

Sin m�s demoras se agarr� el pito con una mano y de un envi�n
me lo meti� en la concha sin importarle mis gemidos de desesperaci�n, que luego
se transformaron en gritos. Con la boca y los ojos abiertos de par en par ve�a y
sent�a como esa terrible pija se abr�a paso en mi interior, penetr�ndome hasta
entrar completa y dejarme la vagina llena de su carne dura.

Cada cent�metro de su berga que desaparec�a dentro de m� me
hac�a gemir y gritar con el coraz�n latiendo muy fuerte, hasta que me la meti�
por completo, haciendo que mis h�medos labios besaran sus huevos. En ese momento
el inspector empez� a cogerme el culo nuevamente, mientras su amigo me cog�a la
concha una y otra vez, bombe�ndome ambos s�lo por unos segundos. Durante ese
escaso tiempo los dos hab�an entrado en m� y me la daban fren�ticamente, sus
bergas entrando y saliendo de mis agujeros sin parar, sin compasi�n. Fui v�ctima
de un hermoso s�ndwich y ahora que sab�a c�mo se sent�a no quer�a que pararan,
me mor�a de calentura y de deseo por los dos y quer�a que me cogieran hasta
reventarme. Al menos por ese peque�o instante pude experimentar c�mo es tener a
dos hombres en mi cuerpo y c�mo se sienten dos tremendas bergas a la vez,
cogi�ndome hasta fundirme la concha con el culo.

Luego de ese breve �xtasis, el inspector par� de bombear y el
chofer dej� mi vagina, ante mi mirada sorprendida. Moj�ndose los dedos en mi
entrepierna empezaba a lubricarme el esf�nter, todo alrededor de la tranca del
inspector, que todav�a no sal�a de mi culo. De vez en cuando usaba un poco de su
propia saliva, y con los dedos me masajeaba el ano, introduci�ndolos de a uno
entre mi esf�nter y la berga del otro tipo. Aunque gritaba de dolor me gustaba
lo que hac�a, ya que si bien ten�a el culo bien abierto por la terrible berga
que lo llenaba, el chofer me lo ensanchaba todav�a m�s. Con los minutos, entre
mis propios jugos y el toqueteo mi ano al fin cedi� ante los dedos del chofer,
que ya entraban de a dos a�n con la pija del inspector todav�a adentro, hasta
que �l decidi� que ya estaba lista.

Extra�amente ahora no sent�a nada de miedo, siendo que lo
siguiente ser�a peor que lo anterior. Luego de pasarme su saliva en el ano por
�ltima vez me dej� sus dedos adentro, y tras penetrarme la vagina una vez m�s,
la sac� toda h�meda de mis jugos y lubricada para lo que se ven�a. Sac� sus
dedos y tras cerrar mis piernas y levantarlas hacia mis pechos, apoy� la pija en
mi ano y empuj� hasta ir meti�ndomela trabajosamente la lado de la de su amigo.
Mis gemidos y mis gritos de dolor ante tan brutal penetraci�n eran terribles.
Sin importarle nada, el chofer sigui� adelante hasta que me toc� fondo como la
primera vez, y en ese momento cre� que me romp�an el culo.

Me agarr� de donde pude mientras soportaba los destrozos que
le hac�an a mi colita, invadida por esas dos terribles bergas que en diferentes
momentos entraban y sal�an de �l, estir�ndolo hasta el dolor para llen�rmelo de
placer. As� pasamos los primeros diez minutos, despu�s de los cuales el chofer
la sac� de apuro, y par�ndose delante de m� se la tocaba listo para acabar. Me
inclin� como pude y tras agarr�rsela me la met� entera en la boca y se la chup�
con todas las ganas para no perderme ni una gota de leche.

Apret�ndome las tetas yo misma, chupaba esa gran berga con
voracidad mientras el inspector no paraba de bombearme en el culo. La
incomodidad me hizo levantarme y para poder seguir satisfaciendo a mis dos
hombres me puse en cuatro patas en el suelo. Al tiempo que abr�a la boca con la
lengua afuera y ve�a esa pijota acercarse para llen�rmela hasta la garganta,
sent�a como mi culo se abr�a nuevamente con un poco de dolor, empalada otra vez
para seguir cogiendo. Envuelta en un enorme placer mamaba el pito del chofer
mientras el otro entraba y sal�a de mi culo sin descanso, agit�ndome cada vez
m�s y golpeando mi ano con los huevos violentamente, hasta que las manos del
chofer me agarran de la cabeza y tras un par de empujoncitos de �l mezclados con
gemidos, me largo todo su semen en la lengua. Escup�a gruesas y espesas gotas,
que al llenarme la boca comenzaban a caer por las comisuras de mis labios, y
algunas otras sobre mis gordos pechos.

Tragu� bastante leche y la que terminaba de salir me llen� la
boca de nuevo mientras yo chupaba sin parar, a�n despu�s de que �l acabara. Al
sac�rmela de la boca jugueteaba con ella, lamiendo el grueso tronco y los
huevos, al tiempo que conservaba el �ltimo resto de leche en la lengua para
mirarlo a los ojos y mostrarle c�mo disfrutaba trag�ndolo, cuando de repente me
invadi� un enorme placer que se extend�a desde mi destrozado culo por todo mi
cuerpo. El inspector me culeaba ya a punto de acabar y le ped� por m�s y m�s
duro, hasta que sent� mis tetas hinchadas hasta reventar y los pezones ardiendo
de lo duros que estaban, gritando un orgasmo terrible con el que goc� como una
puerca durante un par de minutos.

Con la boca y los labios todav�a manchados de semen, me
relam�a de gusto cuando escucho que el inspector grita cada vez m�s mientras me
aprieta las nalgas, cogi�ndome a�n m�s duro hasta que al fin acab�. Gritaba sin
parar hasta que me la clav� bien en el fondo del culo, mientras largos y espesos
chorros de leche caliente me lo llenaban poco a poco. Sigui� bombe�ndome un poco
m�s y terminando de acabar dentro de m� hasta que, a pesar de que mi colita se
trag� la mayor parte de su semen, el resto de tan abundantes chorros ca�a en
gruesas gotas desde mi colorado y casi roto esf�nter, que sin poder contenerlas,
derramaba cada vez m�s leche. Unos segundos despu�s el inspector me sac� su
berga a�n parada, y mi culo se abri� todav�a m�s liberando unos peque�os
chorritos del semen que todav�a me quedaba adentro, que bajaron hasta mojarme la
concha de nuevo y terminaron manch�ndome la media.

Ellos, cansados, se vistieron como pudieron y se sentaron en
el sof�, mientras yo segu�a acostada en el suelo tratando de reponer un poco el
aliento mientras me acariciaba el cuerpo. Trat� de limpiarme como pude y tras
levantarme con ayuda de ellos, me sub� la media y empec� a vestirme.

Ante la mirada provocadora de ambos, fui poni�ndome prenda
por prenda hasta estar lista.

Busqu� mis cosas, pero al no encontrarlas record� que hab�an
quedado en el colectivo del que me baj�, as� que me desped� del inspector con un
beso, prometiendo volver y acept� la invitaci�n del chofer de llevarme de vuelta
para el lado de casa. Ahora nuevamente en el asiento, realmente me iba a mi
casa, recordando con una sonrisa c�mplice c�mo me hab�a deshecho de aquel
boleto.