Despu�s de algunos comentarios banales sobre la estupenda
noche y la cena del restaurante por parte de Arturo y Kike, salimos hacia los
carros. A leguas se notaba como nosotras �bamos ardiendo de la calentura, pues
pr�cticamente llev�bamos a rastras a nuestros maridos.
Llegamos al hotel en menos de lo que canta un gallo, el
dependiente me hizo una miradita libidinosa al darse cuenta que regresaba con
otra ropa. Subimos y entramos a la habitaci�n, y de inmediato empezamos. Kike me
hab�a confesado en el carro que le excitaba much�simo Arturo. Le respond� que me
encantar�a verlo coger con el.
�A ustedes qu� les gusta hacer? � pregunt� Kike.
Casi todo, no tenemos problemas en la mayor parte de las
cosas del sexo. � respondi� Arturo.
El hombret�n se acerc� a mi hermana y la abraz� de la
cintura, meti�ndole las manos por debajo del vestido sin ning�n tipo de pudor,
manose�ndola y restreg�ndole sus partes a conciencia. Eso nos calent� mucho,
especialmente a mi, �era mi hermana a la que estaba manoseando como a una perra!
Ella, que siempre hab�a sido la m�s obediente y conservadora de las hijas de mi
pap� y mam�, ahora se comportaba como la m�s barata de las putas.
Arturo la empez� a desnudar frente a nuestros ojos, sin dejar
de vernos con cachondez.
�Y qu� les gusta m�s? � pregunt� yo.
Bueno, � empez� Arturo � tu hermana es una gran puta�
supongo que ya te cont� que lo es profesionalmente. � asent� con la cabeza �
Es una exhibicionista, le encanta que todo el mundo vea como se la cogen,
entre m�s duro y salvaje mejor. Ser humillada hace que se moje, y m�s aun si
es frente a mi o frente a alguien que la conozca� �es toda una perra! Adem�s
est� abierta a todo, desde sexo hetero al l�sbico, sexo anal, dominaci�n�
cosas as�. A mi me gustan las vergas y que me den duro� soy bisexual.
Homosexual amor� � le corrigi� Luc�a.
Bi amorcito, bi�
Vaya�
A Kike le encantan los hombres, especialmente vergudos, y
que se lo cojan con furia, que le revienten ese culito gordito y redondo que
tiene. Y a mi me encanta ver como se lo revientan�
��Sos una vouyer?! � exclam� Luc�a.
Si, me excito mirando a otro coger� pero especialmente a
Kike.
�Qu� pareja la que hacen los 2! � exclam� Arturo.
Arturo, � le dije � �ser�as tan amable de cogerte a mi
marido por favor?
Se ri� de mi petici�n, �"gran favor" que me tendr�a que
hacer! Se acerc� a mi esposo y se besaron, primero suavemente, luego m�s r�pido
hasta meterse sus lenguas y explorarse adentro. Poco a poco se fueron
desnudando, el pantal�n caqu� de mi marido qued� tirado en el piso, junto a su
camisa blanca. Arturo iban en traje y corbata, que tambi�n fueron desapareciendo
poco a poco.
En poco tiempo ambos hombres estaban desnudos por completo.
Arturo era impresionante, sus 180 cm de altura estaban cubiertos por una tupida
capa de pelo y su musculatura era b�rbara. Al frente colgaba un hermoso palo de
18 cm, grueso y venoso, cubierto por su prepucio pues el caballero no estaba
circuncidado. Y por atr�s, un hermoso par de nalgas grandes y redondas era el
atractivo. Me imaginaba la manera con la que Kike se estaba excitando ante este
espect�culo.
Por su parte, mi Kike tampoco ten�a nada que envidiar. Mucho
m�s bajo y delgado, su metro con 68 conten�a un cuerpo estilizado y nervudo, con
su musculatura perfectamente marcada. Al frente un pene de 16 cm, no
circuncidado; atr�s un incre�ble culo redondo, grande y firme. Piel muy blanca,
suave y tersa, cuidadosamente depilado, ojos azules, cabello casta�o y rasgos
hermosos, Kike era un adonis, un bocado que volver�a loco a cualquiera.
Volvieron a besarse apasionadamente, mientras Luc�a y yo
tom�bamos asiento frente a ellos. Yo arremangu� la falda en mi cintura y me
quit� la blusa, dejando mis turgentes pechos al aire, las dos llevamos nuestras
manos a nuestros sexos.
Kike se arrodill� y tom� entre sus labios ese impresionante
falo. Le corri� la delicada membrana y dej� su cabeza de hongo al aire, se la
llev� a la boca. Empez� d�ndole un chupada larga solo al glande, el que dej�
lleno de saliva. Luego se fue metiendo poco a poco el resto del pene hasta que
top� con los huevos, sinti� arcadas y se lo sac� mientras ve�a con una sonrisa y
ojos de lujuria a su concu�o. Este le acariciaba el cabello.
Mi esposo volvi� a la carga, esta vez lami� esa tranca por
todo lo largo hasta llegar a sus peludos y grandulones huevos, en donde se
entretuvo un rato. Se notaba que Arturo estaba gozando de sus tratos. Poco a
poco, este �ltimo comenz� a cogerse por la boca a mi marido, agarr�ndolo con
brusquedad por el pelo.
��Te gusta perro?!� ��Te gusta?!� �Pedime m�s! � le dec�a
Arturo, pero mi marido apenas si pod�a respirar� �pero la cara de placer nadie
se la quitaba!
Nosotras, por nuestra parte, nos masturb�bamos como locas. Yo
estaba alcanzando mi primer orgasmo del hotel, pues ya llevaba uno en el
restaurante, y gem�a como una loca. Luc�a, que no era tan org�smica, se tardaba
m�s pero los suyos eran mucho m�s intensos.
Arturo y Kike cambiaron y ahora fue Arturo el que baj�. Mi
cu�ado se met�a el falo de mi esposo completo, lo chupaba con la lengua dejando
caer largas l�neas de saliva al suelo, y remataba con una succi�n potente y
profunda que iba sacando poco a poco. Tambi�n lam�a sus huevos depilados, y
hasta me parec�a que su lengua rozaba su ano. Como puto gay, Arturo ya gozaba de
una exquisita t�cnica. Ver a ese hombrote, tan fuerte y macho, arrodillado
frente a una verga parada y chup�ndola con fruici�n me erotiz� tremendamente. Mi
tercer orgasmo se empez� a gestar inmediatamente.
Partime en 2 como a un perro� � le dijo Kike.
O� que Arturo le pregunt� que si quer�a cond�n y que Kike le
respondi� que no, total, eran de la familia. Yo no estuve muy de acuerdo con
eso, muy mi hermana pod�a ser pero igual yo no sab�a con qu� tipo de gente hab�a
andado.
Kike se tumb� boca arriba a orillas de la cama, con las
piernas abiertas y en alto, agarr�ndose los muslos para elevarlas. Arturo se
frot� un poco la verga antes de colocarla sobre el anillo anal de mi esposo,
tom� sus tobillos, elev� m�s aun sus piernas, y lo clav� de un solo golpe. Kike
gimi� y se aferr� de las s�banas mientras el otro tipo lo sodomizaba, cada vez
con m�s fuerza seg�n iba dando de si su culito.
Pronto la cogida tom� ritmo y Kike se dej� llevar por esa
extra�a mezcla de placer y dolor que lo volv�a loco y lo hac�a perder el control
por completo. Y yo, el solo pensar que era mi propio cu�ado quien se lo estaba
cogiendo, y que a mi lado, separada tan solo por una peque�a mesa de cristal, mi
hermana se masturbaba desnuda, sudando como una loca y respirando agitadamente.
Todo eso no pudo menos que llevarme a mi tercer orgasmo, que gem�a con m�s
fuerza que el primero.
Arturo taladraba a mi marido con mucha fuerza, los muslos de
Kike ya estaban rojos por los choques de la pelvis del otro, ve�a con total
claridad como el poderoso miembro de mi cu�ado le entraba y sal�a con una fuerza
sorprendente. Por su parte, Kike se comenz� a masturbar, yo sab�a que con ese
trato y su manoseo no iba a durar demasiado. Volte� a ver y mi hermana aun se
segu�a masturbando con los ojos cerrados, estaba tensa y crispada, le estaba
costando demasiado.
�Y yo, como buena hermanita, decid� ayudarla!�
Me puse de pi� y me met� entre sus muslos h�medos y tensos.
Ella se sobresalt� al sentirme, pero r�pidamente me sonri� con cari�o. Me abri�
los pliegues de su vulva y yo met� la cara entre estas. Ten�a poca experiencia
con vaginas, pero estaba dispuesta a hacerla berrear como una desesperada. Lam�
su empapada raja por todo lo largo, casi desde el borde de su ano hasta atrapar
la argollita de su cl�toris erecto. La jalone� suavemente antes de ensartarle mi
lengua hasta lo m�s profundo que pude llegar de su sexo, me beb� sus jugos con
�mpetu. Repet� este tratamiento unas 2 veces m�s hasta que la hice reventar en
un poderoso orgasmo. Cero sus piernas alrededor de mi cabeza, que amenazaba con
destripar, y lanz� torrentes y torrentes de l�quidos que me volv� a beber.
����AAAAAAAAARRRRRRRRRGGG GGGHHHHHHHHMMMMMMMFFFFFFMMMMM!!!!
Qued� desparramada sobre el sill�n, de donde se escurri�
lentamente hasta quedar sentada en el suelo, ojos semi cerrados y perdidos, casi
estaba inconsciente. Me sorprend� por la intensidad de sus orgasmos, yo pod�a
tener muchos en una sola sesi�n, pero no eran tan fuertes.
Me sent� a su lado y la abrac�, apoyando su cabeza contra uno
de mis senos. Me sent� tan maternal con ella, la sent� tan d�cil, de verdad
quer�a a mi hermana y lamentaba cada minuto que pasamos distanciadas. Me volv�
hacia mi marido y Arturo, y el segundo empalaba salvajemente a mi amado esposo,
que se abr�a el culo con ambas manos como mejor pod�a.
Me qued� mir�ndole los pezones, las argollas que ten�a
puestas en ellos. Eran de plata, delgadas, hac�an juegos con esas 2 delicadas
partes de su anatom�a. En mi mente me remont� hasta nuestra adolescencia, qu�
diferencia, �ramos 4 hermanas inocentes e ingenuas y un hermano celoso y
machista, aunque nunca lo demostr�. Nosotras ignor�bamos todo acerca del sexo y
crecimos educadas para convertirnos en esposas sumisas y madres. Luc�a tuvo
suerte de conocer a Arturo, el era un hombre diferente al resto. Y yo mucha
suerte de conocer a Kike, tambi�n muy diferente al resto� qu� tiempos aquellos,
cu�nto hemos cambiado.
Un fuerte gru�ido de mi esposo me devolvi� al mundo real,
Kike estaba gesticulando con fuerza, yo sab�a que estaba a punto de alcanzar el
cl�max. Me habr�a encantado saltar y atrapar sus chorros en cuanto salieran de
su meato, pero no quer�a dejar a mi hermanita, la sent�a tan vulnerable, tan
tierna, como nunca antes la hab�a sentido.
Arturo tambi�n not� que el orgasmo se aproximaba en Kike, as�
que aceler� sus embestidas hasta hacerlo estallar.
����OOOOOHHHHHH!!!!� ����AAAHHH� SI, SI, SI, SI!!!!�
����AAAAAGGGGGGHHHHH!!!!
Kike se derram� sobre su vientre, a la altura de sus
cuadritos. Mi barbado y peludo cu�ado se sali� de el y se agach�, comenz� a
lamer con verdadera pasi�n ese semen que se le regalaba. Fue una imagen de lo
m�s caliente, ve�a como restos de la leche de mi esposo se le quedaban entre el
bigote y la barba. Eso lo solucion� Kike, que lo bes� y lami� todo aquello.
Pero mi cu�ado aun no hab�a terminado, y todav�a le faltaba
mucho. Arturo se cogi� a Kike como se le dio la gana durante m�s de 25 minutos
poni�ndolo en todas las formas que se le ocurri�. Y cada vez que mi esposo
alcanzaba un orgasmo, lo derramaba con fuerza y desesperaci�n en donde pudiera.
Arturo lo desempalaba entonces y se apresuraba a lamer el semen derramado.
Yo segu�a la acci�n hirviendo, con mi hermana aun en mis
brazos. Ella se despert�, baj� su mano para sentirme la vagina, la encontr�
empapada e hirviente, y me bes� con ternura. Volte� a ver como Arturo ten�a a mi
marido en 4, a orillas del colch�n.
�Aun no ha terminado?
No, tu marido parece de acero� �y el m�o ya lleva 4
orgasmos!, debe estar que se desmaya.
Eso lo arregl� yo. � me dijo y se puso de pi�.
Luc�a se acerc� a Arturo por detr�s y meti� una de sus
manitas en medio de sus nalgas. El se sobresalt�, pues estaba tan concentrado en
descuartizar a Kike que no se dio cuenta de cuando ella se aproxim�.
"�UUUUUYYYYYY!" gimi� el oso cuando sinti� los dedos de mi hermanita acariciarle
el ano. Luc�a le meti� primero uno, meti�ndolo y sac�ndolo unas 10 veces antes
de meterle otro. Repiti� el mismo proceso hasta que tuvo 4 dentro del ano de su
esposo, que se revolv�a como una babosa con sal.
Arturo no aguanta esto, � me dijo divertida � le encantan
que le revienten el culo, lo tiene muy sensible� es como tu esposo.
���PUTA LUCY!!!� ����AAAAAGGGGGHHHHH!!!!
����QUEEEEERRRRRRIIIIIIIICOOOOOO!!!!
Arturo se estremeci� y se revolvi� todo, agarr� a Kike por el
pecho y lo levant� en el aire. Este alcanz� un nuevo orgasmo otra vez, v�ctima
del tremendo placer que la fuerte, y rebosante de esperma, eyaculaci�n del oso
inundara sus intestinos. Kike se derram� sobre su mano, sin mucha fuerza y poco
pues ya era la 5ta de la noche, y le llev� la mano a Arturo, que la limpi� con
los labios y los dientes.
Los 2 hombres quedaron tirados sobre la cama y se durmieron
casi al instante. Y mi hermana desapareci� tras la puerta del ba�o. Me volv� a
colocar su diminuta faldita y su breve blusa y sal� al peque�o balc�n de la
habitaci�n a perder la vista en las luces de la ciudad. Entonces ella volvi�,
con un collar de perro en el cuello con todo y su correa. Se arrodill� frente a
mi y me dijo:
Lala, mir� como ten�s a tu hermana a tus p�es� como un
esclava frente a su ama�
Continuar�
Garganta de Cuero
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