La cuidadora
Por motivos de trabajo estuve durante tres semanas en la
cuidad de M�xico. Me hosped� en la casa del hermano de mi abuelo, un hombre de
m�s de 85 a�os, quien vive solo. Su hijo Mario, a quien le digo t�o, me esper�
en el aeropuerto y llev� al domicilio del anciano. Aunque mi t�o ha insistido a
su padre de ir a vivir con �l, el viejo siempre se ha negado a abandonar su
casa. Por su vejez, ya no puede valerse por si mismo. Mi t�o paga a dos se�oras
por cuidarlo. Do�a Chela, de alrededor de 60 a�os, lo cuida durante la noche y
Do�a Ema, de 45 a�os durante el d�a. Me acomodaron en una recamara remodelada
muy c�moda, con ba�o completo en el interior, que contrastaba con lo anticuado
de los muebles y el viejo estilo de la arquitectura de la casa.
Por la tarde sal� a caminar por el jard�n. Me encontr� a do�a
Ema, descansando despu�s de haber ba�ado al abuelo y llevarlo a su cama.
Iniciamos la pl�tica con cosas relacionadas a sus quehaceres en la casa. Poco a
poco la charla fue cambiando a cuestiones personales. Ah� me enter� que Donha
Ema era casada desde hace veintiocho a�os. Me percat� de que era una mujer
atractiva, morena clara, con pesta�as largas hacia arriba adornando sus ojos
caf� claro, labios gruesos pintados de rojo oscuro. Para su edad ten�a un cuerpo
muy firme y robusto que hacia m�s pronunciada su silueta femenina. Le pregunt�
si no hab�a tenido hijos. Ella respondi� dos, ya adultos ellos, se cas� muy
joven. Fue una amiga quien la recomend� con mi t�o Mario para asistir al
anciano, pues fue necesario de disponer de otra persona que ayudara a do�a
Chela. Desde hace quince a�os do�a Ema cuida al abuelo. A eso de las ocho de la
noche, lleg� do�a Chela. Pronto lleg� el marido de Ema y se retiraron. Todos los
d�as su marido pasa por ella.
Trat� de interferir lo menos posible con las actividades de
la casa. Sal�a a las seis de la ma�ana, hacia las reuniones de trabajo, y
regresaba cerca de las siete de la noche. Todas las noches platicaba un poco con
Ema mientras esper�bamos a do�a Chela. Fuimos tomando confianza y comenzamos a
hablarnos de �tu� ya que somos m�s o menos de la misma edad. El d�a viernes
llegu� mucho m�s temprano de lo normal. Busqu� a Ema para informarle. Ella se
encontraba ba�ando al anciano. Se alegr� de que hubiese llegado, puesto que
hab�a olvidado llevar un jab�n nuevo. Me pidi� de favor llevarle el jab�n.
Cuando entr� al ba�o, vi al abuelo que estaba desnudo sentado en la silla de
ruedas y Ema, quien se hab�a quitado su vestido, vest�a un fondo blanco largo,
mojado por el agua de la regadera. A trav�s de la delgada tela del fondo pude
apreciar sus grandes pechos, que por lo mojado de la tela, sus pezones se
transparentaban completamente. Ella not� mi mirada sobre sus pechos y se
sonroj�. Me dio las gracias y dijo que eso era todo.
Me fui al jard�n a leer. Como a los treinta minutos lleg�
Ema, era evidente que se hab�a ba�ado tambi�n. Mientras se acercaba caminando,
pude ver, que debajo de esa falda larga, por debajo de la rodilla, hab�a un par
de pantorrillas bien formadas. La falda ten�a cintur�n que denotaba la cintura
estrecha de Ema. Sus caderas eran anchas y se ve�an firmes, definitivamente era
una mujer guapa. Comenzamos a charlar haciendo bromas como se hab�a hecho
costumbre en esos cuatro d�as que ya ten�a yo ah�. En eso me coment� que me
agradec�a haber llegado temprano, pues no quer�a dejar solo al abuelo en el
ba�o, para ir a buscar el jab�n. Seguimos platicando sobre como se las arreglaba
ella sola para ba�ar al anciano.
Casi siempre termino empapada � me dijo � por lo que me
ba�o despu�s de acabar con �l.
�Y el abuelo se queda ah� contigo en el ba�o? � le
pregunt�.
No, claro que no, lo visto y llevo a su cama � me
contest�.
Pues claro, te imaginas la emocionada que se iba a dar el
viejito si se quedara vi�ndote como te ba�as- le dije en tono de broma.
�Ay como ser�s! � me respondi�- �Pobre viejito! Si ya
desde hace varios a�os nada de nada.
�C�mo que nada de nada? �Antes si? - le pregunt�
intrigado.
Bueno�.. como decirte�.. antes si se �emocionaba� pero
desde hace como siete u ocho a�os ya no, ya nada de nada.
Ha ver, como esta eso de que antes s� se emocionaba- le
ped� explicarme.
Como decirte�. cuando entr� a trabajar hace quince a�os,
�l se encontraba f�sicamente m�s fuerte, entonces aunque no siempre, cuando
lo ba�aba y le lavaba su �parte� esta llegaba a �funcionar�- me dijo en tono
de secreto.
�Se le paraba? �Es lo que quieres decir?
S�, pero no siempre � aclar�.
�Y no le dabas su ayudadita? � le dije en tono de broma.
�Ay no, como crees! � me respondi� r�pidamente.
�A poco nunca? No�mas lo hac�as sufrir � le dije.
No, eso no.
�Segura que nunca? � note algo en su cara � �nunca,
nunca?
Bueno, nada mas una vez. Pero por que �l me lo pidi�. Fue
a como a los dos a�os de estar aqu�. En una ocasi�n que do�a Chela fue a su
pueblo por dos meses. Como a las cuatro semanas, tu abuelo ya extra�aba a
do�a Chela.
�En serio, t� crees que ser�a eso?
Yo creo que s�. Pues ella era quien lo ba�aba la mayor�a
de las veces. En ese entonces ella tambi�n era una mujer m�s fuerte�
�Aj�, y luego?
Esa vez estaba muy �emocionado� y me pidi� que lo
ayudara. Por supuesto que me negu�. Pero el insisti�, me dijo que siempre
que le ped�a ayuda a Chela, ella nunca se negaba.
�Ah cabr�n viejito! �Y te convenci�?
�Ay s�! Me dio mucha pena dejarlo as� de emocionado como
estaba. Pobrecito.
�Y como lo ayudaste?
Pues nada m�s le puse m�s jab�n y se lo sob� hasta que
termin�.
�Eso fue todo? � yo esperaba mas.
�Claro! Si yo no quer�a. Nada m�s que esa vez no estaba
Chela para que le ayudara.
�Ojal� y cuando este viejo, mis hijos me consigan una
cuidadora como tu!
�P�rtate bien con ellos y veras que s�! � me respondi� la
broma.
�Y cuando le volviste a ayudar?
Pues como a las tres semanas el abuelo se puso igual de
�emocionadote�, y le tuve que ayudar. Por fortuna a la siguiente semana
lleg� Chela y ella se hizo cargo de �l. Esa fue la �nica ocasi�n, en serio.
Note que su respiraci�n se hab�a hecho un poco agitada. Me
pidi� que cambi�ramos de pl�tica, pues sent�a que no era correcto que habl�ramos
de eso. Continuamos platicando de otras cosas. Hasta que lleg� do�a Chela. Hasta
ese entonces not� y entend� porque do�a Chela trataba con mucho cari�o al
abuelo.
Esa noche tuve un sue�o raro. So�� a Ema con su fondo blanco
y mojado con sus grandes tetas, corriendo delante de m�. Yo trataba de
alcanzarla con ganas de abrazarla sin lograr conseguirlo. Cuando despert� ten�a
una erecci�n fenomenal. Como a los quince minutos tocaron a la puerta,
preguntando:
�Se puede?
�Adelante!- respond�.
�Buenos d�as! � dijo Ema. Entr� con la mesita de cama con
el desayuno.
�Qu� horas son? � me pareci� muy temprano para que ella
estuviera en la casa.
Son las ocho. Los s�bados llego m�s temprano, para salir
a las cuatro de la tarde, es que voy al deportivo con mi hija � me explic�
Ema.
Se par� junto a m� sosteniendo la mesita. La mir� con
detalle. Llevaba un pantal�n deportivo y una blusa de licra muy pegados a su
cuerpo. Confirme que para su edad, Ema ten�a un cuerpo sensacional. Me pidi�
sentarme en la cama para colocar la mesa, eso hice. Luego me dijo que quitara el
cobertor, pues eso har�a inestable la mesa. Le dije que as� lo dejara. Sin
embargo, al colocar la mesa, esta amenazaba con voltearse y derramar el
desayuno. �Ya viste! � me dijo ella. �Levanta la mesa! � me orden�. La levant�,
pensando que ella quitar�a el jugo y el caf�. Me equivoqu�, removi� el cobertor.
Al hacerlo, pudo observar a trav�s de la sabana mi evidente erecci�n. �Ay
perd�n! � exclam� sorprendida. Yo baj� la mesita a mis piernas, pero esta segu�a
inestable, debido a la erecci�n de mi miembro. Ema dio la vuelta y sali�
apenada. Yo la mir� irse sin quitar la vista de su trasero que con ese pantal�n
deportivo se ve�a muy grande y sabroso. Pens� en lo rico que ser�a cogerse a una
mujer como Ema. Una mujer as� deber�a de ser muy fogosa.
Toda la ma�ana estuve pensando en Ema, bueno, en como
cog�rmela o al menos que me diera una �ayudadita�. Al mediod�a, escuch� el ruido
del agua cayendo de la regadera. Ema ba�aba al abuelo. Yo tambi�n tom� la ducha
y esper� a que Ema llevara al anciano a descansar. Luego volv� a escuchar el
agua cayendo, ella se estaba ba�ando. Me vest� �nicamente con una truza estilo
b�xer. En cuanto el agua dej� de caer, grit� a Ema pidi�ndole ayuda:
�Emmmaaa! �ven por favoooor!
�Qu� quiereees?- me contest�.
�Ay�dame! �Necesito que me ayudes! �Es urgente! �segu�
insistiendo.
�Esperameeeee! �Ahorita voy! �Me estoy vistiendo!
�Ven r�pido! �Es urgente! � fing� una emergencia �
�Apurate por favor!
�Qu� te pasaaaa! � me grit�.
�Necesito tu ayuda! �Ven por favor!
Escuch� sus pasos acerarse. Me acost� de lado, dando la
espalda a la puerta de la recamara.
�Qu� tienes? �Qu� te pasa? � dijo preocupada.
�Me siento mal! � dije en tono fingido.
�Qu� te ocurre?
�Necesito que me ayudes! � le dije sin voltearme a verla.
Ella preocupada se acerc� y en cuanto sent� que la cama se
sum�a, me volti�. La vi que ten�a la toalla del ba�o enredada en su cuerpo y
otra en su cabello. Hab�a puesto una rodilla sobre la cama para tratar de
alcanzarme. Cuando vi su hermoso y grueso muslo, mi miembro se puso aun m�s
erecto.
Necesito que me ayudes con esto � le dije se�alando la
erecci�n por debajo del b�xer.
Ella hizo intento de alejarse, con un movimiento r�pido la
tom� de su antebrazo impidi�ndole retirarse.
�Que cabr�n eres! �Nada mas para eso me llamaste! � me
dijo muy molesta.
Es que realmente necesito tu ayuda. �Mira como estoy! �
le dije en tono suplicante.
Trat� de liberar su brazo, sin conseguirlo. Qued� de pie
junto a la cama forcejeando.
�Pero como crees que yo te voy a ayudar�- segu�a muy
molesta.
�Por favor! �Igual como ayudaste al abuelo! � le
supliqu�.
Eso fue una cosa muy diferente.
�No! �Es lo mismo! �Es por falta de compa�era!- le dije
tratando de justificar.
�Que te ayude tu mujer! � me contest�.
Pero ella no esta aqu�. Si ella estuviera seguro que no
tendr�a que pedirte ayuda � le argument�.
Mientras hablamos, mov� su brazo para ponerlo sobre mi pene.
Ella se resisti� a tocarlo.
�Por favor! �Ay�dame! �Nada mas una vez y ya! � le
implor�.
No, como crees. T� tienes tu mujer. Esperate a que la
veas.
Faltan dos semanas. Voy a estar as� dos semanas. No seas
malita, ay�dame � le rogu�.
No, puedo, soy una mujer casada � segu�a neg�ndose.
Cuando ayudaste al abuelo, tambi�n estabas casada � le
repliqu�.
Pero eso, es diferente. El es un anciano�.
Es hombre- la interrump�- con la necesidad de mujer igual
que yo.
Lo siento, no puedo ayudarte. �Qu� dir�a mi marido?
No tiene por que saberlo, ay�dame.
Es que no puedo, siento que eso ser�a como serle infiel.
No le vamos a decir � a cada cosa que ella dec�a, yo
contra argumentaba.
Segu� insistiendo. Su tono de voz molesto, fue aplac�ndose.
Poco a poco fui guiando su brazo, para que pusiera su mano sobre mi miembro.
Hasta que puso la palma de su mano sobre el. De inmediato retir� su mano.
No, no puedo hacerlo. �Qu� vas a pensar de m�? �
pregunt�.
Nada malo, te lo juro. Si yo soy quien te esta pidiendo
ayuda. �Andale, ay�dame!
Bueno, deja ir a cambiarme y regreso. � me dijo en tono
calmado.
No, no te vayas � pens� que si la dejaba ir perder�a mi
oportunidad � As� qu�date. Si va a ser r�pido.
Te ayudo, pero por encima de tu truza � me propuso.
Claro, como t� quieras.
Llev� su mano libre a mi pene, por encima del b�xer y comenz�
a darle masaje. Yo no solt� su antebrazo. La segu� sujetando aunque con menos
fuerza. Ella acariciaba mis test�culos y sub�a su mano por todo lo largo de mi
verga. - �Que rico lo haces! � le dije. Note que no retiraba su vista de mi
paquete.
�As� se le pon�a al abuelo? � le pregunt�.
Pues, s�- dijo t�midamente-
�Y del tama�o, as� la tiene? �
Pues creo que s� � dijo en el mismo tono � m�s o menos
del mismo tama�o.
�Y tu marido, as� la tiene?
No, creo es un poco m�s chica y m�s delgada.
�Y se le pone igual de dura?
No, ya no��.-no termin� su respuesta.
�Ya no que? � insist�.
Ya no sigas hablando y termina � respondi�.
Mi palo estaba muy crecido. Por la erecci�n, la cabeza de mi
miembro se sal�a por arriba del resorte del b�xer. Cuando esto suced�a, ella
sub�a el b�xer para cubrirla, evitaba tocar mi miembro directamente. En una de
esas, mi pene se sali� por la hendidura del b�xer.
�Ay, se sali�! � exclam� Ema.
Mejor, as� lo puedes agarrar con tu mano � le dije.
�No!, quedamos que por encima del calz�n � se�al�.
Solt� el brazo que le ten�a sujeto. Con las dos manos,
levant� la truza y mi pene qued� dentro nuevamente. Ella dej� una mano sobre mi
abdomen, y con la otra segu�a masajeando mi miembro. As� estuvo un rato, hasta
que otra vez se sali�. �Ag�rralo! � le dije � para que acabe m�s pronto. Ella se
qued� callada. Tom� mi verga usando solo los dedos pulgar, �ndice y medio, y me
comenz� a masturbar suavemente. La cabeza de mi miembro estaba muy roja e
inflamada.
Creo que creci� mas � dijo ella en tono nervioso.
S�, y si la tomas con toda tu mano, crecer� mas � le
contest�.
No dijo nada. Solo aument� el movimiento de su mano. Luego
incorpor� el dedo anular. Al cabo de unos momentos ya estaba usando toda su
mano.
Espera tantito- le dije. De un movimiento r�pido baj� mi
b�xer a las rodillas - es para que no te estorbe.
Ella sigui� con su ayuda. La otra mano la llev� a mis
test�culos. Yo sub� mis pies y abr� mis rodillas a los lados, para facilitarle
su tarea.
Ya termina, apurate � me demand�.
S�, claro, d�jame gozar tu ayuda - de verdad que si la
estaba gozando.
�Te puedo tocar tu pierna? � le pregunt�.
No, nada de tocar � en eso no quedamos.
Nada m�s tantito, para sentirte como mujer y terminar
r�pido � le dije.
Antes de que contestara, llev� mi mano hacia la parte interna
de su muslo, muy cerca de la rodilla. Ella inmediatamente par� e hizo el intento
de irse. Yo la sujet� del brazo, suplic�ndole que no me dejara as�. Le dije que
no resist� tocarle su pierna, pues ya estaba a punto de venirme. Insist� y
rogu�, hasta que ella acept�, diciendo:
Pero ya terminas r�pido �eh?
S�, si ya casi terminaba � le dije, coloc�ndome en la
misma posici�n con mi mano en su muslo acarici�ndolo suavemente.
Su mano, de mujer trabajadora, me produc�a un gran placer.
Jal� y saqu� aire por la boca varias veces, debido al gozo de su masturbada. Por
el otro lado, mi mano, cada vez sub�a m�s por la parte interna de su muslo por
debajo de la toalla. Ema cerr� sus piernas impidiendo el avance de mi mano.
Alab� la forma como me masturbaba, haciendo �nfasis en lo erecta y dura manten�a
mi verga. Not� como la respiraci�n de Ema aumentaba de intensidad y que afloj�
ligeramente sus piernas. Le acarici� suavemente, hasta llegar pr�cticamente a su
ingle. Ella abri� un poco m�s sus piernas.
Ya vente, �por favor! � me dijo Ema muy excitada.
S�, s�, ya voy a terminar. Le dije, solo d�jame tocarte
toda � observ� su reacci�n, no dijo nada. Llev� mi mano a acariciarle su
sexo. Sent� que su pantaleta estaba ligeramente mojada.
No, no me toques ah� � dijo con voz quebrada, pero sin
dejar de masturbarme.
Es para terminar r�pido � le contest�- para sentir una
mujer por completo.
Ella respondi� abriendo otro poco sus piernas. Yo le acarici�
con m�s confianza su conchita. Sent� sus pantaletas ya h�medas. Con cuidado, la
hice a un lado, para poder tocar directamente su sexo.
Ya vente, ya vente � me dec�a Ella, agarrando con mucha
fuerza mi palo.
Dale un besito Ema � le ped�.
No como crees, eso no � me respondi� con respiraci�n muy
agitada.
Por favor uno nada m�s, en la cabecita.
No eso no, no me pidas eso, porque le paro.
Note que no estaba muy convencida de lo que ella dec�a. Con
mi otra mano, tom� su cabeza, jal�ndola hacia abajo para acercar su boca a mi
verga. La resistencia que puso fue m�nima.
Nada m�s uno chiquito �eh? � me dijo muy, pero muy
excitada.
Puso sus dos rodillas sobre la cama para agacharse sin
dificultad a besar mi palo. Le dio un beso cortito. Yo puse m�s fuerza en mi
mano para evitar que quitara su boca de mi miembro. Ella no hizo mucho esfuerzo
en retirarse. Despu�s de otros besos no tan cortos, se introdujo toda la cabeza
de mi verga en su boca. La chupo suavemente. Sent� la tibieza de su lengua
recorrerla toda la cabeza de mi miembro. La chupaba muy despacio, sin prisa,
sabore�ndola. Despu�s pude sentir su lengua recorriendo todo mi miembro,
incluyendo mis huevos. Dej� la mitad de la verga dentro de su boca chup�ndola
incrementando un poco la fuerza de la mamada. Altern� su boca y mano masturbando
mi garrote. Por mi lado, yo ya hab�a hecho su pantaleta a un lado para tener
acceso completo a su sexo. Su posici�n ayudaba mucho para acariciarle su
conchita. Sus jugos vaginales hab�an aumentado considerablemente. Le introduje
un dedo en su vagina. Ella ya no protest�. Se encontraba completamente
concentrada en la mamada a mi palo. Le met� otro dedo y as� estuvimos un buen
rato. Hasta que tuve ganas irresistibles de probar su concha.
S�bete en mi � le dije � yo tambi�n te lo quiero besar.
Ella simplemente levant� su rodilla y la pas� al lado de mi
cabeza, acomodando su sexo sobre mi cara. Mi cabeza quedo cubierta parcialmente
por la toalla que Ema ten�a fajada a su cuerpo. El perfume del jab�n de ba�o y
el olor de su sexo inundaron mi olfato. Con mi mano sostuve su pantaleta
haci�ndola a un lado metiendo mi lengua en su vagina. Le com� su conchita con
desesperaci�n. Sus juegos ten�an un sabor muy agradable, los beb�, succionado
sus labios vaginales. Con mi mano libre me ayud� para separar su gl�teo para
poder lamerle su conchita y su anito. Ella se retorc�a y mamaba mi palo con m�s
enjundia. Sent� en mis piernas caer la toalla que ella ten�a en su cabello. As�,
bajo las toallas, nos dimos una mamada de sexos de campeonato. Sac� mi miembro
de su boca y su lengua se dirigi� a lamer mis test�culos, los recorri� todos
hasta casi cerca de mi ano. Despu�s regres� a seguir mamando palo. Yo me sent�a
en las nubes. Yo tambi�n recorr� todo su sexo con mi lengua, sent� su cl�toris
erecto. Ella dio un grito cuando mi lengua toc� su cl�toris. Ah� dej� mi lengua,
movi�ndola muy r�pido sobre su �l. Ema comenz� a gemir y a tallar su concha muy
r�pido sobre mi boca, aumentando la fuerza de la mamada en mi verga. Entend� que
era un punto muy sensible en ella. No deje de lamerle ah� a�n cuando grit�
mientras se ven�a. -�Hhhummmm! �Huuummmm! �Aaaaaaahhhhhhh!
Cuando su cuerpo tembl� por su orgasmo, sus piernas
presionaron mi cabeza. Yo cubr� su cl�toris con mis labios, succion�ndolo con
fuerza. Ema sac� mi miembro de su boca y emiti� un grito que denotaba mucho
placer. �Aaaaaaaaaahhhhhhh! En ese momento yo eyacul�, ella inmediatamente
volvi� a meter mi verga en su boca chup�ndola con frenes�. Dej� de mamarla hasta
que ya no sali� nada de leche. Terminamos de venirnos y no cambiamos nuestra
posici�n. Ella recost� su cabeza sobre mi muslo. Yo me qued� acariciando
suavemente su sexo con mi lengua.
Ya, ya por favor � dijo con voz casi imperceptible.
No respond�, segu� acarici�ndole con mi lengua su conchita.
Ya por favor � volvi� a decir, girando su cuerpo para
caer acostada sobre la cama.
La toalla que ten�a sobre su cabeza qued� en mis piernas. La
otra toalla, sujeta alrededor de sus pechos, qued� abierta mostrando una cintura
breve y un par de muslos y piernas muy carnosas y hermosas. Me qued� observando
el extraordinario cuerpo de esa madura mujer. Sab�a que quiz� esa ser�a la �nica
oportunidad de gozar a una mujer como Ema.
Me incorpor� y coloqu� cerca a sus pies. Tom� su pie por el
tal�n y lo sub� para besar su tobillo por la parte interna. Mis labios
continuaron bes�ndole su pierna, inclinando mi cuerpo, poco a poco hasta llegar
a la parte interna de su muslo. - �Ya, por favor, ya! � repiti� muy quedito. Con
mis manos jal� su pantaleta para retirarla. Ella cooper� levantando su cadera.
Desat� y abr� la toalla de su cuerpo. Pude apreciar la magnificencia de su
cuerpo, hermoso, curvil�neo, propio de una mujer frondosa. Sus pechos grandes y
pezones muy oscuros estaban turgentes, subiendo y bajando al ritmo de su agitada
respiraci�n. Una delgada l�nea de vellos que iniciaba en su ombligo, terminaba
en una selva negra de abundante vello en su pubis. Me coloque en medio de sus
piernas. Continu� besando sus muslos, d�ndole peque�as mordidas e intercambiando
sus piernas. En cada mordida o lamida me acercaba m�s a su sexo. Me entretuve un
rato mordiendo y chupando sus ingles, sin tocar su sexo. Puse mis manos debajo
de sus nalgas y las levant� para que mi lengua pudiera alcanzar su ano. Se lo
lam� apenas con la punta de mi lengua porque no alanzaba a llegar por completo.
Dej� mi lengua lami�ndole en el espacio entre su ano y su sexo. Ema gimi�
levemente. � �Ya por favor! � volv� a escuchar, al momento que sent� sus manos
sobre mi cabeza. � �Ya, m�mala ya! �Por favor! - dijo otra vez, aumentando la
presi�n de sus manos sobre mi cabeza. Mov� mi boca a su sexo. Ella abri� m�s sus
piernas y con sus manos trataba de clavar mi rostro en su vagina. Mis manos
fueron a los lados de su cadera, atrayendo tambi�n su cuerpo a mi cara. Sub� mis
manos a su cintura y luego estir� mis brazos para alcanzar sus grandes tetas.
As� me qued� un buen rato, metiendo mi lengua en su vagina y bebiendo sus jugos,
mientras mis manos masajeaban sus pechos y pellizcaban sus pezones. El cuerpo de
Ema se contorsionaba mientras ella gem�a y mov�a su cadera ofreci�ndome su sexo.
Sus manos acariciaban mi cabello, jalaban mi nuca y ella dejaba saber como lo
disfrutaba: �As�, as�, m�mala toda! �M�mala as�! �Uy que rico!
Mi pene hab�a recuperado su erecci�n Me hinqu� en medio de
las piernas de Ema. Ella se acomod�, sabiendo que la quer�a poseer. Clav� mis
rodillas por debajo de sus muslos, dejando mi miembro muy cerca de su sexo. Tom�
mi pene con mi mano. Pas� la cabeza de mi miembro varias veces acariciando sus
labios vaginales y le di ligeros golpecitos a su cl�toris. � Ya por favor! �Ya!
� dijo con voz tenue y sus ojos medio cerrados. Yo continu� llenando la cabeza
de mi verga con sus jugos y golpe�ndole el cl�toris. � Ya por favor! �Ya m�tela!
�Que la necesito! � me dijo con desesperaci�n. � �Por favor, m�tela!
La penetr� sin dificultad, le met� la cabeza de mi pene y un
poco m�s. Ella solo suspir� cuando la sinti� adentro. �M�tela toda! � me pidi� -
�Toda, toda!
Tom� uno de sus tobillos y lo puse sobre mi hombro. Esto
facilit� mayor penetraci�n. Despu�s de unas cuantas metidas, ella por inercia
puso en mi otro hombro el otro tobillo. As�, en el siguiente empuj�n entr� casi
toda la verga. Yo me apoy� de sus hombros para impulsarme y clavarle todo mi
miembro. - �As�, as�, toda! �M�tela as�! �Uy que rico! � dec�a entre suspiros y
pugidos por el peso de mi cuerpo sobre ella. Cada vez tomaba yo m�s distancia y
le dejaba caer mi cuerpo penetr�ndola hasta el fondo. �Que cogida tan rica nos
est�bamos pegando!
En una de esas, fall� mi punter�a y mi verga se fue por
arriba de su sexo haciendo que perdi�ramos el equilibrio. Ca� de costado en la
cama. Ema se incorpor� r�pidamente y sin perdida de tiempo, coloc� una rodilla a
mi lado sobre la cama y cruz� la otra pierna poniendo su pie a la altura de mi
cadera. Tom� mi pene y lo coloc� en la entrada de su vagina. Al poner la otra
rodilla sobre la cama, mi miembro se hundi� por completo en su concha. Comenz� a
moverse de atr�s hacia delante de una forma sensacional. Yo puse en mis manos en
sus nalgas, las acaricie disfrutando sentir esos gl�teos tan grandes y firmes en
mis manos. Estir� un brazo para sentir como mi verga se le met�a en su vagina, y
comprob� que se la met�a toda. Trat� de separar sus nalgotas para acariciarle su
ano con mi dedo, con esto, Ema pr�cticamente gritaba disfrutando la cogida
Despu�s de un rato, coloc� las palmas de sus manos en la cama a mis flancos, a
la altura de mis orejas. De esta forma sus grandes pechos quedaron muy cerca de
mi boca. Tom� uno de ellos con una mano, e introduje su pez�n a mi boca. Con
esta posici�n fue posible poner la punta del dedo, de mi otra mano, en su
culito. Ema gritaba de placer, se mov�a para todos lados. Con su mano se tom� la
teta libre pellizc�ndosela fuertemente. De momento se qued� inm�vil, yo aument�
la velocidad de c�mo le met�a mi palo en su vagina, la fuerza de la mamada de su
teta y trat� de meterle mi dedo en su agujerito, solo entr� un poco. Ella
comenz� a gemir y gritar igual que en su orgasmo anterior, moviendo sus caderas
a una velocidad incre�ble de abajo hac�a arriba. De momento me abraz� pasando
sus brazos por detr�s de mi cuello, pegando su cuerpo al m�o, y movi� su cadera
rapid�simo. Sus gemidos y suspiros indicaban que ten�a otro orgasmo. -�Hhhummmm!
�Huuummmm! �Aaaaaaahhhhhhh! Yo tambi�n la abrac� con ganas y le di unos
empujones duros con mi palo. - �No la saques- me dijo Ema cuando sinti� mi
venida. Me quede inm�vil sintiendo salir los chorros de semen. �No la saques! �
repiti� entre pujidos y suspiros, sin dejar de mover su cadera. Por supuesto que
no la saqu�, le deposit� todos mis espermas dentro de su concha. As�, nos
quedamos abrazados unos minutos. Hasta que ella se recost�, junto a m� en la
cama. Cuando recuper� el aliento me habl�.
Que verg�enza tengo � me dijo realmente apenada.
Nada, de eso, gracias por la ayuda � le repliqu�.
Es que no deb� hacerlo � not� en su rostro la
preocupaci�n � me siento mal por mi marido.
No te preocupes ser� un secreto. Nadie lo sabr�.
Es que nunca lo hab�a hecho con otro hombre. �Ahora que
voy a hacer?
No tienes que hacer nada � trate de calmarla.
�Cuando te vayas, que voy a hacer?
Nada, no tienes que hacer nada � le respond�.
No tienes idea de lo que pasa.
�C�mo? � no le entend� a que se refer�a.
Es que a mi marido � me explic�- hace dos a�os que lo
operaron de la pr�stata y desde entonces tiene impotencia. De verdad que
necesitaba sentir algo dentro de mi.
�tenias dos a�os sin�?
S�, cre� que as� estar�a para siempre. Pero mira que
todav�a puedo gozar.
Claro, si eres muy fogosa��..-le dije entre otras cosas.
Seguimos platicando sobre su vida y su marido, quince a�os
mayor que ella, se encontraba imposibilitado para satisfacerla. Las siguientes
dos semanas procuraba llegar lo m�s temprano posible a la casa, para �ayudarnos�
mutuamente. Hace seis meses que regres� de la casa del abuelo, no se como estar�
Ema, imagino que igual. A la primera oportunidad viajar� a M�xico. Seguramente
que podremos repetir la �ayudadita�.