No, no queria mas de "eso" pero por otro lado, me era totalmente necesario.
Durante dias no podia comer, dormir ni nada, mis notas habian bajado y mi
co�ito no paraba de sentir picor y ahora tenia ahi lo que en el fondo deseaba
mas que nada, el capullo del tio santi en la rajita que el mismo me abria con
mucho cuidado con dos dedos. Sencillamente metia la puntita y me la resfregaba
con delicia. Sentia inundarme de humedos jugos del gusto que me daba.
Cerre los ojos y me entregue a aquello, sin ya luchar contra nada, abriendo
mas las piernas, sintiendo sus gruesos muslos apretarse contra mi. El reloj
parecia detenerse, aun seguia produciendome asco, mucho asco, pero por que no lo
apartaba de mi?No tenia por que hacerlo si no queria, pero, yo era tan joven,
tan ni�a e inexperta, que pense que eso era normal.
El tio Santi jadeaba y sudaba como un cerdo, se me tiro encima como una losa.
Al sentir su peso, al contrario de lo que mi mente me decia, que era apartarme,
hice justo al reves, abrir mas aun las piernas, (si cabe) y rodear con ellas su
obeso cuerpo. El tio Santi no paraba de moverse encima de mi, dominaba
completamente mi peque�o cuerpo de adolescente primeriza y yo, en sus manos, era
un pelele. Puso su sucia boca encima de la mia, me meti� la lengua hasta la
garganta. Cre� morirme del asco que me produc�a ya que no ten�a apenas dientes y
su boca echaba un gran olor a descuido, aun as� respond� como supe al beso,
aunque creo que besaba muy mal en aquellos d�as, ver�is, solo hab�a tenido un
par de lenguetazos mal dado con alg�n compa�ero del colegio, pero tio Santi, no
hac�a eso, me tiraba encima toneladas de babas que resfregaba por toda mi cara
tambi�n sin parar aquel jueguecito que nos traiamos de cintura para abajo.
Se despeg� de mi cara, cosa que agradec� y baj� sin parar de lamerme hasta la
misma raja de mi co�o. All� me meti� la lengua, en el mismo sitio donde segundos
antes hab�a tenido su polla. Confieso que aquello me hizo retorcer del gustazo.
Mis piernas ahora rodeaban su cabeza, como queriendo que no se despegara de mi.
Pero de pronto...
Justo cuando sent� mi cuerpo retorcerse, se levant�, me dijo, vistete, por
hoy has tenido ya bastante.
Me avergonc�. Pens� que no ten�a que haberme comportado as�, que el otro d�a
le hab�a gustado m�s porque protest� y llor�. Qu� pasaba? se supone que no deb�a
querer eso? En silencio me volv� de espaldas a �l y fu� poni�ndome otra vez el
uniforme del colegio. Me puse la corta falda de cuadros escoceses antes que
nada, entonces, sent� la mano de tio Santi bajo ella, sobre mi cachete
pellizc�ndome: "ya sabes, nada a nadie, porque sabr�s que t� has tenido la culpa
de esto, no�? eres tu la que has venido a que te frote y yo lo he hecho... y mas
cosas que no te esperabas, no? as� que como hables tus padres te castigar�n y te
dar�n una buena"
Mientras me seguia vistiendo, lloraba en silencio, de espaldas a �l, aquella
amenaza pesaba mucho sobre m�, pero que se pensaba? claro que no dir�a nada a
nadie, menuda verguenza... Busqu� la blanca blusa que me abroch� con los botones
torcidos de los nervios. Mi co�o, aun mojado lo sent�a palpitar a�n, deseoso
como si no le hubiesen dado todo lo que necesitaba, que deb�a ser bastante m�s,
ya que en todo ese rato que estuvo toc�ndome, no me sent�a m�s calmada, es m�s,
justo estaba m�s inquieta que al llegar. Volv� a abrirme la blusa para
abrocharla derecho, mis peque�as tetas, quedaron ante sus ojos ya que no usaba
a�n sujetador, mi madre dec�a que era muy ni�a a�n para eso, que ya tendr�a
tiempo de mayor. T�o Santi estaba frente a m� con su camisa abierta y el
pantal�n aun bajado como sus calzoncillos.
Su polla ahora ca�a fl�cida, no ten�a la dureza de minutos atr�s pero a�n as�
quer�a que me rozara con ella, porque mi co�o me picaba m�s que cuando llegamos.
Me mand� irme, no sin antes repetirme que no dijera nada a nadie, que yo era
la culpable y sal� de aquella habitaci�n con mis culpas y mis picores para
siempre, me jur� esta vez en serio, no volver nunca mas, el se qued� all� parado
y verle de esa manera, me hizo sentir sucia, pensar que ese hombre que podr�a
ser mi abuelo, sudoroso y pat�tico, me hab�a tenido bajo �l y yo le apret�
contra m�. S� todo era sucio y vulgar.