Relato: La tienda de lenceria La Tienda de Lencer�a
La siguiente es una fantas�a que se me ocurri� a partir de
una situaci�n muy especial, estaba paseando por el centro de Buenos Aires,
cuando entrando en una galer�a vi al fondo que hab�a una casa de lencer�a. Pero
se trataba de aquella lencer�a que tanto nos gusta a nosotras, con ese estilo
fetiche tan encantador, corsets, medias con portaligas, bombachas cavadas, etc.
Hasta aqu�, todo b�rbaro, hasta que en determinado momento veo que el negocio
era atendido por una mujer, y que en un rinc�n de la vidriera hab�a un cartelito
que dec�a "Tenemos Bombachas para Traviesas".
Bueno, como ustedes ya saben, a mi imaginaci�n no se le puede dejar un momento
suelta ya que despu�s se niega a hacerme caso. As�, este fantas�a transcurre de
la siguiente manera: "Estaba paseando por el Centro de Buenos Aires, totalmente
fascinada (y excitada tambi�n) mirando las vidrieras de algunos Sex Shops y en
algunas ocasiones tambi�n entrando para chusmear un poco, fantaseando con alg�n
que otro dildo entrando en mi cola, o quiz� pregunt�ndome como me quedar�a ese
corset tan hermoso que ve�a colgado de una pared cuando vi un local de lencer�a,
casi escondido en el fondo de una galer�a que ten�a unas cosas realmente
hermosas.
Cada una de ellas era mas bonita que la otra, corsets con portaligas, medias,
zapatos y botas realmente espectaculares. Estaba totalmente fascinada mirando
cada una de las cosas que mostraban cuando de pronto me percat� de un peque�o
cartel en la esquina de la vidriera "Tenemos bombachas para Traviesas" dec�a,
bueno, como te imaginas esto hizo que mi ansiedad se elevara a�n mas y luego de
un momento me decid� a invertir mis ahorros en un corset que estaba casi
llam�ndome para que me lo probara.
Al entrar, me atiende una morocha de unos cuarenta a�os, con el cabello negro
volcado sobre sus hombros, era realmente muy bonita y el par de anteojos que
ten�a incluso la hac�an parecer mas sensual, estaba detr�s del mostrador y lo
�nico que pude apreciar en este primer momento era que ten�a un traje sastre
ajustado y entallado, de color azul oscuro, el mostrador ocultaba el resto de
sus piernas.
Luego de los saludos habituales, me pregunt� que estaba buscando, le indiqu� que
quer�a ver el corset que ten�an en vidriera y entonces como si fuera la cosa mas
natural del mundo me pregunt�: - Es para vos? Algo en la manera en que me lo
pregunt� me hizo saber que no saldr�a espantada y en vez de recurrir a la
habitual mentira de "Es para mi esposa, quiero hacerle un regalo", le confes�
que efectivamente era para mi.
De alguna manera debo haber adivinado ya que simplemente me contest�: - Suerte
que no me dijiste que era para tu esposa, jam�s te hubiera cre�do. Se levant�
del banco en el que estaba sentada detr�s del mostrador, y comenz� a hurgar
entre los estantes mientras buscaba seg�n me hab�a dicho el talle que me ir�a
bien.
- Que color te gusta? - Negro le dije, mientras la miraba buscar, ten�a unas
nalgas redondas que se notaban por debajo de la ajustada pollera, ahora pod�a
verla de cuerpo entero y sus piernas eran muy bonitas, con un par de medias de
color carne y unos zapatos negros de taco alto que la estilizaban mas todav�a.
Al darse vuelta con una caja en la mano me sorpendi� mir�ndola y lejos de
ignorarme simplemente se limit� a preguntarme: - Acaso te gustan mis piernas?
Debo confesarte algo, como hombre jam�s he sido un seductor y en este caso, no
sab�a como responerle, sab�a que me estaba seduciendo o que al menos estaba
jugando un poco conmigo, pero en ese momento me qued� mudo.
- No importa, a ver, este talle te debe quedar espectacular, quer�s prob�rtelo?
- Aqu�, y si entra alguien? - No te preocup�s, sub� por esa escalera y all�
encontrar�s el dep�sito, vas a poder prob�rtelo tranquilo, pero eso si, llamame
que quiero ver como te queda.
Sub� entonces por una escalera en caracol y finalmente llegu� al para�so, arriba
ten�an estantes y mas estantes de una ropa espectacular, corsets, bombachas,
medias, lencer�a, accesorios, zapatos, botas, en fin, todo lo que puedas
imaginar.
Me quit� la camisa y me dispuse a probar el corset, era muy bonito, abrochado
con cordones a la espalda, con corpi�o armado, de cuero y con ballenas a los
costados, en el frente y detr�s, con seis cintas de portaligas que me hicieron
pensar en comprar tambi�n un par de medias.
Cuando lo tuve puesto me di cuenta que necesitar�a alguien que ajustara los
cordones a la espalda ya que yo misma no podr�a hacerlo. La llam� entonces (con
cierto temblor en mi voz) para que viera como me hab�a quedado.
Al subir, se acerc� a mi y me dijo: - Esper� que tenemos que ajustarlo un poco.
Me hizo dar vuelta y comenz� a tirar de los cordones, poco a poco mi talle se
fue reduciendo y vi como mi pantal�n quedaba cada vez mas holgado en mi cintura.
Cuando cre�a que ya no podr�a respirar si continuaba, se detuvo, y alej�ndose un
paso me contemplo. Yo estaba sumamente inhibido, era la primera vez que una
total desconocida me estaba contemplando y mas a�n, estaba tan solo a medias
cambiado, del cuello hasta la cintura ten�a una figura femenina, pero de la
cintura hacia abajo todav�a era un hombre, jeans, zapatos,etc., y ni hablar de
mi cara, me miraba al espejo y ve�a un mamarracho, algo hecho a medias.
Pero parece que ella ten�a mas imaginaci�n que yo, ya que simplemente me dijo: -
Te queda divino, me encantar�a poder verte totalmente vestida (not� que ya me
hablaba como si fuese mujer) - Si pero ahora no puedo, adem�s, aqu� no tengo mis
cosas. Me limit� a responderle.
- Eso no importa, mir� a tu alrededor, te parece que puede faltar algo de ropa?
- Pero igual aqu� no vas a cambiarte, porqu� no hacemos una cosa? Dentro de dos
horas cierro el negocio, volv� en ese momento, elegimos algo para vos y en mi
casa me mostr�s como te queda. Te parece? Quien pod�a negarse a semejante
propuesta. Yo por lo menos no, as� que con su ayuda me saqu� el corset y me
dispuse a tomar un caf�, dar una vuelta y hacer un poco de tiempo hasta que
llegase la hora convenida.
Jam�s dos horas pasaron tan lentamente, camin�, volv� a pasar por el frente de
la galer�a varias veces, recorr� vidrieras y ya no sab�a que mas hacer para que
el tiempo pasara. Adem�s, mi ansiedad iba en aumento a medida que surg�an
ciertas ideas, �Y si ahora vuelvo y est� cerrado?, �Si tan solo quer�a burlarse
de m�?, �Que hago si cuando vuelvo el local est� lleno de gente?.
Pero el hecho es que las dos horas pasaron finalmente y no pod�a quedarme con la
intriga de que suceder�a, as� que puntualmente estuve de nuevo en el local, al
llegar todos mis temores se disiparon cuando la v� sola.
- Volviste, estaba esper�ndote porque me muero de ganas de verte.
Tom� un bolso entonces y coloc� dentro el corset que anteriormente me hab�a
probado, mientras tanto subi� la escalera y me preguntaba: - Que n�mero calz�s?
Le respond� y supuse que habr�a ido a buscar alg�n par de zapatos para m�, luego
de unos diez minutos en los cuales escuche cajas que se mov�an, baj� con el
bolso lleno, me lo alcanz� para que lo sostuviera y comprob� que estaba bastante
pesado.
- Puse toda la ropa que pod�s llegar a necesitar, cuando vi� que estaba por
mirar dentro del bolso me dijo: - No, es una sorpresa.
Salimos y ella cerr� el local, yo llevaba el bolso colgado de mi hombro
pregunt�ndome que cosas habr�a puesto en el.
Caminamos un par de cuadras hasta el auto y mientras nos dirig�amos a su casa
comenzamos a charlar de temas intrascendentes, entrando en confianza y rompiendo
el hielo.
De pronto comenz� a personalizar mas la conversaci�n y me preguntaba casi
exclusivamente por mis gustos: - Hace mucho que te transform�s?. Diez a�os mas o
menos.
- Cual es tu nombre de mujer?. Georgina - Sos activa o pasiva?. Las dos cosas.
- Te gustan las mujeres?. Me encantan.
- Y los hombres?. Mas o menos, prefiero las mujeres.
- Y los travestis?. Me encantan tambi�n.
- Y el sexo con aparatos?. Me excita much�simo.
- Sos casi una lesbiana entonces? A veces creo que esa es mi mejor definici�n.
- Sab�s que yo tambi�n, a veces salgo con hombres, de hecho estoy casada pero me
encanta estar con otra mujer.
- Pero, no me dijiste que estabas casada? Tu marido sabe de tus gustos? - No
solo sabe sino que adem�s le encantan, el es tambi�n travesti y me enloquece
cuando se transforma.
- Pero te gusta cambiar un poco? Pregunt� tratando de entender sus gustos.
- Si por supuesto que s�, pero adem�s ten�s que saber algo Anita, a Susana no le
permito que sea activa conmigo, soy una mujr dominante y a lo largo del tiempo
no solo me he transformado en su Ama sino que soy la responsable de haberlo
femeneizado, as� conmigo tan tiene permitido ser pasiva como si se tratase de
una mujer.
- Pero a ella tambi�n le gusta de ves en cuando ser activa y disfrutar de
cogerse a una putita. Y como �ltimamente se ha comportado bien he decidido darle
un premio y ese premio sos vos.
Ahora estaba entendiendo como era la historia.
- Entend�s, vos vas a ser un regalo para Susana y yo me voy a encargar de
prepararte. Te gusta? Si me gustaba, ya estaba excitad�sima de solo pensarlo,
Mabel (tal era su nombre) me transformar�a en toda una puta y me entregar�a a su
marido, pero no la versi�n masculina de su marido sino a Susana.
- Casi no puedo esperar que suceda, fue lo �nico que pude decirle.
- No te preocup�s que ya llegamos.
Estacion� el auto y nos dirigimos hacia su departamento, al llegar a el tom� el
bolso de mis manos y me hizo acompa�arla a la habitaci�n.
- Desnudate.
Lo hizo en un tono de voz completamente diferente al que hab�a utilizado hasta
este momento, ahora ya no era una mujer charlando y tratando de conocer mis
gustos. Not� inmediatamente que se hab�a transformado en una Ama y que yo me
hallaba en sus dominios.
Qued� completamente desnudo frente a ella y luego de examinarme me dijo: - And�,
ah� ten�s el ba�o, quiero que cuando salgas no tengas un solo pelo en todo el
cuerpo, dentro del botiqu�n encontrar�s las cosas necesarias, yo mientras tanto
ir� preparando todo esto.
Fui al ba�o y tal como hab�a dicho dentro del botiqu�n encontr� todo lo que
necesitaba para afeitar todo mi cuerpo, incluso hab�a un gran espejo de cuerpo
entero en la pared que parec�a estar colocado ex profeso para que pudiera
depilarme por completo.
Demor� bastante pero cuando termin�, no hab�a un solo cabello en todo mi cuerpo.
Sal� del ba�o y entonces v� que en la cama estaba acomodada toda la ropa que
hab�a tomado del negocio, zapatos negros de taco aguja, un par de medias negras
con costura, el corset que ya me hab�a probado, un par de mitones calados que
imagin� cubrir�an casi todo mi brazo, accesorios, un juego de diez u�as negras
bastante largas, sobre la c�moda vi una peluca negra y maniqu� vest�a un
uniforme de mucama francesa con volados blancos que imagin� no demorar�a mucho
en tenerlo puesto.
- Bueno, lo primero que vamos a hacer es ocultar ese molesto pene que ten�s ah�
ya que hoy no lo usar�s para nada.
- A ver, parate con las piernas abiertas. As� lo hice, y ella, par�ndose detr�s
m�o acomod� mis test�culos y tom� mi pene por su extremo tir�ndolo hacia atr�s,
cuando estuvo en la posici�n correcta, cort� un poco de cinta de embalar y con
ella lo fij� en su nueva posici�n.
- Ahora pod�s sentarte en esa silla. Dijo indic�ndome una silla que se
encontraba frente a un espejo.
Procedi� entonces a maquillarme, sombras oscuras, una base p�lida, pesta�as
postizas y los labios de un rojo intenso. Despu�s me coloc� un par de aros de
colgar en mis orejas, fue hasta la c�moda y volvi� con la peluca en sus manos.
Cuando me la coloc� ya mi aspecto hab�a cambiado radicalmente, mi rostro, con el
maquillaje y la peluca era totalmente femenino, mi entrepierna no revelaba
rastros de haber existido un pene all� antes.
Ahora vamos a poner la ropa.
Nuevamente pasamos por el ritual de colocarme el corset y ajustarlo a mi
espalda, me alcanz� las medias, me las puse y las ajust� al portaligas, luego
los mitones y los zapatos y finalmente una bombacha de talle alto que favorec�a
a�n mas mi figura.
- Estir� la mano que ahora te voy a poner las u�as.
Obedec� sumisamente y procedi� a pegarme las u�as en mis dedos, cuando termin�
mis manos hab�an cambiado por completo, teniendo ahora un aspecto mucho mas
femenino todav�a.
- Pero todav�a falta algo, dijo y abriendo un caj�n de la c�moda, volvi� con un
par de pechos postizos de considerable tama�o mientras dec�a: - Tanto a Susana
como a mi nos gustan las mujeres de pechos grandes.
Y realmente eran grandes, las pr�tesis que me hab�a colocado llenaban por
completo las tazas del corset y su peso brindaba adem�s una sensaci�n agradable
al moverme.
- Ya est�s casi lista, vamos a ponerte el uniforme as� pod�s comenzar con tus
tareas.
Me alcanz� el uniforme, el cual me puse y ella subi� el cierre a mi espalda,
cuando termin� me mir� en el espejo y qued� fascinada con mi propia imagen, era
no solo una sirvienta, sino que al mismo tiempo hab�a conseguido que pareciera
una viciosa.
Debi� haber adivinado mis pensamientos ya que me dijo: - Que viciosa que
parec�s, estoy segura que te mor�s por tener una pija dentro tuyo y gozar como
una perra, ustedes son todas iguales.
Me sent� intimidada por ella y lo �nico que pude hacer es bajar la cabeza y
mirar el piso.
- Bueno, ven� que ahora te voy a indicar cuales son tus tareas.
La segu� hasta el comedor sinti�ndome toda una diosa, all� me dijo: - Ves esto
como est�, ahora son las siete de la tarde, quiero todo bien limpio y ordenado
para las ocho, despu�s vas, te met�s en la cocina y prepar�s la comida para esta
noche y cuidado con llegar a romper algo, est� claro? Su tono de voz no dejaba
lugar a dudas, as� que inmediatamente comenc� a ordenar el living, primero pas�
la aspiradora por el piso y luego limpi� todos los muebles. Mientras tanto,
Mabel se sent� en un sill�n de la sala y cruz� sus piernas y comenz� a leer un
libro. Ocasionalmente me dirig�a la palabra para indicarme alg�n sector que no
hab�a quedado a su gusto.
Cuanto termin�, le avis� que ya hab�a finalizado con mis tareas y que me dirig�a
a la cocina.
Pas� la siguiente hora preparando la comida y cuando casi la ten�a lista, se
hab�an hecho las nueve de la noche, en ese momento, y despu�s de las
indicaciones de mi nueva Ama, fui preparando la mesa. Cuando estoy acomodando
los platos y cubiertos, escucho unas llaves en la puerta, era el esposo de Mabel
que estaba llegando.
Ella lo recibi� con una dulzura que me llam� la atenci�n, y mientras el se
percataba de mi presencia y me examinaba de arriba a abajo Mabel le dijo: - Te
gusta el premio que te consegu�, viste que te hab�a prometido que si me
obedec�as el s�bado pasado tendr�as una recompensa? - La verdad que es linda y
parece bastante putita. Respondi� el marido de Mabel.
- Bueno, ahora and� a cambiarte y preparate mientras Ana pone la mesa que ya
casi est� lista la comida.
El, sin dirigirme la palabra, tom� su malet�n y se dirigi� al dormitorio, cerr�
la puerta y yo volv� a quedarme sola con Mabel.
- Que mir�s? Acaso no te hab�a explicado que vos eras un premio? - Si Se�ora, es
que me llam� la atenci�n la forma en que usted se dirigi� al Se�or.
- Para que vayas sabiendo, el Se�or solo existe fuera de este departamento, para
el trabajo nada mas. Aqu� adentro y con mis amigas es tan puta como vos.
- Es mas, quer�s saber porqu� se ha ganado el premio? No esper� mi respuesta
(aunque realmente estaba muerta de intriga) y me explic�.
- Sucede que el s�bado pasado tuvimos una reuni�n con mis amigas y Susana
desempe�� el mismo papel que vos ahora, pero con una peque�a diferencia.
Como ella ya est� bien ense�ada, despu�s de la reuni�n la alquil� a mis amigas,
absolutamente todas y cada una de ellas se la cogieron, cada vez con un
consolador mas grande. Yo mientras tanto miraba y no sab�s como me excit� de
verla entreg�ndole la colita a todas ellas.
- Adem�s, te dije que la hab�a alquilado, hice unos buenos pesos esa noche y
ahora ella est� obteniendo su premio.
- Ahora segu� con tus tareas.
Volv� a la cocina, termin� de preparar la comida y acomod� la mesa. Cuando fui a
la sala para preguntarle a Mabel cuando podr�a servir la cena, vi que estaba con
otra mujer.
- Ven� Anita, quiero presentarte a Susana, me dijo.
Casi no pude reconocerla, la transformaci�n era tan radical como la m�a. Ten�a
una peluca de color casta�o claro por debajo de los hombros, un maquillaje
perfecto en la gama de los marrones, sus labios eran tremendamente sensuales y
no pude resistirme a imaginarmela bes�ndonos.
Su vestido era negro, con mangas largas y un escote cuadrado que dejaba entrever
un par de senos, me pregunt� inmediatamente como era esto posible, pero de
cualquier forma, eran encantadores. Su cintura, marcaba el talle y las caderas,
la pollera del vestido era ajustada al cuerpo, cayendo por encima de sus
rodillas unos cinco cent�metros, con un corte en su lateral que dejaba ver unas
piernas hermosas, y finalmente ten�a un par de botas de taco alt�simo, negras
por supuesto.
- Susana, esta es nuestra nueva criada, Ana.
Susana se acerc� a mi, me di� un beso en la mejilla mientras me dec�a: - Hola
hermosa, te dijo Mabel que sos muy bonita? - No tanto como vos Susana, atin� a
decir.
- Viste que hermosas tetas que tiene? Dijo Mabel dirigi�ndose a mi. - La obligu�
a operarse hace casi dos a�os ya, durante el d�a tiene que usar una faja para
ocultarlas, pero vale la pena.
Realmente, no se como ser�a andar todo el d�a fajada, pero por lo que llegaba a
ver, ten�a que coincidir con Mabel, Susana ten�a un par de pechos hermosos.
- Bueno, ahora basta de charla, despu�s van a tener tiempo de conocerse ustedes,
ahora and� a servir la comida.
De aqu� en adelante, las cosas transcurrieron con cierta normalidad, serv� la
comida como toda una mucama y las atend� a las dos como si fuesen las se�oras de
la casa, mientras tanto ellas charlaban animadamente. Pero tampoco pude evitar
notar que tambi�n hablaban de mi, la forma en que Susana me miraba e incluso, en
un par de oportunidades las caricias que me di� en las piernas y la cola
mientras retiraba la mesa.
Es mas, en determinado momento, Mabel dej� caer al piso un tenedor a fin de que
tuviera que agacharme para recogerlo, por supuesto, al hacerlo, ense�� mis
nalgas a Susana, quiz� anticipandola de lo que disfrutar�a dentro de poco
tiempo.
- Bueno, dijo Mabel, yo voy a tomar un ba�o y a cambiarme.
Se levant� entonces y fue hacia la habitaci�n cerrando la puerta y dej�ndome
sola con Susana. Esta entonces se levant�, fue hasta el sill�n y sent�ndose en
el me hizo se�as de que me sentara al lado suyo mientras me dec�a.
- Ven�, sentate aqu� al lado m�o as� charlamos un rato.
Bueno, era una manera de decir, a estas alturas creo que ninguna de las dos
ten�a muchas intenciones de charlar.
De igual forma, me sent� a su lado, cruc� las piernas y con ello mi falda subi�
un poco mas ense�ando parte de mis muslos.
- Pero que lindas piernas que ten�s? Me dec�a al tiempo que sus manos
acariciaban mis rodillas.
Poco a poco fueron subiendo, sent�a sus caricias recorriendo mis piernas y
explorando mi cuerpo, hasta que finalmente llegaron a mi entrepierna, descruc�
mis piernas entonces, dejandole el camino libre y ella por supuesto aprovech� la
oportunidad. Que hermosa sensaci�n, ten�a mis genitales aprisionados por debajo
de la bombacha pero de igual forma sus caricias me hicieron gemir de excitaci�n.
- A ver, no seas arisca, mostrame que lindo cuerpo ten�s. Y mientras dec�a esto,
sent�a como una de sus manos continuaba acariciando mi entrepierna mientras que
la otra buscaba el cierre del uniforme en mi espalda.
Por supuesto, en esta posici�n nuestros rostros quedaron a escasos cent�metros
de distancia. No pude resistirme mas (y tampoco ten�a intenciones de hacerlo) y
acerqu� mis labios a los suyos, cuando quise darme cuenta, nuestras bocas
estaban abiertas y disfrut�bamos de un hermoso beso de lengua (tampoco era
cuesti�n de arruinar nuestro maquillaje).
Excitada yo tambi�n, comenc� a buscar su entrepierna y acarici� el bulto que en
ella se escond�a, mientras que al mismo tiempo no pude resistirme a la tentaci�n
de amasar uno de esos pechos deliciosos que hab�a deseado toda la noche.
- Ah, te gustan mis pechos? Quer�s verlos? Me encantar�a, le respond�.
Ni bien termin� de decirlo, se levant� y con un solo movimiento desabroch� su
vestido, y lo dej� caer a sus pies.
Lo que v� me excit� mas a�n. Ten�a puesto un portaligas ancho que comenzaba un
poco mas arriba de su cintura y terminaba casi como si fuese una trusa, muy
ajustado y el�stico que le hac�a una figura hermosa, al mismo tiempo, su corpi�o
media taza era de una delicadeza exquisita, negro con una puntilla sumamente
delicada, del cual asomaba un hermoso par de pechos.
- Te gustan? Me pregunt� - Me encantan y estoy muriendo por probarlos.
- Bueno, entonces ven� a tomar la teta.
Mientras dec�a esto, tom� su pecho derecho y sac�ndolo con sus dos manos del
corpi�o, lo irgui� y comenz� a lamer el pez�n ella misma con la punta de su
lengua, el solo verlo hizo que mi excitaci�n aumentara a�n mas.
Me acerqu� y comenc� a besar tambi�n con la punta de mi lengua ese delicioso
pez�n, Nuestras lenguas se rozaban tambi�n ocasionalmente, estuvimos as� un
momento hasta que ella se separ� y me dijo: - Termin� de sacarte el uniforme.
Ya lo ten�a desprendido as�, que lo �nico que tuve que hacer fue dejar caer mis
hombros para que el vestido acompa�ara este movimiento y cayera a mis pies.
Ella se qued� mir�ndome mientras con una de sus manos amasaba su pecho y con la
otra acariciaba su entrepierna.
- Ven�, prob� un poquito de lo que tengo para vos.
Me acerqu� y me arrodill� frente a ella y comenc� a lamer y acariciar su
bombacha sintiendo como su cl�toris comenzaba a cobrar turgencia por debajo de
ella, ya incluso se notaba un peque�o bulto, as� que tomandolo con cuidado lo
liber� de su prisi�n y lo introduje en mi boca, sintiendo como crec�a dentro de
ella.
Cuando alcanz� un tama�o considerable, comenc� a balancearme masturb�ndola con
mis labios, a veces lo retiraba por completo y recorr�a todo el largo de su
miembro con mi lengua, otras veces la masturbaba con mis manos mientras
introduc�a uno de sus test�culos en mi boca y lo acariciaba con mi lengua
tambi�n.
Mientras tanto escuchaba sus gemidos de placer.
Entonces me tom� de los hombros y separ� un momento mi cabeza, - Esper�, me dijo
y sent�ndose en el sill�n con sus piernas abiertas - As� vamos a estar mas
c�modas.
Me acerqu� a ella una vez mas y arrodill�ndome, continu� besando sus genitales,
ocasionalmente la miraba a la cara para ver como continuaba entretenida lamiendo
sus propios pechos y la sensaci�n de ser toda una puta mas la visi�n que ten�a
me excitaban a�n mas.
Finalmente no pude aguantar mas y le ped�: - Por favor, dejame que me siente en
el, no aguanto mas.
Su �nica respuesta fue tomar un preservativo, coloc�rselo mirarme como esperando
que por fin me sentara.
Por supuesto, no la hice esperar mucho, ella cerr� sus piernas y mientras
sosten�a su pene erguido, yo me sent� sobre el dandole la espalda, corr� mi
bombacha de forma de que la entrada de mi cola quedara libre y separando mis
nalgas con mis dos manos, relaj� las piernas poco a poco sintiendo como entraba
dentro m�o.
Una vez as�, apoy� mis manos en los brazos del sill�n y comenc� a moverme hacia
arriba y abajo. Que delicia, adem�s, luego de un tiempo ella tambi�n se dej�
llevar por la excitaci�n y comenz� a mover sus caderas.
Ahora era yo quien sosten�a mi cuerpo en el aire y ella quien sub�a y bajaba,
que delicia, estaba casi llorando de placer y pensaba que no podr�a suceder nada
que me excitara mas. Que equivocada que estaba.
Susana me hizo dar vuelta y acostarme sobre la alfombra, luego se inclin� y
colocando mis piernas sobre sus hombros, me penetr� nuevamente, pero como sabr�n
de esta manera llega mucho mas adentro todav�a, mientras tanto, yo ve�a como sus
hermosas tetas se bamboleaban al comp�s de cada una de sus embestidas y casi
inmediatamente las tom� entre mis manos y comenc� a masajearlas.
Ella por otra parte, mientras continuaba embisti�ndome, comenz� a lamer mis
piernas produci�ndo un agradable cosquilleo, fue bajando hasta llegar a mis pies
y en ese momento, con una expresi�n sumamente lasciva, bes� por completo mis
zapatos introduciendo y lamiendo el taco met�lico como si de un peque�o pene se
tratase.
En este momento yo lo �nico que pod�a hacer era gemir con cada uno de sus
movimientos, hasta que escucho la puerta de la habitaci�n de Mabel, pens� que
ella ya se habr�a ba�ado y cambiado y que vendr�a a anunciarnos que Susana ya
hab�a recibido su premio. Muy al contrario, ten�a toda la intenci�n de unirse a
nosotras.
Gir� mi cabeza para verla y a pesar de estar en una posici�n bastante inc�moda
como para contemplarla, lo que vi me quit� el aliento una vez mas.
En principio su pelo hab�a sido recogido en una cola de caballo, ten�a un par de
guantes de cuero que llegaban casi hasta sus hombros. Luego un corset hecho de
una sola pieza que cubr�a desde sus caderas hasta el busto, dejando sus pechos
suspendidos como queriendo salir, un par de medias de red de una trama muy fina
y un par de botas estilo bucaneras que llegaban hasta sus muslos, por supuesto
con un taco aguja que nada ten�a que envidiarle a mis zapatos.
Completaba su atuendo con una gargantilla de cuero cubriendo su cuello y su
maquillaje se hab�a transformado de alguna manera indefinible, haciendo sus
rasgos mucho mas duros, incluso te dir�a mas masculinos, ahora no parec�a tanto
una mujer y si la hubiese visto en la calle no habr�a dudado en afirmar que era
un travesti.
Sin embargo, la enorme pr�tesis que colgaba de su cintura atrajo mi mirada
impidi�ndo concentrarme en cualquier otra cosa.
Era incre�ble, ya hab�a visto algunas as� en pel�culas pornogr�ficas pero nunca
tuve la oportunidad de tener una frente a mi.
En principio, llegaba casi hasta sus rodillas, de forma que se bamboleaba con
cada uno de sus pasos, no era demasiado gruesa, quiz� un poco mas que un pene
normal, aunque si se iba ensanchando poco a poco hasta llegar a su base. Estaba
hecha con un realismo fant�stico, y si no hubiese sido por sus anormales
proporciones cualquiera podr�a jurar que se trataba de un pene real.
- Ya la preparaste para mi. Dijo Mabel dirigi�ndose a Susana.
- Creo que ya est� lista.
- Pero, atin� a responder muerta de miedo, por favor, con eso me vas a lastimar,
le dije imaginando semejante instrumento dentro m�o enderezando mis intestinos.
- Quedate tranquila, ya vas a ver que lo disfrutar�s como loca, adem�s, ves que
es muy flexible, dijo tomando la pr�tesis con ambas manos y movi�ndola hacia los
lados, te garantizo que no te va a lastimar.
Viendo mi duda decidi� calmarme un poco y se acerc� a Susana quien ya se hab�a
retirado de m�. Pens� que entonces se la introducir�a a ella quien estar�a
acostumbrada a recibir semejante instrumento. Pero en realidad se limit� a dar
un paso hasta colocarse cerca de ella, Susana entonces se sent� a sus pies y
tomando la pr�tesis con ambas manos la introdujo en su boca.
Mabel me mir� y me dijo: - Me encanta cuando hace eso, es la misma t�cnica que
usan los tragasables en el circo, enderez�s la garganta de forma que pueda
entrar cualquier cosa. Y mientras lo dec�a miraba asombrada como Susana echaba
su cabeza hacia atr�s y comenzaba a empujar con sus dos manos la pr�tesis hacia
adentro.
Poco a poco fue entrando el gigantesco pene artificial de Mabel, mientras Susana
se acercaba cada vez mas a su base, no pod�a creer lo que estaba viendo,
finalmente, la trag� en toda su longitud hasta que lleg� a los test�culos de
latex que ten�a en su base. Mi Dios, el otro extremo deb�a hallarse en su
est�mago ! - Muy bien Susana, ya le ense�aste a Ana como te la tragabas y como
premio hoy podr�s tener un orgasmo, pero solo cuando yo te lo diga.
Susana entonces empez� poco a poco a retirar la pr�tesis de dentro suyo, Mabel
en todo este tiempo no se hab�a movido ni siquiera un cent�metro, consciente de
que podr�a lastimar a su pareja.
Cuando estuvo libre nuevamente, Susana se acerc� a mi y mientras me tomaba por
los hombros para acomodarme en cuatro patas me dec�a: - Vas a ver que te va a
gustar, adem�s es cierto, es muy flexible y es imposible que te lastime, y no
sab�s que placer cuando te estimula bien adentro.
- Hoy vas a acabar como una verdadera putita Ana, vas a llegar al orgasmo sin
siquiera tocarte tus genitales.
Mi cola ya estaba lubricada, pero de igual forma, mientras me dec�a esto, vi que
Susana preparaba el pene de su Ama tom�ndolo con sus dos manos y lubric�ndolo en
toda su extensi�n, despu�s de esto, mientras Mabel separaba mis nalgas, Susana
tom� su pr�tesis y la coloc� en la entrada de mi cola.
No fue Mabel quien se movi�, sino que por el contrario, fue Susana, quien
gui�ndola con sus manos fue introduci�ndo el sensacional aparato dentro m�o
cent�metro a cent�metro. Poco a poco sent� como entraba en m� y tambi�n comenc�
a experimentar sensaciones nuevas cuando la pr�tesis comenz� a estimular zonas
que hasta ese momento hab�an permanecido v�rgenes.
En eso ten�an razon, esperaba sufrir y en realidad su textura era sumamente
suave y flexible, as� que al contrario de mis expectativas, comenc� a gemir una
vez mas casi sin darme cuenta.
- Mir� la putita, parece que le gusta. Dijo Mabel - Bueno, ya est� toda adentro,
fue la �nica respuesta de Susana.
No lo pod�a creer, al igual que Susana me hab�a tragado por completo semejante
instrumento, y puedo garantizarte que estaba disfrut�ndolo mucho.
Susana entonces me tom� una de las piernas, indic�ndome que me acostara boca
arriba, me di vuelta con cierta facilidad, al fin y al cabo con las dimensiones
que ten�a no era necesario cuidar para que no se saliera.
Una vez en esta posici�n, Mabel comenz� a moverse lentamente, retir�ndose un
poco y luego volviendo a introducirse dentro m�o. Sus movimientos eran cada vez
mas amplios de forma que cada vez era mayor la extensi�n de su pene que
introduc�a y retiraba. Luego de un rato ya estaba realizando todo el recorrido
que su cuerpo le permit�a y siempre movi�ndose muy lentamente para evitar el
lastimarme.
No puedo describirte las sensaciones que esto me produc�a eran totalmente nuevas
y me sent�a al borde del orgasmo.
- Parece que Anita est� por acabar. Dijo Mabel No termin� de decirlo que un
temblor recorri� todo mi cuerpo al tiempo que sent�a como se mojaba mi
entrepierna, fue espectacular, hab�a acabado por la cola como toda una puta y
a�n continuaba excitad�sima.
Cuando mi cuerpo termin� de sacudirse, Mabel me dice: - Vos sab�s que adem�s
esta pr�tesis tiene eyaculador, as� que ahora Susana y yo nos vamos a dar el
gusto de darte toda nuestra leche como una putita que sos.
Que pod�a decir? - Si por favor, fue lo �nico que pude articular.
Susana se situ� cerca de mi cabeza y mientras me invitaba a besar sus genitales
me dec�a: - A ver la nena como toma su mamadera.
Comenc� a besar su cl�toris inflamado mientras Mabel, continuaba entre mis
piernas y comenzaba a masturbar con ambas manos la gigantesca pr�tesis, con una
de ellas la sosten�a, mientras que con la otra masturbaba su extremo como si se
tratase de un pene verdadero.
Mi excitaci�n no hab�a declinado todav�a y continuaba totalmente enloquecida,
hasta que finalmente, producto de mis atenciones, Susana alcanz� un orgasmo que
verti� por completo en mi cara, mientras tanto, Mabel en el otro extremo, activ�
el dispositivo eyaculador y derram� sobre mi pecho todo su semen sint�tico.
Eso si, imagina que con el tama�o del artefacto era mucho el l�quido que
contenia, de forma que mi corset nuevo qued� completamente ba�ado en sus
flu�dos.
Despu�s de esto nos recostamos las tres en el piso, la experiencia hab�a sido
verdaderamente sensacional, �nica, gloriosa. Jam�s hubiera pensado que podr�a
gozar tanto.
Entonces Mabel me dice: - Sab�s que este S�bado tengo otra reuni�n con mis
amigas en casa y estoy necesitando de una segunda mucama, pensaste en un empleo
permanente? No pude imaginar lo que ser�a una reuni�n con diez o doce mujeres
todas como Mabel, pero estaba totalmente dispuesta a averiguarlo.
As�, Susana es ahora el Ama de Llaves, yo como Sirvienta estoy bajo sus �rdenes
y si bien abusa de mi ocasionalmente, eso es algo que me encanta. Todos los
s�bados recibimos a las amigas de la Se�ora y las atendemos satisfaciendo todos
sus caprichos, hasta ahora no hemos tenido ninguna queja sobre nuestro
servicio."
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Relato: La tienda de lenceria
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