Ese d�a desde el momento en que despert�, me observ� y me di
cuenta que no era un d�a normal. Hab�a despertado con tanta excitaci�n que mi
verga estaba completamente dura. No pod�a pensar en otra cosa nada m�s que en
cogerte. Deseaba que estuvieras conmigo para coger contigo desde la ma�ana y
durante todo el d�a, pero no estabas ah� y yo ten�a que ir a trabajar.
Todo el d�a estuve pensando en tus tetas, en tu co�o, en tus
l�quidos, en esas piernas duras, en tus ricas nalgas, en la �ltima vez que
hab�amos hecho el amor y hab�as temblado de placer.
No pod�a dejar de pensar en comerte el co�o y disfrutar del
sabor del placer. No pod�a dejar de pensar en c�mo te estar�a penetrando si en
ese momento estuvieras conmigo.
Me causaba m�s excitaci�n el estar sentado pensando en ti, ir
sintiendo cada vez m�s dura mi verga, hasta al punto que quer�a salirse de mi
ropa interior. Me excitaba cada vez m�s al pensar que si ten�a que levantarme de
la silla todo mundo iba a notar mi verga parada.
Disimuladamente todo el d�a me la hab�a pasado toc�ndome.
Pero me tocaba pensando en ti, pensando en que eran tus manos las que tocaban mi
verga totalmente dura, me tocaba pensando en que en ese momento podr�as estarme
haciendo una rica mamada al igual que lo hab�as hecho la �ltima vez que
estuvimos juntos. Recordaba en ese momento tu lengua recorrer mi glande y chupar
todo mi pene hasta que casi te tocara la garganta. Que desesperaci�n el tener
que estar en la oficina, sin poder masturbarme y peor sin estar contigo.
Finalmente lleg� la hora de hablar contigo por tel�fono y yo
procur� estar en el laboratorio en lugar de la oficina. Desde que comenzamos a
hablar not� que tu tambi�n ten�as ganas de coger, pero ya que no est�bamos
juntos, cuando menos de masturbarte junto conmigo por tel�fono.
Mi verga segu�a dura, y en eso me dijiste con una voz
cachonda y quiz� ya gimiendo de placer:
Amor, no dejes de hablar, que eso me gusta.
De inmediato supe que estabas tocando tu co�o, que estabas
tocando tus tetas, que ya te estabas poniendo h�meda y que tu excitaci�n poco a
poco se incrementaba m�s.
Yo trat� de fingir y te dije:
�Qu� est�s haciendo? �Por qu� no quieres que deje de
hablar?
S�lo pudiste contestar con voz de placer:
- Porque me encanta sentir esta excitaci�n, me gusta mucho
jugar con mi cl�toris, sentir esta enorme humedad y despu�s chupar mis dedos, es
como si despu�s de hacerme sexo oral me estuvieras besando. Es delicioso me
gusta.
Yo en ese momento no aguant� mis ganas, y sin importar que
estaba en la oficina fui a cerrar la puerta y a dar un vistazo para ver cu�ntas
personas quedaban. En realidad no quedaba mucha gente, y la puerta tampoco
cerraba bien. El pensar que pod�an encontrarme, pero que estabas del otro lado
del tel�fono masturb�ndote me volv�a loco.
Sin m�s que hacer, saqu� mi pene completamente erecto, me di
cuenta que estaba completamente lleno de l�quido preseminal y con mis dedos
comenc� a esparcirlo por toda la cabeza de mi verga para que pudiera resbalar
bien el prepucio de mi pene mientras me masajeaba.
Qu� rico era estarme masturbando en el laboratorio, oy�ndote
excitada, y mientras tambi�n tu te masturbabas. Me encanta o�rte decir la forma
en la que te est�s tocando, por las partes que te tocas, c�mo lo est�s haciendo,
si te gusta y qu� tanto placer te produce.
Mi humedad fue disminuyendo un poco, m�s no as� mi erecci�n.
Entonces puse saliva sobre la cabeza de mi pene y me segu� masturbando de la
forma m�s deliciosa. Qu� rico, de arriba para abajo, pensando en que te estoy
penetrando, sentir c�mo mi verga se llena m�s de sangre, sentir que est� a punto
de estallar, pero sobre todo estarte escuchando que tambi�n est�s muy excitada.
Te dije:
Amor, que rico me estoy tocando, muero de las ganas que
estuvieras aqu� conmigo para estarte penetrando, para que disfrutaras junto
conmigo de esto que estoy haciendo pensando en ti. En cualquier momento
podr�a venirme
Me contestaste:
A mi tambi�n me encanta, sigue, sigue igual que yo
tambi�n ya me voy a venir. Quiero que te vengas, me encanta sentirte c�mo te
vienes, y pensar en que me vas a llenar toda con tu semen.
Eso desencaden� m�s mi excitaci�n, segu� jal�ndomela con el
mismo ritmo hasta que el placer comenz� a invadir por todo mi cuerpo, se
comenzaron a contraer mis m�sculos abdominales, comenc� a sentir los poros de mi
cuerpo abrirse, a transpirar, y mientras yo continuaba pensando en que te estaba
penetrando.
As� al poco instante te o� gemir de placer y me dijiste que
te estabas viniendo, en ese mismo instante yo no aguant� m�s y comenc� a
chorrear por todos lados mi semen, cada contracci�n era una descarga de mi
lechita caliente, que escurr�a ya por toda mi mano, por mis bolas, mi abdomen y
hasta tambi�n mi pantal�n.
Fue una descarga de semen como pocas veces, tan placentera,
una gran cantidad de leche y todo gracias a ti, a tu excitaci�n y al deseo que
tengo de penetrarte.
El tener casi al mismo tiempo tanto tu orgasmo como el m�o,
es algo incre�ble. Definitivamente esa masturbada ha sido de las m�s memorables
en la vida, el deseo ferviente de estar contigo, la excitaci�n provocada por tu
orgasmo, estar en la oficina, un lugar prohibido hizo de ese d�a un d�a lleno de
placer y acci�n.
Mientras estemos lejos, de ahora en adelante todos los d�as
estar� esperando el momento de poder hablar por tel�fono contigo�