Pablo llego a las cuatro de la madrugada a su casa, sinti�
ruidos en el cuarto de su madre y decidi� dar un vistazo, su madre se encontraba
en su cama aun vestida y respiraba nerviosamente, su aliento a alcohol, hacia
presumir el efecto que la separaci�n de su marido hab�a causado en ella

Se despert� de repente y su hijo le recrimino, el haber
tomado tanto, Mar�a que as� se llamaba la madre de Pablo, le dijo hablando
dificultosamente a causa del alcohol: tu padre me dejo, por que estoy muy gorda
ya nadie me desea, m�rame y dejo a la vista de su hijo sus rellenas pierna,
t�calas hijo, vamos sin verg�enza haslo Pablo toco las piernas de su madre y su
excitaci�n creci�.

El pene de Pablo estiraba la tela de su pantal�n, su madre se
dio cuenta de ello y comenz� a acariciarlo por sobre el pantal�n, al tiempo que
le dec�a tu me deseas Pablo, s�cate tu camisa y mu�strale a tu madre lo guapo
que te has puesto y ayudo a desnudarlo, yo tambi�n te deseo, deseo chupar tu
pene, d�jame chuparlo hijo.

Y asi lo hizo los deseos de su hijo aumentaban a cada lamida
de su madre, la visi�n de sus poderosas nalgas y de su rollizo cuerpo y de esa
boca tibia que aprisionaba su pene lo excitaba y amaba a esa mujer y la deseaba,
era incesto y que, no iba a dejar que el alcohol destruyera a su madre , ella
necesitaba sentirse deseada y el la deseaba, como nunca hab�a deseado a una
mujer y su miembro recorrer�a los lugares que el miembro de su padre recorri�,
profanar�a es fuente de placer que solo hab�a pertenecido a su padre.

Cuando su pene se hundi� en la vagina de su madre una
sensaci�n de extrema calidez lo invadi�, era como, si luego de varios a�os
hubiera encontrado el camino de vuelta a casa, r�os de esperma invadieron las
entra�as de su madre, que estallo en un poderoso orgasmo, que la sacudi� de pies
a cabeza, chupo los restos de esperma del miembro de su hijo y lo beso en la
boca, su aliento a alcohol, no le importaba, Mar�a se entrego por completo a su
hijo y no protesto siquiera, cuando el pene de su hijo se hundi� en su ano y sus
embestidas la hicieron gritar de dolor y placer, la leche de su hijo, se derramo
en su interior y no seria la ultima vez.