Relato: La maestra Chayo



Relato: La maestra Chayo


Chayito, la maestra




Al paso de los d�as se hab�a convertido en un placentero
ritual: poco despu�s de las seis de la tarde la clase terminaba, la maestra se
levantaba de la silla que antes ocupara y caminaba con pasitos lentos, se
deten�a justo en la puerta que daba paso a la sala, se apoyaba en el marco y
volteaba hac�a mi con aquella tierna mirada. Era la se�al para que la siguiera.
Yo la encontrar�a sentadita en su cama, esper�ndome. Nunca se quitaba la ropa,
aquel adusto y ase�orado vestido oscuro, con el que pretend�a seguir denotando
su duelo. S�lo se levantar�a un poco de la cama para luego meter sus manos bajo
el vestido y bajarse los calzones, entonces se ofrec�a. Unas veces se acostaba y
entreabr�a las piernas, esperando mi ataque, otras era m�s osada: se colocaba de
bruces en la orilla de la cama esperando con ansia a que yo llegara por detr�s,
le alzara el vestido y antes de dejarle ir el pito entre las nalgas contemplara
aquellas medias negras que le llegaban a la parte alta de los blancos y
perfectos muslos. Siempre con aquellas medias negras, de luto, pero excitantes
pues hac�an resaltar la inmaculada blancura de su piel. Aquello aumentaba mi
excitaci�n y la de ella, creo. Luego ven�a lo mejor, penetrar con la verga bien
erecta la peluda pucha de pelos casta�os y labios oscuros, requemados, caf�s,
casi prietos.


Cog�amos los lunes y jueves, de seis a ocho, y durante ese
tiempo le echaba tres palos, tres gloriosas venidas que eran acompa�adas por
seis o siete orgasmos apenas silenciosos, de apagados quejidos de Chayito. Luego
del �ltimo orgasmo ella me proporcionaba su pantaleta para limpiar mi verga de
nuestros chorreantes y viscosos jugos, y antes de irme ella me acompa�aba a la
puerta, delicadamente pon�a en mi mano algo de dinero y su vocesita hac�a la
siguiente cita "�vienes el jueves?", o el lunes, seg�n tocara.




Los inicios




Ambos viv�amos en aquel pueblo bicicletero del estado de
Hidalgo. Con mis potentes 17 a�os cursaba la prepa reci�n abierta en un poblado
cercano y pronto tuve problemas con el �lgebra, corr�a el riesgo de reprobar y
algo ten�a que hacer, entonces conoc� en persona a la maestra Rosario.
Anteriormente la miraba pasar en aquella carreta jalada por una vieja mula,
llevaba a vender la leche que daban sus tres o cuatro vacas. Era una viuda
joven, Chayo tendr�a cerca de 40 a�os y hab�a sido maestra, pero dej� la escuela
cuando su marido enferm� y muri� a los pocos meses. La mujer ten�a una
apariencia enga�osa, siempre sal�a a la calle con vestidos oscuros y largos
hasta los tobillos, sobre la cabeza aquel desgastado reboso negro. As� parec�a
m�s vieja de lo que era, pues ya en su casa y sin reboso desplegaba sus ocultos
encantos: facciones bellas y delicadas, pelo largo y casta�o, prisionero siempre
de una larga y gruesa trensa, su piel muy blanca, casi lechosa, un par de tetas
que pese a su tama�o parec�an firmes y nada aguadas, y su trasero, hummm, dos
perfectas esferas de carne dura y de sinuosas l�neas curvas.


Chayito daba clases privadas a chamacos que como yo andaban
en problemas acad�micos, desde chiquillos de primaria y secundaria, hasta
cabrones ya huevoncitos como yo. Con esto ganaba el dinero necesario para vivir,
adem�s de lo que le procuraba su peque�o establo.


Por fin me decid� a acudir a ella. Me acept� gustosa.
Tendr�amos clase los lunes y los jueves, cobrando cada vez 15 pesitos por la
repasada de �lgebra. Luego de dos semanas la paciencia e inteligencia de ella
lograron que yo dominara las ecuaciones de segundo grado, present� el examen y
aprob�!, casi brincando de alegr�a fui a darle la buena nueva a Chayito, ya no
tendr�a que ir a sus clases. Pero otros eran los planes de la maestra: "pues si,
ya pasaste este examen, pero ser�a bueno que siguieras viniendo para repasar
otras cosas", lo pens� un poco y qued� de ir al siguiente lunes, "no le prometo
nada maestra, no se si pueda seguir viniendo despu�s, se me dificulta un poco
reunir para pagarle la clase", le dije.




El descubrimiento




Luego de aquello y ya camino a mi casa me puse a pensar un
poco m�s en la maestra Chayo. Era tan linda mi maestra!, pens�, y luego de un
a�o de viudez..., �tendr�a hombre la Chayito?..., a veces durante las clases
conmigo hab�a descubierto cierto nerviosismo en su voz y en el movimiento de sus
manos. Y aquella vez que se acerc� un poco m�s y nuestras manos se tocaron...
ella casi brinc�, su rostro enrojeci� y su respiraci�n pareci� sofocarse. Sin
embargo parec�a tan seria la maestra, aunque conmigo se portara siempre
sonriente, y hasta podr�a decir que cari�osa...


En la siguiente clase la not� m�s nerviosa que de costumbre,
el l�piz cay� varias veces de su mano y su voz parec�a entrecortada. Por fin
terminamos, y mientras recog�a mis cosas la vi de pie recarg�ndose levemente
sobre el marco de la puerta, dirigir su mirada hac�a mi y con una imperceptible
inclinaci�n de su cabeza me indic� que la siguiera. Eso hice. Iba detr�s de ella
cuando entr� en su cuarto. La vi sentarse en la orilla de la cama sin despegar
su mirada de m�. La vi alzarse un poco para quitarse la ropa interior. Vi que su
respiraci�n se agitaba. La vi recostarse delicadamente sobre la cama. La vi
tomar su vestido con ambas manos y subirlo poco a poco a lo largo de sus muslos,
descubriendo sus medias negras y la blancura de sus piernas. Ya me esperaba, era
obvio.


Con premura me quit� los pantalones y la truza y me acerqu�
conteniendo la erecci�n de mi pito con una mano. Cuando me sinti� cerca de ella
abri� las piernas y el vestido subi� hasta la cintura descubriendo el peludo
sexo casta�o y la blancura de la piel de su pelvis. Entonces me fui acostando
lentamente sobre Chayito, entre sus piernas, cubriendo su cuerpo, nuestros
rostros casi se tocaban y pese a que ella ten�a la cabeza de lado not� su
entrecortada respiraci�n.


Ya estaba sobre ella y mi verga rosando el peludo chumino.
Levant� un poco el cuerpo para apuntar mi palo entre los labios peludos, sent�
aquello caliente y mojado, pero no la penetr�, algo me deten�a, esperaba yo
alguna se�al, pese a ello involuntariamente mov� un poco el garrote, haciendo
que se deslizara a lo largo de la raja, sent� entonces que Chayo abr�a m�s sus
piernas, dobl�ndolas un poco, como para aprisionarme mejor y acto seguido pas�
su mano derecha entre los cuerpos hasta alcanzar el garrote que jugueteaba en su
panochota caliente. Volte� a mirarme con aquella dulce y apasionada mirada y
dijo "todo, d�melo todo!" y ella misma condujo la punta de la verga a la entrada
de su vagina.


Al sentir que mi verga empezaba a entrar en su apretado
agujero, algo se apoder� de mi pito, la carne del canal vaginal se ajustaba con
tal precisi�n que pod�a sentir que aquello me succionaba. Presion� m�s,
lentamente, hasta que media verga estuvo sepultada en Chayito, me contuve pero
lleno de ansiedad por fin arrempuj� todo y nuestros vellos chocaron, ya la ten�a
toda!, en ese momento la mujer emiti� un largo y c�lido suspiro y sus manos
rodearon mi cuerpo hasta posarse en mis nalgas apret�ndome contra ella. Sus
piernas rodearon mi cintura y sus pantorillas me entrelazaron por detr�s. Nos
quedamos quietos, Chayo no me dejaba mover, me apretaba, brazos y piernas me
aprisionaban, fuerte, como queriendo que la penetrara a�n m�s, as� permanecimos
por casi un minuto hasta que ella sola se movi�, apenas algo, imperceptiblemente
su pelvis se alz�, baj� y subi�, pero ni a�n as� afloj� su apretado abraz�, al
contrario, sent� con mayor fuerza sus piernas alrededor de mi y sus manos
empujando mis nalgas contra ella. De repente un ininteligible gemido gutural
escap� de su boca, transfigurado en una mueca, se estaba viniendo!, todo su
cuerpo brinc� violentamente, una y otra vez, sin soltar en ning�n momento la
verga sumergida en su vagina, s�lo mene�ndose con furia sobre la cama. Los
espasmos de su cuerpo fueron disminuyendo, asimismo la fuerza del abrazo.


Los brazos soltaron mis nalgas y l�nguidamente cayeron a los
lados de su cuerpo, empec� a moverme sobre ella, sacando poco a poco todo el
miembro, para luego sepultarlo de nuevo, as� una y otra vez, recre�ndome con
aquellas deliciosas sensaciones, pero ahora la pucha hab�a cambiado, ya casi no
apretaba, estaba floja, tremendamente abierta, con aquellos ap�ndices carnosos
que se adher�an al lomo de la verga cuando mi pito arremet�a.


En determinado momento me alc� un poco, tan s�lo para mirar
como entraba y sal�a el garrote y lo que vi que quit� el aliento, all� abajo
estaba la pucha abiert�sima y lo incre�ble!, la cantidad de jugos expulsados por
Chayo era tal que ambos est�bamos empapados de aquellos l�quidos viscosos y
blanquecinos, escurriendo hac�a abajo hasta embarrar parte del negro vestido y
la colcha de la cama.


Me la segu� cogiendo, con fuerza, sacando el garrote por
completo para luego arremeter con furia dentro de abierto agujero. Chayo volvi�
a gemir, respirando con fuerza. Entonces alz� las piernas hasta apuntar con
ellas el techo de la habitaci�n, las sostuvo as� ayud�ndose con los brazos, con
lo que hab�a m�s libertad para cog�rmela.


Seguimos montados, estrechamente conectados, embriagados
ambos por aquel penetrante olor a mujer caliente, a orgasmo femenino, hasta que
en el en�simo empuj�n Chayito con voz entrecortada me dijo "sigue, anda sigue,
d�melo todo, lo quiero entero, ya, ya...., hummm, ya, m�s, todo, lo quiero
todo", entonces de nuevo su cuerpo vibr�, se estremeci�, hasta que casi
convulsionada se empez� a venir. Metiendo y sacando mi verga de su albergue mir�
hac�a abajo para ver como la pucha escurr�a sus jugos, los expulsaba con fuerza,
me mojaba con aquellos continuos chorros, hasta que incapaz de soportar tanto
placer me dej� ir por completo y mis chorros fueron los que ahora inundaban el
tremendamente abierto sexo de la mujer.


Todav�a mi verga segu�a inyectando mocos en Chayito cuando
ca� sobre ella, nos fundimos en apretado abrazo y su boca busc� la m�a, nos
besamos apasionadamente una y otra vez, sintiendo como los movimientos de
nuestros cuerpos aumentaban el placer sentido, hasta que poco a poco �ste fue
disminuyendo. Seguimos abrazados, hasta que ella afloj� sus brazos y yo me fui
deslizando fuera de ella hasta quedar acostado junto a la mujer que al sentir
que la verga abandonaba su vagina presurosa llev� su mano hasta mi pelvis,
buscando aquello que la hab�a hecho tan feliz. Tom� la pringosa verga, la
acarici� suavemente y con voz bajita apenas dijo "ya tienes que irte, disculpa".


Chayo se levant� de la cama y tomando su pantaleta procedi� a
limpiar mi sexo y sus alrededores con cuidado y delicadeza, luego proced� a
vestirme. Con mis �tiles bajo el brazo estaba ya en la puerta cuando ella me
detuvo: "�vienes el jueves?, debes seguir repasando, no hace falta que pagues,
mira ten un poco de dinero para tus gastos, de ah� compras algunos condones...,
�quieres?". Brincando de felicidad sal� de la casa de Chayo, tendr�a clases,
dinero y verija gratis!




Aprendiendo m�s




No obstante la primera cogida Chayito no cambi� su trato
conmigo. Ya fuera en la calle o tomando clases era la misma que siempre hab�a
conocido. Cuando la llegu� a ver llevando a entregar la leche de sus vacas
siempre la misma, vestidos oscuros hasta el tobillo, reboso negro y desgastado
sobre la cabeza, evadiendo mi mirada, callada. En clase igual, pero atenta y
eficiente en sus explicaciones. Luego casi al terminar la clase, cuando los
dem�s chicos se iban me dec�a: "t� espera un poco, voy a ponerte otros
ejercicios".


Ya sab�a de qu� "ejercicios" se trataba. Ya conoc�a el camino
a su rec�mara. Ella estar�a esper�ndome ah�, sin quitarse la ropa, l�nguida
sobre la cama con las piernas abiertas, cubiertas por sus infaltables medias
negras.


As� ocurri� un d�a de tantos, pero ahora las cosas
cambiar�an. Ahora ella no estaba recostada de espaldas sobre la cama. La
encontr� arrodillada en la orilla de la cama, parando las nalgas. Ya cuando le
alzaba el vestido negro me lo dijo: "ahora ser� diferente, aprender�s una nueva
lecci�n". De momento no entend� a que se refer�a. Pero cuando ya mi verga
apuntaba entre sus nalgas sent� la delicada caricia de su mano, que hab�a pasado
entre sus piernas, con ella tom� la verga erecta, empero no la dirigi� a su
pucha abierta y peluda, hizo algo diferente, peg� m�s su cuerpo a la cama, como
para que mi pito quedara a otra altura, sent� como ella dirigi� el �mbolo hacia
otro lugar, a su culo!, con emoci�n contenida sent� como la punta de mi garrote
apuntada directamente a ese apretado conjunto de pliegues renegridos.


Cuando ella sinti� que ya la ten�a en el sitio correcto su
vocesita dijo: "ahora empuja un poco, despacio, poco a poco". Segu� sus
instrucciones, manteniendo la presi�n de mi verga sobre aquello tan apretado y
de pronto un inesperado "ayyyy" y la sensaci�n de que algo me apretaba de forma
dolorosa sobre la verga me confirm� que ya estaba dentro de ella, dentro de su
culo!, ya casi estaba en el cielo sintiendo esas maravillosas sensaciones cuando
Chayo me sac� de trance: "espera..., poco a poco, m�telo despacio que me
destrozas!...". S�lo mantuve la presi�n de la verga y fui penetrando, todo,
completamente, hasta que la base de mi verga peluda choc� contra los cachetes de
sus nalgas, ah� me mantuve, sintiendo esa doble sensaci�n. Por un lado la dura
presi�n del anillo anal sobre mi verga, por el otro la deliciosa y placentera
sensaci�n de aquello que parec�a succionarme y contagiarme con su tremendo
calor.


Durante minutos estuve recreando todo aquello, hasta que la
maestra se empez� a mover, lentamente. Yo la segu�, agarrado fuertemente de sus
nalgas, apretando con fuerza mis manos sobre aquella carne rotunda y hermosa,
lentamente se la fui sacando, mi pito iba hacia afuera con tal lentitud que con
la respiraci�n contenida mir� como la carne que rodeaba el pito se aferraba al
garrote, y cuando s�lo la cabeza qued� dentro de ese ardiente y apretado
agujero, volv� a meter todo el palo, repet� la misma operaci�n dos o tres veces
m�s, descubriendo como ahora ese apretado conducto se hab�a distendido pues ya
mi verga iba y ven�a con cierta facilidad. Chayito s�lo emit�a leves murmullos,
moviendo sus caderas al comp�s de mis arremetidas, entonces el ritmo aument�, la
carne de sus nalgas brincaba con cada furiosa arremetida y sus apagados quejidos
se hicieron m�s intensos, sus "ahhhh, hummmm, ahhhh", llenaron la habitaci�n, y
dos o tres metidas antes de que mi leche le llenara las entra�as todo su cuerpo
se estremeci� y casi gritando anunci� que se estaba viniendo, por fin el placer
se hizo insoportable y mi verga escupi� chorros de leche dentro del culo de mi
maestra.




Las confidencias




Continuamos cogiendo lunes y jueves de cada semana, en el
mismo ritual, sin que cambiara ella su actitud hacia mi, ante los dem�s o en la
calle era la misma mujer apagada y oprimida por un duelo que no se quer�a
quitar. Cuando est�bamos a solas se transformaba, era entonces una mujer
apasionada, pose�da de una intensa calentura sexual, capaz de realizar todas sus
fantas�as, pero luego de darle placer hasta llenarla a m�ltiples orgasmos,
volv�a a su retraimiento. Yo me iba a mi casa con la verga dolorida de tanto
coger y ella satisfecha apenas se atrev�a a depositar un casto beso en mi
mejilla y su anhelante pregunta: "�vienes el jueves?", o lunes, seg�n tocara.


Pasaron los meses y una tarde luego de darle verga en
distintas posiciones le anunci� que har�a el examen de admisi�n en la
universidad del Estado, que quer�a estudiar qu�mica y que posiblemente si
aprobaba tendr�a que irme a vivir hasta la capital, donde adem�s tendr�a que
buscar un empleo de medio tiempo para poder sufragar mis gastos.


Aquello desencaden� sentimientos muy reprimidos en Rosario,
de repente se puso a llorar, pero no en silencio, sino a grito abierto, casi
hist�rica me reclamaba "�por qu� te vas?, �qu� te falta conmigo?, �qu� no te he
dado?, �por qu� me abandonas si sabes cu�nto te quiero?", y m�s y m�s reproches.
Su reacci�n me sorprendi�, nunca esper� algo as�, la dej� llorar a solas,
mientras me ba�aba.


Cuando sal� su ataque hab�a terminado, ya vestido la alcanc�
en la cocina, donde ella estaba preparando caf�, entonces me dijo: "tienes
raz�n, disc�lpame, tienes que seguir tu camino, eres un chico muy inteligente y
si tienes la oportunidad debes aprovecharla, perd�name por haberte dicho tantas
cosas..., deseo que te vaya bien, pero cuando vengas procura pasar a visitarme".


Yo le dije que para eso faltaban algunas semanas, que no se
preocupara, que nos seguir�amos viendo, que no ten�a por qu� ponerse triste, que
yo la quer�a mucho y que le agradec�a enormemente haberme ayudado tanto para
sacar la prepa, aquello la calm�. Cenamos rodeados de tal calidez y felicidad
que podr�a decirse que �ramos ambos una perfecta pareja de casados, contentos y
satisfechos.


Cuando supe el resultado del examen y lleno de contento se lo
particip�, Chayo me ten�a una sorpresa: hab�a vendido una parcela de terreno que
su difunto marido le hab�a dejado, con ese dinero podr�a yo rentar un
departamento y sufragar mis gastos m�s apremiantes, "pero si descubro que andas
metiendo viejas a tu casa, soy capaz de matarte, tu eres m�o". Por supuesto que
me opuse, me negu� terminantemente, le dije que un familiar lejano hab�a
aceptado rentarme un cuarto en la azotea de su casa, que ah� vivir�a y que
aparte mi familia me enviar�a algo de dinero.


Ella se opuso: "de ninguna manera, ya vend� el terreno, el
dinero es tuyo, tu sabes lo que haces con �l, cuando est�s instalado me avisas
para ir a verte o cuando tu puedas vienes aqu�, yo no quiero perderte, te quiero
much�simo, me haz hecho una verdadera mujer, despu�s de tantas noches de
soledad".


Luego de discutir un rato, ambos acordamos seguir juntos, yo
vivir�a en el cuarto del familiar aquel y ella podr�a ir a verme, quedar�amos en
alg�n lugar y nos ir�amos a coger rico, o bien si yo pod�a vendr�a al pueblo a
verla. De todos modos ella me dio la mitad del dinero obtenido con la venta del
terreno, pero quedamos que aquello era sin compromiso para ninguno de los dos.


El acuerdo funcion� el primer a�o. La pasi�n que sent�amos
ayud� a mantenernos juntos. A veces Chayito me sorprend�a llegando un d�a antes
como para tratar de sorprenderme en alguna movida, pero eso nunca ocurri�.
Siempre llegaba llena de cosas para mi, ropa o libros y m�s dinero. La lana se
la regresaba, no ten�a tantos gastos, adem�s ya ten�a trabajo, por las noches
ayudaba en un restaurante de tacos y con el sueldo y las propinas ten�a para los
gastos de la semana, adem�s ya ten�a novia, la hija del due�o del restaurante.


Eso si, durante ese a�o, Chayito sigui� siendo igual de
caliente, como ahora le daba verga s�lo una vez por semana, pues llegaba a mi
llena de ganas. En diciembre, mientras festej�bamos cogiendo me dijo que tal vez
ya no podr�a ir tan seguido a la capital, que las cosas con sus vacas no andaban
bien y que estaba un poco recortada de gastos. Eso no importa, le dije. "Yo
vendr� a verte".




Sorpresas te da la vida...




Sin embargo, cuando en enero por fin pude ir a visitar a mi
familia me encontr� con noticias inquietantes: "f�jate que la maestra Chayo anda
de novia con el boticario y al parecer est� embarazada, dicen las malas lenguas
que la Chayito le dio puerta al gachup�n ese y que al parecer prontito tendremos
casorio", me coment� una de mis hermanas.


Escuchar aquellas noticias por supuesto que me inquiet�, pero
no hice nada, durante esos d�as no busqu� a Rosario, fue ella quien me llam� un
d�a antes de mi partida, ya no podr�amos vernos, en unos d�as se celebrar�a su
matrimonio por el civil y luego de una semana se casar�a con el espa�ol por la
iglesia, me pidi� perd�n y me asegur� que siempre me amar�a, s�lo alcanc� a
preguntar: "dicen que est�s embarazada...", "si..., es tuyo", fue lo que dijo y
luego colg�. Lleno de preguntas y totalmente confundido reinici� mis estudios..


Ese fue el final de mis aventuras con la maestra Chayo. Al
paso del tiempo y a pesar de los contratiempos me gradu�, mi noviazgo con la
hija del taquero no prosper�, en parte porque el se�or no aceptaba que un simple
ayudante de su negocio se quisiera casar con su hijita, y lo peor, que siendo �l
un esforzado taquero, su ayudante ya convertido en ingeniero fuera m�s que �l.
Le ment� la madre y me fui.


Antes de aceptar la oferta para trabajar en Pemex, en la
sonda de Campeche, tuve tiempo para visitar mi pueblo y a mi familia. Todos
estaban m�s que contentos con mi promisorio futuro.


Y una tarde en que acompa�ado de mis m�s cercanos familiares
com�a en un restaurante de los portales del z�calo pueblerino, curioso vi pasar
a una elegante se�ora, muy bien vestida, caminando despacio, como luciendo su
belleza y su posici�n, llevaba de la mano a un chiquillo, un hermoso ni�o de tez
blanca como su madre y pelo lacio y casta�o. "Es Chayo, tu maestra, el gachup�n
no le aguant� ni un a�o, se le muri� prontito, ahora es muy rica, el viejo le
dej� toda su herencia, dos o tres farmacias, dos vecindades y hasta este
restaurante, donde comemos, son de ella, pero dicen las malas lenguas que el
ni�o no es del espa�ol..., �qui�n sabe?", coment� una t�a.


La vi pasar con ese paso lento y pausado, como disfrutando de
su posici�n, Chayo ten�a lo suficiente como para ya no preocuparse jam�s. Antes
de subirse a su lujoso auto la vi mirar a donde est�bamos, como dirigi�ndome un
adi�s. Por supuesto que la busqu�. Me recibi� una ma�ana en su casa y me
present� a su hijo. Estaba contenta y feliz de verme, "bueno ahora que conoces a
tu hijo que dices?", coment�.


No supe que decirle. "Desde la primera vez que estuve contigo
desee tener un hijo tuyo, ahora lo tengo y se que mientras lo tenga te tendr� a
ti, aunque ya no est�s aqu�, perd�name por no haberte dicho nada de mi embarazo,
y por supuesto de los avances del boticario, pero era m�s importante que tu
siguieras tu carrera, �l era un buen hombre y aunque no lo creas acept� que nos
cas�ramos a pesar de que yo estaba embarazada, yo se lo dije en su momento y
pese a ello acept�, supo que el hijo era tuyo", ese d�a volvimos a hacer el
amor, como en los viejos tiempos, siguiendo ella aquel ritual que tanto nos
hab�a unido, lo hicimos como dos amantes desesperados y ansiosos luego de una
angustiosa separaci�n.




Por favor vota el relato. Su autor estara encantado de recibir tu voto .



Número de votos: 0
Media de votos: 0


Relato: La maestra Chayo
Leida: 3798veces
Tiempo de lectura: 14minuto/s





Participa en la web








Contacto
Categorias
- Amor filial
- Autosatisfacci�n
- Bisexuales
- Confesiones
- Control Mental
- Dominaci�n
- Entrevistas / Info
- Erotismo y Amor
- Fantas�as Er�ticas
- Fetichismo
- Gays
- Grandes Relatos
- Grandes Series
- Hetero: General
- Hetero: Infidelidad
- Hetero: Primera vez
- Intercambios
- Interracial
- L�sbicos
- MicroRelatos
- No Consentido
- Org�as
- Parodias
- Poes�a Er�tica
- Sadomaso
- Sexo Anal
- Sexo con maduras
- Sexo con maduros
- Sexo Oral
- Sexo Virtual
- Textos de risa
- Transexuales
- Trios
- Voyerismo
- Zoofilia


Afiliados





















relatos sexo dame sobrinarelatos porno me folle a mi hija y a mi nietaRelato porno la indigente cachondaporn bisexsexo con campesina humilde relatos xxxrelatos porno con madres solterasmi hijita de 9 añitos relatoRelato xxx padre e hijarelatos de sexo desvirgando a una nenitaporno gsy relatos ayuda a mi dobrino 1relatos fetichistas con mamasrelatos de incesto por mi soledadme fui con mama y me la cojiabuelito follandopor dinero relatos erticoscaballeros del zodiaco xxxRelatos soy la mujer de mi hijohistorias porno gratisporno con juegosrelatos eroticos de mi comadrerelatos porno con nenas de la sierraRelato cogiendome el culito estrecho de mi nieta menor del colegiohermanos follando relatosPor el culo del perro por primera vez relatos zoofiliarelatos porno nena de 8Relato gratis tias y sobrinas lesbianasrelato le.desvirge el.culo a.mi.mamaRelatos gay motorizadomi mujer calienterelatos eroticos de incesto orgiasfamiliaresRelato porno mi hijastrarelatos eroticos mi padrino y mis hermanasrelatos mi hijo xxxwebcam porno smsRelatos pornos de incesoRelatoeroticos Mi hija 7 a oños analrelatoporno pequeño gayporno relato suegraRelatos eroticos.com/tio sobrina incestoRelatos de imcesto dormidaRelatos porno amor filial follando con mis pequeñas sobrinas bdlol.rurelatos pornorelatos de eroticosRelato erotico de madre con culo gigante enculada x su vecinito atrevidorelato la sobrinita de mi novia 1Relatos eroticos gratis incesto sobrina de 13 añitos primera vezVer relatos eroticos de inciesto no concentidodesvirgando prima de dies años relato heroticoRelatos eroticos mirones playaver todorelato de sexo entre mi tiayoutube porno zoofiliaRelatos.folle.a.mi.hermanito.gays.virgen.relatos cuentos porno bdlol.ru mami papimariana casada tanga relato empinadaabreme el culoporno calienteszipi y zape pornocadaves que cojiamos cpn mi hijo mas queria su verga llema de leche relatosmadura y el cura relatos eróticosrelatos eroticos bdlol.ru padre madrePorno relatos filialRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatorelato erotico chamitarelato porno me folle a la ninerarelatos eroticos de incestotodorelatos lesbicoscuentos porno videosLeer libros eroticos de hijas y padres follandoRelato porno con el director de la escuela de mi hijome cogio un negro en mi despedida de soltera relatoxxxrelatos p papa e hijo geyIncesto con la abuela relatadoshistorias eroticas de nenas de 9 gratisrelatos porno mi sobrino me foyo el chochorelatos eroticos cocinando para mi esposo