Relato: La leona de dos mundos





Relato: La leona de dos mundos


LA LEONA DE DOS MUNDOS



Por: Horny



La �poca en que mejor amamos es aquella en que todav�a pensamos
que somos los �nicos amadores y que nadie ha amado ni amar� nunca tanto


GOETHE



Con todo cari�o para mi dulce Carlitos.


*******


Eduardo estaba asistiendo a terapia debido a un problema de
habilidades sociales. A veces le costaba decir "no", y esto hac�a que el jefe y
algunos avispados subalternos se aprovecharan de su falta de asertividad y lo
sobrecargaran de trabajo.


Un d�a cualquiera, el motivo de consulta cambi� de rumbo.



Eduardo: No le hab�a contado antes porque pens� que iba a
ser capaz de manejarlo solo, pero estoy metido en un problema demasiado
complicado y no se que hacer. Tengo una amiga� pero no es cualquier amiga, ella
fue mi primera novia, volvi� a aparecer ahora� el asunto se me sali� de las
manos, la estoy viendo desde hace unos meses. Quiero que me ayude.


Debo reconocer que la noticia me sorprendi�. Eduardo no era
el t�pico mujeriego ni tampoco el hombre inmaduro o afectivamente inestable que
suele enredarse con facilidad. Ten�a 59 a�os, se hab�a casado hac�a 30 despu�s
de 2 de noviazgo, acababa de enterarse que estaba esperando su primer nieto y
ten�a un proyecto de vida organizado. Aunque no se conocen las causas con
certeza, en algunos varones la llegada del primer nieto puede producir un
incremento notable de la infidelidad, pero �ste no era el caso. El quer�a a su
esposa y estaba bien con ella.


Se hab�a encontrado a su ex novia en un supermercado despu�s
de �34 a�os de no verla!, toda una vida�. Cristina era una mujer bell�sima, con
enormes pechos algo afectados por la ley de Newton pero no gorda, alegre y muy
desenvuelta. Con un hijo de 24 a�os, muy bien conservada a los 57. Cuando
Eduardo la vio sinti� que una descarga el�ctrica lo atravesaba de lado a lado.
La boca de el sec� instant�neamente y la lengua se le trab�. Este ataque de
epilepsia amoroso qued� plasmado exteriormente en un gesto de extra�eza cercano
a la estupidez. Ella lo manej� con m�s elegancia. Lo abraz�, le dio un sonoro
beso en la mejilla y solt� el obligado y halagador: "Est�s igualitico, no has
cambiado nada". �l, con la escasa saliva que le quedaba, se limit� a responder
en eco: "Est�s igualitica, no has cambiado nada". Casi de inmediato, en
mil�simas de segundo su mente recapitul� seis a�os de noviazgo. Como una moviola
fuera de control, las im�genes se acumularon desordenadamente mientras la
taquicardia iba en ascenso. Parec�a que se estaba muriendo. Pens�: "La misma
sonrisa p�cara, el mismo brillo en la mirada, la misma voz". La sensaci�n fue la
de tener una revelaci�n.


Hab�an sido novios desde que el ten�a 19 hasta los 25, hasta
cuando Eduardo se fue a estudiar ingl�s a los Estados Unidos. Entonces ella
conoci� a otro muchacho, se enamor� intensamente y abandon� a Eduardo de la
manera m�s inadecuada: por tel�fono. �l se mont� en un avi�n y regres� a
reconquistar el amor perdido. Cristina dud�, no sab�a que hacer, dej� a uno,
volvi� con el otro, se arrepinti�, hizo intentos, en fin, se embroll� de tal
manera que finalmente decidi� casarse con su nuevo amor. A los siete meses
contrajo nupcias con el desconocido y se fue a vivir fuera del pa�s. El d�a de
la boda, Eduardo asisti� a la ceremonia (igual que en las novelas rosa), se par�
en la puerta de la iglesia y cuando ella dio el "si", se retir� definitivamente.
A partir de ese momento deambul� de un lugar a otro tratando de matar la pena.
Por fortuna, r�pidamente conoci� a su actual mujer, la que limpi� y san� cada
una de las heridas dejadas por la temible Cristina. Este amor no era tan intenso
como aquel, pero lo hac�a crecer, le daba paz y una tranquilidad especial
dif�cil de reemplazar.


No pod�a salir de su asombro. Verla otra vez fue un revolc�n
para la memoria. Ya m�s tranquilos, hicieron el mercado a un lado y se
preguntaron por las respectivas vidas, hijos, c�nyuges, padres, madres y amigos
en com�n. Intercambiaron tel�fonos, direcciones y, claro est�, el e-mail (el
incre�ble, encantador y emocionante correo privado donde uno puede hablar cara a
cara sin ser visto). De esta manera, se dio inicio a una fluida y fruct�fera
comunicaci�n. Comentarios, chismes y relatos interminables: "�Te acuerdas de
esto?", "�Recuerdas aquello?" Risas, remembranzas y tristezas pasajeras mal
disimuladas. Eduardo no dijo nada pero pens�, pens�, pens�. No podr�a dejar de
pensar. En c�mara lenta revisaba su historia afectiva.



Eduardo: Estoy confundido doctora. Ella volvi� a
despertar en m� algo que yo cre�a terminado.



T (terapeuta): Es comprensible. El primer amor no es
f�cil de olvidar. Es el debut afectivo y sexual. No es cualquier experiencia.



Eduardo: �sa es una de las cosas que m�s me mortifican.
Nunca hice el amor con ella. Nunca lo hicimos, pese a lo que sent�amos. Nos
acercamos pero jam�s pude hacerla m�a.



T: �Y entonces?



Eduardo: No s�, creo que me lo merezco. Yo estuve ah�
todo el tiempo, en las buenas y en las malas. Fui fiel� creo que tengo el
derecho de ser su amante� me lo gan�.



T: �Ella que opina?



Eduardo: Dice que me ama�.



T: �Y t�?



Eduardo: Creo que tambi�n. Pero pienso que adem�s hay
mucho deseo y algo de orgullo masculino. Estoy confundido. A veces creo que he
estado enga��ndome a mi mismo todo el tiempo. Yo pensaba que me hab�a casado
enamorado y que a�n amo a mi mujer. Ya dudo.



T: �C�mo va el matrimonio de Cristina?



Eduardo: Ella no est� contenta. Quiere que sigamos
adelante. Incluso habla de separaci�n. Ella le pide cama y el loco se le r�e
dici�ndole que tiene 20 mejores que ella y m�s j�venes. Le ha robado dinero
(varios miles de d�lares y en cosas de la casa). Qued� muy destrozada, sobre
todo moralmente.



T: �Y t� que quieres hacer?



Eduardo: No lo tengo claro. Siento que ella forma parte
de m�. No se como explicarlo, hay algo que me empuja a estar all�, como si �se
fuera mi lugar. La vida nos est� dando otra oportunidad. Nos equivocamos una
vez, pero todav�a podemos enmendar las cosas.



T: �Y tu mujer?



Eduardo: Creo que debo hablar con ella. Me siento mal
si�ndole infiel.



T: �Ya has estado sexualmente con Cristina?



Eduardo: No, nos hemos acariciado y besado, pero
solamente han sido aproximaciones�


No hab�a mucho que hacer. Eduardo estaba invadido por
Cristina. Consecuentemente con lo que sent�a, decidi� irse de la casa por un
tiempo e intentar experimentar a fondo su "reencarnaci�n amorosa". Estaba
dispuesto a jugarse el todo por el todo. Y arrancaron.


Seis meses despu�s, lo que dur� su luna de miel, ten�a a
Eduardo de nuevo en mi consulta.



T: Cu�ntame que ha pasado.



Eduardo: Un jueves hace meses nos vimos un par de horas,
charlando en mi coche y convinimos para el lunes estar juntos por primera vez y
que pasara de todo. El lunes a las 7 de la ma�ana la pas� a buscar y volvimos a
la tarde del martes. No le puedo decir lo que fue, casi una relaci�n continua
desde que llegamos al hotel hasta que salimos.


Una cosa que me choc� fue la siguiente: yo tengo por
costumbre, quitar la ropa mutuamente entre besos y caricias, luego a la cama y
all� terminar con la ropa interior. Ella se acost�, se tap� (era invierno y a
pesar de la calefacci�n, estaba fresco pues reci�n hab�an habilitado la pieza) y
cuando yo me met� en la cama, se destap�, se baj� la bombachita y me dijo
"c�geme Eduardo".


Lo rom�ntico, el juego previo, el momento m�s lindo, se vol�
todo al diablo, pero cosa rara, no me afect� f�sicamente y pude cumplir. El
hecho es que yo estaba en un momento muy bueno y muchas veces despu�s de
eyacular, segu�a con una rigidez extrema que pocas veces hab�a sentido.


No s�, quiz�s fuera lo que llaman "atracci�n o cuesti�n de
piel". Jugueteamos un poquito y se puso a mamarme. Cuando estaba cerca le dije
como lo hago siempre con toda mujer la primera vez "�te aviso?" y su respuesta
fue "�para qu�?". Estaba enloquecida con mi verga y se transform� en un vicio
tragarse todo cada vez que pod�a.


Yo nunca vi tantos orgasmos en una mujer. Me cabalgaba porque
mis piernas ya no daban, durante horas y era un orgasmo cada dos o tres minutos,
enloqueci�ndose de tal forma que a veces ten�a que pararla porque con el �mpetu
que se mov�a, arriba m�o y abraz�ndome, su cabeza pasaba al lado de la m�a de
tal forma que si nos lleg�bamos a pegar, por lo menos traumatismo de cr�neo para
los dos.


Luego lo hicimos en su departamento cuando el marido sali� a
trabajar y yo pasaba verg�enza por los gritos y gemidos que daba. Yo pensaba que
cuando me iba, todo el mundo me iba a estar mirando y diciendo "ese es el que la
est� matando".


Era virgen por atr�s. En nuestra primer salida, hablamos de
hacerlo y dijo que s�, que le gustar�a probar. No es tan f�cil "romper" un
culito de tantos a�os. Digo que no es f�cil hacerlo sin que el dolor sea
excesivo. Hay que tratar con mucho cari�o, tiempo y sobre todo muy buena
dilataci�n y lubricaci�n previas.


Ella viv�a tambi�n con su hijo que a cada rato se llevaba a
dormir a su novia, y estando �l, yo ni loco me iba a ir a acostar con su madre.
Iba un momento, saludaba, charlaba y luego me retiraba.


Coincidi� en esos d�as que el hijo se fue a quedar a casa de
su novia y el marido fuera de la ciudad cosa que nosotros aprovechamos para
estar juntos. Un hermoso departamento frente a la rambla en un lugar que no hay
playa, y en un 6� piso, con calefacci�n y una vista de ensue�o.


Si bien en nuestro primer encuentro intentamos la penetraci�n
anal, no la logramos pues por m�s que ella quer�a (estaba recalentada con el
tema), el dolor la venc�a.


Reci�n en la ma�ana del segundo d�a de estar en su
departamento lo logramos. Hab�a comprado (ella) una lata de vaselina como de 10
cms. de di�metro y tres de espesor que iba a dar para romper varias docenas de
culitos.


Bueno, ambos de costado, bien lubricado, ella guiaba mi verga
para acomodarla bien en su lugar (no le fuera a hacer un ano contranatura)
y me dec�a empuja o para seg�n lo que sintiera. Lleg� un momento que se sinti�
un "plop" y chao culito, con muy poco dolor, hab�a entrado la cabeza. El
problema es que el esf�nter tiene como un cent�metro y medio de espesor y si esa
parte no se pasa medio r�pido, es la parte m�s dolorosa.


Con la cabeza adentro, la dej� ir despacito hasta el fondo.
Ya no hab�a dolor y cuando la tuve bien clavada, la gir� suavemente coloc�ndome
encima de ella, ambos acostados boca abajo.


Y ah� comenz� lo bueno.


Me mantuve un minuto quieto, permitiendo que se adaptara,
pero ya no hab�a dolor y ella entr� a gozar.


Su mayor goce era el sentirse debajo de m� entregada
totalmente, con su hombre domin�ndola totalmente y adem�s empalada por primera
vez, hasta el fondo. Todo ese entorno mental creado por ella, - ya que yo en
ning�n momento soy dominante pues no me gusta - le produjo una excitaci�n
tremenda. Yo la tom� de las manos, a la altura de su cabeza y ella cruz� sus
piernas por fuera y encima de las m�as. Ah� comenz� el bombeo, suave al
principio, pero en menos de dos minutos estaba a todo ritmo teniendo su primer
orgasmo anal, completamente distinto que el vaginal, m�s intenso y m�s largo en
el tiempo.


Doctora, no se puede imaginar lo que esa mujer goz� y gimi�.
Termin� llorando de felicidad.


A los pocos minutos, tuvo un orgasmo vaginal, sin provocaci�n
ninguna, totalmente producto de su calentura y luego otro anal donde yo la
acompa�� con mi orgasmo. Ah� fue el acabose. Al sentirse inundada en sus
entra�as, fue la gota que derramo el vaso. No puedo decirle lo que esa mujer
goz� en ese momento pues no existen palabras.


Lo m�s lindo es que yo esperaba mi ablandamiento para
sacarla, para evitarle el dolor de la salida con toda mi dureza, pero yo segu�a
igual y ella quer�a bomba. Pero yo no quer�a irritarla en su primera vez, ya
hab�a tenido m�s de media hora adentro.


Bueno�, al final me sal� de ella. Pero a esa altura del
partido ya se hab�a enviciado con el sexo anal y las mamadas. Eran sus vicios
preferidos.


Un s�bado, nos encontramos a las 7 de la ma�ana y estuvimos
hasta el domingo a las 10 de la ma�ana, 27 horas juntos. Eso lo hac�amos en un
motel que est� saliendo de Montevideo, hacia los balnearios del Este. All� no
ten�amos que estar pendientes que alguien nos encontrara ni del reloj cosa que
me saca de quicio. Me gusta cuando hago el amor, tener tiempo por delante y no
estar consultando el reloj a cada rato, ya que muchas veces en una relaci�n se
te pasan un par de horas volando.


Volviendo a ese s�bado que le estaba contando y me sal� de
tema, durante 4 horas no continuas, tuvimos sexo anal, siendo una de las
primeras veces.


El lunes me llam� llorando porque le dol�a todo el vientre y
quer�a irse a la emergencia m�dica. Le contest� "la tuviste metida en el culito
por m�s de cuatro horas, eso te inflam� todo el vientre, el m�dico qu� te va a
decir? T�mese un anti inflamatorio y calmante y qu�dese en su casa descansando".
Y as� fue, a la tarde ya estaba mucho mejor.


Nos d�bamos verdaderas palizas de sexo y qued�bamos
destrozados, pero no hab�a forma de medirla, de hacerla bajar el ritmo. Y as�
fue como en nuestra primer salida, a la segunda ma�ana le encontr� el punto G y
la pude hacer decir "basta por favor". Era la �nica forma.


Ella pasaba su brazo derecho bajo mi cuello y se agarraba de
mi hombro derecho. Yo pasaba de igual forma mi brazo izquierdo y le tomaba su
mano izquierda bien fuerte. Nada de besos o de tocarme el miembro porque me lo
pod�a arrancar o en un beso partirnos literalmente las bocas.


Luego, ella boca arriba y yo de costado, comenzaba a
acariciar su vientre, pasaba suavemente por su cl�toris para excitarla un poco y
luego introduc�a mi dedo mayor dentro de su vagina con la palma de mi mano hacia
la vagina. En el momento que mi mano hac�a tope en la parte delantera de su
hueso p�lvico, simplemente tocaba casi sin hacer presi�n la pared frontal de su
vagina e inmediatamente comenzaba su orgasmo. Entre la yema de mi dedo y la
pared de su vagina, se ubicaba una leng�ita que al momento se retra�a pero ya en
ese entonces, toda la pared trasera de su vagina se cerraba espasm�dicamente
sobre mi dedo, hasta que cesaba su orgasmo que era de una intensidad extrema.


Cuando aflojaba, no pasaban 10 segundos que volv�a la
leng�ita y comenzaba otro orgasmo. Llegu� a contarle 41 seguidos (cada 4 o 5 yo
volv�a a presionar la yema de mi dedo, pero s�lo un instante y eso bastaba para
seguirla).


No s� si le mencion� que el primer d�a con ella, yo tuve 7
eyaculaciones, cosa que nunca hab�a alcanzado con nadie, y a mi edad, me parece
una muy buena producci�n.


Pero hubo veces que yo no llegaba por m�s que me esforzara.
Jam�s fui de eyaculaci�n precoz ya que me preocupe por ello desde mis inicios.
Puede decirse que hasta me cuesta llegar, pero como mi intenci�n es m�s dar
placer que recibir, no me preocupa mucho. Imag�nese que una vez erecto, la mujer
puede gozarla el tiempo que desee y yo tendr� tambi�n mi goce.


Los primeros tiempos con ella, se me hab�a irritado de tal
forma el cuello del glande que sufr�a horrible porque eran peque�os tajitos en
la piel, casi imperceptibles pero que en contacto con los jugos vaginales me
ard�an mucho. Pero muy pronto se encarg� de formarme un callo que aguantaba
todo. No, no fue un callo pero la piel nueva era m�s resistente y por ende, no
se her�a durante la penetraci�n.


Entre las cosas a destacar est� un d�a que haciendo sexo
anal, mis gemelas ya soplaban, ten�an s�lo aire adentro porque la producci�n era
ampliamente superada por la demanda. Entonces ella me ped�a "mi lechecita",
quer�a sentir mi chorro en su culito, desesperada, hasta que me pidi� que le
orinara. Tuve que concentrarme mucho y llegu� a mandarle un chorrito. Se
enloqueci� con ello y me pidi� m�s.


Yo sab�a que si le hac�a el gusto, iba a ser el enchastre del
siglo, ya que si el culito no reten�a una descarga de semen, menos iba a retener
algo mucho m�s l�quido.


Est�bamos en la posici�n de siempre, ella abajo y ambos
mirando hacia abajo. Me gir� sin sacarla quedando los dos boca arriba, yo abajo,
me deslic� en la cama hasta sacar las piernas y quedar sentados. As�, en
trencito, sin sacarla la llev� hasta la ducha y ah� le di parte de lo que
quer�a, es decir, un buen chorro.


Ni qu� decir que lo disfrut� como una bestia y luego, cuando
la saqu�, empez� a salirle todo el l�quido que ten�a adentro. Yo para ese
entonces, hab�a abierto la ducha. Cuando termin�, me pidi� que le diera el
resto, o sea, una lluvia dorada, agach�ndose y dirigiendo ella el chorro sobre
sus pechos y al final, hacia su boca, tragando la parte final pues no se la sac�
de la boca hasta que me hizo eyacular mam�ndome. Qued� enloquecida, aunque no lo
volvimos a repetir.


Una cosa que tambi�n le gustaba era mamar acostada, ambos de
costado, ella se bajaba hasta la altura de la verga y se la introduc�a en la
boca mientras yo con movimientos de cintura, le cog�a la boca. Lo disfrutaba
mucho.


Una an�cdota jocosa ocurri� en nuestra pen�ltima salida.
Fuimos a un hotel que a ella le hab�an dado un volante de propaganda. Era un
viejo hotel en el centro, cerca de su casa. Fuimos caminando unas 10 cuadras.


Pasamos la noche con un terrible esc�ndalo pues ah� mismo
funcionaba un pub. Ya habiendo amanecido, ser�an las 7, yo me levant� y fui al
ba�o. Volv� y me acost�. Ella ya se hab�a despertado y se fue tambi�n al ba�o.
Entre alg�n mimo que le hice antes de levantarse y la famosa erecci�n matutina,
yo estaba como un hierro y como s�lo ten�amos la s�bana y un cubrecamas fino,
arm� la carpa. Saque las manos afuera para que ella las viera y al mismo tiempo
tensar a los costados m�os la ropa de cama para tener armada la carpa.


Cuando lleg� al cuarto, de repente vio la carpa y grit� "TODO
ESO ES PIJA" e incr�dula levant� la s�bana. Cuando lo comprob� cierto, grit� "ES
M�A" y de inmediato me mont� y se empal� hasta el tope. Era de pel�cula c�mo
gozaba y las cosas que dec�a.


Eduardo se call� un momento, dudando si seguir o no y
mir�ndome asombrado por todas las cosas que me hab�a soltado de sopet�n,
confidencias que a nadie mas se atrever�a a decir, motivado por la confianza que
yo le inspiraba.



T: �Y donde est�s ahora?



Eduardo: A pesar del �mpetu y las ganas, la realidad se
hizo evidente, ya no somos los mismos.


Ya Eduardo hab�a regresado a su casa, estaba de vuelta,
disfrutando del matrimonio y habl�ndole al abdomen de su hija.



Eduardo: No s� qu� pas�. Fue como despertar. Todo en ella
era distinto y ajeno a m�. Sus gustos, su manera de pensar, sus metas. No era la
Cristina que yo conoc�a.



T: �Qu� pas� con el derecho a la sexualidad del que
hab�as hablado?



Eduardo: A pesar de la pasi�n no la pude sentir m�a. Creo
que uno se acostumbra a la fisiolog�a de la pareja. �Por qu� no segu� con ella?
Por varias causas. Nuestra meta era formar una pareja y vivir juntos, pero yo
not� varias cosas que me dec�an "NO EDUARDO, no te metas".


En primer lugar al mes de nuestra relaci�n, me gritaba y me
insultaba por tel�fono. �Qu� quedar�a para cuando vivi�ramos juntos?


Por otro lado ella sab�a perfectamente cu�l era mi situaci�n
marital y la comprend�a y aceptaba, pero as� como ella deb�a cuidar un poco su
imagen con su hijo, yo deb�a cuidar la m�a con mis hijos, ya voy a ser abuelo�.


Adem�s, ella comenz� con "cuando vivas conmigo se te va a
acabar esto y aquello y lo otro...". No se cambia a una persona as� y menos a
nuestra edad. Se pueden lograr cambios, pero con amor, con dulzura y no con
imposiciones anunciadas de antemano.


Tanto ella como yo, est�bamos pasando un momento econ�mico
muy malo. Ir a su casa significaba un gasto y yo trataba de acomodar mis
quehaceres con las visitas.


Por ejemplo, no bien me jubil�, llev� el auto a ajustar el
carburador, lo cual me implicaba ir cerca de su casa y dejar el auto temprano,
en la ma�ana y pasar a buscarlo en la tarde. Ideal para irme a su casa y estar
un rato con ella, aunque fuera conversando ya que su hijo trabajaba a media
cuadra y en cualquier momento pod�a aparecer. Pues no quiso. Dijo que no la iba
a cambiar a ella por un carburador. Ella quer�a que yo fuera dejando todo lo
dem�s de lado.


Otros d�as le preguntaba si ten�a algo que hacer al otro d�a
y siempre ten�a la ma�ana y tarde ocupadas en algo. Entonces yo no dec�a nada,
pero luego me echaba en cara que no la iba a ver.


Bueno, al final, ella me pidi� de terminar con lo nuestro,
por tel�fono como ten�a ya por costumbre. Yo estuve de acuerdo y le pregunt� si
quer�a continuar una amistad, a lo cual se neg�. Intentamos volver de nuevo,
retomar lo vivido pero no se pudo.


La se�ora me dej�, enojada porque le hab�a dedicado poco
tiempo (si ella no ten�a tiempo para nada los pocos d�as que nos ve�amos) y ni
siquiera un mail me mandaba. Yo le escrib� y me contest� unos disparates y ah�
le dije que el rompimiento que ella hab�a propuesto la vez anterior y que
hab�amos reintentado anularlo, segu�a en toda su vigencia.


No tuve muchas m�s noticias ni quiero tenerlas. La cama no es
todo.


Y aqu� termina la historia�



T: �C�mo te sientes ahora?



Eduardo: Arrepentido, liviano, libre. Por suerte mi mujer
me perdon� el affaire.



T: �Y que hay de Cristina?



Eduardo: Ha vuelto a llamarme. Pero ya aprend� a decir
"no".


Por favor vota el relato. Su autor estara encantado de recibir tu voto .


Número de votos: 0
Media de votos: 0


Si te gusta la web pulsa +1 y me gusta






Relato: La leona de dos mundos
Leida: 650veces
Tiempo de lectura: 14minuto/s





Participa en la web
Envia tu relato







Contacto
Categorias
- Amor filial
- Autosatisfacci�n
- Bisexuales
- Confesiones
- Control Mental
- Dominaci�n
- Entrevistas / Info
- Erotismo y Amor
- Fantas�as Er�ticas
- Fetichismo
- Gays
- Grandes Relatos
- Grandes Series
- Hetero: General
- Hetero: Infidelidad
- Hetero: Primera vez
- Intercambios
- Interracial
- L�sbicos
- MicroRelatos
- No Consentido
- Org�as
- Parodias
- Poes�a Er�tica
- Sadomaso
- Sexo Anal
- Sexo con maduras
- Sexo con maduros
- Sexo Oral
- Sexo Virtual
- Textos de risa
- Transexuales
- Trios
- Voyerismo
- Zoofilia


Encuestas

Afiliados



























relatos porno de tia se folla al sobrinoRelatos pornos mi sobrino me lleno el culo de lecherelatos eroticos nuebos anales con sobrinitasfutbolista relato eroticoRelatos eróticos hombres que han desvirgado culitos gayspornos relato incesto padres e hija casadaIncesto con la abuela relatadosrelatos eroticos berta quiere lecherelatos eroticos mis sobrinitas de 8Relatos cojiendo con mamá en el ranchoRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatolinea caliente pornorelato.me coje mejor mi cuñadoesa verga me llega mas alla del utero relatos eroticosrelatos eroticos bdlol.ru familia depravadarelatos mi tio tiene una vergota cabezona y durame cogio mi cuñado relato eroticoRelatos cojiendo con mi pequeña hijaIncesto con la abuela relatadosrelatos eroticos de sexo por deudasporno maduros gaysporno gratis relatos de incesto hermanitosrelatos cuentos porno lesbianas nietas abuelaspetarda relatos taboo mi hijastras y su curiosidadten¨ªa la un baby doll rojo mi tia relato eroticaoIncesto con la abuela relatadosrelatos eroticos mi pequeña amante mi hijita de 9 añitos relatorelatos porno sofia una nena de 6sexo pprnome gusto mucho que me violaran relatos pornorelatos porno mi noche de bodasRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatorelato ama travesti y sumiso de criadarelato eroticos de secundariahistorias porno gratisIncesto con la abuela relatados relato masajeeroticorelatos xxx con mi tia/relato7221_Sakura-(IV-El-desvirgamiento-de-Sakura).htmlPorno relato ginecologoesa verga me llega mas alla del utero relatos eroticosrelatosporno zoofilea el gran nudoMi hermano me iso mujertriple penetracion gratisRelatos xxx tias i sobrino durmiendo en la misma camaanoche escuche mi suegro estaba cojiendo rico mi bragla cucota de mi madre.relatosxrelatos sexuales con mi tia/relato44615_Mientras-mi-peque%C3%B1a-hermana-dorm%C3%ADa..htmlrelatos lesbianosrelatos eróticos de manoseando a mi ahijadacasada sumisa y puta de amo relatofollando chinitasakura relatos eroticoRelatos porno follando a mis hijasmi hijita de 9 añitos relatorelato erotico con mi sobrinita d 8 Relatos eroticos amor filial trios con mi mama y mi hermanarelato gay de gordo calvo me penetrome penetró un jovencito relato gayrelatos oorno mi hermana tiene la cuca grandeporno gay guarrosrelatos sobrionos con tia nalgonasRelatos eroticos tio ooo q ricoRelatos eroticos gay frente a los alumnoschica que no folla ase más de un año y arde por aserlo aunque sea con su hermano.comrelato erotico soy la mujer de mi hijorelato porno de no consentidorelatos cachondos de aprendiendo a manejarRelatos eroticos de padre e hijaRelatos Eroticos mi beba lindarelatos pornos mi hijo una peticonrelatos eroticos: manualmi hijita de 9 añitos relatopapi cogeme relatosrelato erotico con mama con fotosrelatos eroticos mi hijita ricaRelatos porno zoofilia tríoMi vecinito relato eroticorelatos eroticos de mi amiga tiene lo pezones rosaditosRelatos eróticos abuelito aprovechadola primera vez que probé un pene relato pornorelatos porno con fotos de follando con mi madre relatos porno con mi hijarelatos enfermera puta pornovenezolanocuentos pornograficosRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatoporno relatos ninas y madurosSexo con mi cuñada relato eroticosindrome de down relatos pornorelatos eroticos de insesto el abuelo me hace gemir mis alumnos me cojieron relatosRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatosolo relatos eroticosrelatos eroticos embarazo a la tiaIncesto con la abuela relatados