Relato: Aquel viernes La historia que les voy a contar
sucedió hace ya 3 años cuando tenia 18, era viernes por la
tarde y yo me encontraba despidiendo a una amiga con la que había
ido a tomar un café aquel día a una plaza comercial cerca
de mi casa, al quedarme solo en la estación del autobús decidí
regresar a la plaza a perder el tiempo. Subí hasta la planta más
alta del lugar para admirar al gran numero de chicas jóvenes que
se reunían con sus compañeros del colegio en un centro de
videojuegos pero al poco tiempo y aburrido por mi soledad regrese hacia
las escaleras en dirección hacia la planta baja para retirarme a
mi hogar.
Fue entonces cuando vi a una señora de unos 40 años
bajando las escaleras, con un bolso colgado a sus finos hombros, llevaba
puesta una blusa sin mangas de color negro que al parecer era de una tela
ajustada lo que hacia que sus senos parecieran más grandes de lo
que realmente eran y marcándose sus pezones claramente. En la parte
inferior vestía unos pantalones de vestir también color negro
cuya costura remarcaba y levantaba su enorme trasero, y digo enorme por
que sin llegar a parecer grotesco era de un tamaño considerable,
redondo y alzado. Culminaba el cuadro con unos zapatos de tacón
negros y medias color natural.
Lo único que resaltaba de su oscuro
atuendo era un cinturón de pedrería color plata que colgaba
sensualmente de las caderas de tan soberana hembra. Su andar era provocativo
y atrevido, mas que una madame de respeto parecía una chica en juventud
sin llegar a verse ridícula. De esta manera la seguí por
las escaleras hasta llegar a la planta baja de la plaza, ahí ella
se detuvo en un local de joyería, yo para que no se percatara de
mi presencia seguí mi camino hasta sentarme en una banca de la plaza
un poco mas adelante. Fumaba un cigarro cuando de pronto la vi acercándose
a mí, no lo podía creer pero era real, la señora sin
reconocerme (pues creo que nunca se percato de mi presencia) se sentó
a mi lado y cruzo las piernas, moviendo sus pies de manera nerviosa lo
cual me hizo imaginar que esperaba a una persona. Al sentir su cuerpo caliente
a mi lado, mi excitación fue creciendo y con ella una erección
parecía apoderarse de mí. Entonces pensé que no podía
perder la oportunidad de conversar con tan enigmática dama. Le pregunté
la hora a lo cual respondió con una mirada de desprecio hacia mi
persona, sin siquiera dirigirme la palabra, eso en vez de desanimarme aumento
más mi excitación. En ese momento se levantó la banca
y al momento de hacerlo cayó al piso su teléfono celular,
yo amablemente lo recogí y se lo entregue, cruzamos miradas y con
su boca pintada de un color café con brillo, saco su lengua para
lamerse el labio inferior, no me dijo gracias siquiera. Entonces tomó
mi mano derecha y como si fuera su hijo me pidió que la acompañara,
yo atendiendo a la excitación que sentía olvide todo y me
deje llevar.
Así en el camino intente abrazarla y besarla cosa que
rechazo, dándome un par de cachetadas, ella solo me dijo que si
quería estar a su lado hiciera lo que ella quisiera, sin otra opción
acepte la propuesta. De esa manera llegamos hasta el estacionamiento, y
subimos a su camioneta, cerro las puertas y cuando yo comencé a
quitarme la ropa me dijo: -que piensas hacer estúpido? Cogerla señora
o a que venimos - respondí - Sácate la verga - me ordenó
- Así lo hice entonces comenzó a mamarme el pene desde mi
glande hasta mis huevos, que me picaba con sus largas uñas. Estaba
a punto de venirme cuando ella se separó y quitándose la
blusa me ofreció su enorme par de tetas, yo me lance hacia ellas
y empecé a saborearlas, besarlas y mamarlas desde su base hasta
sus pezones erectos por la excitación que empezaba ella a experimentar.
Así baje hasta su cremallera e intente bajársela, ella me
golpeó en la cabeza y me dijo que no lo hiciera. Forcejee con ella
y sorpresa, no podía con esa mujer, no supe si hacia ejercicio o
era una cinta negra en karate pero por mas que la intentaba dominar ella
me dominaba a mí. Entonces tome una actitud de sumisión y
le pedí no me dejara así, mi verga aun erecta pedía
enterrarse en su vagina. Me obligo a tirarme en el piso de la camioneta
y diciéndome que me costaría lograr mi objetivo, me pidió
lamiera sus zapatos de tacón. Me agache y los tome primero el derecho,
lamí todo el tacón y la suela, sin importarme del sucio estado
en que se encontraban, saque sus delicados pies y comencé a lamerlos
por encima de sus medias, y aunque sudados por la prisión en que
se encontraban, continué lamiéndolos, así subí
hasta su culo lamiéndolo todo, entonces ella se bajo los pantalones
y entonces me pidió la penetrara, justo cuando dirigía mi
verga hacia su vagina, ella tapó su entrada con su mano y me dijo
que solamente la podría penetrar analmente ya que se encontraba
en sus días infértiles. Así abriéndose el culo,
tomo sus nalgas ofreciéndome su entrada anal, dirigí mi pene
hacia ella y ella comenzó a sentarse poco a poco en mi pene, yo
comencé a sobar sus tetas mientras ella empezaba a gemir como una
perra en celo, me dolía el pene sobremanera ya que no había
lubricado su recto, pero debido a su gran peso mi falo fue enterrándose
poco a poco en su esfínter anal, así hasta que estuvo completamente
adentro mi instrumento. Ella cabalgándome a su gusto me decía:
- párteme en dos hijo de puta!!!!! - Haaaa estas tan estrechaaaaaa
- yo - - Vamos desgraciado llename con tu lecheeeee - Ahhhhhhh Así
el movimiento empezó a ser mas rápido, mis piernas ya no
las sentía por el gran peso que tenia encima, ella sin compasión
se sentaba y levantaba en mi pene como su estuviera cabalgando. Haaaaaaaaa
masss mas, quiero maaaaasss - decía - Sentía yo que estaba
a punto de venirme, ella jadeaba y pujaba como si fuera a cagar, sentí
en mi glande como una sustancia pedía a gritos sacar de ahí
al intruso de mi pene. Entonces ella tuvo un gran orgasmo, sus nalgas se
pegaron completamente a mí, y yo le llene de leche el recto, nos
quedamos asi y después de un rato saque mi pene con un dolor en
la punta en consecuencia de la copulación tan salvaje a la que lo
había sometido. De su ano, salía mi semen, un poco de lefa
y sangre, nos limpiamos ambos y ella subiéndose de nuevo los pantalones
me dijo al oído: -toma mi teléfono, quiero repetirlo desgraciado
yo solo le respondí con voz sumisa- si mi señora, cuando
usted lo quiera�..
Por favor vota el relato. Su autor estara encantado de recibir tu voto .
Número de votos: 2
Media de votos: 8.00
Si te gusta la web pulsa me gusta y +1
Relato: Aquel viernes
Leida: 559veces
Tiempo de lectura: 4minuto/s
|