Aclaraci�n: esta historia como sus personajes son ficticios


SECRETARIA EJECUTIVA



�No hay puta sin suerte� era la frase de cabecera de mi abuelo materno, solo que no alcanz� a ver como su nieta hac�a realidad esas palabras y siempre me acuerdo de el.
Desde joven fui una mujer ambiciosa, que le gustaba mucho la pija y mas aun el dinero, y no dudar�a en usar el primer t�rmino para conseguir el segundo.
Despu�s de varios novios y terminar mis estudios mi vida parec�a encarrilarse y cuando hab�a pasado los veinte a�os me cas� y consegu� trabajo, casi al mismo tiempo. Mi marido era un buen tipo y la verdad es que la basura ser�a yo, el trabajo que hab�a conseguido era de secretaria ejecutiva en una empresa, reportando directamente al due�o, su secretaria privada y as� empez� mi locura.

Sergio era en ese momento el gerente y due�o de una gran empresa, estaba al mando de un centenar de personas, vida complicada, sin tiempos para la familia, ten�a cuarenta a�os en ese entonces, un tipo delgado y de gruesos bigotes, decidido, de voluntad implacable, hac�a y deshac�a a su antojo, era una industria pesada, as� que las mujeres �ramos contadas con la mano. Como dije, el nunca form� familia, un solter�n empedernido, mujeriego y amante del casino, le gustaba apostar fuerte. El ten�a una gran oficina con vista al r�o, yo estaba al costado en una mas peque�a, llevaba su agenda, contactos, reuniones, yo era el sost�n de su d�a a d�a.
En poco tiempo fui mas que una simple secretaria, me transformar�a en su fiel amante y vivir�a a sus pies, a su voluntad, comenzar�a a cogerme cuando y donde quer�a, a veces ten�amos que viajar unos d�as por cuestiones de negocios y obviamente por la noche compart�amos el hotel, y cuando no hab�a reuniones las inventaba.

La vida pasaba, seis a�os despu�s me divorci�, mi pobre marido se cans� de mis infidelidades, de mis excusas y mis mentiras, toda mi vida de pareja se hab�a terminado, mis padres se pusieron de su lado y con justicia, nunca aprobaron mi doble vida, pero prefer� esto que soy, Sergio me daba una muy buena vida de lujos y placeres, y nuestra relaci�n era un secreto a voces, y la misma era cada vez mas fuerte y osada, muchas veces no solo me cog�a el, cuando se daba la situaci�n en que no pod�a cerrar alg�n negocio a su entera satisfacci�n yo era su as en la manga, no dudaba en ofrecerme como regalo para cerrar un acuerdo.
Confieso en que yo aceptaba de muy buenas ganas, no me importaba coger con quien fuera si esto significaba un beneficio para ambos, adem�s, ya lo dije, me gustaba demasiado la pija y me encantaban los hombres.

Viv� as� muchas situaciones, me cogieron muchas veces y hab�a practicado varios tr�os que se hab�an dado, pero voy a contarles una situaci�n especial que en su momento me disgust� demasiado porque me sent� usada, pero hoy la recuerdo con una sonrisa, y ver�n como era Sergio.
Calculo que estaba en los treinta a�os, en mi plenitud sexual y f�sica, nunca me consider� una bomba sexual, si una mujer interesante, bastante alta, cabello casta�o y tez morena, nariz recta y f�sicamente creo que mi mejor parte estaba abajo, mis piernas, muy orgullosa de ellas, largas y macizas, bien formadas, me gustaba lucirlas, mi cola un tanto chata pero bastante ancha de caderas y mis diminutos pechos eran mi punto d�bil y mi complejo, claro, eso fue hasta que Sergio me pag� una cirug�a y me puse unos respetables implantes.

En fin, recuerdo que esa tarde el tendr�a una reuni�n privada con dos agentes de bolsa, as� me hab�a dicho, nadie deber�a molestarlo, incluso yo deber�a estar ajena a todo lo que pasara en la f�brica, solo estar disponible por si el necesitara algo, ni a mi deber�an molestarme. Adem�s me pidi� que ese d�a luzca lo mas atractiva posible dentro del reglamento de la empresa, si bien todos sospechaban que yo me encamaba con el due�o, las apariencias hab�a que conservarlas, por lo que usaba el mismo uniforme que las otras chicas que trabajaban en oficinas.
Como de costumbre me hab�a maquillado convenientemente, arreglado las u�as y recogido el cabello bien tirante hacia atr�s dejando mi frente descubierta, un sost�n que levantaba mis pechos, camisa blanca con par de botones sueltos, mostrando lo justo para ser seductora, pollera gris a la que picaronamente la hab�a cortado solo un poco para lucir mis muslos, chaqueta al tono y zapatos negros tacos altos.

Bueno, en si, recib� a estas personas y se reunieron con Sergio en su oficina a puertas cerradas, yo estaba pendiente en mi escritorio con mis gafas de aumento mordisqueando la punta del l�piz, de repente son� el intercomunicador

- Paola, llegate a mi oficina, tr�enos dos caf�s negros y un cortado por favor

Me present� casi de inmediato, con el pedido, mientras serv�a a un costado d�ndole la espalda a los invitados not� con el rabillo del ojo que me miraban el culo, cosa previsible en todo hombre y previsible lo m�o fue sacar un poco provocativamente. Cuando gir� tambi�n not� como clavaban la mirada en mis pechos que parec�an saltarse del escote. Sergio no dijo nada y me retir�.
Hab�a pasado media hora y el volvi� a llamar:

- Paola, ven� por favor, tenemos trabajo que hacer

Y sab�a a que se refer�a, esas eran sus palabras �claves� para cuando hab�a que ser �amable con las visitas�, pas� y cerr� la puerta, me qued� parada al lado del escritorio d�ndole la espalda a esos muchachos esperando instrucciones, de pronto sent� la mano de uno de ellos, bastante moreno, apoyarse en la parte inferior de mi muslo para luego ir subiendo hasta colarse debajo de la pollera hasta llegar a mis nalgas, viendo que yo no dec�a nada y dejaba hacer, busc� bajo la media y la tanga y lleg� a mis huecos, un dedo entraba en mi concha y otro en mi ano, me hac�a respirar un tanto exaltada, no sab�a sus nombres pero poco importaba, me saqu� lentamente la camisa, mi sost�n hac�a explotar mis pechos, gir� y me sent� sobre el con una pierna a cada lado, nos besamos profundamente al tiempo que levantaba la pollera y me tomaba de los gl�teos.

Sergio solo miraba tomando un whiskey, el otro individuo, un gordito simpatic�n, baj� su pantal�n y desnud� su miembro, nada del otro mundo, pero antes de darme cuenta se lo estaba lamiendo, r�pidamente se endureci� en mi boca, me llev� hacia su lado y ya estaba en cuatro patas mamando su tronco, me abstraje lamiendo, esperando que me ataquen por atr�s sent� como me levantaban la pollera, pero no vi venir que habiendo tomado una tijera del escritorio de un golpe me cort� la tanga, esto me enfureci� puesto que no ten�a medias ni otra tanga y deber�a quedarme sin nada abajo, pero not� la cara desfigurada de Sergio desaprobando mi enojo, as� que tragu� saliva y volv� a la acci�n, esper� a que se desnudaran por completo, el moreno ten�a una verga bastante intimidante, no por lo larga, si por lo gruesa.

Primero tuve que pegarles una buena mamada a ambos, me arrodill�, se acercaron a mi y tom� un miembro con cada mano, me dediqu� al gordito primero, se lo pel� todo y lo circul� con mi lengua en tirabuz�n, al mismo tiempo lo met�a y lo sacaba combinando ambos movimientos, lo mismo intent� hacer con el moreno pero era tan ancha que casi no me cab�a en la boca y me incomodaba, no siempre es bueno tenerla grande! altern� entre ambos, esa era mi idea pero de repente me tomaron entre ambos y si no pod�a con la del moreno menos iba poder con ambas al mismo tiempo! pens� que me romper�an los labios forzando ambos penes en mi boca, pero no pod�a con mi putez y me excitaba lo que me hac�an, en mas, sent� como se mojaba mi vagina y deseaba ser cogida, adem�s sab�a que Sergio se excitaba mir�ndonos, el estaba al otro lado del escritorio acarici�ndose pausadamente el bigote.

El moreno se sent� y casi tir�ndome de los cabellos me llev� hasta el haciendo que me sentara sobre su carne dura, era suficientemente ancha como para sacarme un grito el meterse en mi concha, mi culo qued� contra su vientre, empec� a saltar sobre su pija comi�ndomela toda hasta el fondo, que bien la sent�a, el me solt� el sost�n y me tom� de los pechos ayud�ndome en los movimientos, el gordito me tom� de la cabeza y me hac�a seguir chup�ndole la verga, ten�a que concentrarme en uno y el otro, adem�s mi mirada estaba clavada en los ojos de mi jefe, la situaci�n era para mi por dem�s de excitante, no me importa admitir lo puta que era, me gustaba, todo me gustaba, sent�a mi concha rebalsar de placer y peque�os orgasmos sal�an del interior, era lo m�ximo, chupando una verga y mi concha llena de carne, colmada de placer y satisfacci�n�

Sergio mientras pitaba un cigarro, levant� la mano donde ten�a el baso he hizo el movimiento t�pico indicando un giro con su dedo �ndice, as� que el moreno casi de inmediato me puso frente a frente con el, siempre con mi concha penetrada. Arriba de sus piernas mis pechos quedaron a la altura de su boca, que mas pod�a pedir, mis pezoncitos estaban duritos, el empez� a saborearlos, a lamerlos con dulzura, yo segu�a teniendo sensaciones org�smicas, mas cuando el gordito empez� a jugar con mi esf�nter, mojaba su verga y jugaba con la cabecita en la puerta de mi culito, presionaba de a poco, un poco, otro poco, otro mas y zas! toda adentro, esto es algo que solo hab�a hecho un par de veces, me parec�a muy de puta pero me gustaba, lo reconozco, as� que ese fue el cuadro, me penetraban por delante y por detr�s al mismo tiempo y si por si fuera poco me com�an los pechos a besos, esas dos pijas me estaban enloqueciendo, como dos pistones machacaban mi sexo y no pod�a dejar de gemir, en cada embate, en cada movimiento.

Estaba concentrada hasta que ellos decidieron cambiar me pusieron sobre el suelo alfombrado, de costado, donde pudiera ser vista por Sergio, el gordito otra vez eligi� mi boca y el moreno se col� por detr�s levant�ndome un poco la pierna, el problema surgi� cuando adivin� que intentaba sodomizarme� por Dios! grit� puse una mano en su vientre empujando tratando de evitar su avance, pero era inevitable, a pesar que su amigo ya hab�a pasado por ah�, soportar esta verga gorda era otra cosa y cuando meti� su cabeza grit� como una perra, fue extremadamente doloroso, no me dio el tiempo necesario para acostumbrarme pero al fin me la meti� toda. As� estuve otro rato, gritando mientras uno me la daba por el culo y otro por la boca como una verdadera ramera al tiempo que Sergio se serv�a otro whiskey como si nada estar�a pasando.

El moreno se contrajo y sin siquiera preguntar sent� como su esperma caliente llenaba mis intestinos, me pareci� hermoso y de hecho me gustaba que me acaben bien adentro de mi ser y guardarme todo el esperma, para mi, con el que no estuve muy de acuerdo fue con el gordito, quien llegado el momento sac� la verga de mi boca y se dedic� a correar su semen por mis pechos, desparram� todo en ellos, qued� toda enchastrada. Terminado el momento, mientras ellos se vest�an y yo me limpiaba las tetas con unos papeles Sergio dijo:

- Mi dulce y bella secretaria, me parece que se olvida de su jefe, no?

Era un perverso, no era la primera vez que me ped�a esto, solo que nunca hab�a gente en otras oportunidades, a el lo excitaba que le chupe la verga mientras hac�a negocios, sin decir mucho mas, como una perra obediente, me col� bajo el escritorio, entre sus piernas, el ya ten�a la verja afuera, lista, bien dura, as� pas� los siguientes minutos, ellos tres retomaron la agenda de trabajo ignor�ndome por completo y yo me dediqu� q pegarle una buena chupada de pija, era incre�ble como el pod�a dialogar como si nada estuviera ocurriendo, lo sent� llegar r�pidamente, como un volc�n empez� a llenar mi boca de leche, si bien era una pr�ctica que no me gustaba demasiado comenc� a tragar, no val�a la pena arruinar un pantal�n de fina costura italiana, Sergio ten�a un sabor especialmente amargo, y encima acababa cantidades impresionantes, se me hac�a dif�cil tragar todo sin derramar una gota�

Cuando todo termin�, me dio unas nalgadas como recompensa y me dijo que pod�a retirarme, fui al ba�o gerencial a lavarme un poco, me acomod� la ropa y el cabello, lav� mis lentes que ten�an esperma no se de quien, me puse un poco mas presentable, solo me quede sin tanga y sent�a el culo dolerme terriblemente, escuch� las palabras de despedida, entre ellas �nuestros saludos a tu secretaria�
Sal� del ba�o y el me hizo se�as para que lo acompa�ara

- Cerr� la puerta � me dijo el entrar en la oficina
- Mir�! � agreg� se�alando la mesa donde hab�a fajos de dinero
- Y eso? � pregunt� en forma curiosa, el carcajeando sigui�
- No hab�a ning�n negocio! Esos eran amigos m�os! le apost� fuerte a que se coger�an a mi secretaria y despu�s me har�a chupar la pija! ja! ja!

Lo maldije y no le habl� por una semana, todo era un apuesta! Como dije hoy recuerdo con una sonrisa, pasaron los a�os, el enferm�, ten�a los d�as contados, y antes de morir adivinen a qui�n nombr� como �nica heredera de todo su imperio? Ya lo dec�a mi abuelo, �no hay puta sin suerte�


Pam

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