Este relato es ver�dico al 100 por 100. Me sucedi� cuando yo
ten�a 14 a�os (ahora tengo 42). Resulta que a mis padres les toc� en un sorteo
un crucero en barco por el Mediterr�neo y all� que se fueron. A mi hermana la
mandaron con una hermana de mi madre que ten�a dos hijas de su edad y a m� me
mandaron a casa de un primo de mi padre que no ten�a hijos y se quedaban a pasar
el verano con su esposa, mi t�a, en un chaletito cerca de la playa. Mi t�o ten�a
45 a�os y mi t�a Bel�n 40. Mi t�a no pod�a tener hijos por no se que problema en
los ovarios. Cuando me traslad� y me acomodaron en mi habitaci�n cre� que me lo
iba a pasar bastante aburrido porque el chaletito estaba en una zona bastante
solitaria y no se ve�an chicas por los alrededores (mi mayor preocupaci�n en
aqu�l momento) ni chicos de mi edad con los que poder jugar o charlar. Acompa��
a mi t�o a pescar en su barco y me divert�a bastante hasta que una llamada de su
f�brica (era empresario textil) le oblig� a interrumpir sus vacaciones y salir
disparado hacia el extranjero. Mi t�a y yo nos quedamos solos en la casa. Mi t�a
hac�a lo posible para que me distrajera e incluso me acompa�aba a la playa para
que no estuviera solo.

La segunda noche de estar solos hizo mucho calor y mi t�a me
dijo que me pusiera el pantal�n del pijama para estar m�s fresco. Me pareci� muy
buena idea y eso hice. Me dirig� hacia mi habitaci�n y mi t�a se meti� en el
cuarto de ba�o. Justo en el momento de subirme los pantalones del pijama, son�
el tel�fono y me dirig� a cogerlo, era mi t�o que llamaba para decirnos que
estaba bien pero que tardar�a unos d�as m�s de los previstos en volver, como
quer�a hablar con su mujer la llam� por el pasillo de la casa y en eso la vi
salir del cuarto de ba�o con su vestido completamente desabrochado. Intentaba
abrocharse el bot�n que mas cerca estaba del ombligo mientras caminaba
r�pidamente a coger el tel�fono. En cuanto la vi me qued� con la boca abierta,
estaba preciosa. El vestido se abr�a por arriba y por abajo.

Llevaba un sujetador blanco que apenas le cubr�a medio pecho
y su transparencia dejaba ver la aureola de sus grandes pezones. Sus bragas,
blancas tambi�n, dejaban transparentar el vello del pubis y sus piernas eran
largas y perfectamente bronceadas. Tuve una erecci�n de inmediato y me puse muy
nervioso. Cuando lleg� al tel�fono se sent� en una silla frente a m�. Su vestido
se volvi� a abrir pero esta vez completamente y mi pene se puso recto como un
palo de bandera. Mi pijama era de pantal�n corto y como casi todos los pijamas
no llevaba botones en la bragueta por lo que la punta de mi capullo se asomaba
entre la tela, con lo nervioso y excitado que estaba y que adem�s no paraba de
mirar a mi t�a mi erecci�n iba en aumento. Mientras hablaba mi t�a se dio cuenta
del pedazo de hierro que la apuntaba y al colgar el tel�fono me dijo: - - �Qu�
te pasa?. �Es que no has visto nunca a una mujer con ropa interior?. No has
visto a tu madre y a tu hermana en bragas? - - T�a, lo siento, es que .....
Empec� a balbucear. Mientras ella no quitaba ojo a mi enhiesta pichula. - -
�Vaya con el sobrinito!. Si ya est�s hecho todo un hombre.

Me interrumpi� mientras con dos dedos apart� un poco la tela
del pijama por lo que mi pichula sali� a saludar a la primera mujer que ve�a y
que no era mi madre. Debo aclarar que a los catorce a�os yo med�a ya 1,80 m.
(como ahora) y pesaba 70 Kgrs. , 15 menos que ahora, con lo que ya estaba
bastante crecidito y el tama�o de mi pichula era correspondiente a mi f�sico.

Vamos a ver que tienes por aqu�. Pues es una buena
herramienta, de un hombre hecho y derecho, desde luego que con eso, la planta
que tienes y esos ojos verdes tan bonitos no tendr�s ning�n problema para en
encontrar chicas. Dec�a sin apartar los ojos y la mano de mi herramienta, que
daba respingos al notar sus dedos. Yo no pod�a ni articular palabra. - - �Hijo,
as� no vas a poder dormir!. Si me prometes que no se lo vas a contar a nadie, te
puedo aliviar un poco para que te calmes. �Vale? - - Si, si claro, te lo
prometo. Contest� con la voz entrecortada. Y entonces sucedi� lo que en aqu�l
momento me pareci� un milagro. Mi t�a me la cogi� con su mano derecha y empez� a
masturbarme mientras con la izquierda me acariciaba la bolsa de los huevos. - -
Que dura la tienes, hijo. Y los huevos tambi�n. Tienes una erecci�n como hac�a
a�os que no ve�a. Para que a tu t�o se le ponga tan dura se la tengo que chupar
mucho rato y a�n as� no llega a esto.

Cuando empez� a mene�rmela, me apoy� con mis manos en sus
hombros y fui bajando una mano hasta cogerle un pecho por encima del sujetador.
Ella hizo un movimiento de su hombro y abandonando por un momento mis huevos se
sac� el pecho completamente para que se lo acariciara mientras dec�a. - -
T�camelo y ver�s como te gusta. Al tiempo que me la segu�a meneando. Al o�rla y
tocar la suavidad de su pecho mi pene no puedo m�s y explot�. Mi semen sal�a a
presi�n y al no poder avisarla se lo tir� en su cuello y pecho. No pude moverme
hasta que termin� de eyacular. - - As�, as�, cari�o, c�rrete a gusto. As� cari�o
m�o. Dios que cantidad de leche, te la estoy sacando toda. Qu� maravilla.

Mi semen la dej� totalmente empapada y m�s todav�a cuando me
flaquearon las piernas y casi me ca�a encima suyo, nunca me hab�a hecho una paja
de pi� y la falta de costumbre casi me hace caer en el momento de correrme. Ella
me sent� en sus rodillas y acarici�ndome tiernamente me abraz� y dec�a bes�ndome
dulcemente en la cara. - - Ahora rel�jate un poco. Cierra los ojos y no hagas
nada. Disfruta de este momento. Descansa, cari�o, descansa un poco.

A los pocos minutos not� que las fuerzas volv�an a m� y me
puse de pie. Estabamos los dos completamente pegajosos, por lo que mi t�a me
dijo: - - Ahora vamos al ba�o a lavarnos un poco que as� no se puede estar. Dijo
mientras se palpaba el sujetador y las bragas manchadas de semen. - - Este ser�
nuestro secreto, mi amor. No se lo vayas a contar a nadie que me pondr�s en un
compromiso muy grande. - - Si t�a, no te preocupes, contest�.

Mientras camin�bamos por el pasillo hacia el ba�o. Una vez
all� me sent� en el bid� para lavarme mientras ve�a de reojo a mi t�a que se
met�a en la ducha. Ten�a unas cortinas de pl�stico a trav�s de las cuales no se
pod�a ver m�s que la silueta. Vi su silueta mientras se desnudaba. Not� como mi
pichula se volv�a a poner dura y empec� a mene�rmela pero pens� en mi t�a, era
mejor que me la meneara ella. Entonces mi t�a me dijo: - - Cari�o, tr�eme mi
camis�n. Lo tengo debajo de la almohada de mi cama. Por favor. - - Voy
enseguida. En cuanto entr� en su habitaci�n me quit� el pantal�n de mi pijama y
quedando completamente desnudo recog� el camis�n que emanaba su perfume corporal
y mi pichula resping� de excitaci�n. Yo me hab�a hecho muchas pajas y sab�a que
en aquella �poca me pod�a correr hasta cinco veces en una tarde. Sal�
completamente desnudo de la habitaci�n y me dirig� al ba�o. Entr� sin llamar y
la vi tapada con una toalla. Me desilusion� pues cre�a que me estar�a esperando
desnuda. Al verme me dijo. - - Hombre, lo que ha pasado antes no es como para
que te pasees por la casa desnudo ni para que te plantes ah� apunt�ndome con tu
herramienta. Hay que cuidar las formas. Date la vuelta. Dijo mientras alargaba
la mano para coger el camis�n. Avergonzado me di la vuelta hasta que me dijo: -
- Ya puedes mirar. Y d�ndome la espalda comenz� a peinarse delante del espejo.

Aqu�l camis�n dejaba transparentar todo su imponente culo sin
dejar lugar a la imaginaci�n. Sus pechos y nalgas se mov�an al comp�s de su mano
mientras se peinaba y mi pichula apuntaba hacia su culo. Decididamente me
acerqu� por detr�s a ella mientras apuntando mi enhiesta pichula a la raja de su
culo la tom� por la cintura y le di un suave empuj�n para que notara que volv�a
a estar excitado. Sub� las manos acariciando su vientre hasta alcanzar con una
mano su correspondiente pecho y se los apret� un poco, sus pezones estaban en
las palmas de mis manos y se los frot� como hab�a le�do en alguna novela
cachonda. Ella al principio me dej� hacer mientras segu�a pein�ndose.

Cuando la bes� en el cuello solt� una peque�a visita mientras
me dec�a. - - Pero hombre, ya est�s empalmado otra vez, mira que yo soy vieja
para ti y no se si te aguantar� tanto empuj�n. Al o�r esto, le sub� el camis�n y
mi pichula busc� enseguida acomodo en la raja de su culo. La empuj� y al tiempo
la cog� por la cadera apretando con mi pichula en busca de no s� muy bien que
orificio, si el concha o el ano. Ella me mir� a los ojos a trav�s del espejo y
dijo ri�ndose. - - �Que quieres m�s? Ah, veo que ya est�s preparado. Dijo
mientras con un movimiento de sus piernas abri� la raja del culo para
restreg�rselo contra mi pichula. - - Mmmm!. Jovencito que me est�s poniendo
caliente y si sigues tendr�s que satisfacerme a m� tambi�n. - - Te doy lo que
quieras, contest� envalentonado al ver que se excitaba y que por el momento yo
estaba cumpliendo bastante bien.

Se separ� un poco del lavabo y se agach�. Mi pichula buscaba
su concha pero por mi falta de experiencia no lo encontraba y s�lo atinaba a
restregarse por su cl�toris, con lo que cada vez estaba m�s caliente y se mov�a
m�s y m�s r�pido. - - As� no cari�o, vamos a la cama y te dar� unas cuantas
lecciones pr�cticas.

Me hizo tumbar en la cama boca arriba con mi pichula mirando
al techo y dijo mientras se pon�a en cuclillas entre mis piernas abiertas: - -
Lecci�n n�mero uno: mamada, chupada, o como quieras. Dijo mirando mi pene y
apoyando sus labios en la punta me la descapull� y se la trag� toda. Su lengua
apretaba mi prepucio y se restregaba contra �l. Mi glande duro y brillante por
el efecto de su saliva entraba y sal�a de aquella boca dando respingos cada vez
que se liberaba. Con una de sus manos me acariciaba los huevos que se hab�an
puesto duros. De vez en cuando me pasaba la lengua por los huevos mientras con
una mano me masturbaba lentamente toda la pichula. Estaba a punto de correrme
otra vez al poco rato de aquella maravilla. Ella al notarlo me dijo: - - A�n no,
cari�o. Lecci�n n�mero dos: comida de chocho, de almeja, etc.

Dijo mientras se pon�a de cara a m� en cuclillas y me
plantaba su chorreante sexo en la cara. Me indic� como ten�a que hacerlo. Donde
estaba el cl�toris y la vagina y como se llamaban sus labios vaginales. Su voz y
el sabor y olor de su sexo me volv�a loco, s�lo quer�a culearmela y pronto. - -
Quiero met�rtela, por favor. Le dije en un momento que ella se apart� un poco
para cambiar sus piernas de posici�n. - - S�, enseguida. No te preocupes.
Ch�pamela un poco m�s y me la metes toda hasta dentro. Dijo mientras cambiaba de
posici�n y me colocaba mi cabeza entre sus piernas, se arrodill� y cogi�ndome la
cabeza me la apret� contra su chorreante sexo. Segu� mamando su concha al tiempo
que me dec�a. - - As� cari�o, chupa fuerte ah�, con la lengua no, con los
labios, coge el cl�toris, s�rbelo un poquito y te lo meter�s en la boca. As� muy
bien. Como aprendes hijo, que listo eres. Ahora m�malo como si fuera la teta de
tu madre. Un poco m�s, as�, d�jame que me corra a gusto. Ay que gusto! Sigue,
sigue que ya me viene! Y la buena mujer se corri� justo en mi cara. Con su
cl�toris entre mis labios. Al correrse y en el primer espasmo, su cadera se fue
hacia atr�s, yo adelant� la cara y sostuve el cl�toris en mis labios, otra
chupadita m�s y cre� que se estaba meando en mi boca. Pero aqu�l l�quido era su
corrida.

Su sabor y olor me volv�an loco. Sorb�a y tragaba aquellos
jugos mientras ella se contra�a de placer. Tuvo por lo menos dos orgasmos.
Cuando medio cesaron las contracciones del �ltimo de sus orgasmos, me dijo
mientras se levantaba. - - Ahora me la metes dentro de la concha y te corres t�
vale, mi amor. Y dicho y hecho. Se puso encima de m� con una pierna a cada lado
de mi cuerpo mientras con una mano se met�a mi miembro completamente duro en su
vagina. Aquello era el para�so. Su vagina apretaba mi pichula de lo lindo
mientras sus caderas iban adelante y atr�s en un ritmo fren�tico. Me abraz�
mientras yo buscaba su boca y al encontrarla busqu� fren�tico su lengua con la
m�a. Me corr� cuando me hizo saber que le ven�a otro orgasmo. Se incorpor�
completamente mientras se la sacaba un poco y cuando not� que se sal�a se dej�
caer de golpe para cabalgarme de nuevo con m�s ganas que antes. El orgasmo fue
espectacular. No hab�a tenido yo nunca una sensaci�n tan maravillosa en toda mi
vida.

Cuando terminaron nuestros espasmos se dej� caer a mi lado y
nos besamos muy dulcemente. - - Lecci�n n�mero tres, despu�s del sexo viene el
amor cari�o m�o, abr�zame y no me sueltes, acar�ciame como yo lo hago contigo.
Dijo mientras me acariciaba con sus u�as la espalda y tan abajo por el culo
hasta donde llegaba su brazo. Yo le hac�a lo mismo mientras la besaba en la
frente y mejillas tiernamente. - - Menuda joya que tengo contigo. Me parece que
ya he encontrado con que distraerte y a la vez disfrutar de algo que hac�a mucho
tiempo que no ten�a. Ojal� nos dejen solos mucho tiempo. - - Claro, t�a. A m� me
gustas mucho y quisiera volverlo a repetir otra vez. - - �� Ya, tan pronto!?.
Contest� sorprendida. Eres mejor de lo que cre�a mi amor. Sin decir palabra le
acerqu� la mano hasta mi pichula y pudo comprobar que ya estaba completamente
erecta otra vez. - - Claro, con el poco uso que le has dado hasta ahora es
normal que ya est� as� dijo mientras me la acariciaba. - - Hasta cinco veces en
una tarde me he masturbado. Y eso yo s�lo. As� es que contigo no s� a cuantos
puedo llegar. - - A los que yo pueda hijo. Ahora te toca a ti arriba.

Me puse encima mientras ella abr�a las piernas y se la met�a
en el concha. Comenzamos lentamente a movernos mientras mi pichula la penetraba
hasta el tope de los huevos. Al rato de estar follando busqu� su boca que
encontr� abierta y al meterle la lengua not� que me abrazaba m�s fuerte y que
levantaba las piernas, saqu� la pichula con un movimiento de caderas y alz�ndome
sobre ella me dej� caer para proporcionarle lo que necesitaba para correrse otra
vez.

Me dijo que se corr�a y al notarle el primer espasmo me corr�
dentro de ella, vaci� de nuevo mis huevos s�lo que esta vez en el sitio
adecuado, en su vagina. Notar mis lechadas en su interior la volvieron loca de
placer. Sus gemidos y jadeos cesaron a medida que sus contracciones. Ahora me
dej� yo caer a su lado mientras la abrazaba y pon�a en practica todo lo que me
hab�a ense�ando para despu�s del sexo. Hasta siete veces me corr� en esa noche
m�s una paja que me hice al despertarme de madrugada por la excitaci�n de verla
a mi lado desnuda. Mientras ella dorm�a acerqu� mi boca lentamente a uno de sus
pezones y se lo chup� delicadamente mientras me pajeaba. Me cost� un poco pero
al final me corr� nuevamente. En total ocho corridas en mi primera noche de amor
con una mujer. No est� nada mal.

Tan bien qued� esa noche y las siguientes que nos hicimos
amantes. Mi t�a me llamaba cada vez que mi t�o se iba de viaje y ella no deb�a
acompa�arle. He de aclarar que mi t�a trabajaba de soltera en la empresa de mi
t�o, hablaba cinco idiomas y mi t�o empez� a llevarla como traductora cuando
comenz� a abrir la f�brica a la exportaci�n. Despu�s de un corto noviazgo se
casaron pero mi t�a segu�a acompa��ndole en algunos viajes para hacer de
traductora.

Seguimos siendo amantes aunque ya no con tanta frecuencia,
ella tiene 68 a�os y es viuda desde hace cinco. Nuestras relaciones no son tan
abundantes como antes pero ella hace todo lo posible por satisfacerme y que sean
tan gratificantes como la primera vez. Se ha hecho cirug�a est�tica en varias
ocasiones por lo que su cuerpo aparenta tener unos 50 a�os y sigue siendo muy
guapa, se compra ropa interior sexy o se la regalo yo y se la pone para
calentarme. En ocasiones que su vagina no se humedece como antes me hace unas
mamadas tremendas en las que consigue sacarme todo el semen que tengo almacenado
en mis huevos. Dirijo la empresa de mi difunto t�o por expreso deseo de �l en su
testamento.

Cuando termin� mis estudios de Empresariales y a falta de
hijos que heredasen y continuasen el negocio por �l comenzado y con alg�n
empujoncito de mi t�a, me puso a trabajar con �l trat�ndome como a su hijo, me
ense�� todo lo que sab�a del negocio. Al morir me dej� la f�brica y reparti� el
dinero que ten�a en el banco, que no era poco, entre sus otros sobrinos. La
�nica condici�n que debo cumplir a rajatabla es que a su esposa, mi t�a, no le
falte nunca de nada. Como dijo en el testamento, mi deber es cubrir todas sus
necesidades y con mucho gusto que lo estoy haciendo. Algo deb�a imaginar mi t�o
pero como el ya no pod�a satisfacerla en la cama, todo quedaba en casa y su
mujer era feliz, call� mientras disfrutaba de unos a�os de vejez en los que fue
el m�s feliz de los mortales, viendo atendida a su esposa en algo que �l ya no
pod�a y como su esfuerzo de levantar un negocio ten�a la continuidad asegurada.