Emocionante experiencia. 1� Parte
He decidido compartir una experiencia que me result�
sumamente emocionante, y creo que ha cambiado mi vida en forma definitiva. Si
alguien me hubiese planteado una situaci�n similar, lo hubiera tomado por loco,
de otra forma lo hubiera golpeado.
Esto es m�s o menos lo que me toc� vivir, lo adecu� un poco
para que resultase m�s entretenido, pero es la pura verdad.
Hace un a�o hered� de mi t�o una peque�a compa��a de
transporte de cargas, no es muy importante, pero tiene ingresos muy
interesantes. Esto se suma a que tengo un buen empleo en un banco, en la secci�n
de auditorias.
Tengo 27 a�os, soy rubio de ojos verdes, 1,90 de altura,
mantengo un buen estado f�sico debido a que concurro diariamente a un gimnasio y
practico varios deportes, como ser f�tbol sala, tenis y jogging. Me gusta
mantener un f�sico en �ptimo estado, lo que me ha dado buenos beneficios con el
sexo opuesto. Mis ingresos me permiten darme varios lujos, mantengo un lindo
piso y tengo una camioneta Honda 4x4, almuerzo y ceno en buenos restaurantes,
salgo con bellas mujeres, concurro a todos los clubes de moda, y viajo a
diferentes lugares y pa�ses en mis vacaciones.
No mantengo relaciones estables, m�s bien trato de follarme
todas las mujeres que puedo, manteni�ndolas como amigas, siempre que se puede.
Mis encantos me han permitido llegar lejos, no he tenido muchos miramientos, me
he follado novias y hasta esposas de amigos y compa�eros. De hecho, mi �ltimo
ascenso vino gracias a que me foll� la atractiva esposa de mi jefe, una rubia
ninf�mana de 42 a�os, aun la follo ocasionalmente.
As� andaba en la vida, disfrutando de todos los placeres,
hasta que un viernes de noche, v�spera del d�a nacional, tuve un desperfecto
mec�nico en mi camioneta. Ten�a intenciones de levantar a mi �ltima conquista,
una rubia de grandes tetas que hab�a conocido en el gimnasio. Cuando la llam�,
la t�a se puso tonta y la cancel� sin miramientos.
Sin programa, sal�a a caminar un poco por la avenida y al
llegar a una esquina vi una morocha muy alta con un f�sico espectacular, ella me
mir� pero sigui� su marcha, con un movimiento de caderas que me dej� prendado.
La segu� como 15 minutos, caminaba muy r�pido, cuando la alcanc� ella entr� en
un club. Nunca hab�a entrado al lugar, no pertenec�a a mi circuito habitual.
Entr�, luego de pagar una entrada. El lugar no era nada de
otro mundo, mesas distribuidas en torno a una pista de baile, un escenario, una
amplia barra, varias parejas, adem�s de mujeres y hombres que buscaban la suya.
Me arrim� a la barra, me sent� en un banco y ped� un cuba libre.
Mientras beb�a observ� el ambiente con atenci�n, no
encontraba a la morocha. La m�sica estaba muy alta, la luz no era muy buena, y
empec� a evaluar retirarme luego del trago si no encontraba a la chica, sab�a
que pod�a ir a muchos lugares donde ten�a garantida la noche. Encend� un
cigarro, me gusta fumar de vez en cuando buenos cigarros, no esos habanos al
estilo de Fidel, sino que los que son m�s finos y fabricados en Europa.
Detect� a la morocha dirigi�ndose hacia donde yo estaba,
ven�a de lo que supuse eran los ba�os, se sent� a la barra, lugar por medio de
donde yo estaba. La observ� de reojo, era muy bonita, pelo largo hasta la
cintura, tez trigue�a, ojos oscuros, facciones delicadas, labios grandes y
delineados, nariz algo aguile�a. Luc�a un vestido negro sin mangas, de falda muy
corta que mostraba unas piernas largas y torneadas, enfundadas en unas medias de
lycra, que terminaban en unos zapatos de igual color con tacones muy altos.
Ten�a un busto generoso, que contrastaba con su delgada figura, el abdomen era
completamente plano, parec�a una pantera.
Orden� algo, que no llegu� a o�r debido a la estridente
m�sica, sac� cigarrillos de su bolso y se puso uno en la boca, ten�a estilo, sus
movimientos eran sensuales y decididos, busc� en su bolso el mechero, sin duda
lo ten�a, pero fingi� no encontrarlo, levant� la cabeza como buscando alguien
que le encendiera el cigarrillo.
All� estaba yo, mechero en mano, me mir� fingiendo sorpresa y
arrim� el cigarrillo a la llama. Me dio las gracias, yo me sent� en el banco que
nos separaba inicialmente. El barman arrim� mi copa y el cenicero.
"Me llamo Ernesto, espero que est�s sola y no te importune.
Me gustar�a charlar un poco, es aburrido beber solo" dije esbozando mi mejor
sonrisa. Ella me mir� de reojo, aspir� fuerte su cigarrillo, y luego de expulsar
el humo, me contest� "Espero a una amiga. No me molesta conversar contigo
siempre que no te pongas tonto, como la mayor�a de los hombres". Su voz era
bastante ronca, me mir� como si me estudiara.
"Supongo que debes tener un nombre, si es que no te molesta
compartirlo conmigo" le dije. "En absoluto, me llamo Carla" respondi�, mientras
beb�a lentamente. "�Vienes con frecuencia a este club?" pregunt�. "A veces. No
me gusta mucho el ambiente, la m�sica es muy estridente, los hombres muy tontos,
y las bebidas dejan que desear" respondi�. "Creo que entiendo lo que dices,
conozco mejores lugares, y ser�a un placer si me acompa�aras." Dije probando
suerte. "Espero a una amiga, como ya te dije. Quiz�s en otra oportunidad"
contest�.
Seguimos bebiendo y charlando. Se mostraba esquiva, pero
segu�a all�, eso indicaba que aun ten�a chance. Una rubia muy atractiva,
acompa�ada por un hombre maduro, se arrim� y la salud�. Carla me present� a su
amiga, y �sta a su acompa�ante. Ambas mujeres se fueron en direcci�n al ba�o, el
hombre se qued� alejado de m�, sin ordenar nada. Al cabo de 5 minutos regresaron
y luego de despedirse, la rubia y su pareja se marcharon del club.
"Creo que propuesta cobra nueva vigencia. �Qu� opinas?"
arriesgu�. "Mi amiga me fall�, creo que no tengo muchas m�s excusas. �A d�nde me
quieres llevar?" dijo. "A donde quieras" respond� sonriente. "Me gustar�a alg�n
lugar tranquilo, buena m�sica, no estridente, que sea �ntimo, y que tengan un
buen vino" dijo, dejando entrever unos dientes blancos y perfectos en lo que fue
su primera sonrisa. "Te ofrecer�a ir a mi piso, creo que re�ne todas las
condiciones, pero no quisiera que me mal interpretaras" dije a modo de lance.
"Creo que quieres que te mal interprete. Aun que no se si tu sabes lo que
quieres, no me conoces lo suficiente," respondi�. "Las bellezas como tu son
raras de encontrar, creo que el hecho de no conocerte lo suficiente no es m�s
que un reto que sumo encantado." agregu�.
"Te puedes llegar a arrepentir." dijo mientras sacaba otro
cigarrillo, y se inclinaba sobre la llama de mi mechero, dejando entrever el
nacimiento de su hermoso busto. "No me arrepentir�a jam�s de mi decisi�n, m�s
aun teniendo en cuenta los encantadores tributos de tu anatom�a" dije jugando mi
resto. "Si me aseguras que vas a comportarte como un caballero y cumplir con tu
palabra, no tengo problemas en conocer tu piso." contest� mientras sus ojos me
miraban denotando una sensualidad que rayaba lo sexual.
Salimos del club y tomamos un taxi, me sorprendi� su altura,
med�a lo mismo que yo, sin tacones superaba el 1,80 sin dudas, y ten�a un cuerpo
fabuloso, cintura estrecha, cadera redondeada sin ser muy ancha, nalgas firmes y
perfectas, era fabuloso. Entramos al edificio y el ascensor nos puso en la
puerta de mi piso.
Una vez adentro, le indiqu� tomar asiento en uno de los
sillones, dej� encendida solo una l�mpara de pie que daba una luz indirecta,
puse un disco MP3 con una selecci�n de baladas suaves, y busqu� entre mis vinos
uno apto para la ocasi�n, seleccion� un cabernet sauvignon franc�s de excelente
calidad, serv� dos copas, y luego de entregarle una me sent� a su lado.
Brindamos y bebimos, me congratul� de mi selecci�n, era un vino perfecto y lo
beb�a con una mujer perfecta.
Dejamos las copas y cubr� la distancia que nos separaba, la
bes� suavemente, su boca fresca sab�a al vino que beb�amos, su lengua se
entrelaz� con la m�a, no acariciamos sin apuro, tuve una erecci�n inmediata, y
su mano la evalu� a conciencia. Muy pronto mi cuerpo estuvo sobre el de ella, y
explor� sus senos, eran firmes y c�lidos, sus piernas eran perfectas. La
temperatura del ambiente sub�a sin pausa.
Ella desprendi� mi pantal�n y liber� mi miembro de su
cautiverio, sus manos eran suaves y sab�an lo que hac�an. Nos enderezamos en el
sill�n y desprend� el cierre de su vestido, no ten�a sost�n, me encontr�
acariciando unos senos firmes y redondos, con pezones alargados, que no dud� en
introducir en mi boca. Ella gimi� de placer.
La tom� por la mano y nos dirigimos al dormitorio. La ayud� a
sacarse el vestido mientras ella hac�a lo propio con mi camisa. Llevaba un
liguero y medias 7/8, as� como una tanguita bien cavada, todo en negro, lo que
destacaba aun m�s la perfecci�n de su cuerpo que abundaba en curvas excitantes.
Su piel levemente oscura no ten�a m�culas, me termin� de desnudar, mis 18 cm.
apuntaban hacia arriba, mientras ella se bajaba de sus tacones, yo la ayud� a
recostarse en la cama.
Me tend�a a su lado y empec� a acariciar aquel cuerpo suave,
firme, c�lido y tentador, mis demonios se amontonaban sin pausa, me la quer�a
devorar. Sus manos recorr�an mi cuerpo sin pausa, sab�a lo que hac�a, por lo que
me excitaba locamente. Sus dientes mordisquearon mis pezones, mientras su lengua
jugueteaba con ellos, luego bajo por mi abdomen, bes�ndome y mordi�ndome
lentamente, hasta que su boca encontr� mi tranca. La bes� con suavidad, la punta
de su lengua se ocup� del orificio donde ya se hab�a juntado l�quido pre
seminal. Lami� la cabeza con avidez y recorri� el tallo en todo su largo:
mientras su mano jugaba con el prepucio, su lengua daba cuenta de mis
test�culos. La introdujo en su boca y empez� a comerla, sus labios llegaron a la
base de mi tranca, lo que me asombr�, la cabeza estaba en su garganta.
Su boca sub�a y bajaba con gran ritmo, me iba a acabar si
segu�a as�. Ella lo debi� haber comprendido, pues dej� de chup�rmela para volver
a besarme. Sent�a su cuerpo contra el m�o, sus senos presionaban sobre mi pecho.
Sentir ese cuerpo c�lido y firme contra el m�o era la mar de excitante.
Mis manos se ocuparon de sus nalgas, eran suaves y firmas, su
espalda era tersa. Le bes� el cuello, la mord� y succion�, lo que la hizo gemir
de excitaci�n, segu� con sus hombros y baj� a sus senos, me entretuve en sus
pezones, sus manos me acariciaban la cabeza en aprobaci�n, baj� lentamente por
su abdomen, llegu� hasta su pubis, mordisque� su monte de Venus, pero ella me
trajo nuevamente hacia arriba.
Cambiamos posiciones y ella se ocup� de mi miembro,
nuevamente la introdujo en su boca, era incre�ble sentir esa tibia humedad que
se apoderaba de mi tallo. Su mano acariciaba mis test�culos con celeridad, luego
sigui� avanzando y sent� sus dedos que exploraban detr�s de mis test�culos,
brind�ndome un intenso placer, para experimentar a continuaci�n un dedo h�medo
que masajeaba suavemente mi ano. Mi cerebro quiso protestar pero mi cuerpo se lo
impidi�. El dedo fue haciendo cuna en mi ano, mientras su boca me follaba con
ganas.
Sent� como la falange de su �ndice venc�a con suavidad la
resistencia de mi puerta trasera, era un placer inmenso, en ocasiones lo hab�a
experimentado con otras chicas, pero de ah� no hab�a pasado. El dedo empez� a
entrar y salir sin apuro, y luego de cada salida ampliaba su exploraci�n de mi
recto introduci�ndose m�s adentro. Estaba en un limbo de placer por lo que no me
import� cuando ella introdujo un segundo dedo, mi pr�stata sinti� un est�mulo
desconocido hasta el momento. Mi cuerpo, instintivamente, se acomodaba para
facilitarle las maniobras que tanto placer me daba. Se me escaparon algunos
gemidos en forma espont�nea.
Al cabo de un par de minutos me corr� en su boca, el orgasmo
que experiment� fue intenso como pocos, me asaltaron unas terribles
contracciones, mi verga y mi culo vibraban al un�sono, era algo desconocido y
embriagante. Me retorc� en medio de los espasmos y unos gemidos roncos se
escaparon de mi boca. Todo mi semen fue a parar a su boca, ni una gota se
derram�. Cuando hubo terminado, se acerc� a m� y me bes� con suavidad. Su boca
sab�a extra�o, supuse que eran restos de semen, no me import�.
Mis manos buscaron el liguero, empec� a soltar las medias,
luego se las retir� parsimoniosamente, ella me miraba y acompa�aba con su cuerpo
facilit�ndome la tarea. Cuando le retir� las medias me qued� con uno de sus pies
en mi mano, lo apret� con suavidad, eran grandes y suaves, ten�an una linda
forma, sus u�as estaban cortadas prolijamente y pintadas con un color rojo muy
oscuro, apreci� sus dedos regulares, bien formados, los acarici� con delicadeza,
los apret� con mi �ndice y pulgar.
Presa de mi tentaci�n arrim� mi boca lentamente y bes� sus
dedos apenas, luego bes� el pie, mi lengua lo lami� suavemente. Me introduje su
dedo gordo en la boca, los pies hermosos y prolijos siempre hab�an sido una
debilidad. Succion� sus dedos, ella me miraba, sus ojos me induc�an a seguir,
sin duda lo disfrutaba.
Mi visi�n de esa hermosa mujer, la perspectiva de ese terso y
perfecto cuerpo visto desde su pie me resultaba excitante, me embriagaba con la
visi�n, y mi miembro empezaba a reaccionar perezosamente. Succion� todos y cada
uno de sus dedos, lam� el espacio que quedaba entre ellos, le lam� la planta del
pie. �vido, tom� su otro pie y los junt�, mi boca iba de uno a otro, recorr�a
sus dedos, lamiendo y succionando, lento pero apasionadamente, sab�a lo que
hac�a, la suma de lo que ve�a, m�s lo que degustaba en tacto y sabor me sobre
excitaba. Me concentr� en un pie, lo tom� con ambas manos y lo segu� lamiendo y
chupando con creciente desesperaci�n. Su otro pie se dirigi� a mi entre pierna y
empez� a acariciar mi miembro y test�culos.
Mi boca empez� a recorrer su pierna, pude sentir la firmeza
de sus tonificados m�sculos, la tersura y suavidad de su piel, cerr� los ojos
para concentrarme en los sentidos del tacto y el del gusto. Baj� lentamente por
la cara interna de su muslo, sent� como su cuerpo se contra�a a expensas de los
est�mulos que mi boca le brindaba.
Percib� como separaba aun m�s sus piernas para recibirme,
esquiv� su entre pierna para hacerla desear, me dirig� a su monte de Venus y lo
mordisque� por encima de la tanguita, mientras sent�a como sus manos acariciaban
mi cabello y nuca alent�ndome en mi acci�n. Lam� delicadamente su ingle,
mientras empezaba a bajarle la tanga.
Abr� los ojos, en medio de la sorpresa de mi vida, cuando
sent� que algo duro empujaba contra el costado de mi cuello. No sal� de mi
asombro cuando vi que un enorme pene en plena erecci�n permanec�a inm�vil a
escasos cent�metros de mi cara. Todo ocurri� muy r�pido, creo que qued�
paralizado por la sorpresa, algo andaba mal pens�, y antes de que pudiera
reaccionar sent� como sus manos me tomaban firmemente por la nuca y me acercaban
a ese miembro, que no atinaba a entender como era que estaba all�.
"Ch�palo, vamos, ch�palo, te va a gustar" me alent� ella casi
en un susurro, presionando mi nuca que se resist�a a moverse. M�s que pensar
sent� que mi verga ard�a de tensi�n, no se c�mo ni porqu�, pero mi boca entr� en
contacto con aquel pedazo de carne enhiesto. Mi mejilla sinti� la suavidad y la
calidez del mismo, luego arrim� t�midamente mis labios, era muy suave su
contacto.
Lo explor� con lentitud, lo bes� suavemente, una vez, dos. Mi
lengua lo lami�, lo mordisque� con suavidad. "Eso es, sigue, me encanta lo que
me haces" dijo Carla alent�ndome una vez m�s. Tom� su cabeza entre los labios y
lo introduje en mi boca, era una sensaci�n nueva, extra�a, pero excitante. Me
encant� la tibieza, la suavidad, me pareci� fant�stico, me encant�. Lo introduje
en mi boca, entre a succionarlo, nunca antes lo hab�a hecho pero me parec�a
saber lo que estaba haciendo.
Mi boca se movi� una y otra vez, lo introduc�a y lo sacaba
con placer, deleit�ndome con esa carne tibia que llenaba mi boca. Ahora cre�
comprender por que las mujeres gustaban tanto de esta pr�ctica. Mi mano sub�a y
bajaba el prepucio mientras mi boca engull�a golosamente, mi otra mano exploraba
el entorno, estaba depilada completamente, lo que hac�a su piel suave al tacto,
me encontr� agarrando sus test�culos, tambi�n depilados, me encant� la
sensaci�n, eran grandes y parec�an delicados, jugu� como cualquier ni�o con un
juguete nuevo.
Me embriagaba el placer, mi boca succionaba y lam�a, besaba y
mord�a con suavidad, mis manos acariciaban y estrujaban su pene y sus
test�culos, mi excitaci�n era desbordante. Carla apretaba sus piernas en torno a
mi cabeza presa del placer que le dispensaba con mi boca y mis manos, gem�a de a
ratos.
No se cuanto dur� el acto, mi fascinaci�n era tal que perd�
la noci�n del tiempo, calcul� que me estaba chupando una verga que pod�a ser m�s
grande que la m�a, no la sent�a tan dura como estaba en esos momentos la m�a,
pero sent� que hac�a muy bien mi trabajo, lo que me alent� a seguir y seguir.
Consegu� trag�rmela casi toda, pero mi garganta no se acostumbraba, sent� como
ella empujaba tratando de acompa�ar mis movimientos.
Tan ensimismado estaba, que me sorprendi� el primer disparo
de semen, fue directo a mi garganta, quise separarme, pero ella me jal� de la
nuca con fuerza, entrelazando los dedos, de forma que no pude liberarme, m�s
semen inundaba mi boca, parte iba directo a mi garganta. Cre� que me iba a
ahogar, pero me di ma�a y tragu� como pude. No terminaba m�s de acabar, nunca
pens� que fuera tanto.
Sent� como su cuerpo se relajaba y su verga dejaba de bombear
semen, segu� chupando, hasta que limpi� todo rastro de semen, su verga volv�a a
saber igual que antes, aun que sent�a como su erecci�n se distend�a lentamente.
Sin soltar presa la mir�, ella sonre�a feliz. "Quiero que me folles, tr�eme el
bolso" orden�. Solt� su verga a rega�adientes, sent� un poco de verg�enza, pero
mi excitaci�n superaba cualquier sentimiento en ese sentido.
La observ� tendida con las piernas separadas, la visi�n era
todo un espect�culo, Un hermoso cuerpo de mujer tendido en mi cama, unas piernas
perfectas, un busto perfecto, una piel inmaculada, una hermosa cara que me
miraba con dulzura, y un enorme pene, ya fl�cido, que yac�a entre sus piernas.
Me hubiera quedado horas mir�ndola, pero ella me sac� de mi letargo. "Anda, se
buenito, tr�eme el bolso, quiero que me folles. �O acaso no vinimos para eso?
Anda amor, no me hagas esperar." me dijo.
Le traje el bolso, mi erecci�n casi dol�a, con movimientos
�giles se enderez� y sac� de su bolso un frasco de aceite de bebe. Me sonri� y
me dijo. "Venga esa tranca que te la voy a preparar, ub�cate aqu� y usa tus
dedos para ponerme estos en mi culito. No quiero que tu hermosa tranca se
lastime ni que me dejes el culo ardiendo" Mientras ella me untaba la verga con
aceite, yo hac�a otro tanto con su hermoso ano. Ella gem�a mientras yo
introduc�a alternadamente uno y hasta dos dedos, su culo se ve�a apetitoso.
"Vamos machote, ven s�bete encima, m�temela, no aguanto m�s"
dijo mientras recostada en su espalda separaba y levantaba sus piernas. Yo tom�
posici�n y me coloqu� sus tobillos sobre mis hombros, ella se agarr� las piernas
con las manos para que no me molestasen mientras yo dirig�a la cabeza de mi
verga a su ano rosadito y entre abierto. Apoy� la punta en su puerta y empuj�
suavemente, parec�a querer oponer resistencia, pero se dilat� suavemente y se
engull� la cabeza de mi verga, esper� un instante y se la termin� de meter, ella
gimi� de placer, y yo comenc� a moverme lentamente.
Ya me hab�a comido varios culos, todos de dama, nunca hab�a
tenido sexo con otro hombre. La �nica experiencia diferente, fue cuando en la
secundaria, en el ba�o e hombres, yo hab�a acudido a mear, ten�a la verga semi
erecta, y un alumno de dos clases arriba de la m�a me la hab�a agarrado por unos
instantes. Yo me hab�a paralizado y �l me la hab�a besado. Yo atin� a golpearlo
y sal� corriendo, mientras me arreglaba para guardarla en el pantal�n. No se lo
hab�a contado a nadie, luego siempre lo elud� en los a�os siguientes. Pero hab�a
pensado en ello por m�s de dos meses, luego el c�mulo de mujeres me lo hab�a
hecho olvidar por completo.
Esto era algo diferente, me dije mientras empujaba
prolijamente mi verga en el ano de Carla. Me fascinaba ver ese hermoso cuerpo y
su verga entre medio nuestro. Mi excitaci�n iba en aumento, ella se fue
amoldando hasta que sus piernas quedaron a los costados de su torso, me
sorprendi� su elasticidad. Dej� que mi cuerpo descansara un poco sobre ella.
Ella gem�a y sus u�as se clavaban en mi espalda.
Se mov�a m�s de lo que hubiera imaginado, mientras mi verga
iba y ven�a dentro de sus entra�as. Nos besamos, mientras sent�a como su verga
se pon�a m�s dura, fue una sensaci�n placentera y excitante. Ella mordisqueaba
mis labios, tironeando de ellos, sus u�as desgarraban mi espalda, me hac�a da�o
pero era m�s el placer que sent�a. Su culo era exquisito, apretaba mi verga como
si fuera una mano, la lubricaci�n era perfecta, entraba y sal�a a gran
velocidad, mis ingles golpeaban secamente contra sus nalgas, nuestros parec�an
fundirse en un abrazo mientras que la penetraba como una bestia enloquecida.
Sus mordidas eran cada vez m�s agresivas, instintivamente la
correspond� haciendo otro tanto, se nos escapaban sonidos guturales,
entreverados con gemidos, que no parec�an humanos. Mis brazos trataban de
cerrarse entorno a sus piernas y su cuerpo, parec�a un n�mero contorsionista el
que Carla desarrollaba.
Unos aullidos sordos, m�s una tibia humedad que sent� en mi
vientre me indicaron que se hab�a despachado con otro orgasmo. El m�o no se hizo
esperar, le descargu� mi semen hirviente con desesperaci�n, mis embestidas eran
tremendas, sus gemidos lo certificaban. Sent� como se me iba la vida en cada
espasmo, sent� que sus dientes me mord�a la cara con fuerza, no sent� dolor, el
placer era tan intenso que parec�a anular lo dem�s. Fui perdiendo ritmo, a
medida que las contracciones se espaciaron y mi semen fue dejando de fluir.
Finalmente me qued� muy quieto y descans� todo el peso de mi
cuerpo sobre ella. Me abraz� con ternura y acarici� mi espalda, mientras me
besaba dulcemente. "Me encanto. Me cogiste como nadie" me susurr� al o�do sin
dejar de acariciarme y besarme. "Nunca hab�a experimentado algo igual, eres lo
m�ximo. Me enloqueces." Le dije. Luego de unos instantes desarmamos la figura,
me retir� de su ano, y nos abrazamos con amor.
Me despert� sobresaltado, ella tambi�n despert�. Nos miramos
y nos besamos. Cuando gir� boca arriba entre mis brazos no pude dejar de
observar su inmenso capullo dormido, aun as� era muy grande. Se sonri� al
comprobar mi inter�s. "Parece que te gust�" comento riendo. "M�s de lo que te
imaginas" contest�. "Hay. Hay. Hay. No quiero imaginarme cuanto. Me parece que
te gusta tanto como a m� me gusta esa tranca vigorosa que tienes" dijo
sonriente. La bes�, para ocultar mi verg�enza, no sab�a a donde me pod�a llevar
todo esto.
Eran las 5 de la ma�ana, le pregunt� si ten�a hambre, a lo
que respondi� que s�. Me levant� y fui a al cocina a preparar algo, no quer�a
pensar, ninguna de mis ideas me hac�a sentir seguro, me hab�a acostado con una
t�a, que en el fondo era un t�o, pero yo quer�a verla como una t�a. No solo la
hab�a follado con ganas, tambi�n me hab�a chupado su tranca y me hab�a tragado
su semen, lo peor es que har�a todo de nuevo si pudiera, y creo que hacia ah� me
encaminaba.
Mientras preparaba un desayuno para ambos, meditaba si la
cortaba ah� mismo o si le daba rienda suelta a mi instinto, y me dejaba llevar
por todo lo que promet�a aquel cuerpo bello y fascinante.
Continuar�.
Emocionante experiencia. 2� Parte
Luego de experimentar una fabulosa noche de sexo con la
hermosa Carla, donde la sorpresa fue la clave de todo lo vivido, ese nuevo d�a
me reservaba m�s sorpresas que cambiar�an mi vida dram�ticamente. Pero vayamos
por parte y perm�tanme que les cuente como sigue mi historia.
Mientras preparaba los huevos revueltos, y el caf� desped�a
su olor caracter�stico, Carla apareci� en la cocina, se hab�a puesto una bata
m�a, se hab�a arreglado un poco, y llevaba el pelo recogido en una coleta. Luc�a
hermosa.
"Tienes un piso muy lindo, la decoraci�n es de muy buen
gusto" dijo, mientras se sentaba en una silla al costado de la mesa. "Me gusta
mantenerlo ordenado, la verdad es que no lo disfruto mucho, tengo una vida un
tanto ocupada, a veces me gustar�a pasar m�s tiempo en casa." Respond� mientras
serv�a el caf� y los huevos. Saqu� el jugo de naranja del refrigerador. Ella me
agradeci� y bebi� un poco de caf�, nos miramos en silencio, ella me dedic� una
sonrisa.
Me sent�a turbado y excitado al mismo tiempo, la naturalidad
de sus movimientos me fascinaba, era tan femenina que nadie sospechar�a sobre el
secreto que escond�a entre sus piernas.
"Te he arruinado la cara, mira como te he dejado" dijo. Me
toqu� mi mejilla derecha, efectivamente me ard�a un poco, recordaba un mordisco
que me hab�a dado durante la sesi�n desenfrenada de sexo que hab�amos tenido. Me
toc� la cara por encima de la mesa, el contacto de sus largos dedos me produjo
una especie de electricidad, yo estaba completamente desnudo y sent� que mi
verga se endurec�a un tanto.
"�C�mo te sientes? Estas un poco taciturno, demasiado
callado, para la elocuencia demostrada cuando me conociste" "Me siento muy bien,
es que reci�n me despierto" ment�. "�Ser� que est�s arrepentido? Es que la
pasamos tan bien." Dijo en medio de un suspiro. "Para nada" reaccion� como
despertando de un letargo "Para nada. Fue algo... �C�mo expresarlo?...
maravilloso, eso es, maravilloso." Agregu� sonriendo mientras com�a. "Espero que
no tengas nada que hacer el d�a de hoy, es el d�a nacional, nadie trabaja en
esta fecha." Dije para no perder la inercia de la conversaci�n. "Creo que me
vestir� con mis mejores galas y tomando mi bandera ir� a los festejos en el
centro de la ciudad." Brome�. "Me gustar�a saber si tienes algo para
proponerme." Agreg� apoyando sus codo sobre la mesa e inclin�ndose hacia
delante, hasta que su cara qued� a unos 10 cent�metros de la m�a.
Sin dejar de mirarme sus dedos tomaron un trozo de huevo
revuelto y me lo acerc� a la boca. Sin pensar bien en lo que hac�a abr� la boca
y dej� que ella me lo introdujera, pero no retir� los dedos, por lo que yo
tragu� la comida y segu� succionando sus dedos. Carla me miraba p�caramente, sus
ojos ten�an un brillo especial, sus dedos se mov�an en mi boca, mientras yo los
chupaba y lam�a.
Sin sacarme los dedos de la boca, dio la vuelta alrededor de
la mesa y se recost� sobre la misma, levant� una pierna, apoy�ndola sobre mi
muslo, y la bata se abri� dejando a la vista su miembro semi erecto. No le tuve
que decir nada, lo busqu� con mi boca, mientras ella se sentaba en la mesa,
ocupando el lugar donde instantes atr�s estaba mi desayuno, pens� que este s�
era mi desayuno.
Me dediqu� a hacerle una buena mamada. "Lo haces de
maravilla, sigue as�" me dec�a mientras beb�a su caf�. "Bien, muy bien, as� me
gusta. Eres un encanto." Me alentaba, mientras terminaba su caf�. Me encantaba
chupar ese miembro grande y flexible, sent�a como llenaba mi boca, percib�a sus
reacciones, como se endurec�a de a poco en mi boca, como sus caderas acompa�aban
despacio.
Era un doble placer, por un lado sent�a como mi verga quer�a
reventar de dura que estaba, y por otro lado esa carne tibia y suave que llenaba
mi cavidad bucal. Sus manos se posaron una vez m�s en mi nuca y me presionaban
hacia su tranca, sus caderas se mov�an m�s r�pido, me estaba follando la boca.
Agradec� tener una boca grande, de otra forma estar�a sufriendo con ese tama�o
de polla. Lo present� y me prepar�, est� vez no me sorprendi� cuando empez� a
llenarme la boca de leche, sent� el golpe de su semen caliente en mi paladar, y
empec� a tragar como pod�a. En un momento dado pens� que iba a perder algo, pero
lo hice bien y nada se derram�.
Disfrut� como loco, era un tanto amargo, pero me parec�a un
n�ctar, mi excitaci�n me hac�a ver solo lo que yo quer�a. "Dime si ya hab�as
chupado una polla" pregunt� "Jam�s es mi primera, y espero que �nica" respond�
mientras mi lengua continuaba limpiando su hermoso miembro. "Pues tienes unas
condiciones envidiables, la chupas como los dioses. �Y por qu� la �nica?"
Pregunt� "Pues es �sta la �nica que me gusta y que me podr�a llegar a gustar"
respond� deleit�ndome con sus bolas. "Es el mejor halago que me han dicho en
muchos a�os. Eres un dulce. Ven que te doy tu recompensa"
Liber�ndose de m�, se baj� de la mesa, gir� apoy�ndose en
�sta y separando las piernas me ofreci� su culo. Ten�a una nalgas firmes y
perfectas, y unas piernas fabulosas, me miraba divertida. "Usa un poco de
manteca, entre lo caliente de mi culo y de tu verga sin duda la fre�mos" brome�.
As� lo hice, busqu� la manteca, y me unt� la verga y luego su
culo. La penetr� con suavidad, entr� sin dificultades. La tom� por las caderas y
empec� a follarla firmemente. Mi verga corr�a con facilidad en su culo, entraba
y sal�a, Carla empujaba cuando yo entraba, por lo que hac�a m�s intenso el
placer para ambos. Me excitaba como loco con aquel culo que parec�a querer
devorarse mi polla.
Mi mano busc� su tranca, all� estaba, cobrando fuerzas,
comenc� a masturbarla. Ella gimi� de placer. "As�, mi amor, as�" dijo con su voz
ronca. La coordinaci�n era buena, nos mantuvimos en silencio, su tranca estaba
bien dura, la m�a se deleitaba en su c�lido interior. Sent�a como su ano
presionaba mi polla, y como esta abr�a las paredes de sus intestinos a su paso.
No resist� m�s y me corr� como un b�falo, en medio de bufidos y espasmos, casi
al terminar sent� como mi mano se mojaba con su c�lido y pegajoso semen, apur�
mi mano y me dio toda su leche.
Me mantuve en su interior, mientras le arrimaba mi mano a su
boca, ella lami� mis dedos con devoci�n. Me retir�, mi verga sali� casi blanda y
de su ano empez� a brotar un hilillo de mi semen. "L�mpialo" dijo "�El qu�?
Pregunt� sin entender. "Con tu lengua, l�mpiame el culo con tu lengua. Anda no
seas desprolijo."
Dud� un instante, pero me arm� de valor y acerqu� mi boca a
su culo, con mis manos separ� sus nalgas y acerqu� mi lengua t�midamente. Mi
semen sab�a igual al de ella, pronto me anim� m�s y le di unos buenos
leng�etazos. Me gust�, mi lengua iba y ven�a, ella gem�a y me alentaba,
introduje mi lengua en su ano, se lo revolv�, as� estuve chup�ndole el culo por
espacio de m�s de 5 minutos.
"Est� bien, amor. Detente que me vas a hacer acabar." As� lo
hice, nos abrazamos y besamos apasionadamente. "�Tienes una tina?" pregunt� "Un
jacuzzi" respond� "�Me invitas" "Ser� un placer" contest�.
Fuimos al dormitorio y tom� dos toallas, nos dirigimos al
ba�o. Ella se sent� en el bidet, luego de regular la lluvia, lo abri� a toda
intensidad. "debo limpiarme bien, dejaste un desastre all� adentro. Luego sent�
como desped�a de su culo el agua que hab�a entrado con la gran presi�n. Lo hizo
como tres o cuatro veces, se daba enemas.
"Es divertido, y te da placer. �Por qu� no pruebas? Anda, es
tu turno" me propuso "No creo necesitarlo" dije dudando. "Vamos, debes tener
alguna caquita guardada, ver�s que es lindo y agradable" Me sent� en el bidet,
ella abri� la ducha alegremente. "Vamos a ver" dijo aumentando la presi�n "Haz
como si fueras a cagar y deja que el agua entre, cuando no aguantes m�s deja que
fluya, igual que cuando cagas."
As� lo hice, y ella abri� la lluvia al m�ximo, sent� como el
agua entraba en mi culo r�pidamente, no aguant� y sin esfuerzo la dej� salir,
sali� bastante mierda, sent� un poco de verg�enza. "Vamos, no te asustes, hasta
el presidente hace caca. Apr�ntate, ah� vamos de nuevo" Me lo hizo repetir como
10 veces, era muy placentero, nunca lo hubiese imaginado, mi verga estaba dura
como una estaca.
"Vaya si lo disfrutaste, mira como tienes la polla. As� que
te gust� el jueguito" Qued� colorado, ella empez� a llenar el jacuzzi.
Sali� y volvi� con dos cigarrillos encendidos. Fumamos, ella
sentada en el WC y yo en el bidet, est�bamos completamente desnudos y
distendidos, puso sus piernas en posici�n de buda y su polla majestuosa descans�
sobre sus tobillos. La mir� con cierta fascinaci�n. Ella lo advirti� "Te gusta
mi tranca, verdad que s�" dijo d�ndole una profunda pitada al cigarrillo. "S�"
contest� "No te prives de nada, anda, ag�rrala, t�cala, juega con ella, haz lo
que quieras, para eso est�." Me alent� sonriente.
La tom� con mi mano, estaba fl�cida, la oprim� y cedi� a la
presi�n de mis dedos. Me encantaba esa verga, muchas veces me hab�a meneado la
m�a, pero una ajena era algo diferente, era estimulante. Adem�s era muy grande y
flexible, era como un amansa locos, deb�a superar los 20 cm. cuando erecta. Era
hermosa la sensaci�n de sentirla cobrar vida en mi mano, de c�mo se despertaba,
como se endurec�a de a poco, no pod�a soltarla, adem�s sent�a una necesidad
desconocida de ponerla en mi boca, tem�a perder la l�nea y perderme m�s all� de
los l�mites racionales.
Ella tom� la m�a y jugamos con nuestros penes hasta que el
agua estuvo lista, a esa altura ten�amos sendas erecciones. Entramos en el agua,
activ� la bomba, y dejamos que el agua nos diera su l�quido masaje. Nos
acariciamos sin inhibiciones, nos besamos locamente, nuestros cuerpos se
entrelazaron. Luego nos enjabonamos sensualmente, disfrutaba a mares. Nunca
hubiera imaginado que iba a terminar enloquecido con una chica que tuviera una
polla m�s larga y grande que la m�a. Nos excitamos mucho, y el jacuzzi ya estaba
de m�s.
Salimos y nos secamos, corrimos a la cama y nos fundimos en
un abrazo mientras nos bes�bamos con desesperaci�n. Nos freg�bamos las vergas,
una contra otra, nos bes�bamos y acarici�bamos. Ella se separ� y me ofreci� uno
de sus pies "Anda, lindo, hazme de vuelta lo que ayer, me enloqueces."
No tuvo que repetirlo, me dediqu� en cuerpo y alma a sus
pies. Los bes�, los bes� y los succione, por m�s de 10 minutos, luego segu�
hacia su verga, me esper� ansiosa, luego gir� e hicimos el cl�sico 69. Ella
qued� arriba, me hizo levantar las piernas y se dedic� a alternar entre mi
verga, bolas y ano.
Debo reconocer que era una experta, me arrancaba placer al
paso de su boca, y su tranca se remov�a inquieta en mi boca. Sent� su h�meda y
c�lida lengua jugar con mi ano, me parec�a incre�ble lo que me hac�a, se mov�a
con una rapidez y habilidad impresionante.
Pronto sent� como se introduc�a en mi ano, foll�ndome
literalmente con su lengua. El placer que sent�a era indescriptible, me estaba
derritiendo, me ten�a a su merced, estaba entregado a lo que me hiciera,
mientras continuara ese placer. Sus dedos complementaron a su lengua, y sent�
como alternaban entrando en mi recto, su lengua, su �ndice, su dedo mayor, todo
entraba y sal�a.
Yo ten�a que concentrarme para poder mantenerme haciendo con
mi boca algo por su verga. Sent� que hac�a m�s movimientos, y pronto descubr�
que lo que hab�a hecho era tomar el frasco de aceite de la mesa de noche. Sus
dedos se aventuraban en mis profundidades ayudados por el aceite, me follaba
alternativamente con uno y con otro, a veces era su lengua la que me estimulaba.
Pronto fueron dos de sus dedos los que exploraban mis
intestinos, el trabajo paciente alcanzaba su objetivo, sus dos dedos entraban y
sal�an con facilidad, yo deliraba de placer, me corr� sin hacer movimiento
alguno y sin que me tocara la verga. Sus dedos masajeaban mi pr�stata y me
manten�an la polla erecta, nunca lo hubiera imaginado.
Su verga permanec�a quieta dentro de mi boca, y yo ya no me
preocupaba de ella. A los dos dedos se les sum� un tercero, mi ano opuso una
resistencia inicial, pero luego, lentamente fue cediendo. Me mor�a de placer,
casi no pod�a razonar, mi culo y mi pr�stata era lo �nico que parec�a funcionar
en mi organismo.
Una vez m�s perd� la noci�n del tiempo, me corr� una vez m�s,
mi verga parec�a un surtidor, jam�s hab�a experimentado algo as�. Estaba casi
catat�nico de placer. Me sac� los dedos del culo, y vi como se retiraba de
arriba m�o, para ubicarse entra mis piernas, intu� con claridad lo que ven�a a
continuaci�n, esper� con tranquilidad. Me coloc� las piernas sobre sus hombros,
con una mano me separ� una nalga, mientras que con la otra apuntaba su verga a
mi ano. M�s que temor sent� ansiedad.
"Rel�jate, te prometo que no te va a doler ni un poquito. No
te resistas, recuerda como lo hiciste con el bidet, va ser casi igual" me
aconsej�. No contest�, sent� la punta de su polla que se apoyaba en su ano, era
una sensaci�n placentera, me mor�a por tenerla adentro, pero mi orgullo no
quer�a admitirlo.
Me qued� quieto, tratando de relajarme. Cuando la sent�
empujar, hice lo que pude para no resistir. Sent� como mi ano se dilataba
lentamente, al igual que ella pujaba con su ariete de carne. La dilataci�n no
parec�a corresponder al di�metro de la cabeza de su polla, pero Carla con mucha
paciencia, juguete� con su verga, dando peque�os pujos, cada vez un poquito m�s
firme. Sent� que mi culo ced�a de a poco, luego sent� un dolor intenso cuando la
cabeza de su tranca expandi� mi culo al m�ximo.
Me mord� para no gritar, y luego sent� un alivio cuando hubo
pasado, y mi ano se adecuaba al di�metro del tronco de su enorme polla. Me dio
un minuto de respiro, luego comenz� a moverse en corto, muy lentamente avanzaba
un poquito y retroced�a otro tanto.
Aun dol�a bastante, pero tend�a a pasar. Mi culo se
acostumbr� a ese pedazo de carne que lo penetraba y de a poco fue dej�ndole m�s
libertad de movimiento. En un momento sent� como sus bolas golpeaban las m�as,
ten�a m�s de 20 cm. de una gruesa verga incrustada en mis intestinos, no me
dol�a y quer�a que se moviera, que me follara. Los movimientos se hicieron
largos y firmes, mi pr�stata era arrasada por el placer a cada pistonazo,
inund�ndome de placer, mis caderas instintivamente acompa�aban el movimiento.
"As� es, amor. Anda, ya veo como gozas, siente como mi verga
te libera de tus tensiones. Siente como mi carne revuelve tu interior. Vamos,
mu�vete t� tambi�n, disfruta el verdadero placer. O acaso te crees que solo las
mujeres gozan ensartadas en una tranca. Ahora eres uno m�s de los que conocen el
secreto del amor total." Me dec�a mientras aumentaba el ritmo de sus embestidas.
"Solo alguien como yo puede entender lo que un hombre necesita. Ambos gozamos de
la misma forma. Tenemos m�s ventajas que esas pobres que solo tienen un co�o
resfriado. Yo soy lo mejor de los dos mundos, re�no lo que un hombre necesita.
Se cuales son tus zonas er�genas, se como estimularte, se como arrancarle placer
a cada cent�metro cuadrado de tu cuerpo. Conmigo est�s experimentando lo m�ximo,
mientras te follo te vas correr como loco."
En efecto as� era, sus palabras reafirmaban el placer que su
verga me brindaba, me corr� de nuevo, o� como mi voz le ped�a m�s. Sent� como el
peso de su cuerpo se descansaba sobre el m�o, me bes�, me mordisque� a oreja, su
lengua la invadi� excit�ndome m�s.
Su verga entraba y sal�a en toda su extensi�n, eran unos
movimientos largos y r�pidos, solo una verga as� pod�a hacerlo sin temor a que
se saliera. Era fant�stico el placer que experimentaba. "Te voy a follar horas,
te vas a enloquecer de placer, te vas a enamorar de mi verga." Me dec�a al o�do,
mientras me follaba sin piedad. "Dime cuanto te gusta. Dime cuanto quieres mi
verga en tu culo. Dime que quieres mi leche." Dec�a sin detenerse.
"Quiero que me folles. Quiero tu verga bien adentro. Quiero
tu leche. Quiero que me folles m�s fuerte. Por favor" supliqu�. "Eso es, as� te
quer�a o�r. Ahora t� me perteneces. Tu culo es m�o, es de mi polla." Me repet�a.
Me volv� a correr, era un �xtasis total, sent� como su semen ardiente se
descargaba en mis profundidades, las embestidas eran tremendas, por un momento
cre� que me partir�a al medio.
Baj� el ritmo pero no dej� de follarme, no entend� como, pero
mi culo se lo agradeci�. Pareci� perder un poco de dureza pero al cabo de una
par de minutos la ten�a dura como un poste de nuevo. Me corr� por en�sima vez.
Su polla me taladraba sin piedad, sent�a como rellenaba mi interior para e
retirarse, una y otra vez.
Sin sacarme su polla, me hizo girar y me coloc� una almohada
debajo del vientre. Me movi� las piernas hasta dejarme en una posici�n similar a
una rana. Luego volvi� a martillar mi ano con ganas, sus dientes se ocupaban de
mi nuca, sus manos me apretaban con fuerza por los hombros, empuj�ndome contra
el colch�n. No entend�a como pod�a seguir foll�ndome de esa manera, sent�a su
respiraci�n en mi nuca, estaba muy agitada, yo gem�a v�ctima de sus embates.
Me corr� una vez m�s, fueron unos estertores m�s que un
orgasmo, igual lo disfrut�. Su ariete de carne apur� el ritmo, sent� el ruido de
los golpes de sus ingles contra mis nalgas, era tan excitante. Sus gemidos me
indicaron que se aproximaba a su segundo orgasmo, empuj� con mi culo para
brindarnos m�s placer, nuevamente sent� el calor de su semen en mis entra�as, me
encant�, mi ano y pr�stata estaba hipersensibles, cualquier movimiento de su
tranca me arrancaba un placer intenso.
Se mov�a muy lentamente, capt� lo que me ocurr�a, por lo que
juguete�, entrando y saliendo lenta o r�pidamente, yo me revolv�a de placer.
"Est�s en el umbral del placer. Disfr�talo, raras veces ocurre. Lo m�nimo que
sientas te arranca placer"
As� era, nunca lo hab�a experimentado, era magn�fico, el
placer no ven�a de nada en especial, ella se mov�a en mi interior, por poco que
fuera y yo sent�a como me arrasaban oleadas de un placer intens�simo. As�
estuvimos varios minutos hasta que fue cesando, al igual que su verga se fue
desinflando.
Sent� como su tranca se retiraba perezosa de mi ano, el vac�o
me invad�a. Me la termin� de sacar y permaneci� sobre m�. Me acariciaba y me
besaba el cuello y la espalda, sent� como mi culo liberaba algo del semen que
ella hab�a depositado en mi interior. Me sent� embargado por una felicidad
extra�a.
Ella se coloc� a mi lado y me abraz�, yo acurruque mi espalda
contra ella. Era un momento especial, cargado de afecto y sensualidad. Sent�a
sus senos firmes contra mi espalda, y su verga fl�cida contra mis nalgas,
tambi�n sent�a el semen drenando de mi culo. Con mi mano busqu� su verga y se la
oprim� con afecto, ella hizo lo mismo con la m�a y me bes� en el cuello.
"Fue maravilloso, nunca hab�a sentido tanto placer, no se ni
como describ�rtelo, creo que me enamor� de ti." Le dije. "Yo se lo que tu
sientes, solo alguien como yo puede entender lo que tu experimentaste y lo que
sientes en este momento tan especial. A mi tambi�n me pasa lo mismo, creo que
tenemos un feeling especial. Hay fuego entre nosotros, y no creo que se pueda
extinguir con unas folladas" respondi� mientras jugaba con mi pelo.
"Quiero que te mudes conmigo. Quiero que vivamos juntos.
Quiero amarte a cada instante. �Qu� dices? Pregunt� ilusionado.
"Eres un hombre muy atractivo, muy sensual, y muy sexual, me
gustas m�s de lo que te imaginas. Pero tal vez te apuras mucho, t� no me
conoces, no sabes quien soy" dijo con un dejo de tristeza.
"Pues yo no lo veo as�."dije. Le coment� de mi peque�a
empresa y sus buenos dividendos, as� como de mi buen empleo. Le asegur� que no
necesitar�a trabajar, que yo le podr�a dar una buena vida, que nada le faltar�a.
Ella me miraba pero no dec�a nada. Insist� en los beneficios que le podr�a
brindar, que pasar�amos juntos mucho tiempo, que viajar�amos, que compartir�amos
un sinf�n de actividades. Ella me pregunt� si estaba seguro, le asegur� que no
ten�a ninguna, que nunca hab�a estado m�s seguro.
"Es interesante tu oferta, muy tentadora viniendo de un
hombre tan guapo y con tantas virtudes en la cama. Claro que debo saber si est�s
dispuesto a olvidarte de esos co�os h�medos, fl�cidos y fr�gidos, a follarme a
diario y luego entregarme ese culito apretadito que tienes" me dijo
risue�amente. "Claro que s�, mi amor. Quiero follarte a toda ora, y luego sentir
como tu hermosa tranca me revuelve las entra�as y me llena de leche." Respond�
alegre.
Nos besamos apasionadamente. Cuando nos decidimos a dormir,
eran las 2 AM del domingo, me hab�a follado dos veces y yo otras tantas. Antes
de cerrar mis ojos la observ� mientras dorm�a, me fascinaba ese cuerpo perfecto
que respiraba suavemente, estaba totalmente relajada, sus facciones eran
hermosas y la serenidad de su rostro me llen� de ternura.
No pude dejar de observar su polla dormida, larga y gruesa,
que colgaba desenfadadamente sobre su muslo. Me ubiqu� a sus espaldas y la
abrac� con ternura.
Mi �ltimo pensamiento fue lo feliz que me sent�a, como esa
persona extra�a hab�a completado mi vida. Como hab�a encontrado a una mujer
perfecta, que me pod�a brindar todas las alternativas sexuales, que me hab�a
abierto las puertas nuevos placeres. Una mujer con polla, eso era lo que era, lo
mejor de los dos sexos.
Tom� su polla con mi mano y me dorm� as�.