Llegu� demasiado temprano por equivocaci�n. Entre nosotros
siempre hab�a existido una tracci�n sexual muy fuerte, pero, ya fuera por su
novia, o porque nunca hab�amos tenido oportunidad, lo cierto es que nuestros
escarceos espor�dicos hab�an sido de lo m�s inocentes y no hab�an pasado de
besuqueos y toqueteos subidos de tono en el ascensor.
Me abri� la puerta en calzoncillos, e instant�neamente una
sonrisa socarrona asom� a sus labios.
-�No llegas un poco pronto?-me pregunt� mientras me miraba de
arriba abajo con aprobaci�n.
Supe que hab�a adivinado la desnudez de mis pechos bajo la
liviana camiseta veraniega. Se acerc� y pr�cticamente me dio dos besos en la
boca en lugar de los de cortes�a en la mejilla.
La mera perspectiva de estar a solas en su casa empez� desde
ese instante a hacer sus efectos entre mis piernas. Sin embargo, entr� con una
natural actitud de simple camarader�a.
-Qu� despiste el m�o... pero, bueno, puedo ayudarte con la
merienda- coment� mientras me dirig�a a la cocina.
-No estar�a mal...
Entr� con aire resuelto y empec� a abrir los muebles,
buscando alg�n ingrediente que me inspirara alguna receta repostera.
�l que no parec�a dispuesto a perder mucho el tiempo, se me
acerc� por detr�s mientras yo alcanzaba el az�car, pegando su cuerpo contra el
m�o e intentando abarcar mis abundantes pechos con sus manazas. Al notar el
calor y la dureza de su entrepierna, no puede evitar apretar mis nalgas contra
su verga.
Sin embargo, y pese al deseo inmediato de que me levantara la
falda y me bajara las bragas, me escabull� como si nada hubiera pasado y le
pregunt� por un molde para tartas, intentando obviar el prominente bulto de sus
calzoncillos.
Me se�al� un mueble situado a ras de suelo delante de �l, por
lo que encontr� la excusa para arrodillarme de manera exagerada y
exhibicionista, separando las piernas y empinando el trasero., con la intenci�n
de que contemplara la ridiculez de mi ya h�medo tanga blanco remetido entre mis
nalgas e incapaz de tapar mi ojete y mi sexo.
Mov� mi culo buscando provocarle y mostrarle cuan rasurado lo
llevo y no tard� en sentir el calor de su respiraci�n en mi sexo, sus hoscos
dedos apartando la tirita del tanga y su lengua lamiendo mi raja, mientras me
separaba las nalgas con las manos.
Me encanta que me chupen en esta posici�n, con mi ojete
cerradito en primer t�rmino, no en vano, estoy siempre preparada para ello, pues
siempre me lavo el culo meti�ndome un dedo enjabonado.
Lam�a mi sexo a todo lo largo, y me masturbaba ayud�ndose con
los dedos que me introduc�a en el co�o con brusquedad.
Estaba deseando una buena follada, pero tambi�n ansiosa por
tener yo mi raci�n de verga. Parec�a que a ese respecto deb�amos de estar de
acuerdo, porque, d�ndome una palmada en el culo me dijo,
-Levanta y s�gueme.
Le segu� por el pasillo hasta su cama. Y me balanc� sobre su
polla en cuanto se sent�. Estaba circuncidado y la polla, de buen grosor, estaba
coronada por una cabezota que podr�a decirse incluso, desproporcionada de
prominente que era.
Estaba toda reluciente de l�quidos que hab�an empapado los
calzoncillos, los lam� con fruici�n, encantada de tragar lo que parec�a ser el
anticipo de una buena y espesa corrida.
Al tumbarse �l aprovech�, sin sacarme su carajo de la boca,
para retomar posiciones sobre su cara. Me sent� y apunt� su boca con el ojo de
mi culo, para que volviera a practicarme un beso negro bien a fondo, mientras
chupeteaba sus huevos y ensalivaba su nabo enhiesto. Me mov�a acompasadamente,
foll�ndole el miembro con mis labios y mi boca, y resbalado toda mi raja, desde
el cl�toris inflamado hasta el culo, disfrutando de c�mo se hund�a su nariz en
mi co�o, y c�mo me met�a los dedos por los dos agujeros (sobre todo el dedo
gordo por detr�s)
Llev�bamos un rato comi�ndonos, cuando �l se deshizo de m� y
entr� en el ba�o contiguo a su habitaci�n.
Volvi� con un tubo blanco.
-Mira lo que traigo.- Imagin� que se trataba de vaselina para
montarme por detr�s, lo que me hizo temblar de gusto ante la perspectiva de que
me sodomizara, cosa que yo no hab�a previsto. Sab�a demasiado de m� como para no
querer probar la puerta peque�a.
Me volte� y me espet� que me pusiera a cuatro patas,
levantando bien el culo.
Antes de alcanzar mi retaguardia, no obstante, me la meti� de
nuevo en la boca, cosa que yo aprovech� para pring�rsela bien de saliva, aunque
�l s�lo lubricaba sin cesar, y mucho m�s espeso, por la punta de su glande.
Me la pas� por los labios y me desped� de ella.
Casi instant�neamente, sent� su lengua en mi ojete y su dedo
gordo entrando y saliendo altern�ndose con los lametones. Y extendindo en la
entrada de mi culo mis flujos vaginales. Me estaba relajando el esf�nter, pero
a�n segu�a muy apretado como para dar cabida a su cabezota. Supuse que me
untar�a de vaselina muy bien por dentro y fuera del ojal de mi culito.
Sin embargo, not� una presi�n resbaladiza y caliente en mi
culo, que empujaba muy fuerte. Apret� las nalgas contra ella. Sab�a que era su
polla, y estaba deseando sentirla dentro, embutida en mi recto, percibi�ndola
latir, tan tensa, tan dura.
Empuj�. Parec�a que no ced�a, y de repente, lo sent� abrirse
y c�mo su glande se alojaba dentro, como si se lo hubiera tragado mi culo. Pens�
que se parar�a, esperando a que me relajara con el culo abierto con la intrusa
dentro. Pero empujo, no muy r�pido, pero firme hasta el fondo. Disfrutando de
cada cent�metro ganado dentro de mi apretado conducto.
Abr� m�s las piernas y me empec� a masturbar, para distraer
la atenci�n nerviosa de mi culo y soportar mejor la invasi�n trasera. La meti�
hasta el fondo, (sus huevos tocaban mi sexo) y sin sacarla, empez� a moverla
dentro. Entonces sent� una superficie fr�a y �spera en la entrada de mi co�o
empapado, seguida de la penetraci�n de ese mismo instrumento de baja temperatura
y grosor nada desde�able. Era el bote del ba�o, cuya funci�n no hab�a sido la
que yo le hab�a supuesto. Empez� a bombear con ambos instrumentos a la vez: su
polla a todo lo largo de mi culo y el bote en mi co�o, a mayor velocidad.
Estuvo jodi�ndome un buen rato, deleit�ndose en sac�rmela del
todo de detr�s, esperar unos instantes a que se cerrara mi ojete y volverlo a
joder a conciencia. Yo no pod�a dejar de jadear un solo instante con su poll�n
en mi culo y trabaj�ndome mi sexo simult�neamente. �l parec�a satisfecho de
haber comprobado que se sent�a perfectamente la inserci�n vaginal en su carajo
embutido en mi trasero.
Antes de correrse, me la sac� sin miramientos, de modo que no
pude sentir su chorro de esperma caliente gote�ndome por el ano, mientras volv�a
a su tama�o. La corrida me la ten�a reservada para las tetas, y la cara, tuvo el
higi�nico detalle, aunque su nabo no presentaba ning�n resto escatol�gico, de no
met�rmela en la boca.
Nada m�s correrse sigui� estimul�ndome a m�, que le ped� que
me metiera con sus dedos, que sab�an a mi sexo, la leche, que ya empezaba a
clarear, de su corrida en la boca. Trag�ndomela y concentrada en mi culo abierto
me corr� enseguida.
El apartamento ol�a tanto a sexo, que tuvimos que abrir las
ventanas de par en par para ventilarlo. Despu�s de usar su pila y su cepillo de
dientes, estuvimos listos para recibir al resto de los invitados, que no
tardaron en llegar.
Soy una chava de 22 a�os. Espero sus comentarios.