SERENATA MAULLADA
Esta es una historia que me ocurri� har� cosa de una semana y
la verdad es que a�n ni yo mismo soy del todo consciente de ella, por lo
inveros�mil que me resulta. Yo pensaba que estas cosas solo pasaban en las
pel�culas o en esas casposas novelas de sexo barato, iluso de mi, ya que me
convert� en protagonista de algo que a�n hoy me cuesta creer. Al menos para un
t�o tan normal como yo.
Me llamo V�ctor y tengo 28 a�os. Estoy trabajando en una
empresa de construcci�n y la verdad es que vivo bastante bien, no me puedo
quejar. No me considero feo, pero tampoco soy un sex-simbol, entre otras cosas
porque me sobran unos cuantos kilos. Sin embargo suelo ligar de vez en cuando.
Ser� por mi car�cter. Vete t� a saber.
Vivo solo, en un piso alquilado, en plena Castellana de
Madrid.
Y tengo un gato.
"Pues mira t� qu� emocionante, t�o", me dir�is.
Bueno, si, y qu� pasa!?. Me encantan los animales, y en
particular los gatos. El m�o se llama "Casimiro", porque como el pobre animalito
est� tuerto, pues le puse ese nombre.
Estamos en el mes de octubre y Casimiro est� en celo, as� que
el jodio minino se pone todas las noches en el balc�n a maullar como un
descosido para ver si consigue atraer a alguna hembra, pero lo cierto es que no
tiene mucha suerte. Sin ir m�s lejos, el otro d�a se acerc� una gatita
totalmente negra, preciosa... el caso es que se tiraron casi 20 minutos
maull�ndose lastimeramente, sin dejar de mirarse el uno al otro... ���Si hasta
me emocion� y todo!!! YO!!! Un tiarr�n con los huevos negros ya y con un
lagrim�n al ver a mi gato ligando!!! Me asom� mejor al balc�n para ver mejor la
escena, pero Casimiro me mir� con cara de mala leche y pens� que no ser�a mala
idea dejarle salir a la calle, porque desde el balc�n amenazaba con saltar (y yo
vivo en un primero).
En esto estabamos, cuando la gata empez� a moverse
sinuosamente alrededor de una farola, mirando a un punto indeterminado entre dos
coches y cual no ser�a nuestra sorpresa (la de Casimiro y la m�a), cuando de
repente apareci� en escena un gato enorme, un Van Danme gatuno al lado de mi
gordo y tuerto Casimiro.
Total, el esto os lo imagin�is, no? Que la gata, que yo
sospecho que m�s que gata era una zorra disfrazada, se larg� calle abajo
tonteando con el Van Danme y mi pobre Casimiro se qued� sumido en una profunda
depresi�n gatuna, mirando melanc�lico c�mo se alejaban los futuros amantes. No,
pero no cre�is que mi gato se dej� vencer as� como as�, no... que el t�o se tira
el resto de las noches maullando para quitarse la pena y, de paso, para ver si
cae otra zorra disfrazada de gata... o viceversa, que a estas alturas creo que
el "Casi" ya no le hace ascos a nada.
En fin, que no os voy a aburrir con las desventuras amatorias
de mi gato. Solo quiero que teng�is en cuenta que est� en celo y que se pasa las
noches maullando en el balc�n y d�ndole la serenata a todos los vecinos. Y estoy
acojonado, porque como alguno me llame la atenci�n por culpa del gato, se me cae
la cara de verg�enza, pero qu� leches, yo, como que me llamo V�ctor S�nchez, que
no capo a Casimiro. Menuda putada. Sin embargo esto no me ha quitado de estar
varios d�as esperando a que alg�n vecino � bien con problemas de insomnio, bien
alguna marujona con ganas de fastidiar- viniera a pedirme explicaciones.
El jueves ser�an las 10,30 de la noche cuando me tocaron a la
puerta de la casa. Yo estaba prepar�ndome la cena, dispuesto a ver una pel�cula
en el DVD, mientras Casimiro ronroneaba en el sof�, medio atontado por su
libido. La verdad es que me estuve pensando si abrir o no abrir, porque aquella
noche no esperaba a nadie y ten�a ganas de estar solo, pero ah� que lleg�
Casimiro, alarmado por la insistencia del timbre y se puso a maullar como un
loco, por lo que me puse nervioso y se me cay� la fuente de patatas fritas,
delatando as� mi presencia en la casa.
Me dirig� malhumorado a la puerta y la abr� bruscamente. Sin
explicaciones, se me col� en el recibidor una chica guap�sima, aunque un poco
rellenita, vestida con unos anchos pantalones negros de deporte, una sudadera de
marca y unas zapatillas de Snoopy.
Yo no conoc�a aquella chica, aunque no me era del todo
desconocida, ya que la hab�a visto en varias ocasiones en el portal el edificio.
Calcul� que no tendr�a m�s de 20 a�os.
"Hola, ver�s... soy tu vecina del 2�H y es
que anoche vi a tu gato en el balc�n y...pues que me encantan
los gatos, �sabes? Y... esto, �me dejas verlo? Es que me gustan
mucho los gatos y...".
"Si, si, vale, eso ya lo has dicho. Pasa,
anda".
Extend� el brazo hacia el pasillo, indic�ndole por d�nde
deb�a pasar y dej� que fuera delante de m� para verla mejor. Al llegar al sal�n
mi vecinita se tir� en plancha (bueno no, pero casi) sobre el bueno de Casimiro,
que, al verla venir, comenz� a bufar, con los ojos como platos y con las u�as
hundidas en el sof�. No obstante ella supo camelarselo y al rato ten�a al animal
panza arriba y dej�ndose acariciar la barriga.
Para que luego digan que la vida de los gatos es una
porquer�a.
A todo esto, yo hab�a estado observando la escena, de pie en
medio de la salita y con las manos apoyadas en el respaldo de uno de los
sillones. Y no s� por qu�, pero cuando llevaba ya un rato viendo c�mo aquella
muchacha le dedicaba tantos mimos a mi gato, tan tranquilamente y sin dirigirme
la palabra, me sent� como idiota.
"��Qu� escena tan kafkiana!!".
"�Perdona?"
"No, digo, que si quieres un caf� o algo.
Por cierto, �c�mo te llamas?"
"Sandra".
"Ah, yo V�ctor".
Y ni me contest�. Sigui� haci�ndole caranto�as al gato. Desde
luego... �� encima que me invad�a mi casa!!
"Que te dec�a que si quieres algo...".
"Ah, si... �tienes leche condensada? Para
el gatito..."
Me di la vuelta sin contestarle y me dirig� a la cocina.
Agarr� el bote de leche condensada y se lo llev�, dej�ndoselo en la mesa
auxiliar el sal�n. Luego regres� a la cocina para abrirme una lata de
berberechos, ya que lo de las patatas fritas no ten�a remedio (se quedaron todas
esparcidas por la mesa de la cocina). No estaba dispuesto a quedarme sin cenar
solo para ver c�mo ella acariciaba al gato.
Cuando volv� al sal�n me encontr� con que Sandra le estaba
dando la leche condensada a Casimiro. Ella dejaba caer un poco del bote a la
palma de la mano para que el gato le lamiera. AL sentarme a su lado, ella, sin
decirme nada, me cogi� una mano y me ech� tambi�n crema para que Casimiro me
lamiera. Fue una sensaci�n muy agradable, la verdad. Y entonces... fue
comenzamos a hablar de gatos. Y hablamos de la �poca de celo, cuando las gatas
les ponen a los gatos los cuartos traseros delante para que los machos las
huelan.
Sandra me hizo una demostraci�n. De pronto se puso de pie, y
d�ndome la espalda se agach� hasta que su culito (es un decir, porque el suyo
m�s bien se asemejaba a una plaza de toros... como a mi me gustan) se qued� a la
altura de mi cara y a menos de medio metro.
Y eso bast� para excitarme como un toro dispuesto a torear en
su plaza...
Sandra intento entonces alejarse pero r�pidamente la agarr�
con ambas manos por las caderas para que se quedara en la misma posici�n y, para
mi gran sorpresa, pude comprobar a trav�s de la tela del ch�ndal que en lugar de
braguitas llevaba un tanga, esa prenda a mi me pone a 1000. Y como vi que ella
no hacia amago de separarse, empec� a masajearle con las dos manos aquel
precioso y potente culito. Ella ech� hacia atr�s sus manos y fue baj�ndose
lentamente el el�stico de los pantalones para que yo pudiera notar el tacto
firme y suave de la piel de su hermoso trasero , que fui recorriendo poco a poco
muy despacio y medio hipnotizado, notando c�mo Sandra, temblorosa, se estremec�a
y su piel se erizaba. Segu� as� deslizando mis dedos lentamente hacia su sexo y
entre la goma de su peque�o y empapado tanga los introduje, explorando, hasta
tocar el vello p�bico.
Ella entonces se gir� e hizo que me reclinase en el sof�,
mientras se desprend�a de los pantalones y el tanga y se inclinaba sobre mi
cuello, que comenz� a rozar levemente con los labios. Yo por mi parte, le
introduje el dedo �ndice de mi mano derecha en su co�o... y Sandra comenz� a
moverse con �l dentro. En esa posici�n Sandra tuvo por lo menos dos orgasmos. Mi
excitaci�n era brutal pues me volv�a loco ver una mujer tan entregada al placer
sexual. Luego me liber� de mis pantalones (nunca llevo ropa interior) y, al ver
que ella estaba tan lubricada, proced� a met�rsela y empec� a menearme con
embestidas firmes, sujet�ndola de la cintura para impulsarla mejor, a lo que
Sandra respond�a movi�ndose ella tambi�n, jadeando y mojando mis huevos con sus
l�quidos que no paraban de aflorar con cada movimiento, as� le lleg� el tercer
orgasmo y antes de que yo me pudiese correr, se levant� de mi enhiesto miembro y
me pidi� con un entrecortado suspiro que se la metiera por detr�s.
Yo jam�s hab�a enculado a nadie, as� que me qued� un poco
parado. Casi tuve que pellizcarme pero reaccion�. Cog� el bote de leche
condensada. Ella se puso a cuatro patas en el sof�. Yo me ech� un poco de crema
en una mano y le embadurn� el esfinter, meti�ndole el dedo para que estuviera
bien lubricado, mientras que ella se agarraba las dos nalgas con ambas manos y
las abr�a para facilitarme la tarea. Todo aquel culo abierto ante mi y para mi.
Me agarr� el pene y le puse la punta del glande justo en la
abertura de su ano. Comenc� a empujar muy despacio hacia adentro, sintiendo c�mo
mi miembro se deslizaba con una facilidad pasmosa. Es un placer exquisito meter
la polla en un ano. Y lo siento si peco de vulgar con mis palabras, pero es la
verdad. Cerr� los ojos y me dej� llevar, escuchando los leves quejidos de
Sandra, sintiendo c�mo mi pene se abr�a camino y poco a poco iba entrando,
visualizando en mi mente la imagen de mi vecina a gatas y reclinada, con su
enorme culo en pompa, mi polla taladrando por vez primera aquel ano, que recib�a
encantado mi enorme polla desconocida, los gemidos de Sandra mordi�ndose los
labios, ensimismado en esa visi�n. Cuando aproximadamente la mitad de mi polla
estaba dentro de aquel culito, not� c�mo una de las manos de Sandra me agarr�
con fuerza el culo y empuj� de golpe hacia ella, haciendo que mi verga se
introdujera de un golpe seca en ella, al tiempo que yo soltaba un ahogado grito
de asombro... me qued� quieto solo un momento para empezar a moverme lentamente,
para pronto ir cada vez m�s r�pido, ya habituado a una din�mica de movimientos,
oyendo el ruido de nuestros cuerpos al chocar, notando en cada empuj�n c�mo mis
test�culos rozaban la piel de Sandra...
Ella entonces movi� su culo con m�s fuerza, movi�ndose como
una salvaje, golpeando constantemente mi bajo vientre y mis test�culos con su
culo, meti�ndose en cada golpe mi enorme polla hasta las entra�as y ... y yo
cre� que me mor�a de placer... hasta que en una de aquellas embestidas me corr�,
y ella, Sandra, mi dulce Sandra amante de los gatos, recibi� todo mi semen
dentro de sus intestinos con un suspiro de placer.
Al separarnos nos tumbamos muy juntos, abrazados. Yo la bes�
hasta que me dolieron los labios (qu� le voy a hacer, soy un rom�ntico
empedernido)... y entonces, cuando estaba m�s tranquilo y relajado, pude o�r a
Casimiro maullarle a la luna desde mi balc�n. No me hab�a dado cuenta de que mi
gato nos hab�a brindado una serenata maullada mientras yo sodomizaba el culito
de Sandra.
Aliena del Valle.