Su cuerpo llegando casi a lo voluptuoso, pero quedando en la
perfecci�n so�ada por todo hombre , senos prominentes pero no burdos, alta pero
no en forma exagerada, el pelo largo en juego con su cara y su aura angelical,
movimientos gr�ciles, la hacen perfecta, hermosa pero para nada inocente.

Ya ha dejado claro entre varios su manera de amar libre de
ataduras morales, llena de goce, que han cedido al amor de Claudio,
transform�ndola en esposa fiel, que a la perfecci�n del amor en pareja agrega su
entrega total, sumisa, diosa que responde a su Dios mayor con pruebas
irrefutables d�a a d�a, esa sumisi�n que nunca imagine ver en ella , pero
probada en la renuncia de los grandes proveedores de placer que en a�os
satisficieron sus ganas, sus deseos , que no eran pocos.

Esa tarde solos en el departamento, se entregaron al sexo
como amantes recientes cumpliendo en la oportunidad de gozar, jineteando sobre
su falo ella recordaba sus inicios con su padre, pero pegada a �l quer�a hacerlo
sentir el �nico, puesto que para ella lo es.

Se encontraba totalmente imbuida de amor por ese hombre,
quiz�s era mucho para una mujer como ella que no hab�a desperdiciado
oportunidades de gozar , ya cambiados se dispusieron a cenar, no puso la mesa,
solamente calentaron en el microondas , unas pastas que ten�an frisadas, un buen
vino, la cara de el, dec�a que tenia que decir algo, fue tomando fuerzas y
frente a mi tengo al que comparte la cartelera, ese su marido , comerciante
fracasado, jugador, universitario eterno , amante perfecto, lleno de amigos
f�ciles, pero buen mozo, alto como ella, con un f�sico acorde a su pareja y
ense�ado en las lides amatorias desde muy chico.

Sus pensamientos "en verdad las deudas de juego de las mesas
en la quinta de Jorge, Oscar y An�bal es lo m�s terrible " no encontraban
palabras para comunicarlos , el desastre que llegaba ya a salir, ella ayudo para
que pudiera darme cuenta en verdad que es lo que quer�a decir y yo poder,
ubicarme en este relato.

Mis amigos me apuran, quieren cobrar, las deudas sagradas del
juego, hay que cancelarlas, debo hacer algo, como pagar, como poder nivelar este
problema, dicho con las palabras a borbotones, casi inteligible para mi.

Poco le costo a mi Soledad entender lo que Claudio dec�a,
pero tuvo que hacer que eso sucediera, lo de las deudas de juego no solo hay que
pensarlo , ten�a que decirlo, el importe, como el ve�a la soluci�n, algo una
pista que yo no pod�a entender, una explicaci�n m�s clara, m�s certera de la
verdadera situaci�n.

Las nuevas fuerzas llegaron , Claudio, esta vez si dijo de la
deuda de juego con sus amigos, eran tres mil d�lares, importe imposible de
pagar, importe imposible solucionar con los ingresos del trabajo de ella y menos
liquidando lo que quedaba del comercio del cual viv�an, hasta que el pensamiento
de el sobre "pod�a ofrecerles los servicios sexuales de ella", basado en la
insinuaciones de los "amigos" estaba a punto de decirlo cuando ella lo intuyo.

Verdaderamente se hace dif�cil el hombre al cual le entrego
su ser, decir lo que piensa, decir lo inevitable , la �nica soluci�n en su
mente, con sus pensamientos liberados podr�a encontrarse con sus amigos.

La reuni�n los encontr� a los cuatro en la quinta, esa misma
que el a�os anterior reuni� a todos para el casamiento, esta vez se sentaron en
la mesa redonda del living y Claudio tuvo que hablar , era hora de que dijera lo
que hab�a pensado.

La cara de los nuevos personajes no coincid�a con mi idea de
este cuento , Jorge, abogado, tiene novia desde hace tres a�os, f�sicamente no
es bello pero tampoco un esperpento , su pensamiento en lo que se refer�a a
Claudio y Soledad se basaba " desde que este imb�cil la fornica, cada d�a esta
mejor, nunca pude estar con ella, pese a que se la pasaron varios, la verdad que
est� divina, pagar�a mil d�lares por una noche " acostumbrado a negociar ,
inexpresivo, era quien sin decir , llevaba a la soluci�n al canal deseado, al
saludarlo le pidi� con un rictus en la sonrisa, que por favor le trajera una
soluci�n.

Oscar , es contador, a los diecis�is a�os, mantuvo su primera
relaci�n , fue con Soledad, su falso machismo, le dijo decir que eso no era as�,
que el ya hab�a tenido varias veces, Soledad esta convencida que es un tonto,
que no sabe que hacer con una mujer, verdaderamente , es un ser normal, un poco
m�s bajo que ella, fornido, jugador de rugby , con virtudes y defectos , el no
piensa en Claudio , piensa en ella y no lo dice " Es tan sensual, tan cari�osa,
tan verdaderamente mujer que m�s que gozarla quisiera que me cuidara como a el"

Anibal , es compa�ero de la secundaria de Claudio, el bruto
del grupo, hijo del comerciante de materiales de construcci�n, sus pensamientos
son para ella " Es una yegua la cual penetrar�a tantas veces, haci�ndola mamar y
tragar toda mi leche".

La amistad no estaba en la mesa estaban los deseos carnales,
el dinero de la deuda, el amor de Claudio seguro era menor que el de Oscar,
puesto que si bien ella se entregar�a por el, era por su culpa , no hab�a
pensado en vender la quinta, el auto, penso en entregar a su mujer, su honra, su
amor tantas veces jurado.

Todos escucharon la oferta de Claudio, Jorge y su mascara de
desinter�s de que solo le importaba el dinero por fin dejo un resquicio, en una
sonrisa de satisfacci�n, un poco m�s de mil d�lares, m�s que a los otros, igual
le puso el suspenso necesario de una reuni�n entre los "amigos", tres d�as con
cada uno era la oferta en firme.

Jorge luego de reunir a los acreedores y dejar en las manos
del negociador profesional contra oferto, una semana con cada uno y puede unirse
hasta dos m�s, sin limites de nada.

Claudio pidi� hablar con ella, sabia que acceder�a pero, no
estaba en los c�lculos de el , semejante oferta, la cara de Claudio portadora de
una sonrisa nerviosa, era la m�scara de la falacia del amor del hombre, no dudo
en decirle tienes que hacer esto , podremos decir algo menos, nada m�s.

Ella , llamo a Jorge su voz sensual y melosa, trasmitieron el
gui�n del pr�ximo capitulo, estar� con ustedes tres, tres semanas, en la quinta.

La entrega estaba aceptada, las deudas de juego ser�n
canceladas y m�s de uno podr� cumplir con sus fantas�as con Soledad.