En la relación con mi esposa
yo solía ser el sumiso y ella era la que llevaba los pantalones
del asunto. Incluso en el sexo era así. Para tener relaciones tenía
que empezar por chupársela durante un buen rato y había veces
que ella terminaba un par de veces y no tenía más de ganas
de coger.
A la mañana me levantaba
una media hora antes para hacerle el desayuno, yo le hacía la cena,
le lamía el coño antes de que se duerma, le masajeaba los
pies cuando volvía cansada del trabajo y eso era mi vida. Ella es
una joven hermosa de 23 años, con un pelo color almendra, ojos verdes,
rasgos delicados, delgada y carita de ángel. Yo no soy un modelo,
digamos que mi mayor virtud son mis 17 centímetros.
Finalmente la situación cambió,
el banco donde trabajaba de contador quebró y los que pudimos metimos
mano en los fondos. Mi cuenta bancaria creció de una cifra y tres
ceros a dos cifras y seis ceros (xx.000000, para los idiotas). Era todo
mío, nada de mi esposa. Ella estaba medio estancada en su carrera
y sabía que el dinero podía hacerla crecer hasta el top modelaje.
Le pedí el divorcio y su respuesta fue la siguiente " Hago
lo que quieras, por favor, te prometo que vas a tener la esposa más
sumisa y perrita del mundo"
- De rodillas y empezá a
chupar - Le dije para probar sus palabras. Ella enseguida se puso de rodillas,
me abrió la cremallera pero jamás me la había chupado
antes. Le miembro estaba totalmente erecto de sólo pensar en la
rubiecita con carita de ángel saboreando mi falo. - -
Lo agarró tímidamente
y le comenzó a dar besitos en los costados y en la punta.
- - - Te dije que lo chupes, no
que lo beses. Métetelo en la boca, trágatelo.
- - Ella lo miro a los ojos poniendo
carita de suplica pero al ver su indiferencia se lo metió en la
boca. Al principio apenas se metía la punta y con las manos lo masturbaba,
pero después comenzó a usar solo la boca. Lo chupaba bastante
bien para ser una principiante, hasta diría que al final le terminó
gustando a la muy perra ya que hizo cosas sin que se las ordenara. Empezó
a apretar suavemente mis huevos, a juguetear con su lengüita y a cambiar
los ritmos.
- - Cuando estaba por terminar ella
se lo quitó de la boca pero la agarré de los pelos aclarándole
el acuerdo y se lo volvió a meter. Terminé dentro de su boca,
una gran cantidad de semen tuvo que tragarse aunque una parte cayó
por la comisura de sus labios. Tuvo arcadas, de hecho casi vomita. Después
le di una bofetada y me fui a dormir.
- - Estuvimos un par de semanas
teniendo una rutina de amo-esclava. Ella estaba ascendiendo mucho en el
trabajo de la mano de mi cuenta bancaria y pronto no la vería más
por lo que decidí dar una pequeña fiestita.
- - Invité a casa a mi nueva
secretaria (una perra de aquellas, pelo castaño oscuro, unos pechos
grandes y parados, y culazo y cara de gata en celo) y a un amigo con el
que practico tiro. Un negro cuyo miembro no puede medirse con una regla
de 20 cm.
- - Aunque había protestado
mucho aludiendo que podían reconocerla cuando sea famosa, no pudo
negarse ya que su carrera su hubiera venido abajo al no poder pagar coimas
ni sobornos a fotógrafos o diseñadores. Le aclaré
que tenía que comportarse como una perra, iba a estar en cuatro
patas, iba a chupar lo que le pusieran adelante, e iba a servirnos toda
la noche.
- - Finalmente llegaron los dos
compañeros (Laura era mi secretaria y Lomas le llamábamos
a mi amigo). Mi esposa los recibió en cuatro patas. Les dio un beso
en los pies a cada uno. Había vestido a mi esposa sólo con
un corsé y una montura de caballo en la espalda. Laura no dudo en
montarla y Camila (mi esposa) la llevó a cuestas al living. Al rato
también llegó una amiga de Laura (Jimena), una chica delgada,
de carita linda, pechitos infantiles y culito parado y duro.
- - Laura me dijo que Jime era tres
veces más zorra que ella misma. Cuando estabamos los 4 sentados
en el living Camila comenzó a servirnos tragos, siempre en cuatro
patas. Una vez que estábamos medio pasaditos todos comenzó
la "fiesta". Lomas sacó a relucir su semental y Jimena
sin que nadie le dijera nada sacó mi miembro y lo empezó
a saborear magistralmente. Succionaba de una forma muy especial, muy lentamente,
cambiando los ritmos. Con las manos me masajeaba los testículos
suavemente. Hacía ruiditos cuando me lo chupaba lo que me excitaba
enormemente. Mientras. Laura agarró de los pelos a Camila, mi esposa,
y le acercó la cara al falo del negro. - - - Ahora chupa perrita-
le dijo Lau
- - Mi esposa comenzó a lamer
tímidamente, pero cuando sintió el tirón de pelos
lo hizo con ganas. Laura le apretaba la cabeza contra el falo que por momentos
golpeaba la campanilla de la garganta de mi esposa lo que le provocaba
arcadas. Después Lau se puso en cuclillas sobre la cabeza de Camila
de forma de empujarla con su entrepierna hacia el falo.
- - Por el otro sillón yo
estaba apunto de correrme dentro de Jime que seguía chupando sin
parar, y disfrutando cada centímetro. Largué una gran cantidad
de semen por esta espectacular mamada. Ella lo tragó casi todo y
después lo seguía moviendo para ver si salía un poquito
más. Lo poco que cayó al sillón también lo
lamió. Después se quedó a mi lado, manoseándome
las bolas mientras veíamos a la guarra de mi esposa mamando aquel
majestuoso instrumento. Cuando Lau se dio cuenta que Lomas estaba apunto
de terminar se sentó prácticamente sobre la cabeza de Camila
haciendo caso omiso a que se estaba atragantando. Camila tuvo que tragar
prácticamente todo para no atragantarse. Aun después, Lau
le seguía moviendo la cabeza de mi esposa sobre el falo de mi amigo.
- - Después Laura se encargo de limpiar las ultimas gotas de semen
del miembro del afro. Mientras mi pene ya estaba erecto otra vez y Jimena
no tardó en empezar otra magistral mamada a la cual no me negué.
Chupaba como una diosa. Me lamía las huevos, la ingle. Se metía
gran parte de falo en su boca y lo succionaba espectacularmente.
- - Laura se había metido
a Cami entre sus piernas, - Lámemela, dame una buena mamada, quiero
que le sientas el gusto a mi vaginita- le decía Lau
- - Cami se negó y enseguida
sintió un latigazo en su espalda que le arrancó un grito.
Cuando se iba a dar vuelta la agarré y le esposé las manos
a la espalda.
- - - Chúpasela o te voy
a arrancar toda la piel del culo a latigazos- fueron mis palabras.
- - Cami se puso a chupar inexpertamente
pero Laura la guiaba agarrándola de los pelos. Le hundía
casi toda la cara en un coño y disfrutaba como una guasa. Usaba
la nariz de mi esposa para mover su clítoris mientras la lengua
de la misma se introducía entre sus dilatados y mojados labios.
Los jugos de Lau entraban en la nariz de mi esposa que apenas podía
respirar. Las movimientos de mi secretaria eran bruscos, parecía
como si se estuviera limpiando la entrepierna con la cara de mi esposa
que estaba toda aceitada de los fluidos de Lau.
- - Yo mientras le daba leves latigazo
en su espalda tornándola en un color rojizo. Cada tanto golpeaba
el costado de sus pechos a pedido de Laura, a quien le excitaba la contorsión
de mi esposa ante el dolor y sus gemidos. Yo, con tal espectáculo,
volví a correrme en la boca de Jime que emitía un sonido
como si estuviera tragando la comida más rica de su vida. Esta vez
lo tragó todo, si desperdiciar ni una gota.
- - Laura se corrió unas
tres veces en la media hora en que mi dominada esposa se la mamaba. Mi
amigo también volvió a correrse sobre la mano derecha de
Lau que lo masturbaba. Después Laura le dio la mano a mi esposa
para que se la limpie y descansamos un rato.
- - La visión de mi esposa
era hermosa. Su cara repleta de jugos, su cuello y sus pechos también.
El semen que recién había limpiado también se mezclaba
en su carita de ángel. Estaba toda despeinada, su espalda colorada
al igual que el costado de sus pechos (estaba toda desnuda, sin corsé
ni nada). - - Jime tomó la iniciativa para continuar la orgía.
Agarró la cara de mi esposa y comenzó a darle lametones por
toda la misma limpiándola de jugos y semen. Después, sin
más ni menos, se sentó sobre el enorme falo de Lomas lanzando
un grito de placer y éxtasis. Enseguida Lomas la agarró por
la cintura y comenzó a moverla hacia arriba y abajo frenéticamente.
Jimena gritaba como una cerda.
- - Laura me la estaba chupando
(me había hecho fanático de las mamadas) mientras estaba
arrodillada abierta de piernas con el culo apoyado sobre la cara de mi
esposa quien chupaba como una autentica lesbiana. Me corrí rápidamente
en la boca de Lau que después le dio un beso a mi esposa pasándole
todo el semen a su boca y obligándola a tragarlo. Jime creo que
se corrió cinco veces con mi amigo. Era un placer ver su cara de
perra en celo, los movimientos de sus pequeños pechos y los gritos
a cada orgasmo.
- - Al rato me dio la gana de darle
unos latigazo al culo de mi esposa y así lo hice. Pusimos a mi esposa
en cuatro y mientras ella se la mamaba a Jime, que tenía su coño
lleno de semen, y jugos, yo le enrojecía el culito. Un rato después
yo le hice una seña a los demás y agarramos a mi esposa para
atarla a una mesa de forma de dejar bien expuesto su virgen culo. Jime
se lo chupo un rato, metió sus deditos adentro para aflojarlo y
enseguida comenzó Lomas a intentar meter la suya.
- - Metió de golpe la cabeza
arrancando unos cuantos gritos de mi esposa, después ingresó
unos centímetros y comenzó a bombear. Mi esposa no paraba
de gritar y gemir del dolor, contorsionaba todo su cuerpo y movía
el culito hacia los lados como si pudiera quitarse el falo del negro de
su culo. Lomas se descargó dentro del torturado culo de mi esposa.
- - - Que te lo limpie ahora, después
de todo es su mierda- le dijo sarcásticamente Laura
- - Lomas acercó su falo
a la cara de mi esposa que se negaba rotundamente aunque cambió
de opinión cuando sintió un par de dedos de Jimena hurgando
en su culo y rasguñándola de adentro. Lau la tenía
agarrada de los pelos mientras ella limpiaba su propia suciedad del falo
del negro. Ahí terminó esa fiestita. Un rato después
se fueron todos. Yo le dediqué un ultimo polvo a mi esposa aunque
sin tocarla sino con mis propias manos. Me excitaba la sola visión
de mi esposa tirada en el suelo, con el culo, la espalda y los pechos colorados,
la cara aceitada con los jugos de las chicas, el semen en su culo y por
su cara. Me hubiera gustado que todo termine ahí, pero no fue así.
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