Pute� deseando que un golpe de alta tensi�n la hiciera
reventar del todo. Despu�s pens� que eso implicar�a comprarme una nueva as� que
acarici� el monitor rogando porque no fuera mas que un virus. Llam� por tel�fono
a la casa de computaci�n que habitualmente la arreglaba, pero all� me dijeron
que estaban de vacaciones, que solo ten�an un t�cnico y que demorar�an quince
d�as en arreglarla. Y una mierda, acot� para mis adentros. No pod�a esperar
quince d�as, ten�a trabajo caliente que hacer. Y esa casa, era la �nica que no
borraba el disco r�gido cada vez que quitaban un virus.

Llam� a otras casas de computaci�n, pero todas me dec�an que
no hab�a seguridad de que se recuperara toda la informaci�n. Entr� en p�nico.
Empec� a caminar por el departamento, yendo y viniendo tratando de encontrar la
soluci�n. Y solo se me ocurri� una cosa: llamar a mi hermano, ingeniero
electr�nico pero con mas conocimiento en computaci�n que todo la sapiencia
junta.

El problema es que hac�a a�os que no me hablaba con �l. Mi
hermanito mayor, dos a�os mayor, es una especie de delincuente juvenil en
grande. Ya tiene 30 a�os y sigue delinquiendo a su manera. Me dio vueltas por la
cabeza la pelea que hab�amos tenido y que nos llev� a distanciarnos. Pero com�
mi orgullo y llam� por tel�fono a la empresa en la que trabajaba

Casi ca� de rodillas rogando a Dios y a todos los �ngeles que
el muy guarro se dignara llamarme. Dudaba que me devolviera el llamado, lo
conoc�a demasiado. Su orgullo era mas grande que el m�o. Pero calcul� que en
unos 4 d�as tendr�a la m�quina arreglada, era negocio. Si fuera necesario
echar�a unas l�grimas gordotas que rodar�an por mis mejillas al tiempo que me
sorb�a los mocos. Todo en pos de conservar el trabajo que adoraba. Por supuesto
no llam� ni ese d�a ni el siguiente. El s�bado llam� a su casa y me atendi� el
contestador. Me contuve para no rajarle una puteada y con la voz mas dulce que
me sali� le dije:

Esper� para ver si en una de esas se le ocurr�a levantar el
auricular. Nada.

Fue una perorata lastimosa; utilic� mis conocimientos
histri�nicos e hice esfuerzos para que mi voz se oyera lo mas angustiada
posible. Hasta intent� llorar pero no me sali� nada. Colgu� el tel�fono y me
puse a practicar en caso de que fuera necesario. Pero nada, no sali� de mis ojos
ni una part�cula de sal.

Anyway. Domingo 8 de la ma�ana tocan el timbre. Lo escuch�
pero ni me levant�. Volvieron a tocar y me puse la almohada sobre la cabeza.
Otra vez tocaban pero ahora se le hab�a quedado el dedo pegado al bot�n. Me
levant� a las puteadas y atend� el portero.

Mierda, empezamos mal. Solamente a mi hermano se le podr�a
ocurrir venir un domingo a las 8 de la ma�ana, solo a �l. Me cambi� r�pido y me
acomod� el pelo revuelto. Baj� y abr� la puerta. Hac�a meses que no lo ve�a y
estaba perdiendo las chapas. Estuve a punto de meter un bocadillo ir�nico acerca
del tema pero me contuve. Deb�a tratarlo bien ya que hab�amos comenzado mal.

Respuesta reveladora el "como siempre". No me contuve y
largu� a rodar mi iron�a.

Subimos al ascensor y dijo:

Entramos al departamento.

Me mir� como si no entendiera de lo que hablaba. Yo solo
trataba de hacerme la simp�tica despu�s de las iron�as pero deduje que no quer�a
que lo molestara con sanatas y me retir� decorosamente. Le ofrec� un caf� pero
no quiso. Luego de estar unas cuantas horas dale que te dale con los discos me
llam�:

Empec� a zamarr�alo para que se fuera. Herv�a de la bronca.
Lo agarr� de los brazos y lo tironeaba tratando de sacarlo del departamento.
Pero es muy grandote y no logr� moverlo ni un cent�metro. Trat� de abofetearlo
pero le pifi� y ca� encima de �l, no sin antes dejarle un buen ara�azo en la
cara. Cerr� los pu�os sin poder contener mi furia y los lanc� contra su pecho.
Le debo haber pegado unos buenos golpes porque lo o� quejarse, o hac�a que se
quejaba, no se. Mi furia no me permit�a ni pensar ni ver ni o�r con claridad. Se
dej� golpear un poco mas, me agarr� por las mu�ecas y me empuj� a la pared
levant�ndome los brazos por sobre mi cabeza.

Sin poder controlarse, lo vi en sus ojos, me dio un beso con
la boca abierta cuando yo estaba en el tr�mite de cerrar la m�a. Sus labios me
generaron un hormigueo que nunca hab�a sentido antes y luch� por torcer la
cabeza para evitar el contacto con la lengua que �l intentaba meter a toda
costa. Apoy� la cara en la canaleta de mis tetas y mordi� la tela de la remera
clav�ndome los dientes. Ya en esa situaci�n el cerebro me carburaba a mil: si
los brazos no me dieron resultado utilizar�a las piernas. As�, con toda la
fuerza que pude juntar, calculando esta vez para no pifiarle le di un buen
rodillazo en las bolas. Y funcion�. Grit� e inmediatamente cay� al suelo
retorci�ndose del dolor y quej�ndose. Me lo qued� mirando desde arriba en un
gesto triunfal. Alz� la cabeza y sin dejar de agarrarse los huevos, se arrodill�
y empez� a re�rse a carcajadas:

Le tir� dardos con los ojos y empez� a guardar sus cosas
dispuesto a irse. Ten�a que bajar a abrirle y supuse que con el shot que hab�a
recibido se mantendr�a tranquilo durante el corto viaje en ascensor.

Lo mir� de costado esperando que volviera a acosarme pero se
qued� quieto. Y me mir� al espejo. Ten�a la cara radiante, no sab�a si por la
batalla campal que hab�amos tenido o por el beso que mi hermano me hab�a dado. Y
se volvi� �l a mirarse al espejo. El ascensor ya hab�a llegado y abr� la puerta
tijera, ilegal claro, que nadie se hab�a empe�ado en cambiar. Yo tampoco, eso
s�.

Puse mi mejor cara de asesina serial, una buena t�cnica
ampliamente practicada por mi para amedrentar empleados revoltosos, y mov� mi
brazo de atr�s para adelante en se�al de "andate".

Cuando est�bamos en la puerta, yo teni�ndola y �l mir�ndose
los pies, como si eso lo inspirara, acot�:

Esta vez le di un empujoncito suave para que saliera por
completo del hall de mi edificio. Justo en ese momento llegaba el portero. Ay,
Dios, lo que me faltaba. El tipo era un colgado de la palmera y por sobre todas
las cosas un boludo.

Dej� pasar al portero, Esteban sali�, se gir� y mientras
cerraba la puerta con llave empez� a tirarme besos. El portero lo vio todo.

Ni me molest� en contestarle.

Para que el portero se dejara de joder, le tir� un beso a
Esteban, me di la media vuelta y sub� al ascensor.

Llegu� a mi departamento y me tir� en la cama. Ahora en lugar
de un problema, ten�a tres. La editora mas que restar hab�a sumado y no ten�a
idea de c�mo har�a para resolverlos. La compu segu�a sin funcionar, mi hermano
me quer�a culear y yo me hab�a estremecido con su beso. Y �l se hab�a dado
cuenta, eso era lo peor de todo.

No ten�a defensa alguna mas que la resistencia. Estaba segura
de que se hab�a ido de mi departamento, pero no del todo. Lo conoc�a y sab�a que
no se dar�a por vencido tan f�cilmente. Entr� en un maremagnun de im�genes en
las que vi a mi hermano y a mi enloquecidos de pasi�n y fui al ba�o a darme una
ducha. Fr�a. Mientras me ba�aba centr� mi atenci�n en como resolver el tema de
la computadora. Hoy no podr�a hacer nada. Ma�ana volver�a a llamar a las casas
de computaci�n para tratar de resolver el problema.

A las 9 y media de la noche suena el tel�fono

Del otro lado estaban mudos.

Est�tica.

Una risa ahogada se escuch� y acot�:

Era habitual que llamaran y no me respondieran. Una vez al
mes mas o menos recib�a algunos de esos llamados. Durante un tiempo me pregunt�
quien cuernos podr�a ser.

Ahora, atando cabos ca� en la cuenta que probablemente fuera
mi hermano. Las llamadas hab�an empezado mas o menos desde que hab�amos tenido
aquella pelea. No pod�a creer que estuvi�ramos cayendo otra vez en el tema.

Es que la pelea hab�a sido por esta misma cuesti�n. El muy
brib�n, ya con 27 a�os encima, me hab�a planteado que jug�ramos como lo hac�amos
cuando �ramos chicos. Nuestros juegos de la �poca de la ni�ez involucraban
coches, mu�ecas, bolitas, fichuritas y exploraciones corporales.

Muchas veces el me hab�a tocado la vulva y yo le hab�a tocado
el pitito pero decid� poner fin a ese juego cuando descubr� que el pitito dejaba
de ser tal para convertirse en un pito hecho y derecho cada vez que �l me
arengaba a tocarlo. La pelea que tuvimos aquella vez no hab�a involucrado ning�n
tipo de contacto f�sico, mas bien fueron gritos, m�os b�sicamente. Pero ahora
era distinto. Me hab�a besado y yo me hab�a calentado. Demoledor. Segu�a d�ndole
vueltas al tema en la cabeza cuando volvi� a sonar el tel�fono.

Era Esteban

Me qued� en silencio calculando riesgos, ventajas y
consecuencias. Solo que me qued� en las ventajas. Despu�s ver�a como afrontar
los riesgos y las consecuencias.

La verdad es que nunca hab�a pajeado a un tipo por tel�fono.
Mi primera vez al tel�fono, pens�, y sonre� para mis adentros.

Todav�a no me las estaba apretando pero cada vez estaba
cost�ndome mas ignorar el tono de su voz y las palabras que arrastraba en una
lenta cadencia; como si ellas se refregaran por todo mi cuerpo.

No aguant� mas su voz susurrante y las palabras lami�ndome el
cuerpo en silencio y me toqu� los pezones. Por arriba del corpi�o, pero me los
toqu�.

- Ahora mis dedos est�n recorriendo tus pezones. Los rodeo
para verlos erguirse. Me concentro en ellos. Con los �ndices doy vueltas sobre
cada pez�n de tus tetas apenas rozando tu piel. Los est�s tocando?

Y los apret� pensando que eran sus dedos los que estaban en
mis tetas. Empec� a jadear.

Sus palabras, su voz ronca y la recorrida que mis manos
hab�an dado a mi cuerpo hicieron que me pusiera caliente por dentro y por fuera.
La tanga y el corpi�o eran insoportables por lo que tuve que dejar de explorarme
para sacarme todo aquello. Volv� a concentrarme en los pezones r�gidos como
piedras, mi bultito del placer, la voz ronca y los jadeos de mi hermano

- Te escucho gemir y me excito mas. Tu saliva, tu lengua y
tus dientes me estremecen tanto que siento que estoy por acabar. Me salgo de
ah�. Ya necesito que me penetres.

Ya est� cerca, ya viene, ya estoy, ya me voy

Quedamos en silencio disfrutando del placer y solo escuchando
los ruidos de fondo en el tel�fono. Suspir�.

Me dorm� enseguida. Al otro d�a me levant� temprano porque
deb�a ir a la oficina. En el ba�o me mir� al espejo y me dije que no hab�a sido
tan duro. Es mas, hab�a sido placentero. Y ya ten�a uno de los problemas a medio
resolver. Faltaba que viniera y arreglara la m�quina. Pero me puse a pensar en
los riesgos y en las consecuencias que el d�a anterior hab�a dejado para hoy.

El panorama era siniestro. Estaba segura que �l saldr�a
ganando. Era terco como una mula y sin dudas volver�a a sobornarme. Fui a la
oficina y volv� a casa a las cuatro de la tarde. Me sent�a nerviosa e inquieta
esperando a que se hiciera la hora de su llegada. Pens� en sus palabras, en sus
jadeos y en los m�os, en como me hab�a hecho calentar, y en el instante de su
orgasmo. Lo imagin� dentro m�o haci�ndome saltar. Basta ya. Mire el reloj: las 7
menos diez. Me cambi� la ropa que llevaba por algo mas sexy, sinti�ndome
insegura de lo que deb�a o no deb�a hacer y esper� a que sonara el timbre. Era
muy puntual, como m�ximo llegar�a 7 y cinco. Pero no lleg� ni a esa hora, ni a
las 7 y media ni a las 8. Llam� por tel�fono a su casa y me atendi� la maldita
contestadora. Estaba como loca. Fui a buscar el coche al garage del edificio
para ir a verlo a su casa. Me herv�a tanto la sangre que si era necesario le
romper�a la puerta.

No, mejor me pondr�a el cintur�n de seguridad y me estrolar�a
con el coche contra su casa. El vive bastante lejos de mi departamento y utilic�
ese tiempo para calmarme. Mejor conservar la calma. No pod�a demostrarle bronca
ni nada de eso, aunque no hac�a falta disimular, me conoc�a bien y sab�a que yo
estar�a con la misma tensi�n que Bush a punto de apretar el bot�n rojo para
hacer explotar a Irak. Llegu� y vi su coche estacionado en el camino del garage.
Me dieron ganas de darle un chuponcito con mi auto por detr�s pero me contuve.
Me baj� y toqu� el timbre. La puerta se abri� enseguida.

Se gir� d�ndome la espalda y no pude contener mi furia, me
esforc� pero ya no pude. Otra vez me le tir� encima pero este avance fue desde
atr�s. Me le sub� a cococho, le agarr� las orejas y se las retorc�. El empez� a
manotear para sacarme de encima y encontr� un lugar disponible para con mi
dientes clavar toda mi furia en su carne. Y le doli�.

Volvi� a manotear. Est� vez logr� agarrarme el brazo. En el
bailongo met� las piernas entre sus piernas, trastabill�, al tiempo que me sent�
volar por los aires con su mano todav�a aferrada a mi brazo. Cuando volaba sent�
que ninguno de los dos hab�amos dejado de ser ni�os. Esta pelea no se
diferenciaba de las que sol�amos tener en aquella �poca. Solo hab�amos crecido
en altura, a mi me hab�an crecido las tetas, a �l el pito y dem�s.

Ca� de espaldas sobre el suelo. Me hab�a sostenido del brazo
en todo mi trayecto de vuelo experimental y eso mengu� un poco el golpe. Pero
ahora �l estaba cayendo sobre mi. Cay� de rodillas y con el envi�n que tra�a
sigui� su ruta derechito hacia mi. Apenas sus manos tocaron tierra firme me
agarr� de las mu�ecas, que ubic� a ambos lados de mi cuerpo. Se incorpor� y
met�a presi�n sobre ellas sin darme la posibilidad de moverme. El muy guacho, no
soportar�a otro golpe en las bolas por lo que con sus piernas hizo que abriera
las m�as. Y no me pod�a mover. Ten�a su cara casi en mis tetas y tem� que en
cualquier momento fuera por ellas.

Gir� la cabeza hacia un costado y atr�s. Me torc� un poco
para ver qu� estaba mirando y vi que ten�a levantada la falda de gasa mas o
menos hasta el cuello.

Hab�a estado todo el tiempo en cuatro patas y no me tocaba
pero ahora intentaba apoyarse completamente sobre m�. Empec� a forcejear un poco
y al tiempo que el peso de su cuerpo se depositaba en el m�o, sent� su dureza en
mi pubis. Su cara se volvi� una s�plica y mi concha comenz� a palpitar. Ya no
pude resistirme. Apoy� su cara sobre mi tetas y mordi� la tela. Roz� con sus
dientes por encima de la blusa escotada, a trav�s de todo mi canal mientras me
llevaba los pu�os a�n cerrados por sobre la cabeza.

Me bes� las tetas haciendo que mis pezones se pusieran de
punta reclamando por mas. Empec� a sentirlo como lo hab�a sentido la noche
anterior, me dej� llevar y afloj� los brazos abriendo las manos. Deseaba tocar
su piel, su pecho, meter mi lengua en su boca hasta cansarme. Ard�a por
cabalgarlo hasta que ni un jugo quedara dentro de mi.

Nos desvestimos toc�ndonos como hac�amos cuando chicos y su
boca fue directamente a mis tetas. Las sent� explotar. Me mord�a los pezones con
rabia, ardor y pasi�n; sus manos eran un vaiv�n infernal entre mi cl�toris y mis
tetas. Estaba haci�ndome arder de lujuria. Ya no pod�a aguantar mas sin sentirlo
dentro m�o. Lo empuj� y lo mont� mientras permanec�a sentado en el suelo. El la
acomod� para que entrara en mi vagina y con furia arremeti� hacia arriba. Me
hizo gemir, retorcerme, saltar, grit� desde mis entra�as.

Acompa�� con violencia sus embestidas deseando que me llenara
toda y que tambi�n me vaciara por completo. Con todas mi fuerzas empujaba hacia
abajo para que me taladrara sin piedad, chup�ndome desesperadamente las tetas,
mordi�ndolas, rozando con sus dientes en mis pezones. Mientras segu�a con ese
bombeo del infierno nuestras bocas abiertas se encontraron gimi�ndole una a la
otra. Era ahora �l el que gritaba.

Estaba por venirse. Me mov� mas r�pido, hacia los costados,
hacia abajo, clav�ndole las u�as en las espalda, mord� su hombro para que su
orgasmo fuera mas intenso. El respondi� mordi�ndome las tetas, casi sin
soltarlas y serruch�ndome a un ritmo vertiginoso. Puso las manos en mi culo y me
atrajo hacia s� penetr�ndome con una profundidad que me hizo estallar en un
orgasmo gigante. Aull� desesperada para que no saliera de mi y me siguiera
bombeando hasta dejarme completamente saciada. Casi ni escuchaba sus jadeos pero
sent� su semen hirviendo inund�ndome toda. Me aparte y chup� lo que quedaba de
semen en su pija. Recorr� el glande con la lengua, escrutando para sorberme todo
lo que quedaba en su agujerito. La puse entera en mi boca y empec� a lamerla con
desesperaci�n. La quer�a hinchada de vuelta, gorda para que pudiera volver a
taladrarme con crudeza.

Lam� entre sus pliegues, llen� de saliva aquella fuente
inmensa de placer mientras iba hinch�ndose con rapidez. Mi lengua se transform�
en un l�tigo de carne al tiempo que hac�aa entrar y salir su pija de mi boca,
recubri�ndola con saliva caliente. Segu� as�, cada vez mas r�pido, cada vez mas,
mi cabeza sub�a y bajaba penetrando mi boca casi hasta la garganta. Jadeaba como
loco y le toqu� los huevos mientras acrecent� el ritmo de la mamada. Se arque� y
gimi� con voz profunda.

Sus chorros de semen caliente se desperdigaban en mi boca y
fui tragando todo lo que pude, mientras el resto se escurr�a por la comisura de
mis labios. Me tir� de las piernas con violencia y su boca lami� los restos de
semen que a�n estaban en la m�a. Baj� directamente a mi concha y empez� a
chupar. Sent�a su lengua inquieta, abri�ndose paso entre mi labios vaginales
hinchados, expandi�ndome con sus dedos como una flor, metiendo y sacando la
lengua de mi vagina, acariciando con ella mi cl�toris. Pas� sus dientes por �l,
apenas razon�ndolos, haci�ndome quemar por dentro, para luego morderlo. Una
descarga de electricidad invadi� mi cuerpo, sent� mis flujos corriendo por todo
�l, haciendo hervir mi sangre. Volvi� a moderme el cl�toris casi hasta llevarme
al orgasmo y ahora un dedo hab�a entrado en mi culo. Estaba excitad�sma. Sac� el
dedo y meti� la cabeza de su pija ya parada en mi ano.

El dolor fue grande, pero estaba tan caliente que no me
importaba el dolor, deseaba que me cogiera ya, que me reventara. No era mi
primera vez por el culo, pero si dudas esta iba a ser la mejor. La meti� mas
adentro, y el dolor hizo que me arqueara hacia atr�s, sus dedos buscaron
nuevamente mi cl�toris y ahora me lo retorc�a como pod�a d�ndome todo el placer
que fuera posible recibir. En cada empinada de su pija en mi ano sus dedos
revolv�an mi cl�toris haci�ndome vibrar. En el �ltimo envi�n sent� tal dolor que
me quit� la respiraci�n. Jade� pidiendo que me perforara y empez� a bombar con
mas fuerza. Me penetraba como si fuera la �ltima vez en su vida, haci�ndome
arder y gozar por dentro. Casi la sacaba y met�a por completo al tiempo que
jadeaba y gritaba revolvi�ndome y regocij�ndome en �l. Su pasi�n lo llev� al
l�mite de aullar movi�ndose en un saca y ponga tan r�pido y violento que sent�
explotar por dentro en un placer desconocido.

Otro orgasmo estaba haci�ndome vibrar mientras mi hermano
segu�a traquete�ndome por detr�s. Ahora hab�a alcanzado un ritmo infernal y ya
no ten�a voz ni para jadear. Me llev� a otro orgasmo al tiempo que lo sent�
acabar, apret�ndome las tetas como aferr�ndose a un �ltimo suspiro de vida. Nos
acurrucamos el uno en el otro y ya mas tranquilos despu�s de aquel fren�tico
traqueteo dijo:

- En mi vida llegu� a eyacular tres veces al hilo y debo
confesarte que desde chiquito supe que vos eras la mujer que quer�a para
siempre... Ahhh, me olvidaba, la m�quina ya est� arreglada, solo que me di
tiempo para lograr lo que finalmente logr�. Sigo siendo un delincuente juvenil
en grande o ya alcanc� la mayor�a de edad como para ir preso?