Profesora muy particular II
Desde lo sucedido aquella tarde me sent�a una mujer sucia,
sin valores y con la moral muy tocada. Me hab�a tenido que dejar follar por
aquel cr�o s�lo por miedo, miedo al chantaje, a los comentarios, al "que dir�n",
miedo a perder el respeto de los compa�eros de profesi�n o simplemente el
trabajo.
A pesar del grave problema intent� que no afectara a mi vida
sentimental. Por supuesto evit� acostarme con mi marido, al tener algunos
peque�os desgarros en el ano y ligeros cardenales en los senos los cuales tuve
que esconderlos de sus manos, pero que debido al enorme tama�o de mis senos
result� tarea compleja, pues los hace muy apetecibles para �l.
Pasados los d�as festivos en la ciudad y sin tener la visita
de Izan o de su padre, sopes� lo acontecido. Me centr� en las amenazas que me
hizo Ram�n (el padre del muchacho), sobre sacar a la luz la ayuda que recib� al
sacarme la carrera. Le di vueltas a las pruebas que podr�a tener Ram�n en mi
contra y llegu� a la conclusi�n de que no volver�an a forzarme ninguna vez. Me
cost� mucho tomar aquella decisi�n, pero antepuse mi moral y, porqu� no decirlo,
mi cuerpo, a mi trabajo. Decid� no acostarme con su hijo ni con nadie por el
solo hecho de mantener mi empleo.
El d�a en que volv� a dar clase despu�s de las vacaciones me
surgieron los temores, no deseaba ver a aquel chico por nada del mundo y tuve la
suerte de que no apareci� aquella ma�ana, supongo que estar�a de resaca.
Al terminar la ma�ana me fui pronto a casa y prepar� una
rom�ntica comida con mi marido Juan. Por una vez que no estaba trabajando me
apetec�a disfrutar de su compa��a. Me coment� que me hab�a notado rara
�ltimamente, pero no fue a mas la conversaci�n. Pasadas unas horas se march� a
trabajar y me qued� descansando en el sof�.
Me despert� el timbre de la puerta, en seguida me vino a la
mente los despistes de mi marido a la hora de llevarse las llaves por lo que
abr� sin asomarme a la mirilla. Me dio una terrible impresi�n comprobar que era
Izan y dos j�venes mas, que pasaron dentro sin pedir permiso.
Estaba acojonada y con un nudo en la garganta les pregunt�
que hac�an all�, a lo que uno de ellos me contest� que les hab�an contado que:
"una mujer muy guapa con las tetas grandes se dejaba dar por el culo". Este
comentario supuso un batacazo en mi autoestima que me condujo a no poder
contestarle pasado un tiempo. Izan me present� a sus dos amiguitos de clase. Los
tres eran unos aut�nticos cr�os de unos 16 a�os, con rasgos agitanados salvo
Izan. El mas bajito se llamaba Cristian, moreno de pelo corto y con un
pendiente, y al mas alto le llamaban "toro", era muy moreno con melena rizada.
Reaccion� una vez pasado el pitorreo de las presentaciones y
grit� que se marcharan, pero Izan se llev� el dedo �ndice a la boca y me orden�
callar. Sac� de su chaqueta un VHS y se fue directo al video. Tuve que poner el
regalito que me trajeron y al encenderlo comprob� que estaba perdida pues me vi
follando con Izan. El cerdo consigui� grabar lo que pas� aquella tarde y
definitivamente me ten�an pillada por completo. Me qued� perpleja y casi en
estado de shock, mientras los muchachos se re�an entre ellos haciendo
comentarios sobre la cinta como si de una reuni�n de adolescentes cachondos se
tratara.
Izan me dijo que hab�a varias copias del video pululando por
ah� y se acerc� para colocarme sus manos encima y sobarme las tetas. Me desliz�
el pijama que llevaba mientras me susurr� que me tend�a que portar muy bien si
las quer�a recuperar. Prosigui� quit�ndome la parte de arriba para dejarme en
ropa interior. Los otros dos muchachos hicieron lo mismo y finalmente se desnud�
Izan. Uno de los gitanos me quit� las braguitas y el sost�n, quedando as� mis
pechos al aire. Los dos chicos nuevos quedaron impresionados al verme,
exclamando y haciendo todo tipo de comentarios y barbaridades sobre lo buena que
estaba y el tama�o de mis tetas.
Cuando los muchachos se quitaron el calzoncillo alucin� al
ver la polla de uno de los gitanos. Fue la del "toro" y comprob� el porqu� de su
sobrenombre. Era enorme, de m�s de 25 cm, la mas grande que hab�a visto en mi
vida, como la de un actor porno pero por desgracia all� mismo. Cristian e Izan
tambi�n iban bien servidos en este aspecto, al menos me lo parec�a a mi, pues al
no tener ning�n deseo sexual todo se me hac�a grande y cuesta arriba. Los tres
cr�os superaban con creces el tama�o de mi marido.
El gitano mas bajito estaba impactado con mis senos y me
oblig� a que le practicara una paja cubana, es decir, tuve que masturbarlo con
mis tetas. Me acerqu� a �l y me arrodill� cubriendo su duro pene con ellas, que
al ser tan grandes apenas dejaban ver el falo del chico. El amiguito de Izan
gem�a de placer mientras bamboleaba mis tetas sobre su poll�n, por lo que no
tard� en correrse al tiempo que daba grititos por la eyaculaci�n.
Despu�s le toc� el turno al "toro" que me hizo tragar su
descomunal verga. Empec� por comerme el capullo, pero tem�a ir a mas ya que no
me cab�a ni en la mano. El se cabre� y me agarr� fuerte de la cabeza para
penetrarme la boca. Yo s�lo pod�a abrirla lo m�ximo posible para evitar el dolor
y el joven se dedic� a follarme la boca que superaba de largo el tope de mi
garganta. Para mi desgracia aquel cr�o adem�s de la gigantesca polla tambi�n
ten�a aguante, aunque finalmente se corri� en mis labios. Intent� escupir el
semen lo cual no le sent� nada bien al gitano, que me amenazo con no dejar pasar
ni una mas.
Ahora era el turno de Izan. Me orden� ir a mi dormitorio lo
que me sent� fatal. Una vez all� se tumbo en mi cama, delante de las fotos de mi
marido y me oblig� a que le mamase la polla. Ten�a bien aprendida la lecci�n de
la vez pasada cuando me agarr� de la cabeza, por lo que me la tragu� enterita y
sin rechistar, y le ense�� lo que era una buena mamada. Cuando el cr�o estaba
cerca de "llegar" sac� el pene de mi boca y coloc�ndome boca arriba en la cama,
se puso encima para met�rmela en el co�o. Me daba temor pensar que no tomaba la
p�ldora y le supliqu� que se pusiera un cond�n, pero Izan y sus amigos se lo
tomaron a cachondeo no haci�ndome ning�n caso. En teor�a no estaba ovulando pero
pensaba en lo peor.
Por supuesto no estaba nada excitada pero su verga s�,
parec�a una roca y al estar muy mojada de la felaci�n entr� a la primera. Empez�
a follarme con suaves sacudidas pues ya hac�a rato que quer�a correrse, pero
poco a poco cambi� el ritmo y la fuerza de las penetraciones que me hac�an da�o.
Ninguno de los chicos ten�a el m�s m�nimo cuidado, eran unos salvajes y me lo
demostraban en cada movimiento. Izan me estaba follando el co�o cuando de
repente el cabr�n se corri� dentro de mi vagina. Le dije de todo porque hab�a
riesgo de embarazo, pero me replic� que as� le daba mas morbo.
Los tres cr�os una vez que se hab�an corrido todos se
pusieron de pie, yo tambi�n lo hice recibiendo como respuesta un empuj�n que me
devolvi� a la cama, ya que seg�n ellos: "quedaba lo mejor":
Me explicaron la maquiav�lica idea de hacer un sandwich y
para ello el elegido para romperme el culo iba a ser el que la ten�a mas grande,
es decir, el "toro". Ten�a sensaci�n de miedo y asco, pero debido a la situaci�n
ya todo me daba igual. Al no disponer de lubricante le mam� la polla al gitano
que me iba a encular, procurando dejarle el m�ximo de saliva posible.
Tras la mamada el "toro" se ech� en la cama boca arriba y a
mi me pusieron a horcajadas d�ndole la espalda. Me temblaban las piernas y me
sent� sobre el inicio de su enorme polla justo a la entrada de mi ano. Poco a
poco me dej� caer sobre ella mientras apretaba los dientes por el dolor. La
polla entraba con dificultad, era grand�sima para mi estrecho culo que iba a
reventar. El dolor era intens�simo cuando parec�a haber llegado hasta el fondo,
pero comprob� que solo me la hab�a metido hasta la mitad. El gitano saco la
verga y volvi� a hinc�rmela con violencia, as� hasta dilatarme tanto el culo que
consigui� clavarme su inmensa verga hasta los mism�simos cojones.
Estaba siendo enculada por un descomunal tronco, cuando el
otro gitano complet� el s�ndwich ech�ndose encima m�a y meti�ndome la polla por
mi rajita. Empezaron a follarme a su antojo. El que me sodomizaba me empuja para
arriba con sus fuertes embestidas, mientras que el otro me empujaba para abajo y
ayudaba de esta forma a su amigo a insertarme por completo su m�stil en el culo.
Izan no se qued� atr�s y gir�ndome la cabeza acerc� su potente verga a mis
labios, no teniendo otro remedio que com�rmela tambi�n. Los muchachos parec�an
estar sometidos en una espiral de placer mientras me humillaban, debido a los
gestos y fuertes gemidos que produc�an al bombearme. La triple penetraci�n se me
hizo doloros�sima e interminable. La delgadez de los chicos que parec�an estar
hechos de pura fibra contrastaba con mis voluptuosos pechos.
Siguieron revent�ndome por todos mis agujeritos, aquellos que
hasta ahora s�lo hab�an sido propiedad de mi marido, aunque por supuesto nunca
hab�a tenido sexo anal con �l. Tras varios minutos de duros mete-saca en mi ano,
vagina y boca, Izan se corri� y me tragu� hasta la �ltima gota de su leche. Casi
a la vez se corri� dentro de mi co�o uno de los gitanos, ante el estupor que
ten�a a quedarme embarazada de unos criajos, mientras que el gitano que me
sodomizaba se qued� follandome un rato m�s. Estaba totalmente reventada y el
"toro" me saco la verga del culo pues le costaba correrse. Me manejaba como si
fuera una mu�eca y me coloc� a cuatro patas, para acto seguido, penetrarme el
ano otra vez, con una facilidad incre�ble pues me hab�a dilatado por completo.
Gire la cabeza y me vi reflejada en el espejo, donde observ� como ese gitano que
en el fondo era un ni�o, me agarraba los muslos con sus manazas para dar mas
fuerza a sus horribles embestidas que me destrozaban el culo. Pasados muchos
minutos que me parecieron horas e incluso d�as, el joven se abalanz� sobre m�
estruj�ndome los tetones en el momento en que con constantes sacudidas se corr�a
dentro del culo. Finalmente sac� la verga ante el asombro de sus amigos, que al
ver el hueco que me hab�a dejado en el ano empezaron a hacer comentarios. Izan
no se lo quiso perder y meti� una de sus manos que entr� dentro de mi recto por
completo.
Los j�venes se vistieron deprisa y con una sonrisa de oreja a
oreja se fueron, no sin antes recordarme lo a gusto que se lo hab�an pasado con
mi cuerpo y corri�ndose dentro de mi.
Continuar�... : )
Autor: Eduardo Casta�o