Relato: Despertar a los cuarenta (3)
DESPERTAR A LOS CUARENTAS (III)
A partir de mi aceptaci�n ante Soledad de tener relaciones
intimas con su padre, (cosa que en forma muy reservada ven�a ocurriendo desde
hac�a unos dos meses ) Soledad no cab�a en s� de contenta, me propon�a mil
formulas para llevar a cabo el contacto. Su padre sab�a que entre yo y su
querida hija, se hab�a creado una entra�able amistad, que a �l tambi�n lo ten�a
muy feliz, pero nada sab�a el hombre de las practicas de lesbianismo que
realiz�bamos, ni de la tremenda experiencia sexual que ella hab�a acumulado en
Espa�a, s� le confes� del plan de S�le, para hacer posible que tuvi�ramos
relaciones, claro est�, que tampoco le mencion� sobre la premisa impuesta por
ella, que consist�a en presenciar en nuestro acto.
De mi charla con Jos� Miguel, acordamos que �l se encargar�a
de hablar con Soledad en cuanto ella le hiciera la proposici�n.
A prop�sito --- dijo Jos� Miguel a su hija Soledad ---
esa noche mientras degustaban una taza de t� --- �C�mo va tu amistad con la
se�ora de mi amigo Oscar?
�Te refieres a Viviana ?
As� es, respondi� Oscar.
Para ser franca contigo, te dir� que jam�s imagine que a
mi regreso iba a conocer una persona m�s maravillosa que ella, no hemos
hecho muy amigas y si t� observas esas fotograf�as que te envi� y donde
aparezco con Maritrini, no podr�s negar que parecen gemelas, son como dos
gotas de agua, pero a pesar de lo mucho que quiero a la madrile�a esa, me
quedo con Viviana.
Me alegra mucho que te lleves bien con Viviana, ella es
una mujer muy c�lida al igual que su marido y tu tienes toda la raz�n del
parecido extraordinario que tienen ambas y lo bien que lucen.
Son hermosas hombre �Hermosas � --- �No te has fijao? ---
Mira esos cuerpazos hombre.
Si me he fijado, pero ese comentario me lo reservo ---
respondi� t�midamente Jos� Miguel.
Padre por favor, no te hagas el inocente conmigo ---
respondi� Soledad --- con ese acento tan caracter�stico del hablar espa�ol.
Te he observado al igual que a tus amigos del Condominio, c�mo se les van
los ojos y la desnudan con sus lujuriosas miradas , cada vez que ella entra
o sale de su edificio.
Tienes raz�n, me confieso culpable, pero como hombre no
lo puedo evitar ante tanta bondad corporal --- dijo sonriente Pepe.
�Bien! --- Prosigui� S�le --- Con toda seguridad m�s de
alguno de tus amigos habr� dicho que dar�an todo lo que tienen por tenerla
en la cama y poseerla --- � Si o No ?
�Y tu c�mo sabes eso, has estado ah�?
Yo ya no soy tu nenita papito y de ello tu te has dado
cuenta �eh? --- Yo se que mam� ya no te puede satisfacer como ella lo
hubiera querido y tambi�n me doy cuenta que ya los m�dicos han perdido la
esperanza y eso nos pone muy triste, pero es as� esta perra vida. Yo
reconozco tu preocupaci�n por mam�, pero tambi�n me preocupa tu aflicci�n de
tener tu vida sexual reprimida, aunque �ltimamente te he visto m�s
distendido.
Por favor hija, tu disparas con tu boca como una
metralleta --- Dime de una vez por todas que ideas revolotean en tu
cabecita.
Padre, te tengo la soluci�n a tu problema de sexo y con
la persona que con toda seguridad a ocupado todas tus fantas�as er�ticas.
�De que hablas mujer! --- �No crees que has ido muy lejos
en tu empe�o? --- �Con quien me quieres aparear?.
Viviana est� dispuesta a concederte ese favor, favor que
seg�n ella no se lo conceder�a a un mill�n de hombres implor�ndole.
Y si tu madre se entera o el marido de Viviana, �que
pasar�a? --- lo has pensado.
Soledad explic� a Jos� Miguel el plan coordinado conmigo y
como lo llevar�amos a cabo. Ella a su vez por una raz�n que m�s adelante
veremos, inici� inteligentemente un trabajo de acoso y mutua confianza con Jos�
Miguel.
Dos noches despu�s, Soledad emprend�a un ablandamiento con su
padre. De partida se puso ropa interior transparente y un diminuto camis�n, as�
se meti� en la cama de su madre con quien gustaba platicar, cuando hizo su
aparici�n Jos� Miguel, ella con una naturalidad espantosa, sali� de la cama,
abraz� y beso a su padre y se fue a prepararle algunos bocados, despu�s coqueteo
con �l mientras com�an solos y mas tarde cuando su madre ya dorm�a, se desliz�
hasta el cuarto de su padre y se le meti� en la cama, jugueteo con �l rozando su
desnudes con el hombre que esta vez no le rechaz� y le sigui� el juego hasta que
desesperado por su bullente excitaci�n quiso montarse a Soledad , pero cuando su
gran pen� empez� a incursionar en la h�meda vagina de la muchacha, esta con un
movimiento felino se escurri� entre las s�banas y desnuda corri� a refugiarse a
su cuarto, cerrando la puerta con llave y pese a las silenciosas suplicas de
Jos� Miguel, no hubo acceso a ella. A la noche siguiente volvi� a suceder una
situaci�n muy similar, salvo que en esta oportunidad Soledad estuvo a punto de
perder el control y en el forcejeo con su padre tuvo un tremendo orgasmo.
Esa tarde del encuentro con Jos� Miguel y Soledad, S�le lleg�
a visitarme a media tarde, ven�a alegre y optimista, me visti� ella misma y
retoc� mi maquillaje como si fuera a desfilar en ropa interior para una pasarela
de puros hombres, aprovech� mi desnudez para darme una sesi�n de lengua
maravillosa que me dej� con todos los motores encendidos al m�ximo. A mi me
encantaba jugar con sus lindos y duros senos y besar sus sensuales labios, su
carne morena hac�a contraste con mi piel de un rozado p�lido que combinaban bien
con el verde claro de mis ojos y el rubio de mi cabellera.
Mi encuentro con Jos� Miguel, lo actuamos como si fuera el
primero, mi marido llegar�a mas tarde de lo habitual, La misma Soledad nos hizo
las presentaciones de rigor y al cabo de un rato, dijo que iba a ver a su madre
dej�ndonos a solas, aunque yo sab�a que era solo por breves minutos, dado que
hab�amos convenido que cuando estuvi�ramos en mi alcoba yo har�a una se�al con
un cambio de posici�n de una de mis cortinas ah� ella retornar�a para presenciar
lo que pasar�a.
La vi aparecer silenciosamente junto a la puerta de mi alcoba
en los momentos que yo mamaba el duro falo de su padre y �l hac�a lo mismo con
mi zorrita. Vi como S�le, desnuda se acercaba hasta mi y acarici� mis rubios
cabellos sueltos que ca�an cual cascada de cristalinas aguas sobres el bajo
vientre del atormentado Jos� Miguel quien obstaculizado por mi trasero le
imped�a ver a su hija. S�le me hizo una se�a para que quitara mi boca del
miembro de su padre, turn�ndonos en las mamadas hasta casi hacerlo estallar de
placer.
Cuando Pepe me quiso penetrar, se dio cuenta de la presencia
de Soledad.
-�No me digas nada? --- argument� sonriente la muchacha ---
�Aprovecha � -- Mira que tremenda mujer te he conseguido --- �Mira que
maravillosas tetas, y esas piernas Dios m�o!--- Vamos que te esta pidiendo a
gritos que le zumbes ese pistol�n tuyo.
�Hay ni�a loca! --- vas a ver cuando te coja te voy hacer
pedir ag�ita.
Dicho esto, sent� la profunda penetraci�n del gran falo de
Jos� Miguel, alarde� en gemidos lastimeros haci�ndome la cartucha (virgen) cosa
que entusiasmaba m�s a padre e hija que ya actuaban sin ning�n impedimento.
Mientras su padre me cog�a con vehemencia Soledad acariciaba mis cabellos y me
estimulaba con palabras tales como: "!Entr�gaselo todo a papi� --- �Mira como
goza con lo tuyo! ---�M�rale pobrecillo, si te deseaba tanto!
Era tal su efusi�n er�tica, que mis gemidos se redoblaron al
sentir que me ven�a con un tremendo orgasmo. Jos� Luis, sinti� mis espasmos pero
esta vez se contuvo en su eyaculaci�n y retirando su fuerte pen� de mi ardiente
vagina, bajo de la cama y fue a tomar a Soledad, a quien puso de piernas
abiertas sobre sus hombros al borde de la cama sin ninguna resistencia de parte
de ella. Me acomod� para no perderme detalle de esa excitante copulaci�n
incestuosa, vi como ese gordo y fuerte miembro oradaba y se perd�a hacia el
interior de la rica vagina de S�le, ensanchando al m�ximo su abertura tras la
profunda penetraci�n. S�lo escuchaba placenteros gemidos de la muchacha a quien
su padre bombeaba insistentemente, mientras ella se transformaba en un
torbellino de movimientos lascivos y hambrientos de sexo. al cabo de un rato y
mientras yo acariciaba los senos de S�le, percib� su incontrolable orgasmo con
fuertes convulsiones, cosa que hizo tambi�n estallar a Jos� Miguel, quien
alcanz� a quitar el pen� de la jugosa vagina de su hija, lanzando su lechoso
semen sobre el rostro, tetas y vientre de la joven, cosa que ambas mujeres
devoramos con inusitado deseo y placer.
Esa noche dimos una clase magistral de sexo a Soledad, quien
participaba activamente, logrando unos orgasmos incre�bles. Oscar lleg� muy
tarde y cuando ya se hab�an retirado nuestros amigos . Ya no quedaban vestigios
en nuestra alcoba del tremendo bacanal de sexo que hasta una hora atr�s se hab�a
desarrollado en esa inocente habitaci�n. Hacer el amor para mi ya no era lo
mismo de unos meses atr�s, donde mi participaci�n la podr�a catalogar de casi
pasiva y me extra�aba cuando escuchaba a mis amigas decir que "Me volvi� loca a
orgasmos o quede muerta de cansancio". Ahora si entend�a sus comentarios, por
que ahora noto que el sexo me transforma y al disfrutarlo intensamente me
esfuerzo mental y f�sicamente hasta el l�mite de mi capacidad copulatoria.
Le invito al pr�ximo capitulo es mis confesiones intimas,
sepa como han continuados mis relaciones con Jos� Miguel y Soledad. Conozca de
mi visita al apartamento de Esteban y la sorpresa que me llev� al conocer a su
amigo Alexis, un joven semi invalido que se movilizaba en una silla de ruedas,
pero que en la ama era como un pez en el agua.
Tuya Viviana.
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Relato: Despertar a los cuarenta (3)
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