MI PRIMITA PILAR FUE LA PRIMERA
Mi nombre es Mart�n y espero que en este como en mis futuros
relatos encuentren el placer que yo sent� al vivirlos. Actualmente tengo 35 a�os
y los he vivido intensamente sobre todo en cuanto a mis vivencias sexuales.
Antes de continuar quisiera hacer la salvedad de que todo lo
escrito est� sujeto estrictamente a la verdad y a pesar de que esto pueda
acarrearme problemas, pues, ni siquiera los nombres han sido cambiados.
Todo comenz� en 1980, cuando ten�a escasos once a�os y medio
y llego a casa para vivir con nosotros mi peque�a prima Pilar (un a�o menos que
yo), ya que por aquel tiempo se hab�a quedado hu�rfana cuando sus padres
murieron en un terrible accidente. Al comienzo me resultaba inc�modo que
estuviese all�, pues, por ser hijo �nico estaba acostumbrado a estar solo; pero,
con el correr de los meses todo cambio y nos hicimos grandes amigos.
Paso el tiempo y yo ten�a 14 a�os y ella 13, corr�a el verano
del 83� cuando la costa norte del Per� se vio afectada por una terrible
temporada de lluvias que destruy� muchas viviendas y da�� otras; entre ellas la
nuestra en donde el techo de varias habitaciones se vinieron abajo incluyendo el
de la rec�mara de Pilar.
Fue por ello que debimos reubicarnos. A Pilar y a mi nos
pusieron el misma habitaci�n..., claro que en camas separadas; sin embargo,
result� imposible de evitar que en mas de una vez nos pasasen an�cdotas...
digamos... embarazosas. Por ejemplo el que uno de nosotros entrara al ba�o de la
recamara cuando el otro lo estaba utilizando, o que nos sorprendi�semos el uno
al otro cuando nos est�bamos vistiendo.
Al comienzo nos incomodaba; pero, cuando la naciente malicia
propia de nuestra edad, nos demostr� las "ventajas" de estas situaciones todo
cambi�. Yo; por ejemplo, descubr� que Pili �como sol�a llamarla- ya no era una
ni�a. Ya se le notaban sus formas femeninas; sus pechitos hab�an crecido como
dos peque�os conos, sus nalguitas ya se mostraban m�s carnositas y levantadas y
en su parte delantera se adivinaba su vello p�bico como una escasa pelusita.
Tiempo despu�s ella me contar�a que lo que vio de m� tambi�n le gust�.
Aquella visiones provocaron en mi sensaciones nunca antes
vividas y ella lo not�. No perd�a la oportunidad de estar a su lado tanto as�
que incluso en las escuela los muchachos nos molestaban. En casa yo no perd�a
oportunidad para mirarle sus a�n fr�giles; pero, ya apetecibles piernitas y ella
era generosa en mostr�rmelas. Todo el d�a paseaba por toda la casa en un short
negro muy diminuto que no s�lo me dejaba verle sus piernas sino tambi�n su
traserito levantado y bien carnoso ya y su cinturita cada vez m�s pronunciada. O
bien en nuestra habitaci�n luciendo una minifalda t�n corta que cada vez que
agachaba, giraba o saltaba me dejaba ver el color de su calzoncito y algo m�s.
Pasaron los meses y yo estaba tan enamorado de ella que me
masturbaba hasta tres veces al d�a pensando en mil formas de tenerla entre mis
brazos. Cuando pens� que ya nada nuevo ocurrir�a llego el glorioso 18 de Octubre
de 1983, d�a en que mi Pilar cumpl�a sus 14 a�itos.
Muy temprano me despert� y casi impulsivamente corr� a su
cama y al abrazarla y besarla dese�ndole un feliz cumplea�os sus labios rozaron
los m�os y ambos nos sobresaltamos; pero, nada dijimos-
Ese d�a la pasamos juntos, pues, por la ma�ana nos llevaron a
la playa en donde comprob� que Pili era toda una mujer ya que a su paso todos
los hombre volteaban a mirarla. Por la tarde la acompa�amos a llevarle flores a
sus padres y luego a misa. Era un cumplea�os mas sin sus padres y eso a�n la
deprim�a. A pesar de que por la noche nos llevaron a cenar y al cine la tristeza
no se borr� de su rostro y al quedarnos solos en nuestra rec�mara me miro y nos
abrazamos muy fuerte y llor� en mi pecho; entonces, me confes� que sumada a la
tristeza de sus padres estaba el que desde el d�a siguiente ella regresar�a a su
habitaci�n y no quer�a hacerlo porque me amaba. La noticia me dej� anonadado y
no supe que decir s�lo atin� a buscar sus labios y sellar aquel momento con un
largo y tierno beso que quiz� no fue el mejor de nuestras vidas; pero, que
entonces nos estremeci� a los dos.
Luego de ello no dijimos nada s�lo ca�mos en su cama y nos
besamos y acariciamos con torpeza; pero, tambi�n con gran pasi�n.
Luego de unos minutos nos detuvimos y descubrimos que ambos
est�bamos casi desnudos y aunque al comienzo nos avergonzamos y ella tap� con
sus manitas sus dos tetitas, ech� a re�r cuando le dije con cierta inocencia "
te las he visto un mont�n de veces". Cogi� una almohada para golpearme y como
resultado del forcejeo acabe sobre ella y ya no s�lo bes� sus labios sino que
esta vez acarici� y bes� sus tetitas y logr� arrancar de sus labios el primer
gemido. Continu� mi recorrido descendente por su cuerpo y al llegar a su
calzoncito se lo baj� y su respiraci�n agitada era incontrolable y sus gemidos
brotaban al m�s leve roce de mi piel con la suya. Ella ya no reaccionaba y la
verdad es que yo no sab�a muy bien lo que iba a hacer.
S�lo recuerdo que abr� su piernitas, me coloque sobre ella,
cog� mi pene que estaba completamente hinchado como nunca antes lo estuvo e hice
lo que en una revista vi a un hombre hacerle a una mujer. Busque entre sus
vellitos y con cierta torpeza a su virgen cuevita y cuando la encontr� empec� a
presionar con cierto temor hasta que sent� como sus a�n infantiles labios
vaginales besaban la caliente cabeza de mi miembro viril. Fue entonces que sin
pensarlo dos veces empuj� con fuerza y al instante mi pene gozaba de esa humedad
tibia que s�lo lo da la rica concha de una joven mujer.
En aquella vez no sent� como romp� su himen; pero, ella al
percibir que mi enorme instrumento invad�a su virginal agujero no pudo evitar el
gritar y llorar (la suerte fue que la habitaci�n de mis padres estaba en la
planta de abajo y que ellos acostumbraban a escuchar la televisi�n con volumen
alto)y luego me suplic� "s�camelo Martincito que me duele"; pero, en aquel
momento s�lo me interes� mi placer y segu� con lo m�o hasta que descargu� toda
mi leche en su reci�n estrenada cuevita del placer. Creo que fue lo mejor, pues,
elle me confesar�a luego que el dolor pronto desapareci� para dar paso a un
delicioso en intenso placer.
Nuestros encuentros se dar�an algunas veces m�s hasta que en
el verano siguiente mi Pili enferm� de fiebre tifoidea que se complic�
extra�amente con una meningitis que la llev� a la tumba. Desde entonces me
relacion� y desvirgu� a cuanta jovencita me dej� buscando en ellas in�tilmente a
mi Pilar (QEPD)
Reitero que todo lo escrito fue tal como ocurri� y que el
resto de mi historia que se publique tambi�n lo ser�. Les agradecer� hacerme
llegar sus cr�ticas y comentarios a
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Hasta pronto y un beso
Mart�n