Domingo 9 de enero de 2000
Eran las 16�45 de la tarde cuando son� mi m�vil, era David
para decirme que estaba entrando a Barcelona y que en un cuarto de hora estar�a
en casa.
Efectivamente a las cinco en punto son� el timbre de la
puerta, baj� a abrirle, subi� unos minutos para saludarnos, le di una llave de
la puerta de la calle y le ped� que fuera a tomar un caf� para darme tiempo a
prepararme, aunque llevaba dos d�as poni�ndome guapa para David, perfectamente
depilada y suave para mi macho; le entregue la llave y le hice otro encargo, que
comprase condones, pedirle eso me dio mucho morbo, imaginaba a David pidiendo
los condones en la farmacia para follarse a su nena, a la putita de Glenda.
Mientras me puse en marcha para satisfacer a mi macho; medias
color carne con liguero a juego, tanguita de terciopelo azul y rojo, zapatos de
plataforma nuevos para la ocasi�n as� como el vestido de terciopelo granate que
se arrapaba a mi cuerpo como mi segunda piel; el fondo de maquillaje me daba un
aspecto bronceado, los labios los perfil� en rojo y por �ltimo una peluca morena
completaba la transformaci�n de Glenda, la zorra caliente, la puta caliente y
guarra de Glenda.
Hice una llamada a su m�vil para indicarle que ya estaba
lista, a los pocos minutos son� el timbre, le abr� e invit� a pasar, mientras le
preparaba una copa le deje en el sal�n viendo una pel�cula porno de travest�es
brasile�os, le encant� por cierto, enseguida aparec� yo con las dos copas en la
mano y muy cachonda ya por la situaci�n tan esperada; le entregue su copa, puse
m�sica y me puse a bailar delante suyo contone�ndome y levantando el vestido
hasta dejar al descubierto mis ligas y los cachetes de mi terso culo; el se
levanto se coloc� detr�s de m� y comenz� a sobarme, sin darme cuenta, su aparato
tieso y duro ya estaba rozando mi trasero.
Sin dudarlo me arrodill� ante �l y empec� a engullir aquella
maravillosa polla erecta que crec�a por momentos dentro de mi lujuriosa boca, me
incorpor� para que David continuase palpando y disfrutando de mi trasero; me
sac� el vestido y comenz� a pasar su polla por mis pantorrillas llegando a mis
zapatos donde apretaba su aparato contra mis tacones de aguja; di unos pasos
atr�s y me tumb� en el sof�, David continuaba acariciando mis piernas, le ped�
que me sacara uno de los zapatos, �l lo hizo dulcemente, entonces empec� a
pas�rselo por su pecho, caliente como una furcia, observ� que le gustaba, que me
adoren los pies y las piernas es algo que me enloquece y me pone muy cachonda,
si, le gustaba y ve�a como su verga segu�a dura, me saco las medias, lo tumb�
delante de m� y empec� a pasear mis piececitos perfectamente cuidados y con las
u�as pintadas en un rojo intenso, por todo su cuerpo y por sus huevos hinchados.
Para hacer un receso y mantener aquella calentura y
excitaci�n, decid� que era el momento de un cambio de vestuario, medias
autosujetables en color tabaco, tanga de ganchillo negro, top de fin�simos
tirantes azul cielo y falda ajustable de leopardo ajustad�sima; continu�
danzando delante suyo, me arremang� la falda y de nuevo empez� a rozar mi culo y
a estirar de la tira del tanga, eso me mojaba por completo y me pon�a como zorra
en celo, me baj� la falda y me quit� las medias, yo arranque mi tanga e inici�
la lubricaci�n de mi ansioso chochito para dar paso primero a un t�mido
consolador anal y seguidamente pasar a un tap�n tipo anal de importante tama�o,
pero que por la poca resistencia al penetrar mi culo, sent� que estaba preparada
para alojar aquel pedazo de carne.
Me coloqu� a cuatro patas y David me embisti� por detr�s
cabalg�ndome y haci�ndome gemir de placer, notaba como sus huevos golpeaban mis
nalgas a cada golpe de cadera; cambiamos de posici�n repetidamente, en todas
ellas su polla penetraba con fuerza mi delicado chochito.
A punto de llegar al �xtasis arranqu� el preservativo del
rabo de David y trague cargada de vicio aquella tranca mientras apretaba sus
huevos para exprimir hasta la ultima gota de semen; expuse mi cuerpo mojado por
el sudor para que David pudiera derramar su l�quido por �l; me impregn� todo el
cuerpo, desde mis suaves axilas a mi cl�toris erecto mientras, yo con mis manos
me embadurnaba todav�a m�s.
No tarde en correrme como una zorra en celo y mezcle mis
flujos con la leche de David que formaba una pel�cula transparente y brillante
por todo mi extasiado cuerpo.
Fue como siempre una placentera, excitante, morbosa y viciosa
tarde con�David.
Glenda