Relato: Un alba�il llamado Moncho UN ALBA�IL LLAMADO MONCHO
Enfrente de mi casa hab�a una casa vieja, la cual yo no llegu� a conocer porque
la demolieron por 1949 o 50, la due�a de ese terreno era la Chocha Lavaggi, una
se�ora amiga de mi t�a que con la fabulosa herencia de sus padres y luego de
varios a�os de litigios con sus hermanos, hizo demoler esa casa y all� hizo
construir dos casas a la calle y ocho departamentos en el fondo ya que el
terreno tiene como 60 metros de largo.
Los arquitectos y/o constructores aprovecharon muy bien ese terreno ya que no
qued� nada libre, salvo unos peque�os pozos de aire para cada departamentos.
No voy a contar la historia de esa construcci�n porque la ignoro, porque como ya
dije cuando yo nac� ya estaban hechos y alquilados.
A la Chocha yo la ve�a poco, casi ni la conoc� porque ten�a un marido que se
ocupaba de administrarle las propiedades y cuando quedaba alguno vac�o ven�a �l
a mostrarlos a los posibles inquilinos.
Su marido falleci� y empez� ella a venir para ocuparse de sus propiedades, a
veces dejaba las llaves en mi casa, para evitarse el viaje desde Carrasco, donde
viv�a, y nosotros nos ocup�bamos de mostrarlos o de abrirle a los alba�iles para
que los reparasen.
Un d�a vino un alba�il llamado Montxo, este Montxo era conocido como Moncho,
creo que en Espa�a se pronuncia Moncho.
Yo tendr�a unos 19 a�os y estaba estudiando, la Chocha nos present� al
Moncho/Montxo y nos pidi� el favor de que le abri�ramos cuando viniese a reparar
el depto.
El tan nombrado Moncho era un tipo de unos cuarenta a�os, bajito y regordete,
muy rosado de piel, con un cabello casta�o claro muy enrulado, le dec�an
"gallego" o "el gallego", porque en el R�o de la Plata se les dice gallegos a
todos los espa�oles sin importar de que parte de la Madre Patria sean. Este
Montxo era o es, porque ignoro si vive, asturiano, ya que hab�a nacido en un
pueblo monta�oso de esa regi�n del norte de Espa�a.
El Moncho vino varios d�as a ocuparse de reparar y pintar ese depto., ven�a a mi
casa a pedir las llaves y cuando terminaba su trabajo las ven�a a devolver.
Un d�a en mi casa no hab�a nadie, estaba yo solo y me ten�a que ir a la casa de
un compa�ero a estudiar y para que negarlo a hacer otras cosas m�s.
Cruc� hasta enfrente para preguntarle al Moncho si le faltaba mucho porque yo me
ten�a que ir y en mi casa no hab�a nadie m�s para recibir las llaves.
Entr� al largo corredor por donde se entra a cada depto., segu� hasta la mitad y
sub� la escalera. Cuando llegu� al depto. vac�o golp�e a la puerta y nadie me
respondi�, un silencio total, no se sent�a ning�n ruido de esos que hacen los
alba�iles y pintores, por lo que abr� la puerta y mir� hacia el interior, all�
no hab�a nadie.
El Moncho no estaba en el comedor? Pens� que estar�a pintando el dormitorio y
hacia all� me dirij�. Tampoco estaba en esa habitaci�n, pero vi que la puerta
del ba�o estaba entreabierta y fui a ver si estaba pintando all�.
Fue una sorpresa mutua, el totalmente desnudo sec�ndose la pija con una
toalla!!! Se hab�a ba�ado y estaba bastante mojado.
-Que haces ac�? Me pregunt� muy asombrado de encontrarme en ese lugar y con una
cara de est�pido total, por lo que no respond� nada. Qued� impactado de ver esa
pija gorda y corta en sus manos.
El se dio cuenta de mi turbaci�n y mostr�ndomela me dijo: -Os gusta mi polla?
S����....
Fue la �nica s�laba que pude pronunciar, era impresionante el grosor de esa
verga!! De largo no medir�a m�s de 15 cm pero su grosor hac�a temblar.
-Chaval, es toda tuya, ven hazme un mamada! No me dio tiempo a reaccionar, ni a
pensar ni a nada.
Cuando me di cuenta ya la ten�a toda dentro de mi boca.
Agachado all� en el ba�o se la chup� al Moncho que ante el placer que mi lengua
y garganta le produjeron se abandon� a mi boca dejando que la toalla se le
cayera de las manos.
Esa verga asturiana estaba riqu�sima!! Adem�s del sabor a limpio y el aroma del
jab�n ten�a su sabor propio, ese sabor me calent� much�simo!! Mientras chupaba y
lam�a saqu� mi pija dura para afuera de mi bragueta y comenc� a pajearme,
primero lentamente hasta que aceler� el ritmo con las chupadas que le daba a la
polla del Moncho, como el le llamaba a su verga.
-Chaval, mama m�s mi polla, m�tela hasta el fondo de tu garganta. Me dec�a esas
palabras mientras empujaba su pija dentro de mi boca cada vez m�s fuerte y
r�pido.
Mi mano no le daba tregua a mi prepucio que iba y ven�a cada vez m�s acelarando
los movimientos de mi mano. Con la otra mano busqu� el ano del Moncho para jugar
con �l, pero no me lo permiti� cuando mi dedo lleg� a tocarlo me sac� la mano de
all� diciendo: -No chaval, el culo no!!! Sigue mamando...
Sent� que su pija lat�a mucho y la saqu� de mi boca, quer�a ver como estaba
despu�s de tanto rato escondida dento de las profundidades de mi garganta.
Incre�blemente se hab�a puesto m�s gruesa parec�a reventar! Estaba muy
concentrado mirando como lat�a cuando la voz del Moncho me sac� de mis
pensamientos.
-Lame, chaval lame mis cojones que no aguanto m�s!! Empec� a pasar mi lengua por
esas pelotas que parec�an dos hermosas ciruelas rosadas mientra su pija qued�
prisionera entre mi nariz y sus bellos p�bicos.
-Agggggggggghhhhhhhh.....!!!! Ughhhhhhhhhh....!!! Esos sonidos emiti� su
garganta mientras sus pelotas se agitaban ante mis lamidas y su pija dispar� uns
cuantos chorros de leche hac�a el techo.
Su leche sali� disparada hacia arriba e inmediatamente cay� como una lluvia
sobre mi cabeza y nariz.
Mis manos siguieron jugando con mi verga hasta que el Moncho se calm� un poco de
su agitaci�n y se dio cuenta de lo que yo hac�a.
-Espera cahval, me diste tanto placer que voy a retribuirtelo.
Se agach�, la mir�, coment� que era muy larga y se puso a chp�rmela.
En realidad yo no creo que la tenga muy larga, para mi es normal, pero para �l
acostumbrado a sus 15 cm mis 20 cm le parecieron una enormidad.
Detuvo un poco la chupada para desprenderme los pantalones los cuales cayeron al
piso, me baj� el slip y se puso a morderme los huevos mientras su mano iba y
ven�a a lo largo del tronco de mi verga.
Ahhhhhhh......!! Ahh......yyyyyyyhhh........
Sent� un placer enorme cuando sus dientes mordieron la base de mi verga y no
aguant� m�s largu� todo el l�quido que mis bolas ten�an guardado para esa noche
en la que iba a "estudiar" con un compa�ero del bachillerato.
Despu�s de todo eso el Moncho quer�a charlar, no s� si como justificaci�n por lo
que hab�a pasado o porque quer�a repetirlo o por lo que fuere.
Le dije que al otro d�a conversar�amos con m�s tiempo porque yo ten�a que ir a
estudiar. Ya ni ten�a ganas de ese estudio que me esperaba, pero hab�a que ir...
Se visti�, sal�mos, cerr� el depto, dej� la llave en mi casa y me fui a la casa
de mi compa�ero a estudiar.
Llegu� tan tarde que su familia estaba por cenar, por lo tanto tuvieron que
invitarme a cenar con ellos, despu�s no encerramos en su habitaci�n y nos
pusimos a estudiar.
Como dos horas estuvimos con los libros y los apuntes, hasta que le cont� a mi
amigo lo que me hab�a sucedido con el Moncho.
Mientras se lo relataba el se fue excitando hasta que no aguant� m�s, se empez�
a pajear hasta que finalmente sus manos fueron tanteando mi abultada bragueta y
se puso a chuparmela pero nada parecido a las mordidas del Moncho.
Hicimos un 69 muy apurado porque su familia estaba en el living mirando
televisi�n.
Cuando mi lengua lleg� a su ano mi amigo se estremeci� y me dijo que no aguntaba
m�s que se la metiese de una vez. Deshicimos el 69 y �l se sent� sobre mi verga,
nuestras caras quedaron muy juntas hasta que nos besamos mientras su cuerpo fue
bajando sobre mi pija hasta que sent� que �sta estaba totalemente enterrada
dentro de �l.
No fueron necesario muchos movimientos, su lengua se met�a dentro de mi boca
buscando las profundidades de mi paladar, nuestras manos atr�s de las espaldas
apretaban nuestros cuerpos yo sent� que su pija lat�a mucho contra mi pecho
hasta que mi verga empez� a descargar el poco contenido que hab�a en mis
reservas, dentro de su recto.
Separ� su boca de la m�a para decirme que estaba sintiendo como golpeaba mi
esperma dentro suyo y que sent�a que mi pija iba a explotar all� dentro, dicho
esto se agarr� la pija con una mano y con dos o tres movimientos logr� que una
gran cantidad de leche saliera disparada contra mi pecho.
Qued� exhausto, con su cabeza apoyada sobre mi pecho, mi pija se fue calmado
hasta que sola se sali� de su interior, fue cuando �l sali� de arriba mio agarr�
un pa�uelo, me sec� el pecho, se dio la vuelta y me mostr� el culo. Lo ten�a
abierto y h�medo, me dio el pa�uelo para que lo limpiase, nos vest�mos y
segu�mos estudiamos hasta la medianoche en que regres� a a mi casa.
Esa noche dorm� muy mal, pensando en el Moncho.
Al otro d�a como a las diez de la ma�ana cruc� a ver como iba su trabajo.
Cuando entr� el estaba pintando el dormitorio, al verme me dijo: -Entra chaval,
te estaba esperando....
Me dio un beso que casi me hizo desmayar!! Me meti� la lengua muy adentro de mi
boca mientras sus manos apretaban mis nalgas para ir en busca de mi agujero.
Me llev� a la cocina, donde nos desvest�mos, me sent� sobre la mesada, me separo
las piernas y all� al final donde se unen las dos piernas lo esperaba mi pija
dura aputando hacia el techo.
Se puso a chuparla con total desesperaci�n mientras mis piernas apretaban su
cabeza y mis manos la empujaban hacia abajo para que se la tragase toda.
Cuando se cans� de hacerme ese tratamiento, se detuvo y me ofreci� la suya que
estaba igual de dura que la m�a, acomod� mi boca y la fui tragando de a poco
hasta que mis mand�bulas se acostumbraron a ese grosor. Su verga se contrajo
dentro de mi boca y comenz� a ir i venir con sus empujones que cada vez los
hac�a ma�s r�pido.
Estuvimos un buen rato as� hasta que el Moncho me puso de espaldas, me hizo
apoyar los brazos sobre la mesada y la cabeza sobre mis manos, �l se puso detr�s
mio me separ� las nalgas y se puso a besarlas y a morderlas hasta que su boca se
abri� camino y me lami� el agujero anal, le ped� que siguiera que me encantaba
sentir su lengua all�.
Lo lami�, lo mordi�, ensaliv� un dedo lo meti�, lo revolvi� all� dentro, lo
sac�, meti� otro, hasta que pude sentir tres de sus cortos y gorditos dedos
dentro mio.
-M�jame la polla con tu saliva, chaval.
Con esa orden me di vuelta me agach� y volv� a mam�rsela, mientras sus dedos
segu�an habri�ndose camino en mi ya dilatado esf�nter.
Como mi saliva no le pareci� suficiente, me dio la vuelta nuevamente, me separ�
las nalgas, me las hizo sostener con mis manos, escupi� su mano y me unt� todo
el exterior del culo con ella hasta que con sus dedos la fue empujando hacia mi
interior, otra vez sent� su lengua y su boca que trataba de meterme m�s saliva
en mi interiror.
Se detuvo para ponerse de pie, sent� su cuerpo que se pegaba al mio al mismo
tiempo que la cabezota gorda de su pija se acercaba a mi agujero preparado para
su embestida.
Preparado es un decir, �l lo hab�a preparado pero mi organismo al sentir que
semejante organo quer�a abrirse camino contrajo el esf�nter por lo que mi ano se
cerr� totalmente.
-As� no, chaval!!! Abr�lo, como quieres que te folle? Me pas� una mano hacia mi
vientre se puso a acaricirlo hasta que fue bajando y se encontr� con mi verga
dura, tambi�n la acarici� mientras que con su otra mano me calzaba su verga en
el agujero que de a poco se iba aflojando. Pude sentir su cabezota golpeando
hasta que mi ano cedi� y fue entrando, muy lentamente solo la punta, a la cabeza
le cost� mucho romper esa barrera que no la dejaba pasar, con un poco de dolor
la dej� entrar hasta que toda su cabeza estuvo acomodada dentro m�o.
Le ped� que no se moviera, que me dol�a mucho, entonces de a poco fui empujando
mi cuerpo hacia atr�s hasta que �ste fue acostumbr�ndose y la fue tragando de a
poco.
Cuando pas� m�s de la mitad el Moncho no aguant� y empuj� tan fuerte por la cual
entr� de golpe todos los pocos cent�metros que aun quedaban fuera.
Fue una sensaci�n fea, como si tuviese una estaca en el culo, me ten�a como
empaladao, pero �l empez� a moverse y al sacarla un poco mis entra�as sintieron
un gran alivio, pero ese alivio dur� poco porque as� como la sac� la volvi� a
meter.
Me tuvo una eternidad sacando y metiendo, me ard�a, me dol�a, yo me quejaba
hasta que la sac� casi toda solo la cabeza dej� dentro. Escupi� una gran
cantidad de saliva sobre el pedazo de pija que quedaba fuera y la meti� otra
vez, esta vez sent� molestias pero con tanta saliva refrescante me calm� un
poco.
Empez� un mete y saca fenomenal, ahora s� pod�a hacerlo porque me dol�a menos,
pero me dol�a al fin.
Dijo que yo era un chaval muy cachondo, que a mi me gustaba la polla y como a �l
le gustaba meter la polla en el culo de los chavales me estaba complaciendo.
A pesar de dolor al que me fui acostumbrando fue muy placentero sentir esa verga
perfor�ndome las entra�as, no tuve necesidad de pajearme ni de tocarme la pija
porque cuando �l empez� a jadear y a embestime m�s fuerte eyacul�
inmediatamente.
AHhhhhhhhhhhhh....!!!!!!!!!!!1 uggghhhhhhhhhhhhh....! Chavaaaaaaaaal.
Me la sac� en ese momento me dio la vuelta y pude ver como una gran cantidad de
leche sal�a disparada de esa verga morcillona y fue a dar sobre mi pija que aun
se manten�a dura.
Me apret� sobre su cuerpo y me bes� mientras que con sus manos junt� nuestras
pijas la cuales quedaron empapadas en leche.
Cuando se hubo calmado de sus jadeos y de su agitaci�n, se puso a contarme la
historia de su vida.
No quiero aburrirlos cont�ndoles todo lo que me dijo, han pasado unos 25 a�os
as� que no me acuerdo de todos los detalles, pero en esencia me cont� lo
siguiente: -Mira, chaval, cuando yo ten�a tu edad s�lo hab�a follado con t�as,
en la Espa�a de mi adolescencia los sarasas eran muy mal vistos, hasta los
encarcelaban si los pillaban. Con los chavales del pueblo �bamos a jugar y nos
hac�amos pu�etas, hasta que me toc� hacer la mili.
All� nos arrestaban y nos dejan muchs d�as sin salir, nosotros al estar
encerrados nos pon�amos muy cachondos y lo �nico que hac�amos eran pu�etas,
hasta que a uno de los camaradas se le ocurri� cogerle la polla a otro, as�
empezamos con pu�etas unos a otros, cada d�a nos pon�amos m�s audaces hasta que
uno se anim� a hacerme un mamada.
Al principio lo rechac�, pero como a los dem�s les gustaba, lo dej� que a mi
tambi�n me la mamara....
Se detuvo un momento en su narraci�n, como saboreando el relato que me hac�a con
sus recuerdos de veinte a�os atr�s, se agarr� la pija que nuevamente se le hab�a
puesto dura y comenz� a pajearse mientras segu�a cont�ndome su vida.
-Ver�s chaval, de a poco fui entrando, me la mamaron a mi, me obligaron a que yo
se las mamara a ellos, despu�s empezaron las folladas pero nunca los dej� que me
follaran a mi, siempre los perfor� a ellos...
A esa altura de su relato su verga estaba al m�ximo, me la ofreci� y se la volv�
a chupar, cuando descarg� todo el poco semen que le quedaba en sus reservas se
agach� y me hizo otra exquisita mamada que me hizo ver las estrellas porque sus
dedos hurgaban mi culo que se encontraba muy inflamado por la penetraci�n que un
rato antes me hab�a dado tanto placer y dolor al mismo tiempo.
-Me encanta perforar culitos j�venes como el tuyo que estan ansiosos de polla...
Me dijo eso cuando est�bamos rendidos por las dos eyaculaciones, mir� el reloj y
me di cuenta que eran m�s de las 12:30!!! Me desped� e inmediatamente cruc�
hasta mi casa, donde me esparaba mi madre muy enojada, porque hab�a desaparecido
sin avisar, ten�a que almorzar e irme al liceo.
Pas� todo el resto del d�a molesto porque mi culo me ard�a y adem�s me hab�a
quedado dilatado e hinchado por la visita la verga del Moncho.
Al otro d�a fui a visitarlo en las horas de la ma�ana, me quiso coger otra vez
pero no lo dej� porque mi ano aun no estaba en condiciones para esas cosas, pero
en cambio hcimos uno 69 muy caliente sobre el piso fr�o del comedor de esa
departamento vac�o que �l estaba reparando.
Nos despedimos y me dijo que no vendr�a m�s porque esa tarde pensaba terminar de
pintar los �ltimos detalles y se ir�a a otro trabajo que ten�a lejos de mi
barrio.
Cuando volv� a mi casa a la noche, mi mam� me dijo que el Moncho hab�a terminado
su trabajo y no volver�a.
Como a los diez meses, qued� otro departamento vac�o, la Chocha vino otra vez
con las llaves y las dej� en mi casa como de costumbre.
El Moncho vino al otro d�a, pero en este depto. ten�a menos trabajo solamente
ten�a que pintarlo por lo qu� estuvo trabajando dos d�as.
Al principio ni se acord� de mi, o no le interesaba para nada lo que hab�amos
hecho en el pasado reciente.
Me la mand� otra vez para adentro, pero esta vez yo vine preparadao con una
buena crema lubricante y no me hizo da�o.
A los dos d�a se fue y no lo he visto a ver. A lo mejor volvi� para su pa�s,
porque con la crisis econ�mica que actualmente est� sufriendo el R�o de la
Plata, todos se quieren ir para Europa...
A su esposa no la conoc�, ni a sus hijos, s�olo s� que se llama o llamaba
Milagros.
Si alguien lo conoce, me gustar�a recibir informaci�n sobre �l y lo que fue de
su vida...
OMAR
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Relato: Un alba�il llamado Moncho
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