Provengo de una familia llena de tradiciones en la cual el
sexo era un tab�. En la parte del pa�s en donde crec�, era lo m�s com�n aprender
sobre sexo a trav�s de las amigas en el colegio, y despu�s, por experiencia
propia. Nunca me faltaron pretendientes, pues mientras que no me considero
precisamente una Miss Universo, tampoco soy fea. Creo que en ese sentido, una es
tan bella como se quiera sentir. Soy de tez blanca, ojos verdes oliva, pelo
casta�o, boca chica pero carnosa. Mi estatura es de 1.70 m, mi talla varia entre
6 y 7 dependiendo del modelo. Uso brasier talla 34C. En general, soy delgada. En
promedio, mi peso oscila entre los 54 Kg aunque a veces siento que el peso se me
excede en el area de las piernas y la cadera. Por esta raz�n practico nataci�n y
atiendo a mis sesiones de aerobics en forma regular. Soy muy acinturada, y por
tener senos de tama�o generoso, es com�n que los hombres me llenen de piropos.
Con frecuencia me chulean los ojos mientras penetran con la mirada mi busto. He
aprendido a sacar provecho a mis encantos naturales.

Como mencion� antes, me recib� como Ingeniero Mec�nico. Esta
es una carrera que desafortunadeamente no era de las mas polulares entre las
mujeres, por lo menos en mi pa�s. As� que mientras que en bachiller el 40% de
los estudiantes, �ramos mujeres, una vez en la profesional, la taza era de 1
mujer por cada 50 hombres. De alguna manera, una aprende a sobrevivir en un
ambiente as�. De hecho, es com�n que los compa�eros te mimen, te cuiden y hasta
te ayuden. Pero no deja de existir el continuo acoso sexual. Como dije, una
aprende a llevar la situaci�n. El problema es cuando son los maestros los que
tambi�n te acosan. Este fu� mi caso.

Generalmente, los primeros dos semestres de estudio son para
depurar a los de d�bil coraz�n. En ese primer a�o conoces el sistema de la
escuela y obviamente a los compa�eros del grupo. Mientras que yo ya hab�a
perdido mi virginidad hac�a a�os, tampoco quer�a acostarme con nadie de la
escuela por temor a arruinar mi reputaci�n. As� que siendo la �nica mujer del
grupo, no ten�a ni novio ni amantes entre los miembros del grupo. Claro que me
daba cuenta que varios quer�an conmigo. Procuraba nunca quedarme a solas con
nadie en particular para evitar rumores.

Fue en el tercer semestre que las cosas se empezaron a salir
de mi control. Para entonces, yo consegu� trabajo en un bufet de ingenier�a como
dibujante t�cnico. Se requer�a que vistieramos profesionalmente, as� que era
com�n que yo llegara al plantel escolar con mi ropa de trabajo la cual en la
mayor�a de las veces consist�a de un traje sastre y zapatillas. A veces algun
vestido; me encanta mostrar mis piernas las cuales son bien torneadas, esbeltas
y largas. Me gusta el pelo suelto y soy del las mujeres que no pueden a salir a
tirar la basura sin maquillaje.

Mis compa�eros se ajustaron a m� y salvo un par de t�os que
segu�an acos�ndome, las cosas estaban tranquilas. Sin embargo a medio semestre,
el profesor de Resistencia de Materiales se puso muy pesado conmigo. Lo llamar�
el Ing. R. Frecuentemente me ped�a que me quedara despu�s de clase. Yo siempre
le ped�a a alguno de mis amigos que me acompa�ara. Tal vez por la presencia de
testigos, el Ing. R se limitaba a decirme que necesitaba echarle mas ganas por
que no ve�a como iba a pasar el semestre. La verdad es que se me hac�a pesado
trabajar tiempo completo y estudiar por las noches. En la escuela se rumoraba
que el Ing. R era muy ma�oso para conseguir que las estudiantes cedieran a tener
relaciones sexuales con �l. A mi me asustaba pensar que algun d�a pudiera verme
acorralada por este profesor, quien si debo ser sincera era muy bien parecido.
Era alto y corpulento. Moreno claro de ojos negros y muy brillantes. Ten�a una
sonriza cautivadora y coqueta. Bajo su saco de gruesas hombreras se denotaba una
espalda fuerte y fornida. Era amable y muy inteligente. A veces yo fantasiaba
mientras me duchaba que me obligaba a tener sexo con �l. Lo que me incomodoba en
s�, era su estrategia de presionar y acorrolar a mujeres
tan en desventaja.

Mientras que en las dem�s materias nos calificaban con
proyectos entregados o ex�menes escritos, al Ing. R se le conoc�a por su
particular gusto por los ex�menes orales. En general yo aprobaba mis materias
por m�ritos propios o por los de mi equipo de trabajo. Tampoco quer�a que por
ser mujer, me regalaran la calificaci�n. As� pues, se lleg� el d�a en que el
Ing. R nos di� fecha de examen y nos advirti� lo dif�cil del mismo. Nos dijo que
los acordiones no nos servir�an de nada puesto que su examen ser�a oral. A
partir de ese momento me entr� p�nico y me empec� a sentir atrapada. Estudi�
como pose�da y memoriz� todos los apuntes que hab�a tomado de sus clases. Unos
d�as antes del examen se me acerc� y me dijo al o�do:

-Belle, no se preocupe tanto por el examen, hasta ahorita no
ha habido una sola mujer que no lo apurebe. Cr�ame, no hay por que ponerse
nerviosa. �Quiere que la ayude a estudiar? Podemos estudiar en mi departamento.

Su mirada lujuriosa me irritaba. Ten�a una forma de mirarme
que sent�a que me desnudaba con la imaginaci�n. De no ser por que de verdad
quer�a sacar la carrera, lo hubiera abofeteado. Pero no, me limit� a decirle que
agradec�a su inter�s pero que Julio y Gabriel ya me estaban ayudando a
prepararme para el examen.

Varias veces me invit� a que tomaramos una taza de caf�. Yo
sab�a que de aceptar salir con �l, era motivo para que hablaran de m� y
francamente no estaba dispuesta a correr ese riezgo. Sin embargo, aun si me lo
encontraba por alg�n pasillo pod�a sentir su mirada en mi trasero.

No por coincidencia, el d�a del examen, el Ing. R me reserv�
para ser la �ltima. Mientras esper�bamos turno, pude darme cuenta que el examen
en realidad era sencillo para quien hab�a estudiado. Compa�eros que por lo
regular sacaban notas mas bajas que yo, sal�an del examen felices de haberlo
aprovado con 7 o hasta con 8, nadie con menos de 7. Les ped� a mis amigos Julio
y Gabriel a que me esperaran hasta que el Ing. R terminara de examinarme, que
por favor no me dejaran sola con el. Ya eran las diez de la noche, la escuela
estaba pr�cticamente vac�a y ten�a miedo de estar a solas con ese hombre tan
atractivo pero deprerador sexual.

Entr� nerviosa a la sala de clases y me pidi� que cerrara la
puerta. La puerta era muy gruesa y a prueba de ruido para excluir los sonidos
que no pertenec�an a la clase. Ten�a una ventanilla de unos 10 cm de ancho por
30 de altura por medio de la cual se podia ver dos terceras partes del sal�n.
Uno de los rincones quedaban ocultos a esta ventanilla por mucho esfuerzo que se
hiciera. En esta esquina, estaba situado el maestro con su portafolio sobre una
mesa y una carpeta abierta en donde llevaba una relaci�n de los examinados. Me
sent� frente a �l. Dios! Hab�a sido un d�a muy complicado. La verdad es que
estaba exhausta. Hab�a comenzado mi d�a a las 4:30 de la ma�ana, tres proyectos
por entregar en el trabajo, una hora de tr�fico, 4 horas de clases y 2 horas de
agon�a esperando turno para el dichoso examen oral del famoso Ing. R. Ese d�a
llevaba puesto un vestido azul rey pegado a mi cuerpo, cuatro dedos arriba de la
rodilla. El escote no era muy bajo pero si quer�a que lo abultado de mis tetas
lograran distraer al Ingeniero durante su interrogatorio. Llevaba zapatillas
azules de charol y un bolso que le hac�a juego. Atraves� el sal�n casi de prisa
con cada paso haciendo un esc�ndalo t�pico de mis zapatillas. Al sentarme, cruc�
mis piernas para sentirme relajada y le pregunt� al Ing. R si no le molestaba
que encendiera un cigarrillo. El debi� haber notado mi nerviosismo y me dijo que
no hab�a problema. A continuaci�n sigui� un interrogatorio que con cada pregunta
se hac�a mas dif�cil y absurdo. Pude percatarme que debido a que hab�a estudiado
lo suficiente, pod�a defenderme de sus ataques examinatorios. Lleg� el momento
que not� que �l estaba perdiendo el control, no s� si por lo tarde de la noche
pues supongo que el tambi�n estaba cansado, o mas bien por el espect�culo que
mis ergidos senos le ofrec�an. Lleg� a preguntarme cosas tan est�pidas como
valores n�mericos del contenido de equis aleaci�n en alg�n acero espec�fico. Yo
lo mir� a los ojos y le sonre�. Le dije en tono de sarcasmo que no me hab�a
dedicado a memorizar tablas innecesariamente, despu�s de todo esas tablas
siempre se usan como referencia y nunca nos hab�a dicho que su examen tambi�n
abarcar�a eso. El se sonri� con maldad y complacencia. Por fin hab�a atinado a
un punto vulnerable de mis concocimientos. Despu�s me enter� que a ninguno de
mis compa�eros les hab�a preguntado nada similar.

Tras mi fracaso, sigui� embistiendo con preguntas similares
en contenido y estupidez. Tras unas 10 preguntas, me dijo:

-Belle, por lo visto no estudio lo suficiente . . .

Me quede helada. Me sent� fr�gil y atrapada. Sab�a que no
importaba el examen, en realidad, el muy descarado estaba a punto de mostrar su
verdadero plan.

-Le dije que le conven�a estudiar conmigo, me dijo con tono
de enfado. Que l�stima que una muchachita tan linda como Usted vaya a ser la
primera en reprobar mi materia. No cabe duda que esta carrera no es para
mujeres. Por que no mejor estudi� enfermer�a? O secretariado?

Senti como la mente se me nublaba de rabia por la injusticia.
Por un momento hab�a cre�do poder ganarle al sistema. Ahora , en una fracci�n de
segundos pod�a ver que mi carrera entera estaba en riesgo pues era este
ingeniero quien fung�a como jefe del departamento y controlaba los laboratorios
y materias de 4�, 5�, 6� y 7� semestres. Era obvio, que pasaba sus materias a
como diera lugar o pod�a irme despidiendo de la carrera.

Mi respiraci�n estaba agitada del coraje y de la
incertidumbre. Se hizo un gran silencio.

Lentamente levant� la mirada y vi que el muy cabr�n ten�a su
mano sobre su pene el cual se ve�a erecto debajo del pantal�n. Hab�a una gota de
humedad en la tela junto a la bragueta. Apret� los ojos y me mord� los labios
llena de una ansiedad y desesperaci�n como quien est� en el fondo de una alberca
y no puede salir a la superficie a respirar. Sent�a que me ahogaba. Me sent�
impotente ante la situaci�n.

-Usted ya sab�a que �sto era un examen oral, Belle. Est� a
punto de reprobar mi materia. As� que puedo ponerle el 4 que ha sacado de
calificaci�n o puede intentar persuadirme a que sea generoso y la apruebe como
favor especial. O que, �de plano le parezco muy feo?

Con l�grimas en los ojos, le repliqu�:

-Es que no puedo ingeniero.

-Belle . . . relexione . . . yo quiero ayudarla. Pero si
Usted no quiere, pues que le vamos a hacer . . .

Tomo su bol�grafo y se dispuso a escribir en su registro de
calificaciones.

Titubi�, pero al fin sali� de mi garganta cas� un murmullo:

-Hoy no puedo . . . porque . . . estoy reglando.

Pens� que con mi mentira podr�a safarme del apuro.

-No te preocupes ni�a bonita. Ya te dije que es examen
"oral".

Mientras hablaba, se abr�a la cremallera del pantal�n.
Prosigui� a sacar su pene que estaba ya bien erecto y humedo.

Que situaci�n tan inc�moda. Sent� que de alguna manera me iba
a prostituir. Al ver su verga, no pude disimular pues tambi�n fue inesperado su
arranque, no pude quitarle la mirada de encima. Si he de ser honesta, se me
hac�a que despu�s de todo no iba a ser un precio tan alto pasar su materia.
Mientras me armaba de valor, la ve�a y me imaginaba de nuevo las consecuencias
si me negaba a su propuesta tan c�nica.

-�Y bien?

Me pregunt� con cierta dulzura.

-No quiero que te sientas obligada y despu�s vayas a andar
con chismes. Si no quieres, aqu� mismo se acaba todo. Abrimos la puerta y les
decimos a tus "amiguitos" lo mediocres que son para preparar a una belleza como
t� para un examen oral. Tu decides . . .

Se puso de pie y se coloc� frente a m�. Su verga pulsaba
hacia arriba y hacia abajo como si tuviera vida propia. Calcul� que media unos
16cm. Mientras que no era muy grande, si estaba algo gruesa y muy venosa. El
glande era mas bien peque�o.

Me pregunt� a mi misma si el ingeniero se conformar�a con una
buena mamada. Pero tambi�n pensaba que eso solo ser�a el principio, pues como
antes mencion�, el impart�a materias se los semestres subsequentes.

Le dije por �ltima vez:

-�No hay otra forma?

Sent� su mano como me rozaba el cuello y se enredaba detr�s
de mi nuca. Me jal� fimemente atray�ndome hacia s� diciendo con voz firme y
tierna:

-No, no hay otra forma . . .

Mis labios hicieron contacto con lo tibio se su glande. Cerr�
los ojos y dej� de pensar. Medio abr� la boca y saqu� mi lengua con la cual
toqu� ese pene que se me ofrec�a. En la punta de mi lengua pude sentir el bulto
de una de esas venas descomunales que rodeaban el intrumento que estaba a punto
de comerme. Me arme de valor. Realmente quer�a ser ingeniero y en ese momento no
estaba lista a arruinar la carrera. De pronto se apodero de m� la fuerza del
instinto. Sub� mi mano izquierda hasta la altura de mi cara. Jal� mi cabello
detr�s de mi oreja y lentamente la llev� hasta rodear la base de la verga con lo
largo de mi palma. La apret� y sent� un cambio en mi estado de �nimo. No quice
jugar el papel de la v�ctima. Mientras la apretaba, la introduje mas en mi
humeda boca. Succion� despacio mientras la resbalaba hacia afuera. Mientras
sent�a su sabor, me atrev� a levantar la mirada y ver la cara de mi examinador.
El ten�a los ojos cerrados y aguantaba la respiraci�n. Suspir� mi nombre "Belle
. . .", mientras se mord�a el labio inferior.

De pronto fu� yo la que me sent� en control. Abr� mi boca y
sin que mis labios tocaran su piel, resbal� suavemente mis dientes a lo largo de
su macana enfoc�ndome mas en el area de la cabeza. Hacia adentro y hacia afuera.
El gimi�.

Solt� su verga de mi mano y con ambas manos tom� su tracero
el cual pude apreciar que estaba duro y redondo. No pude evitar excitarme. Sent�
que el pulso se me aceler� y que toda mi piel se volv�a sensible. Cada poro de
mi cuerpo se llen� de deseo. Rogu� para que mis pezones endurecidos no me
dilataran por temor a quedar expuesta a mayores exigencias de mi profesor.
Mientras que estaba empezando a disfrutar de su pedazo de carne viva, no quer�a
prolongar el momento m�s de la cuenta, ni perder el control que seg�n yo hab�a
adquirido.

En el pasillo se o�an las voces y rizas de Julio y Gabriel,
quien supuestamente cuid�ndome esperaban tras la puerta. Era imposible que nos
vieran.

Tomando con fuerza sus nalgas tan ricas, las apret� sin
importarme enterrarle las u�as, las cuales mi trabajo de dibujante me imped�a
usar muy largas, y lo atraje hacia m�; con �sto logr� envainar su espada en mi
boca hasta la mitad. Agarr� ritmo y empec� a mamar desde ese punto hasta la
punta del glande con frenes�. Sent� ambas manos del curpulento ingeniero en mi
nuca y no pude evitar que presionara mi rostro hasta que en mi nariz chocaba la
tela de su pantal�n. Pens� urgentemente en el riezgo de que mi lapiz labial
manchara su pantal�n y de esta forma quedar descubierta ante mis amigos. As� que
mord� esa carne tan dura y suave a la vez con todas mis fuerzas. La estrategia
di� resultado pues el ingeniero dej� mi cabeza en libertad. Inmediatamente
levant� la mirada y trat� de poner cara de sumisi�n. Me encontr� con sus ojos
llenos de c�lera y al mismo tiempo de pasi�n. Sin perder tiempo, estir� mi brazo
para alcanzar mi bolso mientras le explicaba que no le quer�a manchar su
pantal�n con mi lapiz labial. El consinti� que sacara un Kleenex y terminara de
limpiarme los labios.

En cuanto ya no quedaba mas bil� en mis labios, el toc� mi
barbilla con su mano y me estremec�. En realidad parec�a un ni�o caprichoso.
Reincorpor� mi cuerpo para reiniciar mi tarea y al mover una pierna not� que mi
vagina estaba h�meda. Sent� que el color se me subi� al rostro y apretando mis
muslos dese� con todas mis fuerzas que �l no llegara a darse cuenta. Nuevamente
di rienda suelta a mis instintos de mujer y tomando suavemente su erecta verga
con ambas manos acerqu� mi cara y la frot� por mis mejillas, por mis frente, por
mis p�rpados que escond�an mis verdes ojos, por mi cuello, por mi nariz; me
complac�a la temperatura y suavidad de su piel. Ahora era yo la que quer�a
sentir el placer que una verga me proporciona en la lengua, los labios y el
paladar. Empec� a besarla interminablemente desde el glande y a lo largo hasta
llegar a los huevos. Mientras la gozaba con mis labios y lengua, aprovech� para
que h�bilmente mis manos desabotonaran el cintur�n y la pretina del pantal�n. Al
tiempo que succionaba la piel de sus test�culos, baj� de prisa su ropa exterior.
Al ir bajando el pantal�n hasta el suelo, me baj� del asiento y me arrodill�
frente a �l. El prosigui� a bajarse los calzoncillos tipo boxer que vest�a; de
este modo dejando al descubierto toda la potencia de su virilidad. Deslic� mis
manos en el reverso de sus piernas hasta llegar a sus nalgas; al mismo tiempo
que introduje sus 16 cent�metros en mi boca. La dej� en lo profundo de mi
garganta mientras que con mi lengua procuraba cosquillear lo largo de su estaca
y cada una de las hinchadas venas.

Sin darme cuenta y perdiendo noci�n del tiempo, hab�a cerrado
los ojos para dedicarme a gozar de la calificaci�n que me estaba ganando. De
repente sent� su mano rodear uno de mis pechos por encima de mi vestido. Lo tom�
con suavidad y poco a poco lo fu� apretando hasta que me sac� un gemido. El
ingeniero hab�a encontrado mi punto d�bil y yo no estaba dispuesta a detenerlo.
Supongo que se percat� de cu�nto estaba yo disfrutando esa mamada. Masaje� mi
seno y al ratito sent� las yemas de sus dedos deslizarse por mi piel tratando de
abrirse camino entre el escote de mi vestido. Apret� los ojos y segu� d�ndole
leng�etazos mientras masajeaba su cilindro y test�culos con una mano.

Me estaba resultando un martirio parad�jico rechazar a quien
pr�cticamente me estaba obligando a tener sexo oral con �l, mientras que mi
feminidad deseaba que me entregara a �l completamente. Antes de perder la
cabeza, decid� terminar de una vez por todas. El segu�a luchando por entrar a la
desnudez de mis tetas, las cuales deseaban ser acariciadas, recompenzadas. Yo
estaba mamando y gozando a mil por hora. Inconcientemente, mis caderas hab�an
agarrado ritmo y mi cuerpo se retorc�a incontrolablemente. Por momentos, sent�
una gran tentaci�n de despojarme de mis ropas y hacer el amor con este macho;
pero pude guardar compostura y simplemente me dediqu� a darle todo el placer que
pod�a. De repente, sent� como h�bilmetne bajaba por mi espalda el cierre de mi
vestido. Acto seguido, desnud� mis hombros hasta que mis senos quedaron
descubiertos solo protegidos por el sost�n. Mov� mi mano masturbadora con mas
fuerza y rapidez al mismo tiempo que mov�a mi lengua como viborilla para
acariciar el tronco por la parte inferior, como medio cent�metro abajo de la
cabeza. Ten�a sed de su semen. Su mano por fin hab�a encontrado la desnudez de
mi teta derecha por debajo del brasier. Sin rodeos se fu� a mi pez�n y despu�s
de magrarlo unos instantes, lo pellizc� suavemente y lo retorci� entre sus
dedos. �Oh dios! �Qu� sensaci�n tan agradable! �Qu� placer tan infinito!
S�bitamente, su otra mano volvi� a tomar mi nuca y sin mas, con fuerza meti�
hasta el fondo de mi boca su verga que estaba mas caliente y mas dura que nunca.
Me dej� hacer. El bombe� como diez veces y mientras yo sent�a sus embestidas y
como sus test�culos chocaban contra mi barbilla, lo caliente de su semen empez�
a alojarse en el fondo de mi garganta. Me qued� sin respirar confundida si deb�a
tragarlo. El segu�a llen�ndome de su l�quido caliente y espeso el cual empez�
escurrir fuera de mi boca. Fu� cuando decid� tragarlo por temor a ensuciar mi
ropa y quedar al descubierto ante mis amigos. Ten�a un sabor salado y amargo. Su
orgasmo fu� intenso e infinitamente largo as� que me apresur� a tragar aunque lo
sent�a pegado a mi garganta. Despu�s de unos momentos mi paladar se acostubr� al
sabor de su esperma y quice que no teminara de fluir. El bramaba como toro
enloquecido. Poco a poco baj� el ritmo de sus embestidas d�ndome tiempo para
terminar de tragarme su elixir. Solt� mi cabeza permiti�ndome libertad para
proseguir a limpiarle su instrumento. Trat� de ser gentil evitando lamer su
glande el cual estaba hinchado y sensible. Volti� la vista y vi que me observaba
con morbo. Me sent� suya y me hice la iluci�n de que el tambi�n era m�o.

Me sonri� con dulzura y me dijo:

-Est�s aprovada . . . que bien lo haces.

-�Merezco el 10? Le pregunt� mientras buscaba otro Kleenex de
mi bolso y me levantaba del piso duro y fr�o con mis rodillas entumidas.

-D�jame pensarlo . . . no estoy seguro que sea lo mejor para
t�. �Que dir�an tus compa�eros?

Vi mi reloj, eran las 10:40 PM. Me apresur� a acomodar mi
seno en el brasier y a subir mi vestido a su lugar original. D� media vuelta
implicando su ayuda con el cierre. El no perdi� el tiempo para poner una mano
sobre mis nalgas. Las mayug� un par de segundos y bes�ndome un hombro prosigui�
a abrochar mi vestido.

-Tienes 8; es la calificaci�n mas alta que doy.

-Pero . . .

-Nada. Y ya v�monos que es tarde. Sonr�e que te has ganado tu
8 "a pulso".

Dijo mientras lo apuntaba en su libreta. Inmediatamente la
cerr� y la guardo en su portafolio invit�ndome a salir del sal�n con �l.

Termin� de aplicarme lapiz labial y tom� mi bolso. El taconeo
de mis zapatillas marcaban el fin de este episodio.

Julio y Gabriel aun me esperaban, su protecci�n hab�a
resultado in�til. La habilidad y el poder de convencimiento del Ing. R hab�an
sido mas fuertes. Sexualmente yo hab�a quedado insatisfecha y a�n me sent�a
exitada. Disimul� frente a mis amigos y le ped� a Gabriel que, como de
costumbre, me llevara a mi casa.

Hasta donde yo se, lo que pas� esa noche, nunca se supo entre
los estudiantes.

En otra ocasi�n les contar� como progres� mi relaci�n con el
Ing. R durante los siguientes examenes y semestres. Yo bien sab�a que la mamada
de esa noche era solo el principio.

Cuando sucedi� esto, yo contaba con 19 a�os de edad.