La Disco y La Leche
lovertype 01
Eran las 04:00 horas de la ma�ana de una madrugada de s�bado.
Aqu�l mes de agosto era caluroso en la calle y ardiente dentro de las paredes
h�medas de la discoteca. Yo estaba en Barcelona de fiesta. Hab�a ido con un
amigo que ten�a un piso en el cu�l esper�bamos dormir despu�s del desfase
musical. El inmueble era de estudiantes y estaba vac�o en agosto pero por
desgracia no ten�a aire acondicionado. No se encontraba lejos de la sala en
donde est�bamos. Yo llevaba ya unos 4 cubatas en mi sangre y mi amigo puede que
el doble, adem�s de algunos porros. Nuestro �nico objetivo aquella noche era
pillar una borrachera hist�rica y, por el momento, el objetivo estaba
cumpli�ndose a rajatabla. Era nuestra forma de desconectar.
El l�mite de edad de la discoteca eran 16 a�os por lo que en
la sala hab�an montones de "lolitas frescas" (como las llam�bamos nosotros) de
diminutos cuerpos que vest�an y se mov�an de esc�ndalo. Aquellas adolescentes
descontroladas beb�an, consum�an pastillas y fumaban sin saber cuando parar. Su
edad no les permit�a muchas reflexiones. La m�sica del local era ya una mezcla
de hardcore con alg�n tema mel�dico de corte m�quina. Un aut�ntico infierno de
ritmos rotos que machacaba la cabeza y hac�a sudar todos los cuerpos.
Al poco de estar ah� nos dimos cuenta que aquella noche (como
tantas otras) muchas de las presentes ni siquiera llegaban a los 16 a�os. Con
sus faldas y sus plataformas disimulaban entre el resto del ganado. Eran
endiabladamente provocativas y jugaban con todos los t�os de la discoteca sin
reparos. Una generaci�n de hembras sin tapujos que a nosotros nos generaba
erecciones constantes. Las chicas se divert�an en la pista de baile moviendo sus
deliciosos traseros mientras algunos afortunados se llevaban a alguna en los
sof�s. All� les met�an mano sin piedad. La poca luz incitaba a las
masturbaciones inocentes. Si te acercabas pod�as incluso ver alguna en directo.
El alcohol y las substancias les hac�an perder la verg�enza y algunos co�os
pod�an ser vistos sin demasiada dificultad. Los chicos no dudaban tampoco en
ceder y correrse encima de las manos de las chicas. Esta era una zona con gran
actividad a partir de les 05:00 horas, cuando todo lo ingerido hac�a efecto. Los
habituales de la discoteca la conoc�an como el folladero.
Eran las 04:30 horas cuando mi amigo y yo nos dirigimos al
folladero completamente borrachos para intentar ver alguna parejita jugando.
Nosotros, aunque siempre frecuent�bamos la discoteca, rara vez pill�bamos algo
ya que nuestro f�sico no era del agrado de las jovencitas que prefer�an
aut�nticos culturistas. Sin embargo, pensaba yo, el d�a que ense�ara mi polla,
aquellas "lolitas" quedar�an hechizadas por su enorme tama�o y grosor. Se
olvidar�an de mis kilos de m�s.
Cuando llegamos all� (yo ya ten�a otro cubata en mano) no
observamos mucha actividad pero vimos algo curioso. Hab�a una chica de unos 15
a�os sentada en el sof� sin moverse. Por su posici�n llegamos a la conclusi�n
que hab�a tomado demasiado alcohol. Las manchas de sudor en su top rosa, que iba
ligado por la espalda y escond�a unos pechos muy bien formados, nos dec�an que
hac�a poco rato que hab�a abandonado la pista de baile. La joven tambi�n llevaba
una falda negra (bastante corta) y unas botas con un imponente tac�n. Sus
pendientes eran largos y brillantes. Su rostro estaba maquillado a la perfecci�n
y sus facciones eran a�n las de una ni�a.
Mi amigo me sugiri� (o eso es lo que entend�) que fu�ramos a
hablar con ella. Nos aproximamos con cautela para no asustarla. Le dijimos
algunas cosas pero ella solo emit�a sonidos por respuesta. Su aliento apestaba a
whisky y cuando abr�a la boca su saliva se enganchaba con sus dientes formando
hilillos verticales. Su estado era deplorable. En alg�n momento de despiste (mi
estado tampoco era muy bueno) el cubata se me cay� en la falda de la chica. El
l�quido la empap� de cintura para abajo. Mi primera reacci�n fue intentar
limpiarla con la mano pero era imposible. Y ella no se daba cuenta de nada. Fue
entonces cuando mi amigo me mir� y sonri� con picard�a. No me cost� nada
entender lo que pretend�a pero pens� que era una mala idea: a lo mejor su novio
no andaba lejos y por lo buena que estaba la chica el t�o ten�a que ser un
armario.
Nos sentamos a su lado y esperamos unos cinco minutos. Nadie
se acercaba a ella as� que la idea de mi amigo empez� a tomar cuerpo. �l, con su
mano derecha le agarr� un pecho y se lo empez� a sobar. Su erecci�n la pod�a ver
hasta yo. Por mi parte decid� empezar inclinando un poco la chica para poder ver
su culo. Era perfecto. Mi mano lo recorri� arriba y abajo. Mi polla quer�a
estallar. Luego me dediqu� a los pechos. Eran duros como piedras y eso me
excitaba mucho. No puede resistir m�s y la bes�. Le met� la lengua hasta el
fondo. Los hilillos de saliva se romp�an con mis movimientos. En este instante
mi amigo decidi� acariciarle el co�o por encima de las bragas. Me dec�a que era
blando y que notaba sus labios vaginales h�medos por el cubata. Quer�a hacerme
una paja all� mismo. Mi amigo tampoco estaba mejor. �Qu� pod�amos hacer?
Empezaba a llegar gente y nos pod�an pillar realizando nuestro morboso juego.
La cogimos en brazos y la apartamos del lugar. Nuestro
objetivo eran los lavabos ya que la chica segu�a sin enterarse de nada. No
sab�amos exactamente que har�amos en ellos pero nuestras erecciones actuaban
como cerebros. Cruzamos la parte no iluminada de la discoteca de espacio. Nadie
pareci� reconocer a la chica que llev�bamos en brazos. La gente nos miraba y
supongo que para ellos era un hecho normal ver a alguien en tan mal estado.
Cuando llegamos all� mand� a mi amigo a mirar si hab�a gente dentro de los
lavabos. Me dijo que no. Entonces la volvimos a arrastrar. Esta vez, sin
embargo, nuestras fuerzas flaqueaban y la chica rozaba el suelo con las
rodillas. Todos los restos de orina que hab�an en este le empaparon sus bonitas
piernas.
Finalmente nos detuvimos en el lavabo de minusv�lidos, m�s
amplio que los dem�s. All� nos encerramos e intercambiamos una mirada con mi
amigo mientras apoy�bamos a la chica contra la pared. Luego la miramos a ella.
Estaba incre�blemente buena. Debido al arrastre su top rosa estaba ligeramente
movido y dejaba entrever parte de su sujetador rojo. Su falda, a la vez, nos
ense�aba sus bragas de ni�a mojadas de cubata. En aqu�l instante sucedi� algo
que nos sorprendi�. La chica se empez� a mear encima. La orina convirti� sus
bragas en un trapo transparente e in�til y el suelo se inund�. A nosotros, lejos
de producirnos asco, nos excit�. Est�bamos a punto de explotar. No me lo pens�
dos veces y me saqu� la polla. Mi miembro estaba enorme y observ� como mi amigo,
por sus gestos faciales, opinaba lo mismo. El tambi�n liber� su arma. No era tan
grande como la m�a pero no se quedaba corto. Entonces empec� a acariciar el
cuerpo de la chica con mi pene mientras mi mano jugaba con su co�ito. Apart� las
bragas y met� 2 dedos hasta el fondo. La chica solt� un suspiro. Mi amigo cogi�
su miembro y lo pas� por la cara de la muchacha. Su calentura era tal que
soltaba peque�as gotitas de l�quido que se enganchaban en el inocente rostro de
nuestra v�ctima. Luego, le volvimos a acariciar los pechos pero esta vez por
debajo del top y el sujetador. Sus pezones a�n nos pon�an m�s calientes.
Ya no pod�amos aguantar m�s. Ten�amos que corrernos. Por
supuesto no quer�amos penetrarla por miedo a posibles denuncias o embarazos. No
ten�amos ni condones. Sin embargo, se nos ocurri� una idea. Cog� la mano derecha
de la chica para que agarrara mi polla y la hice subir y bajar como si me
estuviera pajeando. Solo con ver su diminuta mano en mi h�medo miembro me pon�a
enfermo. Estaba a punto de correrme... Y de golpe mi leche sali� y se fue
directamente para la cara de la chica. Hac�a unos d�as que no me pajeaba en casa
por lo que mis reservas de l�quido estaban altas. Me corr� durante medio minuto
intensamente. La mayor parte de la leche le inundaba sus facciones y se mezclaba
con el maquillaje y el pelo. Parec�a una aut�ntica puta y solo tendr�a unos 15
a�os� Mi miel empezaba a resbalar hac�a el top rosa. Bajaba por su cuello y se
met�a entre sus pechos. Al cabo de un momento o� unos fuertes susurros. Mi amigo
estaba al l�mite. �l se corri� encima de la falda de la muchacha. Estuvo un buen
rato liberando leche y el color negro de la prenda se transform� en intenso
blanco que se mezclaba con la orina que hab�a soltado la chica. Estaba
completamente llena de semen. Sus bragas no se pod�an ni ver.
Al terminar de corrernos decidimos limpiarla con el agua del
grifo. Mientras lo hac�amos, le acariciamos otra vez todas las partes de su
diminuto cuerpo. Finalmente la volvimos a apoyar contra la pared. Toda su ropa
estaba mojada y el top rosa le marcaba unos pezones de esc�ndalo. La dejamos
all� con la puerta abierta. Supon�amos que cualquiera la encontrar�a, aunque en
la posici�n que estaba, con las piernas abiertas y dando una incre�ble vista de
sus bragas, ten�amos dudas sobre si tal vez alguien se la volver�a a follar.
Ella no se hab�a dado cuenta de nada y no quedaban rastros de nuestra leche.
Parec�a como si ella, borracha perdida, hubiera andado hasta all� para dormirse.
Al menos, eso esper�bamos que opinara la gente.
Eran las 06:15 horas de la ma�ana de una madrugada de s�bado
cuando al salir de la discoteca un tipo considerablemente atractivo nos pregunt�
por una chica de 15 a�os (acertamos en la edad) que llevaba un top rosa y una
falda negra. Se hab�an discutido. �l era su novio.