Relato: Perversamente tuya (II) PERVERSAMENTE TUYA II
Esa ma�ana lo vi a papi, esta ojeroso, y con cara de
preocupaci�n, nunca lo hab�a visto as� , as� que me arrodille y le pregunte, que
te pasa papu, nada princesa, lo que pasa es que estoy mal en los negocios, y no
se que hacer, yo me preocupe, me acerque a el y me sent� en sus piernas, lo
abrace, y me dijo hay lau, sos hermosa, sellando esa afirmaci�n con un beso de
lengua.
Pasaron las semanas, y mi papi estaba cada vez mas
preocupado, ya ni siquiera hac�amos el amor, y eso me preocupaba, a pesar de
todo, nunca hab�a cesado de cogerme, me cog�a de d�a, de noche, a la tarde.
Una tarde, cuando volv�a del colegio mama me dijo, laurita,
vestite bien, que esta noche viene un empresario muy importante que papa quiere
que invierta en la empresa, mientras que comentaba que la empresa de papa estaba
en serios problemas, y que esa inversi�n pod�a salvar la empresa, y arreglar los
problemas de papi, ya que esa era la raz�n por la que papi no me cog�a, yo
estaba decidida a ser una nena ejemplar, y papi iba a lograr esa inversi�n, y me
iba a volver a coger.
Me vest� como una nena, con un vestidito rosa, unos zapatitos
blancos, y me ate el pelo con una cola de caballo, nadie me dar�a mas de 12
a�os, pero mis suaves curvar, incitaban a pensar que era mayor, nos presentaron,
era un se�or mayor, de unos 50 a�os, pelo canoso, y ojos grises, era delgado, y
no era para nada feo, apenas llegue, note su mirada de deseo, mis papis, no
notaron nada, ya que estaban mas interesados en agradarle, y realmente me
ignoraban.
La cena transcurri� con total normalidad, y cuando el se�or,
que se llama Gerardo, se fue hacia el ba�o, yo me fui a dormir, como buena nena,
y me sorprend� cuando vi a Gerardo, oliendo una de mis bombachas, cuando quise
irme, el me tapo la boca, y me dijo, no digas nada o fundo a tu papa, yo me
asuste mucho y me quede callada, y en cuanto saco su mano de mi boca le dije, me
la hubieras pedido, el se quedo helado, y lo avance, ya que sabia que si era una
nenita buena, mi papi iba a ser feliz de vuelta, y por lo tanto me iba a volver
a coger, el se asusto, y supe que a el le gustaba, la onda nena virginal, y puse
mi mejor cara de tristeza y le dije, perd�n, es que me gusta tanto, que no supe
como actuar, entonces, el me tomo la cara entre las manos y me dio un besito, y
me dijo esta bien gatita, y me dijo te quiero ver, solos, por que ahora no
podemos, y le dije, bueno, ma�ana puedo faltar al cole, y nos vemos, el me dio
el ok, y me cito en una plaza.
Esa ma�ana, papi me dejo en el cole, no sin antes darme un
besito, eso si lejos del colegio, no sea que alguien nos viera, eso me dio
valor, cuanto antes, papi tenia que volver a ser mi hombre.
Nos encontramos, yo estaba con uniforme, un jumper color
gris, y una camisa blanca, con corbata, y medias azules, el al verme con ese
vestuario se �xito, lo vi, ya que el bulto que destacaba de su pantal�n era
importante, yo sonre� para mi misma, pronto mi papi iba a tener paz, me llevo a
su hotel, era el mas importante de buenos aires, y me hizo subir a su
habitaci�n, me ofreci� desayunar, y ped� una chocolatada (que era mas inocente
que una chocolatada), mientras la tomaba el me miraba con deseo, el se situ�
detr�s de mi, y me empez� acariciar los hombros, me dijo, sos muy linda sabes?,
y si sos buenita, yo puedo ayudar a tu papi, y me dijo veni, arrod�llate, y hace
lo que te diga, mientras se desabrocha la bragueta, veni chupalo, como un
chupet�n, sabes, mientras yo inclinaba mi cabeza y tomaba su miembro en mi boca,
chupandolo, succion�ndolo, como un bebe, en busca de su alimento, sent�a sus
gemidos, y me dec�a, as� nena, as� gatita, chupamela, mas, el gritaba, y cuando
sent� que iba acabar, quise correr mi cara, pero el me agarro de los pelos, y
puso mi boca en su pija, mientras la leche entraba en mi boca, era tanta, que no
alcanzaba a entrar en mi boca, y la leche desbordaba por la comisura de los
labios, sent�a la cara pegajosa, Gerardo, me tomo la cara entre sus manos y me
dio un beso de lengua, y creo que le pase parte de su semen.
Despu�s, el me llevo al ba�o, y me limpio, como a una bebe, y
me dijo bueno, ahora quiero otra cosa, y me llevo a la habitaci�n devuelta, me
saco la bombacha, y me dijo ahora date vuelta, lo hice, y sent� su mano en mi
cola, penetrando con un dedo mi agujerito, sent� placer, despu�s del dedo sent�
su boca, chupando mi culito, lo cual me hizo acabar, ya que sent�a su saliva
caliente, mezclarse con mi exitaci�n, cuando sent� su pija en mi culo, fue muy
doloroso, ya que la ingreso de una, no fue de a poco, fue r�pido, un grito m�o
lo �xito, y segu�a introduci�ndose, mas y mas, cada penetrada era mas dolorosa
para mi, las lagrimas llenaban mi rostro, pero el no paraba, no paro hasta que
se derramo en mi, entonces me levanto, y me acost� en la cama, y me dijo, las
nenas buenas no se suben a autos de extra�os, esto fue para que aprendieras.
Me fui, ni siquiera me puse la bombacha, sal� corriendo,
cuando llegue a mi casa, estaba mi papa, rebosante de alegr�a, Gerardo hab�a
cumplido su promesa, esa tarde, papi me hizo el amor devuelta, ya no importaba
mi culo roto, solo import�bamos el y yo.
Este relato esta dedicado a mi t�o ale.
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Relato: Perversamente tuya (II)
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