La vecina II.
Esa noche decid� ir al taller del fondo, la tersura de la
bombacha de mi vecina rondaba mi cabeza y me llevaba continuamente a masturbarme
pensando en el culito de su hija. Puse una silla sobre el banco de trabajo y
llegando al vent�lete ve�a la casa de la causante de mis calenturas.
Al ver la luz del ba�o perdida, se me ocurri� entonces ir por
el costado y saltar el peque�o cerco y llegarme a el ventiluz de su ba�o.
Necesitaba verla desnuda, robarle su intimidad y saber si era
tan seria cuando estaba sola. Pensaba tambi�n en hacerme una hermosa paja bajo
su ventana.
Al subirme a una mesa de material cerca de una parrilla,
quede en la posici�n justa. Estaba ella con su pollera azul va-porosa y ya se
hab�a sacado la camisa blanca que llevaba y su corpi�o discreto sosten�an unas
hermosas y abundantes tetas, cuando cayo al suelo me dejo apreciar sus pezones
marrones y parados, yo pensaba en c�mo se los chupar�a. El agua corr�a llenando
la ba�era mientras terminaba de sacarse la pollera. Yo ya la tenia en mi mano,
pero para mi sorpresa eso no era todo.
Rita te vas a ba�ar con mama.
Si mama.
Al llamar a su hija ella quedo fuera del lugar que yo pod�a
ver, lo cual me dio mucha bronca, pero la conversaci�n que o� compenso con
creces mi excitaci�n.
Veni que te saco el vestido. A ver date vuelta, hoy por
suerte no te ensuciaste la bonbachiata como la otra vez...
No esta vez viaje bien.
Si mi amor, me alegro. Sin embargo hoy mama se la mancharon
otra vez.
Tenes una manchita blanca, como fue.
Si mama te va a contar todo, pero vos tambi�n le tenes que
con-tar todo, a mama como me contaste ayer, vos tenias miedo que me iba a enojar
por que alguien te toco en el viaje.
Si mama.
Hay hija vos sabes c�mo le gusta a tu mami, que le cuentes
todo.
Cuando te tocan los hombres, vos te quedas quietita sin decir
nada y despu�s solo se lo contas todo a mama. A ellos les gusta, tocarnos la
bombachita y eso nos da cosquillitas aqu�. No mi amor?
Si a mi me gusto.
Si pero unicamente a mama se lo decis, sabes.
Hoy a mi tambi�n alguien paso su mamo debajo de la falda de
mami y ayudado por el desorden que se produjo al bajar me manoseo toda la cola.
Yo no dije nada por que queda mal sabes. Hasta me apret� un
poquito un cachete.
Te gusto que te tocara la colita, mama.
Bueno si. Adem�s estaba mojadita, por me gusta mucho hablar
con Osvaldo.
Y a vos te gusto mi amor.
Si mama.
Sabes nosotras las mujeres, si somos lindas estamos
destinadas a ser manoseadas, pero esto una chica buena no se lo cuenta a nadie ,
salvo a mi que soy tu mama.
Si mami.
Te mojaste la conchita.
Si mami un poquito mira.
Te gusta cuando se te pone as�, no mi vida.
Ahora vamos a lavarnos bien el tajito las dos, las dos
estamos un poco sucias por el flujito que nos sale a nosotras las mujeres nos
tenemos que lavar bien adentro mi amor.
Al imaginarme c�mo la madre enjabonaba a la hija y se hacia
lavar la concha por su hija, no pude mas y descargue todo mi liquido sobre la
pared.
Los d�as siguiente, solo tenia una cosa en mente, encontrarla
nuevamente, en el tren y poder invi-tarla alg�n lugar, c�mo para poder conocerla
mejor. Todos los d�as la busque en la terminal, sin poderla encontrar, hasta que
al fin un viernes la vi en el anden con su hija ,puse cara de sorpresa y le
manifest� lo agradable de ella, viajar con alguien con quien hablar, haciendo el
trayecto mas corto y llevadero. Ella con gusto me saludo, y pasar comento que en
la semana tambi�n le extra�o que no nos hallamos cruzado. Matilde fue a comprar
los boletos y yo me que de con Silvia conversando. Que hermoso vestidito tenes
hoy. Me alegra que te guste, mira atr�s tiene botones en la cola y mama tambi�n
me dejo ponerme una bonbachita nueva que me compro. Yo me sorprendia lo inocente
que era, como hacia para obtener lo que le gustaba. Y de que co�or es. Es de
color rosa viejo y muy suavecita.
Al llegar el tren subimos y c�mo siempre parados y a oscuras,
cosa tan normal que no hubo comentario de ello.
Mientras habl�bamos y por los vaivenes me tome el
atrevimiento de tomar la por la cintura, c�mo haciendo equilibrio y esperando su
reacci�n. Ella poniendo su mano sobre la m�a me aconsejo y mostrando su agrado.
No te vayas a caer, que aqu� no se ve nada.
Gracias Matilde.
Durante el viaje note que Silvia su nena, se fue acercando a
mi, hasta quedar otra vez c�mo la ante-rior de espalda a mi, siendo esta vez
adrede el quedar as�, esperando mi reacci�n, la que no se hizo esperar, no sin
volver a sorprenderme por la poca edad de la chica y su inter�s por volver a
sentir las mismas sensaciones del viaje anterior. Mayor sorpresa me dio la madre
cuando le dijo a su hija.
Silvia veni ac�rcate a Osvaldo, no te alejes que no se ve
nada y es mejor que estemos juntos.
Me paso por la mente que la misma madre asent�a lo que la
hija ya habia echo al acercarse a mi, dejando su colita predispuesta a mis
caricias.
La mayor parte del viaje me la pase hablando con Matilde,
llegamos a concretar una cita informal, en realidad fue ella que me invito a
cenar en su casa. Y con Silvia, fue mucho mejor, pude pasarle sin problemas mis
dedos con su colita casi llegando a su rajita, despu�s tambi�n le hice sentir mi
pija parada por los cachetes, pero esta vez no pude mas y por mas que me contuve
tire unos lechazos, siendo mi deleite no sacarla de su culito hasta tenerla
baja, antes de tenerla totalmente baja le tome la mano a Silvita y se la pase
por mi pija, ella dejo su mano todo lo que yo quise y hasta tuve que sac�rsela
yo para que no se diera cuenta la madre que la manitos tiernas de su hija me
manoseaban la pija delante, o cerca de ella.
Su madre y yo quedamos en que ma�ana s�bado la iba a mandar a
Silvita a casa para confirmar la hora de la cena.
Esa noche me preocupe, por que pasar�a S� Matilde ve�a la
bombachita manchada y c�mo reaccio-naria. La respuesta vendr�a ma�ana as� que
trate de dormir pensando en ma�ana.
A la tarde siguiente, toca a mi puerta Rita.
Continuara...
Datos del autor
Nombre: Delf�n
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