Relato: Un brusco cambio de vida (1) UN BRUSCO CAMBIO DE VIDA (primera parte)
�Realmente nunca lo olvidar�! Fue un extra�o oto�o, grandes
cambios sucedieron en mi vida contaba a penas con catorce a�os, mi nombre
Gerardo aunque todos me llaman "Grillo", una ocurrencia de mi abuelo ya que
dec�a que cuando era peque�o lloraba como estos insectos, mis padres murieron en
un tremendo accidente esa primavera, yo me encontraba solo con mi abuela
materna, una anciana enferma desahuciada y millonaria a la que los m�dicos no le
auguraban mas de seis meses de vida, ella mi �nica familia y yo a punto de
quedar definitivamente solo en el mundo.
Ese d�a me llamo mi abuela me pidi� que me sentara a su lado
en la cama, me dijo que antes de lo pensado se reunir�a con mis padres, y que
tendr�a que continuar sin ella, que no me preocupara ya que ser�a su heredero
universal y que con dinero todas las puertas se abren, que ya habl� con una
prima suya que esta dispuesta a alojarme en su casa y tenerme como parte de su
familia.
Yo recuerdo muy poco a la t�a Edith, mi madre me platicaba
que era la mas joven de sus t�as, prima de mi abuela, convivieron mucho de
ni�as, ya que a pesar de ser t�a de mi madre la t�a Edith era dos a�os menor que
ella, se dejaron de ver a ra�z de que la t�a se cas� y se mudo a Espa�a, donde
vive desde hace quince a�os, raz�n por la que yo solo la recuerdo por las
pl�ticas de mis padres y de mi abuela, los comentarios siempre eran sobre lo
excelente amiga y el gran cari�o que le ten�a a mi madre, de hecho en esos
quince a�os solo vino a M�xico en dos ocasiones, la primera cuando yo nac� y la
segunda al funeral de mis padres.
El d�a del funeral ella misma se present� y despu�s de darme
el p�same, me dijo que me recibir�a en su casa cuando yo quisiera, que ten�a
tres hermosas hijas mas o menos de mi edad con las que me llevar�a excelente,
que dos de ellas, gemelas id�nticas de doce a�os y la otra mas peque�a de once y
que mor�an en deseos de conocer a su sobrino de M�xico, a pesar de las lagrimas
en mis ojos alcanc� a observar lo hermosa que es mi t�a, alta, esbelta, unos
grandes ojos de un color entre caf� y verde y una sonrisa que caus� en m� una
sensaci�n inmediata de tranquilidad y paz.
A casi un a�o de esa pl�tica muri� mi abuela, la tristeza me
lleno el alma, me sent�a desolado y desecho, los abogados comenzaron los
tramites para crear un fideicomiso para que no me falte nada hasta mi mayor�a de
edad en la que recibir�a la gran fortuna que mi abuelo reuni� en su vida como
propietario de las minas de bronce mas productivas del pa�s y que por ahora
estaban siendo administradas por un consejo esperando a que yo pueda encargarme
de su direcci�n pero para ello faltaban aun algunos a�os. De acuerdo a la
voluntad de mi abuela, los abogados r�pidamente se encargaron de contactar a mi
t�a Edith, arreglar los inconvenientes legales y escolares y enviarme a Madrid
para reanudar mis actividades escolares a principios del siguiente per�odo.
Mientras me dirijo a Madrid voy recordando esta serie de
acontecimientos, pensando que me espera al llegar a Espa�a, a una cultura
diferente, familia nueva, compa�eros nuevos, amigos nuevos, una nueva vida.
Llegue al aeropuerto de Barajas en Madrid, el vuelo llego muy
adelantado por que las corrientes de aire fueron favorables y por el cambio de
horario, ello ocasiono que me tuviera que quedar guardado como equipaje, ya que
por ser menor de edad tengo que ser entregado casi casi como una maleta, previa
identificaci�n de mi t�a. La aeromoza que me ten�a en custodia llam� por
tel�fono a mi t�a, a la que conoc�a desde hace algunos a�os, ya que mi t�o
Josecho, esposo de la t�a Edith, es un importante piloto de Iberia y l�der de el
sindicato espa�ol de pilotos y aeromozas, se ofreci� a llevarme a la casa y
ahorrar el viaje de mis t�os hasta el aeropuerto el cual ten�an planeado casi
dos horas mas tarde. Ya en su auto camino a la casa, me pregunto -�Gerardo es un
nombre muy serio, puedo llamarte "grillo"?- como escucho al abogado de mi abuela
que me hab�a llamado cuando me entreg� a su custodia en la ciudad de M�xico yo
acepte y me tranquiliz� con su pl�tica ya que estaba muy nervioso por las nuevas
expectativas, ella me pidi� la llamara Lilia, me platic� que estudia leyes en la
Universidad Complutense y mientras se grad�a trabaja de azafata y que pronto mi
t�o le conseguir�a una vacante en el jur�dico del sindicato, me dijo que los
madrile�os son personas muy agradables y entusiastas, que quieren mucho a los
mexicanos y principalmente a jovencitos majos y buenos mozos como yo, que no
ten�a de que preocuparme. Entrando ha la ciudad, me pregunt� si no me molestaba
pasar un momento a su departamento ya que la casa de mis t�os quedaba hacia la
salida a Toledo, que se ten�a que arreglar pues despu�s de dejarme tiene que ir
a all� a visitar a su madre por el d�a de su cumplea�os, yo no puse objeci�n
dadas las circunstancias no exist�a raz�n para oponerme, entrando a Paseo de la
Castellana se dirijo al interior de el estacionamiento de un edificio muy lujoso
y alto, me asombr� el hecho de que una aeromoza viviera en un lugar as�, ella al
ver mi asombro me comento que su padre es un ejecutivo importante due�o de una
cadena de establecimientos Hertz de renta de autom�viles y que el departamento
es la casa que el ocupa cuando tiene que estar en Madrid ya que su residencia
habitual es Toledo y que ella tambi�n lo utiliza cuando aterriza en esta ciudad.
Entramos y me impresion� la hermosa vista que se aprecia desde el ventanal de la
sala, todo paseo de la Castellana con la fuente de la Cibeles y el museo del
Prado muy al fondo, se disculpo y me pidi� me pusiera c�modo mientras ella
tomaba un ba�o, se dirigi� a una recamara y yo comenc� a curiosear por el
departamento, al pasar por un pasillo de reojo alcanc� a ver por el rabillo de
la puerta mal cerrada como Lilia se comenz� a despojar de la pa�oleta que trae
al cuello, apart� la vista de inmediato pero pudo mas mi curiosidad, me volv� a
acercar cuando se quitaba los zapatos y se sacaba el su�ter en eso escuche su
voz que me llamaba; - "Grillo" puedes venir un momento-, me sobresalte pues
pens� que me hab�a descubierto espiando, entre a la habitaci�n y le pregunt� que
se le ofrec�a, me pidi� que si le ayudaba a desabotonar la casaca de su uniforme
ya que el dise�ador puso la botonadura muy incomoda en la parte de atr�s.
Me acerqu� a ella al momento en que se volteo y me dio la
espalda, nerviosamente pero haciendo todo lo posible por no demostrarlo comenc�
a desabrochar el primer bot�n, comprob� que si ella quer�a lo hubiera sacado
f�cilmente por la cabeza, pareciera que ley� mis pensamientos y me dijo -no me
quiero despeinar, por eso necesito de tu ayuda-, realmente me puse nervioso al
seguir por el segundo, tercero y cuarto botoncito. Lilia es una chica muy
hermosa de unos veinticuatro a�os un metro setenta de estatura y de facciones
moriscas, esbelta y espigada, en fin sumamente atractiva. Al llegar al quinto
bot�n ya casi a la altura de la cadera me detuve, qued� semi descubierta su
espalda y se dej� ver la delgada cinta blanqu�sima de su sujetador de algod�n
que hac�a contraste con su piel api�onada, me pidi� que continuara que no me
apenara, yo respond� con voz entrecortada que no estaba apenado y desabotone el
sexto y s�ptimo bot�n cuando alcanc� a apreciar el resorte de su pantaleta del
mismo blanqu�simo algod�n que el sujetador, me volv� a detener y ella solo
exclamo, -contin�a, por favor- en el octavo y noveno bot�n deje al descubierto
unas hermosas y bien torneadas nalgas perfectamente forradas por las truzas de
algod�n, al llegar al d�cimo bot�n y de un movimiento dej� caer la casaca al
suelo y qued� totalmente en ropa interior, mi coraz�n lat�a a mil por hora,
jam�s hab�a visto algo igual, las revistas morbosas nunca existieron en mi casa,
mis padres controlaban los programas y pel�culas que ve�a y ya que toda mi vida
estuve en escuelas de los Legionarios de Cristo de puros ni�os, el cuerpo
femenino era extra�o y tab� para mi, la �nica mujer relativamente joven cercana
a mi fue mam�, raz�n que justificaba mi nerviosismo. Nuevamente ella ley� mis
pensamientos cuando dirig�a sus pasos hacia el ba�o
nunca hab�as visto a una mujer as�-
claro que s�- ment�.
Me pidi� que la siguiera al ba�o, yo le dije que mejor la
esperaba en la sala,
-no, acomp��ame, que no te de pena-
-si no me da pena, es que-
-sin esques, por favor ay�dame, �si?-.
Apenado y acorralado no me qued� mas remedio que acompa�arla,
ya en el ba�o se puso una toalla alrededor del cuerpo y me pidi� que si le
desabrochaba el sujetador por detr�s de la espalda, se descubri� solo esta parte
y al intentar soltarlo, por mi obvia inexperiencia no lo logre sino hasta el
cuarto o quinto intento, despu�s del cual y volvi�ndose a cubrir se lo quito y
arrojo hacia el taburete de la ropa sucia, inmediatamente despu�s agach�ndose y
sin descubrirse se quito el calz�n que arrojo al mismo lugar, se meti� a la tina
que ya estaba llena y espumosa , ya dentro se despojo de su toalla r�pidamente y
sin mostrar nada m�s, acto seguido me pidi� que le acercara la gorra de pl�stico
para no mojarse el cabello y no despeinarse y que si le tallaba la espalda con
una esponja que ella me proporcion� junto con el jab�n, me acerque t�midamente y
moj� la esponja al tiempo en que la pasaba por su cuello apartando su largo
cabello negro que asomaban de la gorra, se encorv� hacia delante para dejar
libre su espalda apart�ndola de la orilla de la tina, comenc� a bajar la esponja
hacia su espalda cuando repentinamente tom� mi mano y la jal� hacia su seno
derecho, yo autom�ticamente solt� la esponja y retire la mano al sentir la suave
textura de su pez�n, me sobresalte y ca� de espaldas sobre el tapete de ba�o,
ella se ri� y me pidi� una p�cara disculpa al momento en que me invitaba a
continuar con el tallado de su espalda, mas t�midamente aun y en extremo
nervioso tom� la esponja y me acerque a su espalda estirando mi brazo para que
no me volviera a sorprender, tom� el jab�n y lo talle en la esponja pero por los
nervios resbal� de mi mano y cay� en el fondo de la tina, ella me voltio a ver
con su sonrisa picara y me pidi� que lo buscara, en el momento en que me
arremangue la camisa me dijo que me la quitara para no mojarla, yo como aut�mata
obedec� la orden, me quit� la camisa e introduje el brazo a un costado de ella y
busque palpando el fondo de la tina el escurridizo jab�n, me dijo que se fue
hacia abajo, siguieron mis dedos a un costado de su muslo cuando tom� mi mano y
la dirigi� hacia arriba de su pierna, ya no comet� el error de retirar la y me
deje llevar, me dirigi� muy lentamente hasta que mis dedos se fueron relajando y
toque con suavidad su pierna, mi tacto se convirti� en caricia, desliz� mi mano
hacia su rodilla y la fue moviendo aun mas lento entre sus piernas, yo me
paralic�, con una combinaci�n extra�a de miedo, curiosidad y una rara sensaci�n
entre las piernas, no muy diferente a las que tengo cuando veo chicas en la
televisi�n o en las pel�culas para mayores de 18 a�os a las que me he podido
colar con mis amigos pero mucho mas intensa, a fin de cuentas la combinaci�n de
sensaciones me resulta a cada cent�metro de sus piernas m�s agradable, contin�a
subiendo cuando de repente me la suelta y se recarga en la tina murmurando que
contin�e yo solo, me detuve por unos segundos hasta que tom� valor y contin�e
hacia arriba, en un momento sent� que alcanzaba a tocar ambos lados de el
interior de las piernas y un poco mas sent� la extra�a sensaci�n de una mara�a
de peque�os cabellos me detuve asombrado pero no quise ni pude apartarme,
acomod� la mano en ese sedoso colch�n de bello y a pesar de que el agua no
estaba muy caliente sent� una sensaci�n de mucho calor, le voltee a ver a la
cara y se encontraba con los ojos cerrados y una leve sonrisa en sus labios,
abri� las piernas, la sensaci�n que yo tengo va en aumento ya siento el
abultamiento cada vez mayor entre mis piernas, no se que hacer, no quiero quitar
la mano, no me quiero mover de ese lugar, comenc� a acariciar en c�rculos, hacia
arriba y hacia abajo cuando de repente sent� una abertura en ese mar de bellos,
sin pensarlo y sin saber porque lo hice deslic� mi dedo �ndice en su interior,
ella expres� un lev� quejido y yo r�pidamente saque mi mano del agua asustado y
disculp�ndome por haberla lastimado, ella se incorpor� un poco me tomo del brazo
y me acerc� a ella al tiempo en que me dio un peque�o beso en los labios � no te
asustes estoy bien tienes una mano deliciosa, por favor contin�a - se volvi� a
recostar en la tina y yo volv� a meter la mano al agua al mismo lugar en donde
estaba y poco a poco introduje el mismo dedo en la ranurita entre sus piernas
ella volvi� a gemir pero ahora no me detuve, contin�e moviendo mi dedo y mi mano
sin dejar de ver su cara, introduje tambi�n el dedo medio, Lilia comenz� a pasar
su lengua a los lados de sus labios y despu�s de otros cuantos gemidos mordi�
sus labios y comenz� a gemir mas fuerte, en ese momento yo no sab�a que hacer,
comenc� a detener la presi�n de la mano y de mis dedos, cuando ella volvi� a
tomar mi mano y continu� presionando mientras pasaba de los gemidos a gritos
reales, me retire bruscamente y sal� corriendo de la habitaci�n, ella no se
movi� ni me dijo nada, yo la escuch� que segu�a gritando mas fuerte, en unos
segundos baj� la intensidad de sus gritos hasta que se convirtieron de nuevo en
leves gemidos, yo estaba aterrado, no sab�a en donde meterme, como tonto me
qued� sentado en la cama sin saber que hacer, dos minutos despu�s ella sali� del
ba�o con su bata puesta, le ped� disculpas, solo sonri� me dijo que fuera a la
cocina y que tomara un refresco mientras se vest�a, saque mi camisa del ba�o y
me fui a la sala, unos minutos mas tarde ya est�bamos en el auto rumbo a casa de
mis t�os, no me hizo ning�n comentario al respecto, de hecho no hizo ning�n
comentario de nada, permanecimos callados hasta que llegamos a una peque�a casa
en las afueras de Madrid antes de bajar a tocar la puerta me dio un beso en los
labios me cerro el ojo y me dijo que estaba segura que me la pasar�a s�per en
Espa�a y que buscar�a la oportunidad de volverme a ver alg�n d�a, me dio una
tarjeta con el tel�fono de su casa y de su m�vil,-por si en alg�n momento se te
ofrece- me dijo, no supe que decir, solo afirm� con la cabeza, seguro de que
esta experiencia la recordar�a toda la vida y que por supuesto nunca le contar�a
a mis t�os y seguro de que ella tampoco lo contar�a.
Nos dirigimos hacia la puerta despu�s de bajar el equipaje de
la cajuela , ella toco el timbre y esperamos a que nos abrieran, pas� un minuto
y al volver a tocar se escucha una vos infantil que grita desde el interior
pidiendo calma pues va corriendo a abrir inmediatamente despu�s se abre la
puerta y aparece una ni�a como de doce a�os, supuse que es mi t�a la mas
peque�a, sin saludar y corriendo de regreso al interior de la casa nuevamente
gritando a su padre �ya lleg�, ya lleg�, pap� ya lleg�- , -hazlos pasar por
favor- se escuch� la vos de mi t�o que apareci� en ese momento por la escalera
del segundo piso �ha que ni�a- comenta al momento que llega a la puerta y nos
ofrece pasar quit�ndome el equipaje de la mano, -tu debes ser "Grillo"- me dice
al tiempo en que estira su mano para saludarme, -s�, s�- contest� nerviosamente,
-y tu eres mi t�o Josecho- -si pero deja a un lado lo de t�o- contesto -que a
fin de cuentas la que es tu t�a es mi mujer, yo estoy muy joven aun para tener
un sobrino nieto tan crecidito como t�, dime solo Josecho-aclar� � y ese b�lido
que te abri� es Paty- Paty se acerc� nuevamente y se puso junto a su padre �
hola sobrino- me dijo burlonamente, me di luego luego cuenta que mis ti�tas se
han estado burlando de esta relaci�n desde que supieron que llegar�a a su casa,-
hola t�a- respond� en la misma t�nica- todos nos re�mos, - pero pasen por favor-
-gracias se�or pero yo tengo que marcharme ya que tengo que llegar temprano a
Toledo- respondi� la aeromoza- pues muchas gracias por este gran favor- dijo
Josecho- te veo el lunes en la asamblea del sindicato- agreg� -por nada, hasta
ma�ana- dijo ella y se despidi� con un bezo en cada mejilla de Josecho, de Paty
y de m� al momento en que yo le agradec� traerme, ella solo me gui�� el ojo.
tu t�a regresa en unos minutos, fue por las gemelas a
casa de unos vecinos- dijo mi t�o- pero pasa vamos a la sala a que me
platiques de tu viaje-.
La casa es peque�a, como despu�s supe que son la mayor�a de
las casas de las afueras de Madrid para clase media alta, muy c�moda, amplia y
acogedora, de dos pisos y medio, sala, comedor, cocina, dos ba�os y un peque�o
cuarto de servicio en el medio piso extra, que por lo extremadamente caro que es
la servidumbre en Madrid, es un lujo que solo la clase muy acomodada se puede
dar, por ello los cuartos de servicio son acondicionadas como estudio o
habitaciones de hu�spedes, en esta caso ya esta acondicionado para recibirme y
darme la privacidad que seg�n Josecho yo requiero.
Apenas nos sentamos en la sala cuando se abre la puerta y
entran mi t�a y mis ti�tas, a mi t�a la record� de inmediato, al verme corri� a
abrazarme y besarme �Gerardo, mi querido sobrino, que gusto verte de nuevo- me
dijo efusivamente, yo respond� con el mismo gusto, ya ten�a un rato de no ver
caras familiares, y a mi t�a es a la persona que mas quer�a ver en ese momento,
-t�a, que gusto me da verte de nuevo- sin soltarme volteo hacia la puerta �
venid ni�as a conocer a su primo- de inmediato Paty repuso
-no es primo, es sobrino- se acercaron mis ti�tas un tanto
t�midas � de aqu� en adelante es su primo, ya que si el les dice t�as a vosotras
yo me voy a sentir muy vieja, �de acuerdo?- dijo mi t�a y todos aceptamos. �
Ellas son Paula y Paulina y por lo que veo ya conociste a la bala de Patricia-
me present�, -si t�a, yo soy Gerardo pero todos me dicen "Grillo", mucho gusto-
me present�.
No pude hacer a un lado mi asombro primero cuando conoc� a
Paty y ahora que conozco a las "Paus" como les dicen cari�osamente mis t�os,
Paty es una ni�a de cabello casta�o, casi rubio, ojos verde esmeralda
profundamente hermosos, su figura infantil comienza a tomar apenas forma de
mujer, las gemelas a dem�s de ser perfectamente iguales, de tener la costumbre
de vestir igual a excepci�n del mo�o que usan en su larga, rizada y casta�a
cabellera es en Paula rosa y en Paulina amarillo, detalle que por solicitud de
sus padres aceptaron ponerse para que todos las pudi�ramos identificar ya que en
ocasiones hasta ellos las confunden, - poco a poco te dar�s cuenta de que
tambi�n se diferencian por el car�cter, en eso son muy diferentes- comento
Josecho � pero para ello te tomar� tiempo- agreg� Edith �la �nica persona a la
que nunca enga�an es a mi- comento Paty, - no es verdad- dijo Paulina, - eso te
crees tu- comento Paula, yo segu�a vi�ndolas discutir, jam�s hab�a visto
personas tan parecidas, sus gestos, su voz, todo, pero a dem�s de eso superaban
por mucho en belleza a su hermana Paty y a su madre, me faltar�an palabras para
describirlas, sus ojos negros como la noche mas obscura y grandes como la luna,
tez muy blanca, cejas abundantes, labios carnosos, y una figura, que a pesar de
aun no terminar de desarrollarse , ya mostraban lo que ser�an al final, unos
verdaderos monumentos a la mujer, las "paus" tienen 13 a�os y �que a�os!
Nos sentamos todos en la sala, me dijeron que esta es mi
casa, que estaban felices de que viva con ellos y que pod�a estar el tiempo que
yo quiera, mis primas me dijeron que ser�a como el hermano que nunca tuvieron,
que me considerara parte de la familia, realmente me emocion�, no supe que
decir, una lagrima asomo en mis ojos, Paty se acerco a m� y me tranquilizo con
un cari�oso beso en la mejilla � no est�s triste- dijo, --no � dije r�pidamente,
realmente desde que mis padres murieron no hab�a estado tan feliz- muchas
gracias por lo que hacen por m�- desde ese momento un lazo especial me uni� a
Paty.
Mis primas me llevaron a mi cuarto a dejar mi maleta y a
mostrarme donde estaba todo, -el cuarto es peque�o pero acogedor- dijo Paulina,
mi pap� le ha reparado el ba�o y ha quedado monismo- agreg� Paty, -y tiene la
mejor vista del ri� Manzanares- interpel� Paula- qu�date aqu�, arregla tus cosas
y en un rato vengo para que bajemos a comer- concluy� Paty, salieron las tres
d�ndome cada una un besos en cada mejilla, yo me sent� sumamente emocionado, no
se si por estar con una nueva familia, por como me trataron o por que voy a
vivir con estas tres hermosas criaturas tan cari�osas, el caso es que estoy
feliz .
Acomod� mis cosas, y me dispuse a darme un ba�o, es temprano
para la comida as� que dispuse la tina para sumergirme por un rato, me deleit�
con agua muy caliente, despu�s de un momento largo decid� que era suficiente, al
tiempo en que me par� escuche que algo se ca�a en la habitaci�n, se escucharon
pasos corriendo y la puerta que se cerraba, r�pidamente me puse la bata y sal�,
no hab�a nadie, solo el cuadro con la foto de mis padres sobre la alfombra, no
supe que paso y no le di importancia, me recost� en la cama unos minutos luego
me arregl�, no esper� a que Paty subiera por m�, baj� las escaleras hasta la
planta baja donde encontr� a mi t�a leyendo en la sala, me sent� a su lado, dejo
su libro y me dijo- Gerardo, quiero que sepas las actividades que tenemos tu t�o
y yo, para que est�s enterado de c�mo nos ganamos la vida, Josecho, como ya te
has enterado, es piloto de Iberia, a dem�s de ser l�der del sindicato nacional ,
esto lo obliga a salir mucho de viaje, ya sea como piloto o como l�der sindical,
yo soy antrop�loga, trabajo en el Real Museo de Historia en Palacio de Oriente,
salgo poco de viaje, pero trabajo mucho, hay veces en que las ni�as se quedan
solas, voy a estar mas tranquila ahora que tu estas en casa, cuando Josecho, no
est� tu ser�s el �nico hombre aqu� y eso nos da mucha tranquilidad a todos, tu
escuela es la misma a la que asisten tus primas, se encuentra a solo dos calles
por tanto pueden ir y venir andando, el per�odo escolar termino ayer, as� es que
est�n de vacaciones durante un mes y medio, hasta que a tu t�o no le resuelvan
sus vacaciones esperaremos para organizarlas juntos- si t�a respond� atento.
Sin mayores incidentes pasaron los d�as, todo se desarrollaba
normalmente, conoc� Madrid gracias a un par de d�as que mi t�a tuvo libres en el
museo, mis primas las "Paus", a las que poco a poco aprend� a diferenciar, me
presentaron con amigos del barrio, y familiares por parte de su pap�.
Pero un d�a en que se junto un largo viaje de Josecho y una
emergencia en el museo, por la cual mi t�a tuvo que salir a Israel, nos tuvimos
que quedar solos, mi t�a me pidi� que me encargara de la casa, que por favor me
quedara a dormir en su habitaci�n y que ella regresar�a en tres o cuatro d�as, y
que su cu�ada estar�a al tanto durante el d�a.
La t�a se fue, y la cu�ada de mi t�a lleg� al d�a siguiente,
es mayor que mi t�o Josecho e igualita, mi t�o Josecho para ser hombre no es
feo, pero si fuera mujer ser�a horrible, y esta se�orita es id�ntica a Josecho,
aunque tan simp�tica como �l, Cloe, que es su nombre, llega a la casa alrededor
del medio d�a, prepara la comida y la cena y se retira a media tarde.
Uno de esos d�as, yo no se que demonios me cay� mal, el caso
es que estuve muy malo de una indigesti�n a tal grado que la primer noche llegue
a 39� de fiebre, al d�a siguiente me llevo Cloe al m�dico, me mand� reposo y un
antibi�tico, y aqu� es donde comienza mi siguiente asombro. Cloe se fue esa
tarde como a las 7:00 PM despu�s de dejarme c�modo en la recamara de los t�os y
encargado con mis primas, les dijo que me consintieran y que no me dejaran solo,
que cualquier problema le llam�ramos a su trabajo, ella trabaja en una
instituci�n bancaria en horario nocturno, y estar�a aqu� en unos minutos, Paty
le dijo que no se preocupe que ellas me cuidar�an. Al poco rato me qued�
dormido, recuerdo que me comenz� a dar mucho fr�o y comenc� a quejarme, lo
siguiente que recuerdo es a mis primas que me preguntaban que sent�a, Paty fue a
llamar al m�dico, el cual les dijo que si ten�a mas de 39� me pusieran trapos
con agua fr�a, que ten�an que bajarme la fiebre de cualquier manera y que le
llamaran de no ser posible, Paulina trajo las compresas y me coloc� una en la
cabeza, Paula me desabroch� la pijama y me coloc� una en el pecho, la fiebre no
ced�a decidieron meterme a ba�ar a la tina con agua fr�a, entre las tres me
llevaron al ba�o y aun en pijama me metieron en la tina, Paty me echaba agua en
la cabeza mientras las otras me observaban asustadas, despu�s de unos minutos la
fiebre baj� considerablemente, ya me sent�a mucho mejor, me sal� yo solo de la
tina y me saque la ropa mojada, me puse una pijama seca y me volv� a acostar,
Paty le avis� al m�dico que ya estaba mejor y que me estar�an vigilando, ya
estando nuevamente en la cama les ped� que se fueran a dormir que yo estar�a
bien, ellas se negaron y decidieron turnarse para cuidarme, la primera ser�a
Paty, cosa que a m� me dio mucho gusto ya que es mi preferida, platique con ella
unos minutos hasta que el sue�o me gan�, mas tarde sent� como Paty se fue
despu�s de darme un beso cari�oso en la frente y entr� Paula, yo ni siquiera
abr� los ojos, solo las escuche despidi�ndose, un momento despu�s sent� que
Paula me pon�a su mano en mi frente y con voz muy baja me dijo- que susto nos
has dado "grillito" yo no respond�, le hice creer que estaba dormido, al no
responder, sigui� acariciando mi cara bajando sus manos hacia mi cuello y mi
pecho- que lindo eres-, susurro, yo prefer� guardar silencio, acto seguido Paula
sali� del cuarto y a los pocos segundos regres� con Paulina, se acercaron a m� �
�est� bien dormido?- pregunt� Paulina,- s�, ya lo comprob�- dijo Paula, yo no
entend� nada pero continu� haci�ndome el dormido para saber que se tra�an, Paula
volvi� a tocar mi frente y mi pecho �ya vez, ni se inmuta- coment� Paula,
Paulina acarici� mi pierna para comprobar que estuviera dormido, -s�, creo que
tienes raz�n- coment�, y comenz� a subir su mano por mi pierna, Paula comenz� a
recorrer mi pecho bajando su mano hacia mi est�mago, no me mov� ni un
cent�metro, y por supuesto lo comenzaba a disfrutar, Paulina sub�a su mano, Pula
la bajaba cada vez mas, y yo comenzaba a excitarme impresionantemente, Paulina
comenz� a desabrochar los botones del pantaloncillo de la pijama, me mov� un
poco para que pareciera que lo sent�, ella se detuvo para comprobar que no me
despert�, lentamente jal� la jareta que evitaba se abriera el pantaloncillo, y
aparto las puntas hacia los lados dejando ha la vista mis calzoncillos, mientras
tanto Paula observaba atentamente acercando su mano al bulto que se formaba
entre mis piernas, discretamente me toco con un dedo e inmediatamente me puse
r�gido y mi pene se puso duro, Paula apart� la mano de inmediato y las dos se
rieron casi impredeciblemente, ahora fue Paulina la que se atrevi� a tocarme,
con una caricia por encima de mi calz�n, yo sent� que mi cabeza daba vueltas,
una sensaci�n incre�ble por la cual me costaba mucho trabajo controlar mi falso
dormir, en eso levant� el resorte del calzoncillo y libero mi miembro, que al
sentirse libre apareci� erecto ante sus ojos, ambas se apartaron y se rieron
morbosamente, yo esboce una sonrisa de placer que Paula descubri�, -ya se
despert�- le dijo a su hermana,- no, no lo creo, mira sigue dormido, shhhh,
shhhh, - inmediatamente aparent� profundidad en mi dormir, claro que sin moverme
para seguir disfrutando de aquello, Paulina que siempre es la mas atrevida, se
acerc� a mi miembro y le dio un peque�o beso, y en seguida le pas� la lengua por
un lado como si fuera una paleta, me estremec�, se acerc� Paula, retirando a su
hermana hizo lo mismo, se escucho una leve discusi�n e inmediatamente despu�s
sent� las dos lenguas unidas en mi pito, una subiendo y bajando y la otra
bajando y subiendo, con sus manos me acariciaban las piernas y los test�culos,
jam�s hab�a sentido algo as�, un dolor muy extra�o comenz� a aparecer en mi
est�mago y poco a poco invadi� todo mi cuerpo, un fuerte estremecimiento
violent� todo mi ser desde la punta de los pies hasta mi cabeza, no me pude
controlar, sali� de mi boca un fuerte gemido y de mi pito semen que las "Paus"
limpiaron con sus lenguas, comenc� a sentir que la sensaci�n pasaba, pero ellas
segu�an jugando con el y riendo por su travesura, un momento despu�s acomodaron
mi miembro dentro del calz�n me abrocharon la pijama y se retiraron, yo abr� los
ojos para comprobar que se hab�an ido, me incorpor� en la cama sin salir de mi
asombro y de mi fascinaci�n, �qu� fue lo que pas�? Me acost� y a los pocos
segundos me qued� profundamente dormido. A la ma�ana siguiente me despert� y
estaban las tres primas junto a m� con mi desayuno, - como dormiste- pregunt�
Paty � muy bien gracias- contest�, -te sientes mejor- agreg� Paula sin mostrar
en sus facciones ning�n cambio, - si prima, gracias a sus cuidados � quieres que
llamemos al m�dico- agreg� Paty � no, ya no es necesario me siento muy
recuperado- - que bueno, porque el susto que nos has dado fue tremendo- agreg�
Paulina sin mostrar tampoco alguna expresi�n diferente en su cara, -perdonen la
mala noche- les suplique, me dieron un beso en la mejilla y salieron de la
habitaci�n. Me qued� muy pensativo, �qu� pas�? �habr� sido un sue�o producto de
la fiebre? �habr� sido real?
Ese d�a por la tarde regres� mi t�a, se entero de mi
enfermedad y adelant� su viaje, seg�n nos relat� tom� el primer vuelo a Madrid
pero de Jerusal�n a Espa�a no son tan seguidos como se quiere, - no te hubieras
preocupado, veme estoy muy bien, los cuidados de tus hijas fueron excelentes ya
estoy como nuevo- -haber si sigues de trag�n- coment� en broma mi t�a y todos
nos re�mos.
Esa noche ya en mi cuarto, segu�a impresionado con lo que
pas�, casi seguro de que en efecto fue un sue�o, un sue�o maravilloso que
esperaba se volviera a repetir y para ello decid� dormir de inmediato.
A no se que hora de la noche escuch� que se abr�a la puerta
de mi habitaci�n, escuche peque�os pasos, abr� los ojos poco a poco para
descubrir a las "Paus" acerc�ndose a m� cama. �estaba so�ando de nuevo? Ahora s�
lo ten�a que comprobar, me hice el dormido para ver que suceder�a, ellas se
acercaron y se quedaron paradas junto a la cama, Paulina me toc� la frente y
dijo ��no estas dormido, verdad?- - y anoche tampoco- agreg� Paula, no sab�a si
responder o seguir fingiendo, pero esto confirma que no fue un sue�o, y quer�a
corroborarlo- no, no estoy dormido, y a noche tampoco lo estaba- dije abriendo
los ojos y mir�ndolas de frente,- y porque fingiste- agreg� Paulina, - solo para
enga�arlas- - pues nosotras sab�amos que estabas despierto- dijo �si claro-
a�adi� Paula, acerc�ndose a mi boca y toc�ndola con sus labios mientras Paulina
se sentaba junto a m� en la cama �ni�as, que est� su mam�- exclame preocupado
�no te preocupes ella tiene un sue�o muy pesado y adem�s desde aqu� no se
escucha nada- comento Paulina, - a dem�s si no te has dado cuenta ya no somos
unas ni�as- agreg� Paula � pero son mis primas- comente, - no, no somos tus
primas, somos tus t�as y tienes que obedecernos- asever� Paulina, - por lo tanto
tu te quedas quieto y callado- orden� Paula � pero, es que- guarda silencio-
mand� Paulina, decid� obedecer para evitar que alzaran la voz y mi t�a subiera.
Paula me volvi� a besar pero en esta ocasi�n introdujo su
lengua en mi boca, yo no sabia que hacer, jam�s hab�a besado ha una mujer, -
acaricia mi lengua con la tuya- coment� al momento que dejaba de besarme y
continuar despu�s de la orden, hice lo que me pidi� y efectivamente fue una
sensaci�n deliciosa, al momento que ella me besa Paulina me acaricia y comienza
a desabotonar la camisa de mi pijama, Paula me endereza para poder retirar la
blusa y dejarme desnudo del torso, acariciando y besando mi pecho totalmente
lampi�o, no sab�a donde poner mis manos, ten�a temor de tocarlas, Paulina tom�
mis manos y las puso sobre la espalda de Paula, autom�ticamente la acaricie
mientras me besaba, Paulina mientras tanto besa mi cuello y mi espalda por atr�s
de m�, entre las dos me ayudan a levantarme sin que Paula dejara de besarme y
poco a poco Paulina desabrocha mi pantaloncillo y lo baja junto con los
calzoncillos muy lentamente mientras acaricia y besa mis nalgas, yo aprovecho
para acariciar a Paula, se quitaron los mo�os de la cabeza, con lo que ya no
supe quien es quien, comienzo a alzarle el camis�n dejando al descubierto sus
desarrollados pechos, en eso me empuja a la cama y las dos se me suben enzima,
empiezan a besarme y a acariciarme, mientras hago lo mismo, al fin me atrevo a
tocarles sus senos primero de Paula y despu�s de Paulina solo sobre la bata, una
de ellas se aparta y toma a su hermana abraz�ndola y comienza a besarla en la
boca con una tremenda pasi�n, me qued� asombrado, en eso la una le comienza a
subir la bata a la otra hasta dejarla desnuda y mostrarme su silueta infantil,
cuando la otra se quita ella misma la bata quedando tambi�n desnuda, ambas se
funden en un beso apasionado y en largas caricias, se acercan a mi y me rodean
con sus cuerpos desnudos invit�ndome a acariciarlas y besarlas, mi miembro
estaba mas parado aun que el d�a anterior, aunque la sensaci�n era fabulosa, no
explote como ayer, acaricie a mis primas, desde los pies hasta la cabeza tanto
por el frente como por la espalda, bese cada cent�metro de sus cuerpos, al
hacerlo parec�a que una de ellas estaba sola frente al espejo, pasaba de un seno
al otro y luego al otro y al otro mas, senos peque�os aun, hermosos, juveniles,
con peque�os botones rozados, bese sus ombligos en sus vientres aun de ni�as,
m�s a bajo, un poco mas abajo crece una peque�a capa de bello, muy escaso del
mismo color que sus cabellos, mostrando una tenue l�nea al centro, las bes� e
introduje mi lengua, primero en una despu�s en otra, en ese momento ellas se
besaban sus bocas apasionadamente, gimiendo de placer, yo las acariciaba,
hubiera querido tener cuatro manos y dos bocas para poder darles placer a las
dos al mismo tiempo aunque parec�a que ellas lo disfrutaban enormemente tanto o
mas que yo.
A hora cambiamos de posici�n, ellas me tumbaron en la cama y
entre las dos se anhelaron en complacerme, bes�ndome, acarici�ndome, aqu� s� son
cuatro manos y dos bocas pero hubiera deseado fuesen el doble, me sent�
extasiado, amado, complacido, una se fue a mi pene a besarlo y chuparlo la otra
puso su deliciosa abertura en mi boca, mientras una me devoraba yo devoraba a la
otra, que delicia, que sensaci�n, de repente comenz� la misma sensaci�n de la
noche anterior, recorri� todo mi cuerpo y termin� en mi miembro, lam� mas
profundamente en mi prima, sent� que ella tambi�n explotaba en mi boca, y yo en
la boca de la otra, se quit� una de encima de m� y se paso la otra que se puso
en la misma posici�n y le hice lo mismo que ha su hermana mientras las dos se
acariciaban y besaban mutuamente, mi prima tambi�n termin� arriba de m� en un
profundo gemido silencioso, los tres quedamos tendidos en la cama, recargadas en
mi, despu�s de largos minutos, se levantaron se pusieron sus batas y se fueron
sin despedirse.
Este s� que no fue un sue�o, que delicia de primitas, y las
tengo solo para m� en la casa de mi t�a, en mi propia casa.
A partir de esa noche casi todas las noches sucedi� algo
parecido, ellas llegaban a media noche, nos bes�bamos, nos acarici�bamos y nos
excit�bamos pero nada mas, busc�bamos diferentes juegos, distintos malabares, yo
de s�ndwich, un d�a Paula, otro Paulina, una en mi pito luego la otra, un d�a
nos dedic�bamos de lleno a cada uno.
Para entonces ya pod�a diferenciar a las "Paus"
perfectamente, Josecho ten�a raz�n, de car�cter son totalmente distintas,
Paulina en�rgica y autoritaria y Paula tranquila, d�cil y obediente.
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Relato: Un brusco cambio de vida (1)
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