Relato: Sam: culito sumiso
Esto pas� hace unos a�os, estaba en mis primeros semestres de la escuela cuando la conoc� en una fiesta, usaba una falda a cuadros roja, con medias de red negras y una blusa negra entallada sin braiser, ten�a el cabello rojo, piel blanca, con tetas peque�as pero un culo redondo y bien paradito, ten�a una pinta de g�tica pero sus ojos son t�midos como su actitud.
Cuando la aborde en la fiesta se mostr� t�mida pero con las copas se fue soltando, me acercaba mas a su lado, la tome del costado y acariciaba si espalda, sent�a como ella se empezaba a incomodar, pero no hac�a nada, seguimos tomando, al verla m�s mareada puse mi mano en su pierna, fui subiendola m�s y m�s, casi al llegar a su co�ito me detuvo, me dio una bofetada y sali� de la fiesta, pero yo quer�a m�s de ella, estaba tan caliente y ebrio que la segu�, al alcanzarla la lleve a un callej�n, ella empez� a quejarse, me amenazo con gritar si no la soltaba, al decirme eso la empuje contra la pared, la sujete con fuerza y le dije a la perra en el o�do que se callara o lo lamentar�a mucho.
Tom� mi cintur�n y le sujete las manos a un tubo para inmovilizarla, empec� a acariciar su cuerpo, sus tetas peque�as pero firmes, a jalar sus pezones con fuerza, al hacer esto notaba entre sus quejas gemidos de placer, al llegar a su culo no deje de apretarlo, ella dec�a que le dolia, que me detuviera, arranque sus bragas y se las puse en la boca, segu� con darle unas fuertes nalgadas, dejar su culo blanco rojo como una manzana, no me contuve, mis manos se marcaban en sus nalgas por lo duro que lo hacia, ella se quejaba, gem�a pero la m�sica evitaba que alguien la escuchar� m�s que yo, al ver ese culo rojo e inchado, la sujete del cabello y le dije "te gusta verdad perra", ella con su cabeza me dec�a que si con l�grimas y una sonrisa de felicidad, le saque las bragas de la boca y le dije " ruegame por que te coja, para que haga con tu cuerpo lo que yo quiera, hice que se arrodillara y me dijo "cogeme como la puta que soy, haz lo que quieras con migo" saco mi verga de mi pantal�n y deboro mi verga con mucho �nimo, la volv� a sujetar del poste pero esta vez no de las manos si no del cuello, con unos cables que encontr� tirados sujete sus manos para que no pudiera detenerme en lo m�s minimo, saque sus peque�as tetas de su blusa, dos pezones rosas bien parados estabas listos para m�s castigo, los jalaba, los mord�a y la puta me ped�a m�s y m�s, met� mi verga en su boca y folle su rostro, la hacia ahogarse hasta casi sofocarla, esa sensaci�n me hizo correrme en toda su linda cara, la hice tragar la mayor�a, lo que qued� en su cara se la embarre por toda su cara de angel.
Para recuperar la ereccion comenc� a torturar su p�nochita, primero empeze a meter mis dedos en su concha, estaba muy h�meda y sensible, ddespu�s le di unos golpes duros, hasta dejarla roja, ella me ped�a m�s mientras se retorc�a de placer, segu� metiendo dos dedos, luego tres, cuando decid� meter mi mano en su concha, ella me dijo que no, pero al decirlo con fuerza mi mano entera entr� en su estrecha cueva, la violaba salvajemente con mi mano, sus gritos de placer no paraban, tome las bragas y se las volv� a meter a la boca, para despu�s con la otra mano hacer lo mismo con su culo, no fui despacio como con su co�o, ese culo deb�a ser castigado, de golpe met� tres dedos en ese huequito apretado, ella gritaba sin parar,su co�o era una fuente, despu�s de un rato ten�a mis dos manos en su interior, le dec�a "quieres correrte, vamos puta grita, GRITA" hasta que se meo en mi mano, sus piernas cedieron y se doblaron, y sus ojos casi se ponen en blanco.
La desate y la acost� en el piso, la amarre para que estuviera totalmente inm�vil, coloque mi cinturon en su cuello para afixciarla, su co�o estaba a mi merced y mi verga bien dura, de golpe empece a cogerla, su co�o tard� en regresar a su forma pero para mi era delicioso, la puse de perrito, quer�a follar esas nalgas, con una lujuria sin igual le romp�a la cola a esa chica que me ped�a m�s y m�s con sus gemidos, hasta que saque mi verga y me vine en sus nalgas mientras casi cortaba el aire que entraba a su cuerpo, lo que hizo que sam se meara de nuevo de placer, antes de dejarla en su porqueria, saque mi celular y le tome fotos, le dije que era mi juguete desde ese momento, me levant� y le orine el cuerpo, ella se qued� tumbada en el piso, llena de meados y cubierta de semen, con una gran sonrisa.
Pero esa no fue la �ltima vez.