Desde los diez a�os, me di cuenta la gran atracci�n que
ejerc�a sobre m�, mi primo Oscar. �l ten�a 15 a�os y yo andaba siempre con
�l y siempre lo buscaba.
Vi paso a paso como cambi� su anatom�a, como iba creciendo,
como empez� a cambiar la voz, como empez� a cubrirse de vellos su cara, sus
axilas, su pecho, su abdomen, su pubis y sus piernas, primero como una
pelusita y despu�s cada vez m�s gruesos a medida que pasaba el tiempo y de paso
notaba tambi�n como iba creciendo su pene, alarg�ndose primero y engros�ndose
despu�s.
Cuando Oscar, cumpli� sus 15 a�os, su fiesta se hizo en mi
casa. El, me tomaba en brazos y orgulloso me presentaba con sus amigos
dici�ndoles que yo era su regalote y algo deb�a tener que ni�os y ni�as me
encontraban tan simp�tico y se divert�an conmigo.
Despu�s de terminada la fiesta y habi�ndose ido �l ultimo
invitado nos fuimos a mi habitaci�n era hora de dormir, r�pidamente me desvest�
y quede solo en calz�n, Oscar, tambi�n se sac� sus jeans y qued� solo en
calzoncillo.
Cuando se meti� en la cama, esper� que se acomodara y me
acurruqu� a su lado buscando su calor, el paso un brazo por debajo de mi cabeza
y empez� a acariciarme el pelo, el cuello y la espalda, mientras yo acariciaba
su pecho y jugueteaba con sus pezones, hasta que nos venci� el sue�o.
Despert� durante la noche pues su enorme verga hab�a despertado y se estaba
interponiendo entre los dos, Oscar, se hab�a puesto de lado frente a m� y me
abrazaba fuertemente atray�ndome hacia �l. su verga daba brincos con tanta
fuerza que no me permit�a conciliar el sue�o, hasta que me separ� de su
cuerpo, baje su verga cuidadosamente y la acomod� entre mis muslos abraz�ndome
una vez m�s a el, ah� sigui� brincando y yo me dorm� con la dulce sensaci�n de
sus espasmos golpe�ndome las nalgas y so�ando montado en un caballito trotador
que me llevaba por el camino de la felicidad.
Despert� a la ma�ana siguiente muy temprano, cuando Oscar,
intentaba sacar su aprisionada verga de entre mis muslos, pude notar que mi
calz�n estaba h�medo con manchas de bordes amarillosos y donde estaba la mancha,
estaba duro. Se levant� me revolvi� el cabello con una mano, me quito el calz�n
y los tiro en la lavadora. Me ba�o, despu�s nos fuimos a desayunar.
Yo, desde ah� empec� a innovar en mi manera de dormir,
Esperaba que Oscar, estuviera dormido y me quitaba mi calz�n para sentir en
pleno su verga entre mis muslos roz�ndome las nalgas, la aprisionaba entre mis
manos o me pon�a de espaldas a el, pasaba su verga entre mis muslos y as�
montado en su verga, la acariciaba por delante corri�ndole el cuerito
hacia atr�s dejando al descubierto esa enorme cabeza que cada vez que lo hac�a
daba peque�os brincos.
Un d�a quise ver ese enorme falo esper� a que Oscar, se
durmiera, me deslice bajo la sabana, saque su verga de su pijama y estaba
ties�sima y en la maniobra se despleg� su prepucio hacia atr�s y pude notar que
estaba mojado, pas� mi lengua y encontr� un l�quido viscoso y saladito, entonces
vi al monstruo en su plenitud con una enorme cabeza roja, con una abertura en el
centro por la cual se escurr�a un hilillo brillante y transparente al cual
acerque mi boca y succione con fuerza.
Que ganas tenia de ech�rmela toda dentro de la boca, pero era
imposible, s�lo pod�a abarcar su glande y cada vez que yo le adher�a mi boca,
respond�a con violentas contracciones y abundantes emanaciones de aquel
delicioso manjar que yo con ansias beb�a, succion� una, dos, tres veces mas,
hasta que con una violencia inusitada larga un enorme chorro de un l�quido
blanco, lechoso y tibio que inunda mi boca y me hace atragantarme y sigue
explotando como un volc�n, lanzando chorros de su lava caliente sobre mi boca y
mi cara y yo agarrando esa cabeza con mis dos manos tratando de dirigir el
manantial de lava dentro de mi boca, pero era como una bestia enfurecida que
superaba mis fuerzas y a la que yo no pod�a manejar, golpe�ndome la cara como
verdaderas bofetadas cada vez que se escapaba de mis manos.
Yo tos�a por el atragantamiento, Oscar, encendi� la l�mpara
del buro y ah� estaba yo, mi cara y mi pelo, ba�ados en su l�quido, Oscar, me
tom� en brazos y fuimos al ba�o, me limpio la cara y el pelo y limpio su
abdomen, me llev� de vuelta a la cama. Frente a frente los dos me dijo:
Carlitos, t� eres mi ni�o adorado y estas cosa que est�n pasando entre los dos,
son nuestro secreto, nadie las tiene que saber. Eso yo lo ten�as m�s que claro,
le d� un beso en la boca, me abrace a el y me dorm� una vez m�s.
A esta altura puedo precisar que Oscar no dorm�a, se
hac�a el dormido, y disfrutaba tanto como yo, de "mis juegos nocturnos".
Una noche en que est�bamos solos despu�s que cenamos nos
fuimos a dormir, el se sac� toda la ropa quedando completamente desnudo se tumb�
en la cama qued�ndose "dormido" de inmediato sobre la cama, Yo, pod�a ver
a mi antojo sus pelos negros en la base de su gran tronco, los acaricie y tome
su verga entre mis manos ah� la tenia Yo, como una boa encapuchada en toda su
extensi�n, le llegaba hasta la mitad del muslo.
Enseguida me saque la ropa, me acomod� a su lado y empec� con
mi jueguito acarici�ndola en toda su magnitud hasta que empez� a despertar,
primero a alargarse y a engrosarse para empezar a subir lentamente hasta llegar
a apuntar hacia el cielo, mire su cara, tenia los ojos cerrados y un gesto de
enorme satisfacci�n y placer, acomodo sus brazos bajo su cabeza y separo un poco
sus piernas dej�ndome "jugar" a placer.
Yo contemplaba ese vientre plano, de m�sculos marcados y con
un hilo de vellos negros que se un�an al abundante pelaje de su pubis. Pod�a
contar sus latidos mirando su verga, que con poco estimularla comenzaba a emanar
su delicioso n�ctar. As� estuve mirando, acariciando, leng�eteando hasta
que cambio de posici�n poni�ndose de lado mirando hacia la pared, momento en que
aproveche para rozarme su glande por entre mis nalgas, �l me abrazo y con una
mano acariciaba mi pecho y mis pezoncitos y con la otra pasaba y repasaba la
rayita de mis nalgas con su enorme verga de arriba hacia abajo y luego de vuelta
hacia arriba deteni�ndose un instante cada vez que pasaba por el hoyito de
mi culo y as� juntar la abertura de su glande con mi esf�nter, el me tomo de la
mano y me la llevo a su verga, la agarre y despacito baje su verga hasta
conectarla con mi esf�nter, estaba tan dura y tiesa que me hacia estremecer de
placer, en dos oportunidades se me solt� de las manos sali�ndose de entre mis
nalgas.
Cuando logre poner el ojete de su verga en mi agujero ya
completamente lubricado, puse en practica lo que hasta entonces hab�a aprendido.
Empec� a presionar hacia atr�s y me manten�a as� un rato y
relajaba, volv�a a empujar y relajaba sintiendo la punta de su gigantesca cabeza
impactada en mi esf�nter y tambi�n que en cada retroceso su verga daba un brinco
y lanzaba una peque�a cantidad de ese liquido resbaloso que hac�a que el roce se
sintiera m�s rico, escurr�a por entre mis nalgas y hacia un sonido cuando me
despegaba de ella. as� como el sonido que uno hace con la boca cuando le toma el
sabor a algo.
Estaba en esto, cada vez empujando hacia atr�s con m�s
fuerza, a la vez que Oscar, empujaba hacia adelante, mi esf�nter empezaba a
doler con los avances de Oscar, y me quedaba quieto para sentir el l�quido
calientito que ahora entraba en mi agujero, �que sensaci�n m�s deliciosa!
Oscar, empujaba hac�a adelante liberando cada vez un borbot�n
de liquido preseminal en mi interior, tendr�a media manzana encajada en mi
peque�o orificio y me retiraba hacia delante quedando casi completamente pegado
a la pared, esperaba que el leve dolor pasara, para volver de nuevo al ataque,
era un enorme desaf�o, el que tenia esa noche porque ahora la quer�a toda, todo
este accionar ten�a a Oscar, al borde de la lujuria y a mi con un gusto por la
sensaci�n que viajaba desde mi ano por todo mi cuerpo como un hormigueo, mil
mariposas volando o que s� yo, que cada vez pujaba con m�s fuerzas y empujaba
hacia atr�s hasta sentir que me romp�a y a su vez mi primo empujaba hacia
delante con mas fuerza aprision�ndome entre su verga y la pared sin casi darme
escapatoria yo me mov�a hacia delante o hacia a un lado desencaj�ndome la enorme
cabeza que luchaba por introduc�rseme provoc�ndome un enorme dolor a manera de
punzada por la tensi�n de abrirme el culo para que entrara.
En este peligroso juego estaba ya con el esf�nter m�s
dilatado apoyando mis manos y mis rodillas en la pared para darme un mayor
impulso y sin poderme esta vez escapar, la enorme cabeza del macizo falo se
encaja completa, e impacta sobre mi agujero atravesando estrechamente el umbral
arrastrando, rompiendo, llenando un espacio que no le pertenec�a, o tal vez si,
un sitio inadecuado para esa enorme verga, angosto, estrecho, que se cerr�
despu�s del intenso dolor provocado, al entrar el glande, envolvi�ndolo en sus
capas mucosas y aprision�ndolo en su interior, sintiendo su calor. Fue como un
golpe de nocaut, que sent� desde la punta de los pelos hasta la punta de los
pies, que me dejo paralizado sin atinar que hacer, permanec� inm�vil, Oscar,
tambi�n se quedo quieto.
No s� cuanto tiempo permanec� inm�vil, ah� estaba yo, con esa
manzana encajada en mi esf�nter apretado alrededor de ella sin quererla devolver
y sin poderla devolver por que por mas que pujaba no me dilataba lo bastante
para que pudiera entrar mas, ah� estaba yo pegado a la pared y ensartado en la
cabezota de esa enorme verga fuertemente aprisionada dentro de mi culo,
sinti�ndola como a medida que pasaba el tiempo se iba hinchando m�s y lat�a m�s
fuerte, mi primo estaba muy caliente, su verga segu�a latiendo, hasta que me
sent� jalado fuertemente por el culo, Oscar, quiso acomodarse en otra posici�n y
me arrastr� con su aparato, tenia su gran cabeza hinchada enterrada en mi
estrecho culito que ahora era su prisi�n.
encendi� la l�mpara del buro y contemplo lo que yo, hab�a
logrado y con voz lujuriosa me dijo.
�Carlitos, mi ni�o, hoy si lograste meter entera la cabeza.
lo �nico que dije fue.
"Si, se meti� y no pude hacer que entrara mas, me duele
mucho".
D�jame ayudarte, veras como te pasa el dolor enseguida.
trat� de met�rmelo todo, empujando pero mi esf�nter no
ced�a estaba apretado, y solo tenia dentro el glande del gigantesco intruso,
�que vamos a hacer ahora!, le pregunte �
cambiamos de posici�n, quedando yo boca abajo y �l por
detr�s.
trata de relajarte y has fuerza como cuando vas a hacer caca,
yo hac�a lo que me dec�a pero en cada intento sent�a mas dolor e intentaba
desacoplarme pero �l me tomaba por la cadera y me arrastraba hacia �l, entonces
de nuevo me dec�a ya has fuerza con todas tus ganas, a la una a la dos y a las
tres y yo hacia mi culo hacia atr�s y el empujaba fuertemente hacia delante
sujet�ndome por la cintura.
No se lograba mucho y para empeorarse las cosas la verga de
Oscar, empez� a crecer en toda su magnitud y ya no pod�a manejar las cosas con
mucha precisi�n, entonces me dijo.
te vas a quedar tranquilo un rato yo voy a hacer algo para
que pueda entrar completa mi verga.
se hinco en la cama quedando yo entre sus rodillas puso en su
mano una crema y comenz� a sobarse el cuerpo de la monstruosa verga tensando a
rabiar las fibras musculares de m� invadido esf�nter, se estaba masturbando a la
vez que empujaba con fuerza y deslizaba su tremendo paquete dentro de mi
dolorido recto, hasta que por fin sent� sus peludos huevos chocar contra mis
nalgas, espero un momento y yo comenc� a sentir un calorcito que invad�a todo mi
cuerpo, �l entendi� mi placer y comenzo a moverse deliciosamente balance�ndose
sobre m�, sacaba la mitad de su verga y me la volv�a a enterrar deliciosamente.
no s� cuanto rato dur� �l mete y saca, hasta que sent� un
fuerte empuj�n, como si quisiera meter sus huevos tambi�n en mi culo, lo escuche
gemir y sent� las fuertes sacudidas y junto con cada una de ellas, la sensaci�n
de que mi cerrado anito iba a explotar al igual que mis intestinos que no ten�an
la capacidad para recibir esa represa de semen desbordante, habr�n sido seis o
m�s explosiones que no dieron tregua al deseo urgente de evacuar pero sin
poder hacerlo por que aquel monstruoso tap�n se negaba a abandonarme.
Oscar me sobaba el abdomen con lo cual sent�a un peque�o
alivio.
ya va a pasar esperemos que la verga se relaje y la podremos
sacar.
tengo ganas de ir al ba�o - le dije, quiero hacer caca.
esperemos un momento mas me dijo.
y permanecimos acostados de lado, conectados por aquel tubo
de carne que cada vez se iba poniendo m�s blando, yo por mi parte cada vez
pujaba con m�s fuerza tratando de expulsar el torrente seminal que Oscar hab�a
depositado en mi interior.
ya va a salir me dec�a, no te apresures y segu�a sobando mi
abdomen.
Cuando su miembro estuvo completamente en reposo, me llev� al
ba�o y empez� a instruirme: ya cuando yo te diga vas a pujar con todas tus
fuerzas.
Un, dos, y tres... sent� un dolor, y un ruido como el que se
escucha al destapar una botella de champa�a, al fin sal�a su enorme verga de mi
interior y vi correr un torrente de semen y sangre calientes, por entre
mis piernas, me ba�o, examin� mi orificio y me dijo que estaba bien, que el
sangramiento ya hab�a pasado y que el dolor se ir�a pasando con los d�as.
Pasar�an pocos d�as para tener nuevamente mi culito invadido por la verga de
Oscar.