Mi segundo encuentro-aventura, tuvo lugar, mientras paseaba
por lo roquer�os, m�s all� del Club de Yates..
Un sombr�o sendero serpenteaba entre las rocas y la monta�a,
cubierto de variada y bastante espesa vegetaci�n y flores.
Sobre una roca, cerca del agua, a unos cuantos metros pescaba
un joven de unos 20 a�os.
Llevaba una ligera parka porque el viento se sent�a fr�o.
Yo lo vi sentado y moviendo r�tmicamente las manos. Me
imagin� lo que cualquiera, con mi sensibilidad!!!, se habr�a imaginado. Pero no
era eso, sino que enrollaba el hilo de la carnada en una especie de rueda.
Miraba insistentemente hacia atr�s, donde yo me hab�a
quedado, para mirarlo a �l.
El hecho de que devolviera mis miradas me hizo encaramarme a
las rocas y acercarme un tanto. Me sent�, encend� un cigarrillo, mientras �l
continuaba con su faena de pesca y con sus miraditas hacia atr�s. Yo imp�vido.
Se levantaba, lanzaba y volv�a a sentarse. La pesca parece
que no rend�a ganancias. Las miradas, en cambio, iban a tener m�s suerte que el
anzuelo.
Se incorpor� de donde estaba y se alej� saltando entre las
rocas, de vez en cuando se agachaba y miraba hacia dentro como buscando alg�n
marisco. Luego volvi� al sitio y a los mismos gestos, hasta que, d�ndose por
vencido, decidi� salir.
Al pasar por mi lado le espet�: -Est� mala la pesca...
-Muy mala..., dijo, sonriendo, descubriendo una blanca y
amplia sonrisa. De ojillos azules y vivaces, ten�a cara y expresi�n de buena
persona. Parec�a un tranquilo estudiante, m�s que un pescador. De hecho lo era.
La pesca, s�lo una afici�n para "matar el tiempo" y por eso los elementos, muy
rudimentarios.
-�Un cigarro..?
-S�, no me ir�a mal, � no?
-Reci�n fum�... adem�s que me gustan m�s los puros que los
cigarrillos...
Por el tono en que lo dije y la mirada, sonrisa y gesto con
que lo dije, adivin� y se ech� a re�r.
-�Para qu� la pesca?, �Para conseguir unos dinerillos o s�lo
afici�n?
-Afici�n, aunque no me vendr�an mal los dinerillos...
-�Ves esto?, es tuyo si me pones el puro en la boca...
-No se, nunca prob� ese asunto.
-Bueno, t� te masturbas, como todo chico sano, �No?, entonces
si la gozas con la mano, por qu� no con una boca h�meda y caliente???. Esta
frase la he ocupado mucho y es el mejor argumento para convencer a indecisos,
por lo menos, no tienen argumentos para retrucar. A lo m�s pueden decirte que el
cuento no les va y nada m�s.
-�Lo dices en serio?
-Nada m�s serio. Me muero por degustar un pl�tano con crema,
muuuuuucha crema....
-Jajajajaja, �y ad�nde?
-Mira, m�s all� est�n esa rocas y esos matorrales, es el
sitio perfecto, �qui�n se va a meter all�?
Se levant� y se dirigi� sin m�s al lugar. Mirando hacia todos
lados por si hab�a "moros en la costa", lo segu�.
Ya en un oscuro y resguardado lugar, se par� frente a m� y me
pregunt�:
-�Bien, qu� quieres, exactamente?.
-Lo que est�s dispuesto a darme...
-T� pagas, empieza..., dijo, mientras se acariciaba el
paquete que hab�a crecido de manera notoria.
Sin m�s tir� el chiclet que masticaba, mientras con la mano
derecha le acariciaba la bragueta, tanteando la herramienta que me ofrec�a y que
al tacto se sent�a bastante pro-metedora!!!
Le baj� la cremallera y se la acarici� por dentro del
pantal�n y por encima del calzoncillo. Buen paquete y duro como un garrote. Los
pelillos de los huevos se asomaban por entre la tela. Los muslos se sent�an
tambi�n cubiertos de vellos. En realidad era un macho peludo, porque por el
borde del cuello de la blanca camiseta que vest�a debajo de la parka, se ve�an
unos largos pelos que le nac�an desde el pecho.
Desabotonando el vaquero, se lo baj� y efectivamente ten�a
unos muslos muy velludos y vellos negros y largos sal�an por los bordes del
calzoncillo que le apretaban los muslos.
Acarici� m�s el paquete y agach�ndome, bes� el miembro erecto
y lo mordisque� y baj�ndole el slip hasta las rodillas le di mi tratamiento sin
igual: mi lengua lami�, succion� y bes� y ensaliv� sus muslos, sus huevos
enormes y sumamente velludos. Haciendo que abriera las piernas cuanto pudiera,
lam� su entrepierna desde el culo a los huevos y luego ya me dediqu� a esa
hermoso y duro y suave y tierno nabo que goteaba como un grifo... era moreno de
piel, aunque el resto de su cuerpo era m�s bien blanco. Lo mismo sus huevos
luc�an sumamente oscuros.
Tambi�n, con mi t�cnica, apret� el glande y acercando mi
cabeza a su peludo pubis, mientras ol�a sus aromas de macho, su falo fue
entrando en mi boca hasta la garganta. El se mov�a lentamente, casi con timidez.
Cog� sus manos, las puse sobre mi cabeza, para indicarle como
deb�a manejarlo y luego afirm�ndome de sus nalgas, empezamos un bamboleo de mete
y saca que echaba chispas.
No tard� en gemir y antes que me diera cuenta, ten�a la boca
inundada de su esperma... se me hab�a corrido antes de tiempo y sin darme
cuenta.
-�Vaya...! Parece que estabas necesitado...
-Es que en casa hay visitas y no me he podido masturbar...
por eso vine ac� y justo nos encontramos...
-S�, �qu� casualidad!, �No?, dos necesitados... �Yo con sed y
t� deseoso de desaguar!!!
Nos sentamos en una piedra, como descansando.
-�Te gust�?, me pregunt�.
-En realidad, s�, tienes un pedazo de nabo riqu�simo, s�lo
que me habr�a gustado disfrutarlo m�s tiempo.
-Tengo tiempo, as� que si quieres podemos repetir, dijo sin
m�s.
-�Y te atreves a m�s?
-�A met�rtelo quieres decir? �U otra cosa?
-Me gustar�a que me penetraras... pero no soy de los que
obliga a sus parejas a hacer lo que no les agrada... S�lo si t� tambi�n quieres.
-No tengo cond�n, lo siento.
-Pero yo s�... �Hombre precavido...!!!, dije, sin terminar la
frase.
-Vuelve a chup�rmelo para que se pare bien... pero te voy a
partir en dos, lo tengo grande...
-Ya lo se, pero de a poco, �TIENE QUE ENTRAR!
Me dediqu� entonces a chuparle el nabo con mis mejores
esfuerzos. En un santiam�n (con perd�n), estaba m�s duro que antes y mis
pantalones en los tobillos tambi�n.
Me agach�, separando lo m�s que pod�a, con los pantalones
puestos, las piernas, mientras �l se pon�a el cond�n, me volv� para ensalivarle
profusamente la goma y con mi mano mi ojete que ten�a que sufrir sus embestidas
que se ve�a que iban a ser de concurso.
Y as� fue. Empez� suavemente hasta que me lo tuvo dentro casi
hasta la mitad e inici� un mete-saca furioso, desliz�ndolo m�s adentro con cada
embestida, mientras me sujetaba por las caderas y yo intentaba mantener el
equilibrio pese a sus empujones.
Lo sent�a cada vez m�s dentro y cada vez m�s grueso. La
entrada me hab�a causado un cierto dolor, pero como en esto soy experto,
mientras �l empujaba hacia dentro, yo lo hac�a hacia fuera, logrando dilatarme a
su medida.
Cuando el va-y-ven se hizo f�cil, cogimos el ritmo y mientras
�l ven�a hacia m� yo iba hacia �l y logramos una penetraci�n y una
compenetraci�n que parec�amos vieja pareja en estas lides.
Era un flaco en�rgico y lleno de fuerza y vitalidad. Sus
manos apretaban mis caderas y su pelvis golpeaba mis gl�teos produciendo el
t�pico sonido de bofetada y el baile de sus huevos con el ritmo, cosquilleaba mi
entrepierna.
Tambi�n era de los sonoros. Gem�a y casi gritaba de placer.
Yo s�lo me re�a imaginando las caras de los que pasaran m�s all�, por el
caminillo, si se percataban de lo que m�s ac� estaba ocurriendo.
Sus gemidos se hicieron m�s y m�s guturales y m�s y m�s
cortos y frecuentes... se estaba viniendo... y cuando sent� hincharse su nabo
dentro de mi recto, me di cuenta que estaba eyaculando y a la vez, casi sin
respiraci�n...
Tuve que afirmarme en un arbolillo, avanzando cuidadosamente
un paso, mientras �l ca�a sobre mi espalda, acezando. Entonces cog� mi propia
tranca y me di un meneo que ya ya... Al notarlo, �l me cogi� de los hombros para
mantenerme bien enclavado en el intertanto. Me vine muy r�pido y el matorral
qued� regado de mis efluvios, mientras mi recto le daba espasm�dicos apretones a
su nabo que no cejaba en su erecci�n.
As� estuvimos un momento, hasta que el falo poco a poco fue
desinfl�ndose y desliz�ndose fuera de mi inundado conducto.
Como dijo un escritor chileno: "EL MEJOR CAMINO DEL AMOR, ES
EL RECTO".
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