Mi nombre es Antonio. �ramos un matrimonio feliz. La vida iba
tirando, con sufrimiento, pero poco a poco, �bamos saliendo mes a mes, sin
grandes alardes, gracias a nuestro peque�o negocio, una tienda de comestibles
que mi mujer (Ana) quiso montar para ganarnos el sustento. No era una calle muy
comercial, tan solo un par de negocios mas, en concreto uno, al lado, una tienda
de fotograf�a dirigida por Manuel, un hombre de 52 a�os, bastante gordo y
soltero. �l ten�a ya clientela fija y siempre se le ve�a manejar el dinero con
facilidad. No le faltaba de nada.
De vez en cuando lo visitaban unos amigotes, todos de su
misma edad, y se dedicaban a ver fotograf�as que Manuel hizo alguna vez, de
mujeres desnudas, principalmente, de algunos carretes que le entregaban sus
clientes con algunas fotos de familiares un poco libres de ropa. El jodio, seg�n
me cont� un d�a, se iba quedando con copias de las fotos que mas le gustaban.
Cuando sal�an, entraban todos en nuestra tienda, mas que para comprar pan, para
mirarles las tetas a Ana. Yo se lo notaba.
Pas� el tiempo y nuestro negocio iba cada d�a peor. Tan solo
vend�amos un poco de pan y alguna que otra revista, muy poco para que quedara
algo para ir tirando todos los meses. Yo intent� buscarme algo por ah�, pero no
consegu�a nada. Un d�a, no pod�a mas, no ten�a para pagar las facturas que me
giraban ese mes, luz, agua......, y me fui a ver a Manuel. Manuel, por favor,
mira, d�jame algo para ir tirando. Dentro de poco pido un pr�stamo al banco y yo
te lo pago todo.
.- No te preocupes, venga, pasa, me dijo.
Manuel me dej� sin problemas el dinero y me dijo que no me
preocupara, que se lo pagara cuando pueda. Lo malo es que esta historia, se
repiti� el mes siguiente, y el siguiente tambi�n. Cuando me quise dar cuenta, ya
le deb�a m�s de 6.000 �.
Un d�a se asom� a la tienda y con un gesto, me dijo que me
pasara por su tienda.
.- Mira Antonio. La semana que viene tengo que hacer un pago
de un equipo que he comprado, y me tienes que devolver ya lo que te dej�,
ma�ana, mejor, me dijo.
.- Joder Manuel, que no puedo, que no tengo que aun no me ha
contestado el banco y me llamaron el otro d�a dici�ndome que lo mas seguro es
que no me aprobaran el cr�dito.
.- Pues mira, chico, ese no es mi problema. Necesito mi
dinero, y lo necesito ya.
.- Si, pero no puede ser. No tengo nada, estoy seco, no
puedo, por favor, dame unos d�as a ver que se me ocurre.
.- No puede ser, Antonio. No tengo tiempo.
.- Venga Manuel, hombre, hazme ese favor. P�deme lo que
quieras, pero no dinero, que no tengo de donde sacarlo.
.- Si � Puedo pedirte lo que quiera?? Pues mira, Antonio, te
voy a hablar claro. O esta noche Ana, tu mujer, viene a mi tienda a las 9 en
punto, o ma�ana a las 8 de la ma�ana estoy presentando denuncia en comisar�a.
Recuerda el documento que firmamos. Puedes venir con ella. Y no quiero que hagas
preguntas. Venid los dos, calladitos, hac�is lo que se os diga, y en unas horas
nos olvidamos del dinero.
Sal�. Todo me daba vueltas. � Que quer�a el cabron este� Y
ahora el problema era dec�rselo a Ana.
La convenc�, no se como, pero lo hice. Los dos imagin�bamos
lo que iba a pasar, pero no hablamos. Nos cambiamos, cerramos la tienda y
salimos hacia la tienda de Manuel. Nada mas abrir la puerta, se me vino el mundo
encima. All� estaban 3 de los amigos de Manuel. Nos hizo pasar, ana temblaba.
.- Bien, hab�is sido puntuales. No quiero o�r ni una palabra.
Tu, Antonio, si�ntate aqu�, y no quiero que muevas ni un pelo. A la primera
palabra o acci�n, estoy llamando a la polic�a.
Todo sucedi� con mucha lentitud. A Ana ya se le hab�an ca�do
unas l�grimas antes de que Manuel empezara a tocarle el culo. R�pidamente, la
sentaron en una mesa, y mientras, uno de los sujetos le desabrochaba la blusa y
le quitaba el sujetador, otro de ellos cogi� la c�mara de fotos y empez� a
fotografiarlo todo. Manuel se agarr� a sus pechos desesperado y comenz� a
chupar. No mencion� antes que Ana ten�a unas tetas grandes, un poco ca�das, pero
con un pez�n enorme que invitaba a com�rselas. La pusieron de pi�, le bajaron la
falda y las bragas y apareci� el co�o depilado de Ana. Joder como
jadearon.................Entre toqueteos y agarrones, Manuel se sac� la poya: un
enorme miembro que superaba al m�o con creces. Obligaron a agacharse a ana y
Manuel le inst� para que le hiciera una mamada. Ana empez� a chupar, mientras
los otros tipos no dejaban de sobarla. Uno de ellos ya se estaba preparando para
follarla por atr�s, dado que ana estaba de rodillas, culo en pompa, chupandosela
a Manuel. Se la clav� y empez� a bombear en un vaiv�n imparable. Ana se
resist�a, pero entre la poya que ten�a clavada en su vagina y la que ten�a en la
boca, no pod�a moverse mucho. Adem�s, antes de que se diera cuenta, Manuel se
retir� un poco, y empez� a lechearle la cara. El fot�grafo no perdi� detalle y
se acerc� aun m�s para pillarlo todo. Yo pens� que con eso acababa todo, pero no
estaba muy encaminado. Manuel, a pesar de su edad, se recuper� muy r�pido.
Mientras, el otro ya se hab�a corrido en el culo de ana, el que ten�a la c�mara,
que no hab�a participado a�n, la dej� por un momento, ya se hab�a bajado los
pantalones y Ana ya le estaba trabajando la polla.. Todo sigui� en esa l�nea,
hasta que los tres estaban a punto de otra corrida. R�pidamente la subieron
encima de la mesa, la tumbaron, y se corrieron en su cara y en sus pechos, hasta
que quedaron exhaustos. Manuel me dijo:
.- Toma, aqu� tienes a la puta de tu mujer. No ha estado mal,
pero las fotos me las guardo para que no nos denunci�is. Adem�s, esta peque�a
org�a no se paga con tu deuda. Tengo un cliente al que le debo un pedido y ya s�
de que forma pagarle. Ma�ana por la tarde, deber�is estar en esta direcci�n (me
dio un papel). Ahora, iros.
Le dio un empuj�n a Ana hacia m�, y sostuve en mis brazos a
mi mujer, toda llena de leche y rota por todo lo que hab�a pasado. Y yo que
pens� antes que todo hab�a acabado, cuando en realidad, no hab�a hecho mas que
empezar.
No hablamos. Tan s�lo le prepar� un ba�o y nos dormimos. Los
dos sab�amos que ten�amos que acudir al d�a siguiente a la cita. Nos presentamos
temprano, quiz�s por las ganas de acabar todo cuanto antes. Nos abri� la puerta
Manuel, y r�pidamente y sin hablar, nos subi� a una habitaci�n. Se ve�a por toda
la casa, que ese t�o ten�a pasta. Entramos Manuel nos repiti� la frase del d�a
anterior:
.- Tu te sientas ah�, calladito, y todo acabar� r�pido.
Hab�a un gran sill�n, y cuando se dio la vuelta no me lo
pod�a creer. Era el due�o del local de nuestro negocio, a quien le pagamos la
renta(Don Alonso). Era un aut�ntico asco de persona: gordo, de mas de 60 a�os y
que aunque manejaba con soltura el dinero, ni vest�a bien ni pasaba con
frecuencia por la ducha. A�n me acuerdo el d�a que firmamos el contrato de
alquiler, de las miradas que le pegaba al escote de Ana. Supe de inmediato, que
el muy cabr�n tambi�n iba a disfrutar a base de bien. No hubo pre�mbulos ni
presentaciones ni reglas. Don Alonso orden� que Ana se pusiera de rodillas
frente a su sill�n, y el t�o sin moverse, se separ� la bata que llevaba puesta y
sac� un miembro fl�cido, pero de buen tama�o. Mientras Manuel desnudaba a Ana
arranc�ndole la ropa, don Alonso ya le hab�a agarrado la cabeza y la oblig� a
mamarsela.
.- Yo ya no soy ning�n jovencito, pero apl�cate, y no dejes
de chupar hasta que consigas pon�rmela dura. Y ahora voy a hacer realidad mi
sue�o. Manuel, abre esa puerta y dile a Tom�s que ya puede pasar.
Me pregunt� que quien co�o era ese Tom�s, y cuando lo vi
hasta consigui� asustarme. Era el mayordomo de Don alonso, un negro
impresionante, ya desnudo, con un cipote descomunal. Me tem� lo peor. El cabr�n
del negro ten�a en la mano un frasco, que abri� y sin mas miramientos, empez� a
esparcir vaselina en el culo de Ana. Ella segu�a aplicada y ni se imaginaba lo
que se le ven�a encima. El negro puso a cuatro patas a mi mujer, y con cuidado
de que esta no dejara de mamar(de eso se encargaba don alonso, que segu�a
sujet�ndole la cabeza), se la fue clavando poco a poco en su culo. Ella empez� a
gemir de dolor, pero la enorme tranca del negro, la fue perforando poco a poco y
empez� a bombearla como un animal. No dur� mucho, porque don alonso ya la ten�a
dura hacia un rato y justo cuando el negro sac� el cipote y empez� a correrse en
la espalda de ana, don alonso hac�a lo mismo, pero dentro de la boca de Ana.
Tuve que coger a Ana derrotada y con fuertes dolores y
llevarla a casa.
Creo que dentro de poco sabremos alguna noticia de todo esto.
Han pasado dos semanas, pero intuyo que alguien nos concertar� una cita. Esto
a�n, no ha acabado.