Relato: La Estrecha Chuchita de Gabriela





Relato: La Estrecha Chuchita de Gabriela

La Estrecha Chuchita de Gabriela


Como ustedes recordar�n, conoc� a Ang�lica (mi ex esposa), en
el a�o 1995; y, por aqu�l entonces tambi�n conoc� a Gabrielita su simp�tica
sobrina que s�lo ten�a siete a�itos.


Gabriela siempre estaba con su t�a Ang�lica y por lo tanto
fuimos desarrollando una bonita amistad; tanto as�, que fue precisamente
Gabriela una de las damas de mi esposa el d�a de nuestro matrimonio.


Por aquel tiempo los padres de Gaby se separaron y la ni�a
pasaba la mayor parte del tiempo en nuestra casa para evitar que percibiera la
ruptura de su hogar. Fue as� que presenci� como Gaby iba creciendo hasta que
tuvo unos diez a�os tiempo en que mi cu�ada por razones de trabajo se fue a
vivir a Pucallpa, una ciudad tropical de la amazon�a peruana.


La separaci�n de Gaby nos apen� mucho; pero, jam�s dejamos de
estar en contacto gracias al tel�fono y a la Internet.


El tiempo pas� volando y pronto todos comenzamos a hablar de
la celebraci�n de los 15 a�os de la peque�a Gabriela m�s a�n cuando anunciaron
que regresar�an a Chiclayo (ciudad en la que resido), para organizar su fiesta
de cumplea�os.


Era el verano de 2002 cuando la vi nuevamente. Recuerdo que
fue el viernes 14 de febrero cuando organizamos una ma�ana de playa por el D�a
del Amor y de la Amistad, en la casa de verano de mi padre y Gabriela fue con su
madre como era habitual. Como llegaron un poco tarde nos dieron el alcance en la
playa.


Cuando apareci� ante nosotros me dejo sin palabras. Jam�s
hubiera imaginado lo guapa que estaba, parec�a una mu�eca Barbie de carne y
hueso �"�Qu� chica m�s linda!"- alcanc� a decir y aunque todos creyeron que mi
comentario era estrictamente paternal supe de inmediato que Gaby hab�a captado
la intenci�n de mis palabras, pues, un indiscreto rubor encendi� las mejillas de
su adolece rostro.


Durante toda la tarde no me cans� de contemplar su gr�cil
figura yendo y viniendo por doquier en medio de saltitos y gritos a�n infantiles
como si a�n no se diera cuenta del impacto sexual que causaba en m�. Que
maravillosas piernas que luc�a, tan torneadas y fr�giles, tan tiernas y p�lidas,
tan bellas y excitantes a la vez. Y sus peque�as; pero, bien moldeadas caderas
que le armaban un culito de ensue�os. Que ni�a tan bella. Mov�a sus teticas como
dos conitos de fiesta infantil. Yo qued� extasiado; pero, nadie sospech�, pues,
cre�an que mi instinto paternal no me permit�a verla como mujer. Todos
comentaban sobre ella, sobre lo hermosa que estaba y sobre el asombroso parecido
que ten�a con Ang�lica cuando ten�a esa edad. Eso me hizo explicarme en mi
repentino enamoramiento hacia Gabriela, la sobrina de mi mujer, su vivo retrato
cuando ten�a quince a�os.


Aquella noche s�lo pens� en ella y me sent� muy excitado;
pero, a la vez muy confundido, pues, se trataba de mi sobrinita; sin embargo, el
recordar su hermoso cuerpo me produjo una erecci�n b�rbara y acabe haci�ndole el
amor a mi mujer por m�s de hora y media sin importarme su agotamiento.


El comentario de todos con respecto al parecido entre
Gabriela y Ang�lica me llevaron a buscar fotos de ella en el �lbum familiar y
efectivamente el parecido era asombroso; Gabriela y Ang�lica eran dos gotas de
agua, dos bellezas en verdad. Ang�lica era una belleza plena, madura e
interesante; y Gabriela, era una polluela pura, floreciente e inexplorada a�n.


Desde entonces no pude evitar enamorarme de la sobrina de mi
mujer ya que era como enamorarme de mi propia mujer en plana adolescencia.
Aquella oportunidad era �nica y dudo que alguien la hubiera dejado pasar sin
aprovecharla.


Los d�as pasaron volando y pronto lleg� la noche del domingo
13 de abril de 2002 en que tendr�a el honor de presentar a Gaby en su Fiesta
Rosa (fiesta de los quince a�os), reemplazando a su padre; y yo, estaba t�n
nervioso que parec�a un adolescente.



Gaby luc�a radiante cuando la vi descender por las escaleras
del segundo piso que conduc�an al sal�n. Jam�s me hab�a sentido tan enamorado
como aquella vez y no me import� el tener 33 a�os y que ella s�lo tuviera 15.


La recib� orgulloso y me luc� con un discurso con el que
arranqu� m�s de una l�grima de emoci�n y baile con ella su primer vals. Luego le
regal� una orqu�dea; mientras entonaba el tema "Ni�a" del chileno Juan Antonio
Labra con el que siento la enamor�. Despu�s me retir� discretamente a mi
despacho y la dej� con su madre, sus t�as y el resto de j�venes de su edad; para
que disfrutasen de su reuni�n.


Pasada la media noche todos se hab�an ido y cuando me decid�
a salir, el gran sal�n de nuestra casa estaba solo y revuelto y me sent� por
primera vez viejo y frustrado de haber dejado atr�s mi juventud; y cuando
cavilaba tristes ideas y recuerdos una tibia mano toco mi hombro muy suavemente
y creyendo que se trataba Ang�lica le dije: �"Pens� que dorm�as mi amor"- y la
delicada voz de Gaby me respondi� �"No pod�a dormir sin mi besito de las buenas
noches"


-�Gaby, eras t�?


- Si, Mart�n, soy yo.


- Estaba............


- Shhh...No digas nada �beso mi mejilla y a�adi� �"Estuviste
maravilloso, eres


un hombre incre�ble y tu canci�n me dej�... no s� ni como me
dejo. Shhh... �


no me dej� decir nada- no digas nada- bes� mi rostro y se
alejo cubierta por un corto camis�n que trasluc�a la armon�a de sus juveniles y
armoniosas curvas. Esa y las noches subsiguientes no pude evitar so�ar con ella
y como un tonto enamorado despertaba ansioso y con una erecci�n b�rbara que
aplacaba en los brazos de mi fiel mujer de la manera m�s canalla y vil.


A los pocos d�as partieron y entonces pens� que la distancia
y el tiempo me har�an olvidarla; pero, no ocurri� as�. A las pocas semanas
mientras revisaba mi correspondencia en mi PC encontr� un mail suyo en el que me
declaraba su amor y yo no lo quise creer, pues, supuse que era una broma; pero,
el tiempo y sus repetidas comunicaciones me hicieron darme cuenta que en
realidad alg�n sentimiento especial hab�a despertado en Gaby y entonces decid�
contestarle.


Tem� que pudiese ser otra persona; quiz� su madre o tal vez
Ang�lica, mi mujer; uno nunca sabe as� que en un comienzo trat� de persuadirla
de que probablemente estaba confundiendo sus sentimientos que quiz�s era el
Complejo de Electra; pero, todo fue en vano. Luego le ped� esperar un poco,
pues, podr�a tratarse del clima y la ebullici�n hormonal propia de su edad;
pero, nada cambi�. Los meses fueron pasando y pronto olvid� mis escr�pulos y
decid� corresponder a esta ni�a aunque el temor a ser descubierto me mantuvo con
la adrenalina alta todo el tiempo; pero, lo prohibido se hace m�s excitante.


El imparable tiempo hizo lo suyo y cada vez nuestras
comunicaciones por el chat se volvieron m�s calientes. Jug�bamos mucho con
nuestra imaginaci�n y ella me confesaba que acababa muy h�meda de su
entrepierna. Yo me excitaba mucho y cada vez la deseaba m�s, sobre todo despu�s
que me confes� que ten�a sue�os er�ticos conmigo y que su m�ximo deseo era
perder su virginidad entre mis brazos, pues, no hab�a d�a que no se masturbase
pensando en m�.


La idea inicialmente me result� descabellada; pero, poco a
poco me hizo c�mplice suyo, mas a�n cuando me enter� que hab�a logrado convencer
a su madre para que la enviase a terminar la Educaci�n Secundaria (Preparatoria)
al Centro Edcativo en el que yo trabajo y que es de mi propiedad.


El viernes 27 de febrero de 2004, Gaby, lleg� a la casa y
para el lunes 01 ya la estaba llevando en mi auto a su primer d�a de clases.
Estaba preciosa con su uniforme escolar y no desperdici� ni un solo instante
para coquetearme y excitarme. En secreto se comportaba como mi enamorada; en
casa, como mi sobrina y en el colegio, como mi alumna. Yo mismo acababa
confundido a veces; pero, ella manejaba la situaci�n a la perfecci�n y gozaba
vi�ndome en apuros.


Durante todo el a�o sent� la adrenalina correr por mi cuerpo
cada vez que Gaby me involucraba en esa excitante relaci�n..... Son muchos los
recuerdos que tengo de ella durante todo el 2004 y el 99% son excitantes; pero,
no los cansar� con ellos y s�lo les relatar� uno antes de narrarles aquella
primera vez con la sobrina de mi mujer.


Gaby estudiaba de ma�ana; pero, ten�a todos los mi�rcoles -a
la �ltima hora de la tarde- clases de gimnasia al igual que el resto de chicas
de su secci�n; por ello, se quedaba a esperarme a la salida para regresar juntos
a casa; y yo, como buen Director, hac�a horas extras todos los d�as as� que no
era extra�o que regres�semos tarde a casa. Claro que ese d�a no me quedaba a
trabajar sino a "juguetear a mam� y pap�" con mi sobrinita o a disfrutar de
"nuestros refrigerios", como ambos sol�amos llamar a aquellos encuentros
calientes entre t�o y sobrina que jam�s deb�an acabar en penetraci�n.


Al comienzo fueron s�lo besitos en los labios en los que ella
paraba su culito para evitar que su cuerpo chocara con mi bulto; por ello, opt�
por girarla en pleno beso de modo tal que quedara de espaldas hacia m� de ese
modo su culito quedaba pegado a mi miembro y pod�a restregar mi bulto sobre los
cachetes de su delicioso trasero, cuando esto llego no desperdici� la
oportunidad de amasar sus tetitas; primero sobre su polera, luego sobre su
sost�n y finalmente sobre la tibia piel de sus senitos y sobre sus duros
pezoncitos erguidos por la excitaci�n. Fue as� que acabe con la parte de arriba;
a esto sigui� el meter mis manos en su pantal�n el�stico de buzo y acariciar,
amasar y pellizcar sus gl�teos. Pronto llegar�a el tiempo de baj�rselos junto
con su calzoncito de mu�equitos que tanto me enloquecen y por fin la tuve
desnuda de verdad aunque todo esto s�lo lo disfrutaba a medias, pues, su
condici�n era que todo el tiempo estuvi�semos con la luz apagada y s�lo pod�a
verla con el reflejo de la luz que ingresaba del corredor. Huelga recordar que
todo este avance lo logr� cada mi�rcoles durante varias semanas, pues, la
atrevida chica del chat se convirti� en una t�mida gatita cuando estuvo a solas
frente a m�.


De este modo lleg� el mi�rcoles 23 de junio (un d�a antes de
mi cumplea�os), y para esta ocasi�n Gaby me prepar� una excitante sorpresa: Me
dejar�a "examinar" su cuerpo con la ayuda de una lupa con luz.


Esa noche mientras la ve�a desnudarse tras aquella c�mplice
penumbra me sent� muy excitado y cuando me dej� encender la luz de mi lupa
procur� registrar en mi mente cada segmento visible de su cuerpo; pero, el
esfuerzo fue in�til aunque s� muy excitante.


Cuando llegu� a su chuchita; me encontr� con la deliciosa
visi�n de un diminuto huequesito, muy peque�ito, humed�simo y desprovisto de
toda clase de vellosidad. No perd� la oportunidad de indagar m�s all� de lo que
ve�a as� que con todo cuidado separ� aquellos fr�giles labios vaginales y me
encontr� con la imagen de una vulvita tan rosadita y h�meda como una fresita
madura partida por la mitad que invitaba a ser saboreada; as� que, sin previa
autorizaci�n me dispuse a com�rmela a besos y a leng�etazos al tiempo que ella
pasaba de ahogados quejidos a sonoros gemidos acompa�ados de saltitos de sus
caderas que terminaron por retorcerla de placer sobre el amplio escritorio de
cedro importado de mi oficina que ya hab�a sido mudo testigo de los placeres
orgasmitos de otras "amigas" ocasionales.


Aquella noche sent� que ten�a a Gabriela a mi merced, lista
para ser follada; sin embargo, no era el momento aquella virgencita merec�a una
mejor ocasi�n y un lugar m�s apropiado as� que ascend� lentamente por su dorso,
entreteni�ndome en sus dos tetitas para besarlas y mim�rselas, hasta llegar a
sus labios y recibir como recompensa suya un intenso beso acompa�ado de palabras
de amor dignas de la protagonista enamorada de una novela shakesperiana.


Despu�s de esto, Gaby, me pidi� le prestase mi lupa y
descendi� con toda confianza hasta mi pene erecto y empez� a examin�rmelo hasta
el m�s m�nimo detalle. Parec�a una nena deslumbrada ante su juguete nuevo. Me
confes� que era m�s grande y grueso de lo que esperaba y que ten�a dos lunares
en forma de estrella al lado izquierdo. Le impresionaron la manera en bajo el
prepucio se reflejaban las venas de mi verga o de mi cosa �como suele llamarlo
ella-; adem�s, la forma en que mi escroto se contra�a y se estiraba
intermitentemente a su tacto. Finalmente me interrog� sobre el orificio de mi
aparato al que Gaby bautizo como "su boquita".


Terminada su examen y como ya se acercaban las 9.00 de la
noche (21 horas), debimos apresurarnos y ella accedi� a que encendiera la luz
despu�s de colocarse su ropa interior y modelar para m� sobre el escritorio.
Cuando se sent� sobre �l para bajarse me acerque a ella y se colg� de mis
hombros con sus piernas abiertas y me dijo:


-Eres muy lindo....., te amo


-Y yo a ti....., �Te gust� lo que hicimos?


-Mucho...mucho, mucho.....; �As� ser� cu�ndo lo hagamos?


-Ser� mucho mejor.


-�Y tu crees, qu� me entrar� todo eso?


-Claro, mira �le explique presionando mi pene contra su
chuchita protegida


por su calzoncito- te lo empujar� as�.


-Ayayau �dijo golpe�ndome con su pu�o sobre mi pecho- me
duele


Y ambos re�mos aunque una t�mida lagrimilla asomo por sus
almendrados ojos.


Aquella noche fue el mejor regalo de cumplea�os y desde
entonces empezamos a buscar la ocasi�n para consumar nuestro amor. Ambos
quer�amos que fuese algo especial y fijamos como primera fecha el mi�rcoles 28
de julio ya que mi mujer saldr�a con los ni�os de paseo; pero, la llegada de su
madre lo arruin� todo. Luego fijamos el lunes 30 de agosto, pues, mi mujer
tendr�a un retiro con las se�oras de su parroquia; pero, una terrible gripe la
hizo desistir y los planes se nos arruinaron. As� pasamos al lunes 18 de octubre
y luego al lunes 01 de noviembre; pero siempre algo se interpon�a. Llegada la
navidad s�lo nos quedaba el verano para encontrar una buena ocasi�n y cuando nos
sent�amos frustrados un improvisado viaje de mi mujer con los ni�os nos dio luz
verde para nuestro anhelado momento de intimidad.


Ang�lica recibir�a el 2005 fuera de casa con los chicos y yo
por razones de trabajo no podr�a viajar; por su parte Gaby, agradecida por la
hospitalidad que le brindamos todo el a�o se ofreci� a atender la casa ante la
ausencia de su t�a y �sta acept�. Fue as� que sin planearlo quedamos solos en
casa, Gabriela y yo, desde la tarde del viernes 31 de diciembre de 2004.


No hab�a que ser adivino para sospechar lo que esa noche
ocurrir�a; sin embargo, ninguno de los dos dec�a nada al respecto y lo �nico que
nos delataba era nuestro marcado nerviosismo que los ajetreos del viaje no lo
hicieron notorio a mi mujer.


Despu�s de embarcar a mi mujer y a los ni�os, Gaby y yo,
intercambiamos miradas y un trato seco y nervioso nos permiti� saber que ambos
estar�amos en casa desde las 11 de la noche (23 horas); pero, ninguno hizo
referencia de lo que ocurrir�a aunque ambos lo sab�amos.


Durante mi cena con los trabajadores de mi empresa no aparte
de mi mente a Gaby y me result� eterna la hora de abandonar aquella amena
reuni�n; as� que, llegada la hora me desped� de todos y manej� presuroso hasta
mi casa.


Al llegar encontr� todo en silencio y un horrible
presentimiento se apoder� de m�; pero, al llegar a su habitaci�n y escuchar el
sonido de la regadera mis temores y nerviosismo se transformaron en ansiedad mas
a�n cuando me invit� a pasar.


Sin pensarlo dos veces me desnud� de prisa y en un instante
estaba bajo el agua tibia y frente al juvenil cuerpo desnudo de mi sobrinita
Gabriela que tiritaba ante m�, lujuriosa y sorprendida de mi insolente invasi�n.
La bese con ternura y ella me correspondi�. Eran instantes de gran excitaci�n en
donde a pesar del golpe del agua el latido de nuestros corazones y nuestras
respiraciones agitadas se dejaban escuchar.


Jabonamos nuestros cuerpos sinti�ndolos palpitar en una
sesi�n de lujuria en donde las palabras no pod�an reemplazar al leguaje de
nuestra piel. Terminada nuestra minuciosa abluci�n cerr� la llave del agua al
tiempo en que cog�a una toalla para recibir entre mis brazon el cuerpo h�medo y
tembloroso de mi amada Gabicita.


La cargue entre mis brazos y la deposit� en su cama al tiempo
que frotaba su fr�gil cuerpo con el suave pa�o.


-�Tienes fr�o? �pregunt� resuelto.


-Un poquito- respondi� Gabriela casi sin poder controlar el
chocar de sus


dientes.


-�Estas lista?.....-y un apasionado beso respondi� mi
pregunta.


Comenc� entonces por acomodarla a mi lado bajo las s�banas en
un absurdo intento por que dejase de temblar; pero, result� excitante al final
hacerlo bajo las s�banas. De besar sus labios pase a su cuello y al l�bulo de
sus orejitas sin dejarla de acariciar mientras sus quejidos y gemidos aumentaban
cada vez m�s. La gire sobre la cama y me situ� detr�s de ella de modo tal que
pudiese hurgar son mis besos entre sus cabellos mientras le mordisqueaba la
nuca, su cuello, sus hombros y sus orejas; haci�ndola elevar su calentura.


El trabajo con mis manos no se hizo esperar y mientras la
besaba amasaba sus senos y pellizcaba sus pezones o descend�a a su cintura, a
sus caderas y a sus piernitas; mientras mi pene se abr�a paso entre sus carnosos
gl�teos y punteaba su anito a�n cerrado. La pose era inmejorable; pero, no pod�a
detenerme; as� que, descend� con mis labios por la ruta de su espalda hasta
encontrarme frente a frente con su culo delicioso, prominente, erguido y
apetecible: lo bese y mordisque� a mi antojo al tiempo que me acomodaba entre
sus piernas y la empezaba a sopear (sexo oral-vaginal)sin compasi�n. El orgasmo
de Gaby no se hizo esperar y pronto inund� mi cara con sus jugos vaginales.


Me acomod� sobre ella y nos entrelazamos en un fuerte abraz�
y un apasionado beso; abrazo en el que no s�lo me uni� a su cuerpo laz�ndome del
cuello sino que tambi�n me atrap� con sus piernitas abiertas totalmente para
asirme por mis caderas de modo tal que con mi escroto sent�a el calor y la
humedad de su sexo sin estrenar.


Supe que era el momento de iniciar lo mejor de la faena.
Afil� mi espada de carne y afin� mi punter�a e inici� la lenta invasi�n a
aquella chuchita virgen que hab�a deseado desflorar tantas veces a los largo de
los �ltimos meses; sin embargo, el abrirme paso entre sus labios vaginales me
result� sumamente dif�cil para m� y doloroso para ella, pues, la sola presencia
de la cabeza de mi aparato en la entrada de su cuquita la hizo transpirar y
ponerse roja; pero, hice caso omiso a su reacci�n e intente continuar mi avance;
sin embargo, la estrechez de su conchita era impresionante; por ello, la acomod�
nuevamente colocando almohadones bajo su culito y comenc� a estimularla una vez
m�s hasta llevarla a un nuevo orgasmo. Fue entonces que abri�ndole bien sus
piernitas y aprovechando mi tremenda erecci�n inicie un avance mas decidido en
el que sent� como su sexo lat�a sobre la hinchada y amoratada cabeza de mi
herramienta al tiempo que llegaba hasta el umbral de su virginidad y palp� con
mi miembro la resistencia de su membrana himenal al tiempo que la escuchaba
sollozar sin decir una sola palabra:


-�te la saco? �la interrogu�


-Hazme tuya de una vez �y arremet� con fuerza sobre la
palpitante y


estrecha chuchita de Gabriela y le enterr� mi falo hasta el
fondo, hasta que


mis huevos golpearon los cachetes de su culito.


-Aaaahhhyyayayauuuuuu... �fue el aullido que escuch� antes de
verla romper


en llanto.


Me qued� quieto dentro de ella, pues, no quiso que se lo
sacase y la consol� mientras me apresaba con sus fr�giles piernitas puestas
alrededor de mi culo y sent�a como su chuchita lat�a fuertemente apretujando mi
falo en r�tmicas contracciones. Pasado un par de minutos la vi m�s calmada e
inici� un lento mete y saca, sobre aquella estrecha conchita reci�n desvirgada,
que paulatinamente se volvi� mas intenso.


Pronto el dolor dio paso al placer y ambos gozamos como un
par de posesos y por casi media hora la bombe� sin detenerme llev�ndola al
orgasmo en repetidas ocasiones antes de llenar su cuevita reci�n estrenada con
mi lechecita caliente.


Cuando terminamos descubrimos que la cama estaba bastante
manchada de sangre y que su chuchita y sus piernitas guardaban los restros de su
virginidad perdida y de mi semen.


De esto hace mas de siete meses y Gaby y yo seguimos
disfrutando de nuestros cuerpos; pero, desprovistos de todo compromiso y
fidelidad, por lo menos de mi parte.


Ang�lica lleg� a enterarse y eso provoc� nuestra separaci�n
al parecer definitiva y justa, pues, se que me lo merezco.


Pronto espero convencer a Gaby de que me entregue su
bizcochito que cada d�a se le pone mejor. Cuando esto ocurra se los contar�.


No hay nada como estrenar a una virgen y si es chiquilla y
tiernita mucho mejor y quien diga lo contrario que pruebe ese placer y me dar�
la raz�n.


Soy el Caballero Azul y mi e-mail es
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Relato: La Estrecha Chuchita de Gabriela
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