Mi hermano Miguel y sus amigos de la secundaria daban una
fiesta en casa. Yo, el mayor de los hermanos, estaba bastante molesto porque al
d�a siguiente ten�a que levantarme muy temprano para ir al trabajo. Mi mal
humor, con ayuda de algunas cervezas y el estar rodeado de jovencitos en la flor
de la edad, fue desapareciendo. Todos los amigos de Miguel ten�an entre 17 y 20
a�os. Por aquel entonces yo ten�a 25. empezaron a llegar cerca de las 8 y poco a
poco la casa se fue llenando de chicas y chicos que beb�an, bailaban y se
divert�an a lo grande.
Mis padres estaban fuera de la ciudad ese mes por trabajo, y
mi hermanita menor, se quedaba en la casa de mi t�a. Cerca de la medianoche
suena el tel�fono y un compa�ero me informa que al d�a siguiente no tendr�amos
que ir a trabajar porque hab�a fallecido alguien del ministerio, y la escuela
estar�a cerrada por duelo. Me alegr� por la noticia (lo s�... soy de terror.-
El caso es que pod�a disfrutar de la fiesta a pleno. Las
horas fueron pasando y yo fui conversando con todos los chicos. Hab�a uno que se
hab�a interesado mucho en mis tatuajes y a cada rato insist�a en que quer�a que
se los muestre. Yo me levantaba la remera y dejaba que �l observara uno de mis
tatuajes. Cada vez que me tocaba para acercar mi brazo a sus ojos me estremec�a.
Se llamaba Mat�as. Era una belleza de 18 a�os. "Demasiado lindo para ser var�n"
hubiese dicho mi madre. La cuesti�n es que adem�s de una cara perfecta ( a lo
Brad Pitt) ten�a una sonrisa que derret�a el hielo de las copas. Era flaco pero
no desgarbado y med�a cerca del metro ochenta.
Su pelo corto y negro, resaltaba el color azul de sos ojos.
Entre cerveza y cerveza las ganas de orinar iban en aumento y el ba�o estaba
constantemente ocupado, as� que decid� ir a mear al fondo de la casa, al parque.
Algunos chicos con sus novias estaban en el patio trasero bes�ndose, pero yo
pas� sin molestarlos y camin� hasta los �rboles que dan contra la medianera que
separa mi casa de la del vecino. El parque tendr�a unos 60 metros de largo. Bien
atr�s, fui a vaciar mis ri�ones. En eso estaba cuando escucho que alguien me
dice "Yo tampoco aguantaba m�s, menos mal que existen los �rboles".
Era Mat�as. Gir� mi cabeza hacia la izquierda y lo vi parado
unos dos metros de m�. No pude evitarlo, baj� la vista y entre sus dedos pude
observar una pija hermosa, semi erecta, que lanzaba chorros de or�n contra el
c�sped. Mat�as no se percat� de la sensaci�n que me produjo el verlo. Termin� de
orinar y como si nada, me esper� a que termine, sentado en un banco, debajo de
unas enredaderas a unos metros de all�. Cuando termin� me sent� a su lado y
comenzamos a conversar sobre la fiesta y las chicas. Le pregunt� por qu� estaba
s�lo, sin la novia. Y me dijo que se hab�a peleado con ella hac�a una semana.
Que eso lo ten�a triste. Y que adem�s ten�a algunos problemas en su casa con sus
padres. Y comenz� a contarme las discusiones que ten�a en la casa, y lo mal que
lo pon�a tener que volver all� para seguir discutiendo. Entonces le ofrec� que
se quedara a dormir en casa, al menos por esa noche, as� descansaba un poco de
las discusiones. Despu�s de preguntarme si no era una molestia, acept�. Cerca de
las cinco de la ma�ana la fiesta termin�, solo qued�bamos en casa mi hermano y
su novia, Mat�as y yo.
Llam� a Miguel aparte y le dije que Mat�as se quedaba por
unos problemas que ten�a en la casa, pero mi hermano estaba tan emocionado con
el hecho de dormir junto a su chica en la cama de mis padres que ni se interes�.
Inmediatamente se fueron a la habitaci�n de mis padres y cerraron la puerta con
el pasador. Mat�as y yo fuimos a mi habitaci�n, donde hab�a dos camas. Cerr� la
puerta y pusimos m�sica a bajo volumen mientras segu�amos conversando. Una hora
despu�s, me agarr� sue�o, as� que me saqu� la remera y pude observar como Mat�as
me miraba fascinado. Los tres tatuajes que tengo en los brazos y la espalda le
llamaban poderosamente la atenci�n. Me pregunt� si ten�a m�s tatuajes y le
confes� que s�, pero que no se los pod�a mostrar porque estaban bien escondidos.
Yo sab�a que la curiosidad del chico era m�s fuerte que su voluntad, ya lo ten�a
en mis garras, me dije "Gatito, otro ratoncito para la colecci�n".
Mat�as me dijo que por qu� no se los mostraba, que realmente
le gustaban los tatuajes. Y yo le dije que era injusto, que me tuviese que
desnudar frente a �l, y �l no hiciese lo mismo. Se sonri� y me dijo que ese no
era problema, y poni�ndose de pie, fue qued�ndose en pelotas delante de mis ojos
maravillados con semejante escultura. Ten�a un cuerpo hermoso, marcado, con
pocos bellos como a mi me gusta. Mi pija comenz� a pararse, como era de esperar.
Cuando se qued� en calzoncillos not� que la suya tambi�n se estaba empinando.
Comenc� a sacarme el pantal�n, en mis piernas aparecieron
otros dos tatuajes. Mat�as fascinado se arroj� de rodillas sobre la alfombra
para observarlos mejor. Su cabeza se encontraba tan cerca de mi bulto que le
hice un chiste al respecto. �l mir� para arriba y sonriendo me pregunt� "y d�nde
m�s ten�s tatuajes, Gatito", "busc� vos, seguramente los vas a encontrar"
respond�. Sus manos se adue�aron del el�stico de mis calzoncillos y tiraron de
el hasta que bajaron a la altura de mis rodillas. Mi pija parada sali� disparada
y ansiosa por la excitaci�n. "Mmmm... a ver a ver..."y abriendo su boca, el
chico comenz� a chuparme la pija. Lo hac�a muy bien, se notaba experiencia. Con
una mano agarraba mi verga y la pajeaba suavemente, mientras su lengua
jugueteaba con mi glande h�medo por los l�quidos pre seminales. Poco a poco se
fue metiendo mi verga hasta que le entr� toda en la boca. Yo lo tom� de la
cabeza y empec� a cojerle la boca. Sus labios envolv�an mi tronco y la sensaci�n
de su nariz chocando contra mis pendejos era alucinante.
Mat�as chupaba y lam�a todo. Su lengua bajaba hasta mis
huevos y se met�a entre ellos. Uno a uno se los introdujo en la boca mientras me
pajeaba. Una de sus manos me tom� por detr�s una nalga, apret�ndola brutalmente.
Eso me volv�a loco. Se puso saliva entre sus dedos y comenz� a metermelos en el
culo mientras me segu�a mamando. �Qu� gloriosa sensaci�n!
Sus dedos entraban y sal�an de mi culo con la misma velocidad
que mi pija entraba y sal�a de su boca. Ya me estaba por correr, as� que decid�
comenzar la acci�n. Suavemente le retir� la cabeza hacia atr�s y sin que sus
dedos salgan de m�, me arrodill� a su lado. Ambos nos recostamos en la alfombra.
Le baj� el b�xer que tra�a y descubr�a su pija. Era de unos 20 cm de largo y de
un grosor considerable. Mela tragu� de inmediato. Empezamos un 69, en donde yo
le mamaba la verga y el me met�a su lengua llena de saliva en el orto.
El sentir su lengua explorando mi interior me estremec�a. Yo
me tragaba su m�stil erecto hasta los huevos. Estuvimos as� unos 10 minutos. Yo
quer�a sentir esa verga d�ndome por el culo, rompi�ndomelo bien duro. As� que me
puse en "perrito" y abri�ndome con mis manos las nalgas le ofrec� mi orto al
chico. Mat�as se arrodill� detr�s de m� y apoy� la cabeza de su pija sobre mi
orificio anal. Hizo un poco de presi�n, y entr� la cabeza entera. Yo mismo al
sentir la cabeza adentro, empuj� hacia atr�s ensart�ndome los 20 cm de carne
caliente.
Mat�as jade� y me tom� por a cintura empujando a�n m�s
adentro. Era maravilloso lo bien que cog�a ese pibe. Me la met�a hasta el fondo
y despu�s la sacaba casi toda, para volver a meterla acompa�ado por un
movimiento de cintura que hac�a que su verga entrase como un tirabuz�n en mi
interior. Me taladr� un buen rato. Me acariciaba la espalada, se recostaba sobre
ella. Al rato tom� mis cabellos ( uso el pelo largo con colita) y tir�
suavemente de ellos. Se levant� sus piernas y se puso de cuclillas detr�s de mi.
Usando mis pelos como riendas me mont� cual caballo que le se resist�a a ser
domado. D�ndome de vez en cuando una palmada sobre las nalgas. Me segu�a
enterrando su verga que era a estas alturas la due�a absoluta de mi culo. Y as�,
apurando sus movimientos me llen� el orto de leche caliente, que sent� hasta la
garganta. Hasta que su pija no se baj�, no me la sac� del culo. Cuando por fin
lo hizo, me dio vuelta y se abalanz� sobre mi verga que explotaba en cualquier
momento y se la trag�. A los pocos minutos le llen� la boca de leche, que Mat�as
trag� golosamente. Nos quedamos un buen rato uno al lado del otro boca arriba
sobre la alfombra, recuper�ndonos. Al rato siento una mano en la pija y escucho
que me dicen "Gatito, est� mal, muy mal mentir... Ac� no hab�a tatuajes". Yo me
sonre�.
El Gato.-
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