Hab�a pasado la noche en casa de Doris, despu�s de un par de faenas hab�amos ca�do dormidos, su ca!a era peque�a y con su enorme trasero pegado a mi, cab�amos muy apretados.

Despert� a eso de las nueve de la ma�ana, Doris ya se hab�a levantado, y arreglado el tiradero que dejamos en nuestras faenas,. Me levante y la encontr� en la cocina preparando algo.

Yo: buenos d�as. Dije mientras la abrazaba por la espalda desnudos ambos.
Doris; buenos d�as bello durmiente. Respondi� mientras giraba la cabeza para darme un beso.

Sent�a sus enormes y blancas nalgas en mi verga, excitado de inmediato, empec� a sobar mi verga contra su ano, todav�a virgen de verga.

Doris: pero que haces. Dijo oponi�ndose a que le metiera la verga por el culo.
Yo: te la quiero meter por este huequito. Dije mientras le empujaba la punta de mi verga poco a poco.
Doris: esa no es mi concha Merkel. Mientras intentaba bajar mi verga hasta si concha.
Yo: te la quiero meter por el culo Doris, no por la concha, deja de bajarme la verga.
Doris: por ah� no se mete verga mi vida.
Yo: por todo hueco se mete verga, te la quiero meter hasta en las orejas. Dije alej�ndole las manos y poniendo mi verga en su culo.
Doris: no me va a caver.

Doris ten�a taz�n, no le cabr�a mi verga, ten�a el culo virgen... La tome de la mano y la lleve hasta la ducha, la comenc� a besar, le acariciaba los senos, la empujaba contra la pared y la presionaba con todo mi cuerpo, no la dejaba gemir, y tenia mi lengua metida en su boca, y sus manos levantadas, dej�ndome a mi antojo su cuerpo... Doris era fant�stica, a pesar de sus sesenta a�os, era una diosa... Abr� sus piernas y se la met� por su concha, embestida y controlada, con mi boca bes�ndole el cuello comenz� a gemir,ped�a m�s y m�s fuerte que la embistiera, no me pod�a controlar, Doris me hacia perder la cabeza. Aproveche el agua de la ducha para lavarle el culo y meterle uno a uno los dedos, para abrirle el ano y desvirgarla. Segu�a d�ndole por la concha y comenz� a pedir m�s dedo en el culo, hasta que consegu� ancharlo un poco, lo necesario para intentar met�rsela. Sin m�s que decir o hacer, gir� a Doris y la agache, levantando su culo lo m�s que pod�a, y separando sus enormes carnes, le puse la cabeza de mi verga en ano y empuje suave, poco a poco fue entrando y Doris empez� a gritar de dolor.

Doris: �ay! Me duele se�or Merkel, �Me duele mucho!
Yo: �quieres que te la saque?. Pregunte un poco asustado.
Doris: � No! � Si me la sacas te mat� !. Dec�a mientras comenzaba a gemir.
Yo: � te gusta perra ?
Doris: mucho, me gusta mucho, que delicia.

Doris hab�a comenzado a agarrarle el gusto al sexo anal despu�s de un fuerte dolor, comenz� a sentir el placer, lo cual me alivio bastante, no quer�a hacerle da�o, segui d�ndole y nombr�ndole el culo por mucho rato, mientras apretaba sus ca�dos senos, y nos segu�a mojando el agua de la ducha. Doris se sosten�a con una mano agarrada de la pared y con la otra se masturbaba como loco el gran clitoris que sobresal�a su vulva, estaba a punto de termina cuando se escuch� un golpe seco y una voz.

Voz: � Mam� ya hemos llegado !
Doris: � Mierda mis hijas!
Yo: � tus qu� ?

Doris me aport� con la mano, muy nerviosa, sali� de la ducha, tom� la toalla, me hizo se�as de que me quedar� ah� y sali�.

S�lo atin� a tomar una toalla que hab�a sobre un armario de ba�o y espere. Pasados unos minutos, regreso Doris con mi ropa.

Doris: las voy a entretener un poco aprovecha y vete. D�ndome un beso se fue nuevamente.

Me vest� lo m�s r�pido que pude y sal� despacio del ba�o, vigile que no viniera nadie y sal� haciendo el menor ruido posible.

Llegu� a mi casa sin ning�n problema, nadie me vio salir ni nada. No hable con Doris en el resto del d�a, De hecho no volv� a ver a Doris, seg�n me entre despu�s, sus hijas la llevaron a vivir con ellas, vendieron la casa de Doris y all� t�rmino mi historia con Doris.

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