La conoc� en el trabajo asi que diariamente se asomaba y contoneaba frente a mis ojos esa figura esbelta. Esa carita de ni�a traviesa te invitaba a seguirle los pasos mientras ella saludaba a sus amigos. Siempre coqueta y siempre bien vestida, sab�a que muchos la deseamos as� que se daba el lujo de ser un poco arrogante. Y cuando muestra su mejor atributo que son esas deliciosas piernas no duda en mostrarlas con orgullo. Yo siempre me relami pensando en tenerlas sobre mis hombros contemplando esq cara de ni�a mientras gem�a de placer. Desafortunadamente nunca hice por tratar de acercarme a pesar de que algunas veces la sorprend� mir�ndome. Total que as� pasaban los dias y las salidas con los amigos hasta que en una de tantas la encontr� con su inseparable amiga fuera de un bar de donde yo hab�a salido a fumar me miraron y me anim� a saludar pues no perd�a nada. Ellas despu�s de mirarse me preguntaron si estaba ah� con mis amigos del trabajo y respond� que no, eran amigos de la universidad pero ya estaba por irme, despu�s de un rato de platica trivial me pidieron las acompa�ara en el taxi para no ir solas a su casa y yo obviamente no me negar�a. Me desped� y en un viaje corto ya nos hab�amos desecho de la amiga que aunque no es nada despreciable yo iba sobre B...y despu�s de un rato ell se volvi� un poco insinuante, bast� con cruzar las piernas con esa minifalda tipo colegiala que usaba para entender sus intenciones. Me acerqu� y la bes� con la suavidad que me provoca su cuerpo tan menudito despu�s nos miramos un poco y nos fuimos al apartamento donde viv�a con una amiga convenientemente ausente. Entraba ella por delante y yo me deleitaba viendo sus piernas enfundadas en pantimedias negras, usaba zapatillas de unos 10cm. Una vez adentro la tom� con fuerza de pie frente al sof�, no quise otra cosa sino besarla con fuerza y acariciarle la espalda, sus nalgas y por supuesto las piernas que me hac�an babear. Depues la acost� en la alfombra y le abria la blusa formal que cubria su torso mientras ella me quitaba los pantalones (parec�a saber lo que quer�a) as� mientras lam�a sus peque�os pechos ella me masturbaba lento pero con fuerza con la mano izquierda mientras la derecha me presionaba contra su cuerpo. Gem�a tan rico como lo hab�a imaginado. Que maravilla era probar su piel y se ntir el rose de sus medias que son mi fetiche tuve que soltar mi pene de sus manos para bajar todav�a mas, bese su entrepierna sin quitarle nada de ropa jugu� un poco mientras ella mov�a sus caderas para sentirme mas cerca. No pude mas y romp� las pantimedias para encontrar una prenda peque�ita negra con un poco de encaje en el monte de venus que no hacia sino llamarme. Lam� sobre el encaje y despu�s lo hice a un lado para saborear su delicado y dedicado sexo. Es incre�ble cuanto m�s me excitaban sus gemidos y el sabor de su intimidad, ya sin mas me acomod� entre sus piernas y la penetre despacio y luego con mas fuerza. He ah� que vi un escritorio apto para realizar mi fantas�a. La llev� hasta �l y levant� sus piernas a mis hombros admir� en un espejo como lucia yo con esas zapatillas a la altura de mis oidos y comenc� a cojerla con todas las fuerzas que pod�a. Ella gritaba tanto que tuve que preguntar si estaba bien, termin� dentro de ella mientras mi propio sudor bajaba por mi frente. La erecci�n no ced�a asi que tuvo la atenci�n de lamerlo mientras recuperaba fuerzas. La noche apenas se hac�a madrugada as� que hab�a mas por venir pero... ya lo contar� despu�s...
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Relato: Piernas largas
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