Relato: INOCENTE CON MI PRIMA
Esta historia ocurri� hace m�s de 50 a�os, pero se me qued� grabada para siempre y todav�a hoy me excito con su recuerdo,con la idea de que participen, les narrar� lo ocurrido.
Yo en aquel tiempo ten�a la edad en la que ahora hacen la primera comuni�n y me enviaron unos d�as del verano a "cambiar de aguas" a un peque�o pueblo en el que ten�amos familia. Era una estrecha y vieja casa de tres plantas adosada a la iglesia de aquel pueblo levantado al pie de una sierra perteneciente a la vertiente mediterr�nea, alejado del mar y por tanto con un clima de noches frescas y mediod�as abrasadores.
All� viv�an mi t�a abuela, su hija y su esposo y la hija de ambos, una adolescente de catorce o quince pero con un cuerpo espectacular de los que prometen y como se pudo comprobar a�os m�s tarde hacen realidad las expectativas.
Estoy seguro de que mi prima Paqui ten�a que ser muy caliente, eran los a�os en que todo el mundo por estos lares andaba reprimido, ella a su edad vest�a, como todas, faldas largas por debajo de las rodillas y vestidos sin escote con el debido recato que se exig�a en aquella �poca. Pero yo me daba cuenta que a la m�s m�nima ocasi�n y como por descuido se le pod�an ver las piernas en su totalidad, se rozaba conmigo con m�s o menos motivo y hasta me manoseaba aprovechando cualquier excusa, generalmente juegos.
Yo era el m�s inocente de todos los inocentes, no sab�a nada de sexo y ni me lo hab�a planteado, s�lo sabia que todo eso era pecado y que cualquier cosa relacionada me lo tendr�a que confesar probablemente con alguno de los miembros de la congregaci�n del colegio religioso al que asist�a durante el curso. Ser�a por eso que dorm�a en la habitaci�n de mis t�os y no me enteraba de nada.
Un d�a despu�s de comer, que hab�a que dormir la siesta, no recuerdo la raz�n hicieron que me echara en la habitaci�n de mi prima que dorm�a en la tercera planta. Era una cama sola y mi prima me acompa�� hasta ella, me orden� desnudarme y me qued� con el calzoncillito que llevaba puesto y ella a su vez se quit� el vestido qued�ndose con la recatada pieza que se usaba entonces, y a�n se usa, llamada combinaci�n. Volvi� la contraventana de manera que a�n entraba algo de luz, dej� la puerta abierta y me dijo:" Ahora vamos a dormir uno a cada lado de la cama"...y yo con mi enorme inocencia me lo cre�.
Yo estaba en el lado de la puerta echado y mirando hacia esa puerta abierta cuando entr� Paqui a la cama y me abraz� por detr�s en lo que que pod�a parecer un acto sin malicia alguna o un detalle de cari�o hacia el mocoso que tienes de invitado en la casa. Pero el abrazo persist�a, a mi se me hac�a lo suficientemente largo como para encontrarlo normal. Yo estaba callado y expectante, por mi cabeza pasaban esos detalles en los que ya hab�a reparado y que la diferenciaban de otras chicas que yo conoc�a.
El abrazo se hizo m�s intenso, sus manos acariciaban suavemente mi pecho y mi vientre, la mano que le quedaba encima de mi cuerpo la baj� suavemente hasta mis piernas desnudas y cuando para ello la pas� por encima de mi ropa interior not� como rozaba mi fl�cido pene como sin querer. En ese momento me di cuenta de lo que estaba pasando y comprend� que si la puerta estaba abierta era porque nadie pod�a subir sin enterarnos. Yo callaba y ella no dec�a nada pero comenz� a refrotarse con su pelvis en mi culito, el manoseo cada vez iba a m�s, yo notaba sus tetas a la altura de mis hombros y al fin coloc� su mano sobre mis genitales, segu�amos callados.
El manoseo lo centr� entonces all� por encima de mi ropa interior, yo estaba entre anonadado y obnubilado y pensando que le contar�a al confesor, as� que mi pene permanec�a en el mismo estado. Paqui deb�a querer algo m�s porque pas� a deslizar su mano desde mi vientre por el interior de la prenda hasta agarrarme ese peque�o y aburrido pene que no reaccionaba como a ella seguramente le hubiera gustado y ahora si, no tubo que tocarlo mucho para que se pusiera erecto, segu�a frot�ndose, yo callado pero a ella ya le o�a yo por encima de mi cabeza un leve jadeo.
Por fin se rompi� el silencio, en un susurro me pregunto: �quieres verme las tetas? a lo que no acert� a contestar m�s que un leve y escueto: bueno... Entonces me solt� y sent�ndose en la cama se quit� la combinaci�n y el sost�n, yo que me hab�a girado lo suficiente para verla cumpliendo as� sus deseos, vi un par de tetas que a mi me parecieron enormes con unos pezones oscuros y sobresalientes que seguramente por instinto y por no haber visto nunca me llamaron poderosamente la atenci�n.
A ella en ese momento yo creo que se le ilumin� el rostro, se percat� de mi sorpresa y satisfacci�n y me dedic� su mejor sonrisa. �Quieres chuparlas?-me dijo. No tuve que contestarle, subi� la s�bana, que hasta ese momento estaba a nuestros pies, tap�ndonos y me hizo dar la vuelta hacia ella advirti�ndome que si alguien sub�a me diera inmediatamente la vuelta y me hiciera el dormido, meti� la ropa que se hab�a sacado debajo de la s�bana y me acerc� sus tetas a mi cabecita.
Yo chupaba y chupaba, me agarraba la cabeza y se la colocaba entre sus senos, se mov�a un poco y me daba un pez�n, ahora el otro, not� que le gustaba, se frotaba su pelvis con mi pene todav�a tapado con esa prenda que entonces llev�bamos. Meti� su mano para quit�rmela y entonces fue cuando sacudido por un sentimiento de culpabilidad le dije: Paqui esto es pecado y si se enteran ya nos podemos preparar. -No tiene por qu� enterarse nadie si tu no lo dices, ya puedes imaginar que yo no lo dir�- me tranquiliz�.
-Bien, pero es pecado y se lo tendr� que contar a alguien- le dije.-Ya vendr�s conmigo el domingo a confesarnos con el cura que ha venido hace poco al pueblo, yo le cuento lo que hago y hasta le gusta lo que le digo, me hace repet�rselo, me pide detalles, se recrea, es un salido y se hace una paja mientras la confesi�n, seguro que si vamos uno seguido del otro disfrutar� doble- me contest�.
Yo no ten�a ni idea de que era eso de una paja, y que pod�a hacer Paqui sola o �hacia estas cosas con otros? pero lo que si entend� era que no tendr�a que arrastrar ese pecado hasta el siguiente curso y que ser�a una gozada confesarse con ese cura. Ir�a con Paqui y solucionado.
As� pues dej� que me desnudara completamente, me sob� mi erecto pero peque�o pene, puso una pierna sobre mi y yo chupaba y chupaba sus dulces y suaves tetas. Cogi� mi mano y me la acompa�� hasta su entrepierna, yo sabia que las mujeres ten�an "raja" para orinar pero no pod�a imaginar que eso sirviera para algo m�s, entonces intu� que ah� deb�a tener Paqui y las dem�s algo que les daba el suficiente gusto como para utilizarlo a pesar de ser pecado y tener que confesarse.
Como yo no sab�a que hacer me dej� llevar mi mano por la suya, frotaba por encima de su braga mientras o�a sus apagados jadeos. Se qued� un momento inm�vil escuchando y me susurr�: -espera-. Se levant� y sin hacer ruido, se acerc� a la ventana, entonces pude ver bien su cuerpo casi desnudo, la cerr� del todo dejando la habitaci�n con la �nica luz que se colaba de la puerta abierta, vino hasta la cama, se quit� la braga y se acost� junto a mi.
Volvi� a coger mi mano para llev�rsela a su co�o, esta vez desnudo. -Paqui �todas las mujeres ten�is pelo ah�?-.
-Y a ti tambi�n te saldr�-.
-Ya me sale aunque apenas se ve, ya te lo ense�ar� con luz-.
-Ya lo ver� otro rato, ahora te ensa�ar� otras cosas. Pon tu mano encima de la m�a y notar�s como la muevo, as� quiero que lo hagas tu-.
-Oye Paqui y �esto te gusta? �te lo hace alguien?-.
-No preguntes tanto y mira como me lo hago yo y aprende.-
Sigui� toc�ndose suavemente y yo mientras con la mano le acompa�aba en ese masaje, no paraba de chuparle y chuparle las tetas, me estaba gustando tanto que aunque no sab�a la raz�n, me daban ganas de frotarme mi pijita en sus pezones.
Not� que aumentaba el ritmo y la intensidad de su masaje, su jadeo se hizo m�s audible, tanto que entre eso y el hecho de olvidarse totalmente de mi excepto por que no me dej� que me separara de uno de sus pezones ya que con su brazo me hab�a rodeado el cuello y a la vez con esa mano se tocaba el otro pez�n, estaba asustado pero expectante. Para colmo de susto el que sufr� seguidamente cuando not� que sufr�a unos espasmos que mov�an la cama al mismo tiempo que soltaba unos lamentos reprimidos para que no se oyeran. Aquello si que no lo entend�a.
-�Que te pasa, que te pasa, que tienes?-
Pasaron unos momentos que se me hicieron eternos hasta que me abraz� y me dijo al o�do: -nada tonto no te preocupes, ha sido un momento de sumo placer, ha sido maravilloso, lo he pasado muy bien, cuando seas mayor tu tambi�n te lo podr�s pasar as� de bien, mira ahora te voy a ense�ar a hacerte una paja, a ver si te gusta-.
Meti� su mano buscando mi peque�o miembro que segu�a erecto y con tres dedos comenz� a pajearme, trat� de sacar el capullo hasta que me quej� del dolor, por aquel entonces todav�a no hab�a descapullado, y sigui� por un rato, la verdad es que aquello me gustaba pero cuando vio que no iba a salir nada me dijo: -voy a hacerte otra cosa que seguro te gusta- y acercando sus labios a los m�os me dio un largo beso con la boca entreabierta, yo por imitaci�n hice lo mismo al tiempo que no paraba de tocar sus tetas; despu�s de un minuto largo de beso con nuestras lenguas jugando, se separ� un poco de mi y me dijo que a eso se le llamaba un morreo.
Yo casi no pod�a asimilar tantas ense�anzas tan seguidas, �quedar�a algo m�s? Pronto lo sabr�a. Primero Paqui mir� a la puerta y al momento retir� la s�bana que me tapaba y sin pensarlo se abalanz� con su boca, todav�a entreabierta, a mi peque�o pero erecto pene, yo pens� que me lo iba a morder o algo parecido pero no, �que delicia! se lo meti� todo dentro de su boca y con la lengua y los labios me estaba provocando un gusto incre�ble.
Yo disfrutaba y adem�s no sabia ad�nde acudir con mis manos, sus suaves y turgentes senos, su redondo y suave culo o su raja ahora mojada, suave y con aquel mech�n de pelo que tanto me hab�a llamado la atenci�n. Ella segu�a chupando pero se debi� poner tan caliente que bruscamente se separ�, se ech� larga en la cama con sus piernas abiertas y me hizo colocarme encima. Eso a�n era m�s extra�o para mi, pero a esas alturas yo ya hab�a aprendido que seguro ser�a estupendo.
No sab�a que hacer pero no hizo falta, me empuj� un poco hacia abajo hasta que la punta de mi pene estuvo en contacto con aquella raja todav�a h�meda y tan suave y al apretar con sus manos mi culo hacia ella entend� que se pod�an frotar nuestros �rganos con un gusto compartido, as� que comenc� a mover mi miembro torpemente, ella tambi�n se mov�a pero ella si que sab�a lo que buscaba.
-Para- me dijo casi en silencio y agarrando el pene con una mano y la otra en mi peque�o trasero se lo coloc� de punta en la entrada de su co�o y apretamos pero lo �nico que consigui� fue una molestia mutua casi dolor tanto del uno como del otro. -Tengo que mojarlo- me susurr� al o�do, -levanta un poco- se puso un mont�n de saliva en la mano y comenz� a pasarla por su co�o, yo estaba encima apoyado en los brazos estirados y ella se lo estaba pasando otra vez tan bien como unos minutos antes, tal que pens� que iba a pasar lo mismo pero hizo una pausa, se volvi� a ensalivar abundantemente la mano, la descarg� de golpe d�nde antes y esta vez, sin sacarla de all� volvi� a agarrarme la pija, not� su mano mojada y su otra mano empujando en mi culito como invitando a entrar a esa abertura h�meda y sedosa, desconocida para mi pero deseada en ese momento porque comprend� entonces lo que ella ansiaba y yo le quer�a dar.
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