Los relatos resultaron ser una buena terapia para mis ansias
de follarme a mi madre. Durante todo el mes de agosto permanecimos en el chalet
y las situaciones de tensi�n sexual entre mi madre y yo que describ� en mi
primer relato, se repitieron. Hubo dos d�as m�s en los que mi madre me solicit�
como masajista y numerosas ocasiones en las que me deleit� con sus famosos
top-less en la piscina. Todos esos instantes de m�ximo deseo y que tanto me
costaba controlar para no abalanzarme sobre ella, fueron calmados por feroces
pajas leyendo los relatos que yo mismo hab�a escrito. Fue un mes de una
actividad sexual fren�tica, aunque m�s bien dir�a de una actividad onanista.
Pero lo cierto es que cre�a haber encontrado el b�lsamo perfecto en esas
narraciones, un punto donde pod�a desearla sin cometer una locura.
En septiembre volvimos a Madrid, mis padres a sus trabajos y
mi hermana y yo a disfrutar de un mes m�s de vacaciones hasta el comienzo de las
clases. En el piso de Madrid tuve la oportunidad de estar solo bastante a
menudo. Mis padres llegaban entrada la tarde y mi hermana preparaba sus ex�menes
en la biblioteca de modo que yo gozaba de bastante intimidad. Intimidad que
aprovechaba para masturbarme viendo el v�deo de mam�, para escribir nuevos
relatos, para rebuscar entre su ropa...
En aquellos d�as tuve momentos en que estaba seguro de
haberme vuelto loco. Si no, era imposible explicar que estuviese dispuesto a
llevar a la realidad mi m�s atrevida fantas�a. Creo que hubo un momento en el
que descubr� que, efectivamente, el deseo por mi madre era tan real como el
deseo por cualquier mujer y que si la oportunidad de follar con ella se
presentaba no iba a desperdiciarla porque fuese mi madre, al rev�s, por eso
mismo, pensaba aprovecharla. No era mi mejor fantas�a, era mi deseo m�s
anhelado.
Cuando empezaron las clases, todo se suaviz� un poco. Ten�a
otros intereses, otras ocupaciones y la idea de follarme a mi madre ya no era
tan obsesiva, aunque segu�a ah�. Poco a poco me fui convenciendo de que ya hab�a
tocado techo, que el m�ximo grado de relaci�n sexual que tendr�a con ella,
ser�an aquellas pajas leyendo aquellos relatos y los masajes con un claro
contenido sexual que cada vez m�s espor�dicamente, le daba. As� transcurri� el
mes de octubre y casi todo el de noviembre y se lleg� al d�a que pretendo
contaros, el 23 de noviembre de 1989. Como hice en el primer relato, creo que es
mejor que le�is lo que aquella madrugada escrib� en mi diario.
Una �ltima cosa. He recibido un mail record�ndome que no me
he descrito f�sicamente ni a mi madre tampoco. Como en este tipo de relatos es
importante saber como es el f�sico de cada uno, pues all� va. Por supuesto, son
las descripciones de c�mo �ramos mi madre y yo por aquel entonces. Yo med�a
(mido) 1.81, pelo casta�o oscuro y corto, ojos marrones. Entonces estaba algo
delgado pero con falta de musculatura, el deporte nunca fue una de mis pasiones,
no practicarlo. Mi desnudo era normal para un chico de mi edad. No era ni guapo
ni feo, normal. No ten�a un �xito apabullante con las mujeres pero tampoco se
puede decir que no me comiera un rosco. Supongo que deb�a tener mi punto para
las chicas con las que me enroll�. Mi polla es normal, en la media, 17
cent�metros y no soy muy peludo, s�lo en las piernas tengo algo m�s de vello
pero nada m�s.
En cuanto a mi madre, procurar� limitarme a datos objetivos
aunque queda claro que a mi me parec�a una mujer muy, muy atractiva. La m�s
apetecible del mundo. Med�a (mide) 1.68, por aquel entonces llevaba el pelo un
poco m�s largo de la media melena con su color natural, el casta�o claro. Sus
ojos son marrones. A sus cuarenta y cuatro a�os parec�a haber hecho un pacto con
el diablo y su cuerpo no acusaba el paso del tiempo en la misma medida que el de
la mayor�a de las mujeres de su quinta aparentando seis o siete a�os menos. S�lo
sus caderas resultaban un poco m�s rotundas de lo que era mi ideal. Sus tetas
eran bastante bonitas, a�n firmes, con unos pezones peque�os y oscuros, sin ser
excesivamente grandes pose�an un buen tama�o. Una talla 95, copa D, como
averig�e una tarde que fuimos a comprar ropa interior. Desde luego eran la parte
m�s apetecible y atractiva de su anatom�a. Su tripa no era lisa del todo pero no
estaba hinchada como es com�n a tantas mujeres de esa edad. De sus caderas, sus
piernas y su culo ya he hablado y de su co�o, decir que, a veces era un matojo
de pelos negros (como el d�a de la ducha) y a veces lo llevaba perfectamente
rasurado (en el v�deo). Mi madre era una mujer de 44 a�os bien llevados que
aglutinaba miradas de hombres de esa edad atra�dos por su sensualidad.
23 de noviembre.
Hoy es el primer d�a del resto de mi vida. Hoy, 23 de
noviembre, es el d�a m�s importante de mi vida, hoy he vuelto a nacer. Son las 3
de la ma�ana y me he levantado a escribir esto porque no pod�a dormir. Estaba
muy excitado, demasiado para poder coger el sue�o. Quiero compartir esto contigo
y quiero escribirlo para no olvidarlo jam�s.
Hasta media tarde ha sido un d�a vulgar, un d�a rutinario. He
ido a clase, he vuelto, he comido, he dado una cabezada, me he puesto a
estudiar... Montse se ha marchado a casa de Eva despu�s de comer y pasadas las
seis ha llegado mam�. Nos hemos saludado como siempre, hemos comentado como nos
hab�a ido el d�a y ella me ha preguntado por Montse. Le he dicho donde estaba y
que llegar�a tarde y ella me ha contado que pap� tambi�n iba a llegar un poco
m�s tarde. Luego yo he vuelto a la habitaci�n a terminar de leerme los apuntes y
mam� se ha ido a cambiar de ropa. Como al cuarto de hora ha llamado a mi puerta.
-�Est�s muy liado?.
-Bueno, no, la verdad es que ahora no estoy haciendo nada.
�Por qu�?.
-Porque me dieras un masaje, es que estoy rota.
-Si, claro �en ese momento he empezado a sentir una ligera
excitaci�n. En un par de minutos mam� estar�a desnuda sobre la cama mientras yo
la masajeaba y he dado por seguro que tendr�a que hacerme una paja
inmediatamente despu�s. Adem�s hac�a m�s de un mes que no ve�a a mam� desnuda y
empezaba a olvidar ciertos detalles, como el lunar que tiene en la parte baja de
la espalda. Le he pedido que se preparase mientras yo recog�a mis apuntes y
cuando he llegado a su dormitorio ya estaba totalmente desnuda, tumbada boca
abajo y con la toalla de rigor sobre el culo. "Que bien te sabes la lecci�n ya"
he bromeado. Mam� ha sonre�do y unos segundos despu�s ya est�bamos liados con el
masaje. Ha sido un masaje normal, como otros. Es decir, la he tocado, ella se ha
relajado, yo me he excitado, he deseado follarla, me he controlado y cuando me
he dado cuenta, hab�amos terminado. La he dejado sola con la excusa de irme a
duchar y ella me ha dado un beso de madre y me ha dicho que se iba a vestir.
Cuando estaba en el ba�o, prepar�ndome para darme una buena
paja antes de ducharme, he ca�do, no se en que estar�a pensando, que no hab�a
o�do a mam� salir de su cuarto. Creo que llevado por un impulso fantasioso, he
imaginado que estar�a haciendo algo de contenido sexual. Por eso he hecho como
si todo estuviese preparado, incluso he dado una voz record�ndola que estaba en
la ducha. Despu�s he salido muy en silencio dejando correr el agua y me he
deslizado hasta la puerta de su habitaci�n... y en ese momento ha cambiado mi
vida. Mam� estaba a�n desnuda, todav�a tumbada sobre la cama... masturb�ndose.
Ten�a las piernas semiabiertas y sus dos manos frotaban al un�sono su co�o. Sus
tetas parec�an de m�rmol con los pezones duros y oscuros. Sus ojos estaban
cerrados y su cara reflejaba la concentraci�n y la excitaci�n del momento. Mam�
estaba muy caliente. Y a mi me ha puesto a cien. He empezado a tocarme la polla
por encima del pantal�n, estaba dispuesto a hacerme una paja all� mismo si mam�
segu�a con su n�mero aprovechando que no me ve�a. Y estaba a punto de sacarme el
rabo cuando de la boca de mi madre, han salido las palabras que han cambiado mi
vida. Como un susurro, entre gemidos la he o�do decir "si, Jose, hijo, que
gusto, oh, que bien". En ese momento, el coraz�n se me ha puesto a mil y cuando
he reaccionado, me he ido al sal�n. �Qu� significaba eso?. Parec�a obvio que mi
madre se masturbaba pensando en mi. Eso era evidente. Pero �por qu�?. Y sobre
todo, la pregunta que me acosaba era saber si s�lo era una fantas�a como yo con
ella al principio, o de verdad me deseaba, como yo en ese momento.
No sab�a que hacer pero estaba seguro que aquella era la
oportunidad que tanto tiempo llevaba esperando y que la aprovechaba o no
volver�a a gozar de un momento as�. Ah� ha sido cuando he decidido que s�lo
ten�a dos opciones: o entrar en ese mismo momento en la habitaci�n de mam� y ver
que pasaba cuando ella descubriese que yo sab�a que pronunciaba mi nombre entre
gemidos mientras se acariciaba el co�o, o esperar a un momento menos
comprometido y hablarlo con ella m�s tranquilamente, por ejemplo, los dos
vestidos.
He vuelto al pasillo pensando en quedarme en la puerta de su
dormitorio tomando una decisi�n. Y en el momento en que lo he hecho, en el
momento en que he llegado justo a la puerta de su cuarto, la puerta se ha
abierto y ha salido mam�, vestida con su pijama de hombre. Se ha asustado, yo
tambi�n. Nos hemos mirados tres segundos en silencio. Ella ha mirado hacia la
puerta del ba�o donde el agua segu�a corriendo. Luego me ha mirado. Ha
comprendido.
-�Cu�nto tiempo llevas aqu�? �quer�a saber si la hab�a visto
masturbarse. Si la hab�a o�do pronunciar mi nombre, si sab�a que me deseaba. Yo
he dudado entre varias respuestas. "Cinco minutos", "el suficiente" o
"bastante". Y entonces, todo el deseo de estos meses, todas las pajas hechas
pensando en mam�, todas las ganas de poseerla, han podido m�s que mi sentido de
la responsabilidad y que mi cerebro. Sin brusquedad, he cogido su cara entre mis
mano y me he inclinado sobre ella para besarla en la boca. Mam� ha dudado unos
segundos, no m�s de cinco, sus manos ca�das a los lados de su cuerpo, han
actuado y se han posado en mi nuca y entonces mam� y yo nos hemos fundido en un
beso de los de pel�cula. Mi polla ha alcanzado su m�ximo tama�o, ha asomado por
encima del slip, cuando he sentido la lengua de mam� recorrer mi boca, cuando he
probado el sabor de sus labios. Han sido dos minutos en los que mis manos han
acariciado sus espalda y por fin he tenido sus nalgas, su precioso culo, entre
ellas. Mam� se ha separado de mi y me ha cogido la cara como yo hab�a hecho con
ella.
-Hijo � ha sido lo �nico que ha dicho. Yo la he tomado de la
mano y con un escueto "ven", la he llevado a mi cuarto. Nos hemos quedado de
pie, junto a mi cama. Mir�ndonos. Los dos sab�amos que est�bamos a punto de
cruzar una l�nea que no se pod�a cruzar de nuevo, que �bamos a hacer algo de lo
que pod�amos arrepentirnos pero jam�s olvidarnos. Y en ese momento, lo �nico que
dese�bamos saber era si el otro estaba seguro.
He estirado mis manos y he desabrochado el primer bot�n de su
pijama. Mam� me ha retirado las manos, me ha empujado levemente para que me
sentase en la cama y despu�s ha comenzado a desabrocharse ella toda la chaqueta,
bot�n a bot�n, muy despacio. Su pecho desnudo ha comenzado a aparecer y he
comprobado que no llevaba sujetador. Se ha desecho de la chaqueta tir�ndola al
suelo y luego, con la misma sensual lentitud se ha ido bajando los pantalones.
Tampoco llevaba bragas. Mam� estaba desnuda delante de mi. Otra vez. Pero esta
vez no era para que la diera ning�n masaje. Esta vez �bamos a hacer el amor.
�bamos a joder. A follar.
Se ha inclinado sobre mi y ha vuelto a besarme en la boca. Yo
me hab�a quitado la camiseta y s�lo llevaba puestos los pantalones de f�tbol que
uso para dormir.
-Te voy a hacer muy feliz, mi amor, muy feliz. Voy a hacer
que te mueras de gusto �me ha susurrado al o�do. Entonces se ha arrodillado
delante de m�, me ha mirado con una sonrisa lujuriosa y despu�s ha empezado a
acariciarme la polla por encima del pantal�n para, unos segundos despu�s sacarla
de su prisi�n. Ha vuelto a mirarme e inmediatamente me ha dado tres peque�os
lametones, casi toques, con la punta de su lengua, en la punta del capullo. El
resto de la polla la ten�a sujeta con su mano derecha y al recibir el tercer
lamet�n, un chorro de semen ha salido disparado contra su rostro, el suelo y la
cama. Yo me he puesto muy nervioso.
-Mama, yo... lo siento... es que... �ella ha sonre�do y se ha
limpiado el semen con la mano para luego chup�rsela lujuriosamente.
-�Ves?, no pasa nada. Esta bien, cielo, est� bien �se ha
incorporado y ha vuelto a la cama conmigo. Primero se ha sentado a horcajadas
sobre mi, nos hemos besado y magreado durante unos segundos, luego hemos ca�do
sobre la cama, los dos tumbados, ella sobre mi.
-Llevaba tanto tiempo deseando esto... �he suspirado entre
beso y beso.
-�Si?, cuanto tiempo. Dime, cuanto tiempo hace que me quieres
follar, eh, hijo, cuanto hace que deseas a mam� �me ha dicho ella
incorpor�ndose, qued�ndose sentada sobre mi est�mago.
-Demasiado, mam�, hace mucho que te quiero joder �la he
mirado y he sabido que a ella tambi�n le produc�a mucha excitaci�n saber que era
con su hijo con quien estaba haciendo aquello, que tambi�n disfrutaba como yo
del incesto.
Entonces he deslizado mi mano por mi vientre hasta situarla
debajo de ella, hasta tenerla pegada a su co�o. Mam� se ha estremecido y se ha
inclinado sobre mi a besarme d�ndome m�s maniobrabilidad con su rajita. Le he
metido tres dedos en el co�o y he empezado a masturbarla mientras nos
morre�bamos. Mi mano estaba acariciando su cl�toris, como pon�a en mi relato,
estaba tocando a mam� en sitios prohibidos, all� donde un hijo jam�s toca a una
madre. He pasado la otra mano por su espalda y he buscado el agujero de su culo
para meterle dos dedos. He estado masturbando a mam� al menos tres minutos, sin
dejar de besarnos, hasta que ella se ha corrido. Ha gemido y ha lanzado unos
suspiros de placer antes de volver a tumbarse completamente sobre m�. Nos hemos
abrazado y yo me he quedado encima suya. La he empezado a besar en el cuello y
en seguida me he bajado a las tetas porque estaba deseando comerla los pezones.
He agarrado una de ellas con la mano y he empezado a dar lametones a su aureola,
peque�os y en c�rculo, para que mam� se estremeciese. Se le han puesto enormes y
dur�simos y ha seguido gimiendo.
-Oh, si, mi amor, si, c�memelas, c�meme las tetas como cuando
eras un beb�, hijo, c�mele a mam� las tetas as� �la petici�n me ha excitado y me
he lanzado a una fren�tica mamada de los pezones de mam�. Ten�a las tetas
sujetas con mis manos y la boca llena de su pecho, lamiendo con ansias su pez�n,
sorbi�ndolo. Me he cambiado de teta y he sentido como mam� me empujaba la cabeza
hacia abajo, quer�a que le trabajase otra parte de su cuerpo con la lengua.
-Espera, espera �me ha dicho. Entonces ha hecho que me
pusiese nuevamente boca arriba y ella se ha colocado encima m�a de forma que su
co�o quedaba justo encima de mi cara. Aunque hab�a metido los dedos, aunque
hab�a masturbado a mam�, no hab�a tenido tan cerca en ning�n momento aquella
parte que constitu�a el fin de todos mis deseos y fantas�as.
He colocado mis manos en sus nalgas y con la lengua he
empezado a comerle el co�o a mam�. Trabajando el cl�toris, lamiendo los labios,
metiendo la lengua hasta donde me era posible. Mis manos no se separaban de sus
nalgas y mam� ha empezado a gemir bastante alto.
-Ooooh, si, si, siiii, hijo, oooooh, que bien amor, oooooh,
que gusto, si, hijo, por favor, no pares, no pares, me muerooooo �yo no me he
parado a pensar en lo que estaba sucediendo realmente pero lo cierto es que le
estaba comiendo el co�o a mi propia madre y que dentro de algunos minutos
estar�a metiendo all� la polla, el sitio por donde hab�a venido al mundo.
Mam� se corri� y volvi� a tumbarse, esta vez a mi lado.
-Ufff, cielo, que bien, esto es incre�ble.
-Ya lo s� mam�. A�n creo que estoy so�ando �se ha sonre�do y
me ha besado.
-�Puedo pedirte algo? �le he dicho con una repentina idea en
la cabeza.
-Lo que quieras.
-Ponte como si fuera a darte un masaje �ella no ha dicho nada
y se ha sonre�do coloc�ndose como yo la hab�a pedido. Entonces me he colocado
encima de ella, tal y como hice el d�a de la piscina. He empezado a masajearla
durante unos segundos y despu�s me he sacado la polla del pantal�n de deporte y
la he colocado en su culo. He empezado a deslizarla suavemente por la rabadilla,
entre las nalgas.
-Que culo tan precioso tienes, mam�. �Te gusta esto? �he
dicho sin dejar de restregarme por su trasero.
-Oh, si hijo, si, ya lo creo.
-Me gusta mucho tu culo, mam�. En todos los masajes que te he
dado siempre he so�ado con jod�rtelo. Con met�rtela por el culo.
-Pues hazlo, amor, hazlo. J�deme el culo. Es tuyo. El culo de
mam� es para ti, amor.
-Te lo voy a joder, mam�, llevo meses deseando follarte por
este precioso culo que tienes y ahora te lo voy a joder �entonces,
violentamente, despu�s de unos segundos de excitante frote con sus nalgas, le he
metido la polla a mam� por el culo. Los dos hemos gemido de placer. Ella ha
levantado las caderas para facilitarme la tarea. La he agarrado por la cintura y
he empezado un fren�tico mete-saca. Mi polla se deslizaba por el culo de mam�
con dificultad. Era un estrecho t�nel.
-�Te gusta mam�, te gusta como te jodo, como te reviento el
culo?.
-Oh, si, hijo, si, que gustooooo �ha exclamado deslizando su
mano hasta su entrepierna y comenzando a masturbarse. Al contrario que cuando la
estaba comiendo, en ese momento me he dado cuenta de que era mam�, de que estaba
sucediendo de verdad, de que me estaba follando a mi propia madre en mi cama,
que mam� estaba a cuatro patas recibiendo mi polla en su culo y que eso podr�a
suceder muchas m�s veces. Entonces me ha entrado una especie de ataque de
ansiedad y excitaci�n y comenzado ha follarla m�s velozmente. Como si estuviese
desesperado. Me he inclinado sobre su espalda y he cogido sus tetas en mis
manos. Mi polla sal�a y entraba a gran velocidad de su culo. Est�bamos sudando.
Los dos gem�amos dominados por el deseo.
-��Aaaaaaaaah, si, si, siiiiiii, aaaaaaah, aaaaaaah,
oooooohh, si, si, siiiiiii!! �gritaba ella.
-��Aaaaaaah, mam�, mam�, oooooh, si, si, siiiiiii, mama,
mam�aaaaa, siiii!! �gritaba yo. Entonces he sentido que me iba a correr. Y as�
se lo he hecho saber.
-No, cielo, no. Espera, espera, no te corras, a�n no, a�n no
�me he quedado quieto sobre mam�. Luego he sacado la polla del culo �eso es,
amor, eso es - se ha dado la vuelta y me ha besado.
-Quiero que te corras en mi co�o, hijo, quiero que te corras
dentro de mi co�o �nos hemos tumbado sobre la cama, bes�ndonos y ella se ha
quedado encima de m�. Entonces ha agarrado mi polla con la mano y la ha llevado
a su co�o. Me he sentido m�s feliz, satisfecho y pleno que nunca cuando mi polla
se ha deslizado dentro de mam�, cuando he estado dentro de ella definitivamente.
Ese era el final de todos mis anhelos: penetrar a mam� por su rajita, volver con
mi polla al sitio donde hab�a "habitado" nueve meses.
Mam� ha empezado movi�ndose muy lentamente, no quer�a que me
corriese a�n.
-Dime hijo, dime cuanto te gusta esto, cuanto te gusta
follarte a mam�.
-Mucho, mam�, ooooh, si, me gusta mucho, quiero follarte,
quiero follarte siempre, ooooh, si, mam�, quiero estar siempre as�, ooooh, dios,
que bien, que bien follas, mam�, no puedo m�s �entonces mam� ha empezado a
moverse m�s deprisa. Mientras mis manos estrujaban sus tetas, pellizcaba sus
pezones... mam� se ha inclinado sobre mi, me ha besado en la boca, nos hemos
magreado, he acariciado y estrujado su culo y ella ha gemido y yo he gritado
cuando el mayor orgasmo que jam�s ha tenido ha llenado a mam� de todo mi semen.
Ella ha seguido movi�ndose unos instantes hasta que tambi�n se ha corrido.
Entonces, los dos, agotados de darnos tanto amor, nos hemos tumbado sobre la
cama. Sobre mi cama, desnudos, bes�ndonos, acarici�ndonos.
-No puedo creer que haya esto, mam�. No puedo creer que
hayamos follado de verdad. Lo deseaba tanto...
-Yo tambi�n, amor, yo tambi�n lo deseaba mucho �nos hemos
mirado sonri�ndonos y nos hemos besado �si me cuentas como empezaste a desearme
te cuento yo como empec� a desearte yo �me ha dicho sin separarse de mi.
Entonces yo le he contado todo. Todo lo que t� ya sabes. Lo del d�a que se
cambi� delante de mi. Lo del d�a de la piscina, el masaje. El d�a de la ducha,
el del probador... todo eso. He omitido lo del v�deo. Hasta llegar a aquella
tarde.
-Ahora te toca a ti �le he dicho al acabar.
-Ver�s. El d�a que me diste el primer masaje, en la piscina,
me excit�. Primero fue el masaje, que me puso un poco caliente. Despu�s tuve,
durante un segundo, la sensaci�n de haber notado tu verga dura en mis nalgas.
Ahora s� que era verdad pero entonces pens� que me equivocaba. El caso es que
cuando te fuiste me qued� igual de confundida que t� el d�a del vestido. No
pod�a creer que me hubiese excitado con un simple masaje de mi propio hijo. Pero
tampoco pod�a sac�rmelo de la cabeza. Aquella misma noche hice el amor con pap�
pero despu�s no me pude dormir porque durante todo el tiempo hab�a estado
pensando que eras t� el que me follaba. Y fue uno de los mejores polvos en mucho
tiempo. Tard� unos d�as en aclararme y cuando lo hice, me di cuenta de lo mucho
que deseaba hacerlo contigo. Me sent�a sucia y enferma, cre�a que estaba loca
pero la �nica locura era la que me provocaba no poder tenerte, no sentir tu
verga dentro de mi. Estaba segura de que si te enterabas huir�as despavorido al
saber que tu madre era un ninf�mana loca que quer�a follarte. Por eso procuraba
controlarme. Cuando te ped�a un masaje era porque ya no pod�a m�s y la idea de
que me tocases era lo suficientemente excitante como para arriesgarlo todo por
un segundo de ofuscaci�n que me llevase a cometer una locura. Lo mismo que te
suced�a a ti. El caso es que estuve pensando en mil maneras de seducirte, en mil
maneras de d�rtelo a entender sin dec�rtelo. Pero nada. Siempre me entraba el
p�nico de �ltima hora. Y luego estaba la mala conciencia por desear enga�ar a
pap�. Me hab�a resignado, estaba convencida de que nunca lo har�amos y empezaba
a contentarme con masturbarme y follar pensando en ti. Desde aquel d�a, siempre
que lo he hecho con pap�, he imaginado que eras t� el que estaba conmigo. Hasta
hoy. Que est�s aqu�. Que estamos aqu� �nos hemos besado. Ha sido incre�ble saber
que nos hemos estado deseando mutuamente este tiempo y que al final hemos
conseguido lo que tanto dese�bamos los dos. Aunque tambi�n hemos lamentado el
tiempo que hemos perdido. Las ocasiones que hemos tenido para hacerlo y nos ha
dado miedo lanzarnos.
-Pero ahora tenemos todo el tiempo del mundo por delante,
�verdad amor? �me ha dicho ella.
-Si, mam�. Ser� siempre tu amante, todo el tiempo que t�
quieras.
-Siempre. Y yo ser� tuya, podr�s tenerme, podr�s follarme
siempre que lo desees �entonces nos hemos quedado un rato abrazados, sin
decirnos nada, disfrutando del contacto de nuestros cuerpos desnudos. Cuando han
dado las ocho, nos hemos vestido y yo he ido a ducharme de verdad. Despu�s lo ha
hecho mam�. Mientras estaba en el ba�o, ha llegado Montse y me ha parecido que
era una extra�a, una especie de extraterrestre, como si el mundo de sexo, pecado
y lujuria que acab�bamos de crear mam� y yo dejase a todo el mundo fuera, como
si nada fuese real nada m�s que ella y yo follando.
As� conclu� aquella noche el relato del que fue mi primer polvo con mi
madre. Del d�a que descubr� el goce del incesto. Hubo muchos m�s, mi madre y yo
fuimos amantes m�s de cinco a�os. En ese per�odo hubo tiempo para que sucediese
de todo. Y de ello tendr�as noticias en pr�ximos relatos. Si quer�is hablar
conmigo de esto o de cualquier cosa, me encontrareis en
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