Relato: Andrea I Todo comenz� seis meses a esta parte, donde los personajes de esta historia se mezclaron y salieron a florecer los deseos m�s oscuros y perversos de cada personaje involucrado. Yo me llamo Claudio y mi novia Andrea y hab�amos congeniado a la perfecci�n, tanto intelectual como sexualmente. Ella viv�a no muy lejos de casa, nunca antes hab�amos conversado, pero nos conoc�amos de vista. Al ser un pueblo no muy grande la mayor�a de la gente se conoce, por tener lugares comunes donde ir a comprar alimentos o pagar impuestos, etc.
Andrea viv�a con su madre y padre cuando empezamos a salir, un a�o mas tarde los padres separaron y su padre se fue a vivir al sur haciendo su vida y raras veces se comunicaba con su ex familia.
Irma as� se llamaba la madre de mi novia, era una mujer espl�ndida de cuarenta y pico de a�os, los cuales no hab�an mellado sus encantos, es mas le hab�an dado la belleza y sensualidad que ninguna jovencita por m�s linda que fuera podr�a imitar, algo et�reo que se forja con los a�os y que algunas mujeres lo saben obtener de la vida. Y ella era fiel muestra de mis palabras.
Al hacernos m�s �ntimos, yo entraba en su casa como en la m�a. Y muchas veces hicimos el amor en el cuarto de Andrea cuando la madre estaba en el trabajo. No puedo precisar el momento exacto de mi fascinaci�n por la madre de Andrea, pero mis ratones, dieron rienda suelta a mis fantas�as. Sin desatender mi papel de novio, mi atenci�n se iba centrando en Irma.
Quiz�s, fue una noche, despu�s de comer, la familia me hab�a invitado. El padre decide irse a dormir, y los tres continuamos viendo televisi�n, Irma preparo caf�, al terminar la pel�cula la madre se despidi�, ella nos daba tiempo a que hagamos lo mismo en la puerta de entrada de la casa. Andrea la ma�ana siguiente tenia y examen, por lo cual no hicimos nada, antes de irme le ped� de ir al ba�o y entramos en la casa nuevamente, antes del ba�o hab�a un peque�o hall que comunicaba con otras habitaciones, de repente pasa la madre.
Todav�a est�n aqu�.
Si mama Claudio, va a pasar al ba�o.
Buenos buenas noches, y le dio un beso a su hija y otro a mi.
Mama, esta Claudio.
Ella dijo eso, por que la madre, estaba solamente con una vieja y corta camisola encina y de tan corta que apenas se mov�a se le ve�a su bombacha verde agua, realmente estaba hermosa.
Ella sonri�, pero hija, Claudio es ya como de la familia no y me dio el beso de buenas noches, mi mano derecha rodeo su cintura y acerque mi mejilla, despu�s de besarme ella se dio vuelta estando a mi lado.
Te das cuenta Claudio, ahora me vengo a enterar de que hija tan antigua y pacata que tengo.
Yo no pude responder, pues mi mano continuaba en su cintura y mis dedos comenzaron a delinear el borde de su calz�n, hasta llegar, a donde se separa dejando un canal entre las dos nalgas, all� baje al pulgar, para seguir el canal.
Y ella, me apret� los hombros con sus dedos y se separo de mi.
Y vos defendeme no te quedes callado.
Gracias por considerarme ya como de la familia.
Ves todo arreglado, chau buenas noches.
Yo entre en ba�o y al salir Andrea no dijo nada y no le dimos importancia.
Una de mis primeras experiencias en ese campo fue, un detalle que anteriormente no hab�a reparado. Ella siempre dejaba las bombachas en el ba�o, despu�s de ba�arse al regresar del trabajo. Mi novia y yo siempre la esper�bamos con un mate y ve�amos televisi�n en el comedor, comentando las cosas que nos hab�an sucedido ese d�a. Cuando ella tomaba asiento en la sala, yo me dirig�a al ba�o, mientras Andrea conversaba con su mama. Ya antes de entrar estaba excitado, y despu�s sentado en el inodoro tomaba su bombacha en mi mano, rodeaba mi pija con ella, que ya estaba s�per caliente y comenzaba a pajearme lentamente cerrando los ojos, tratando de que esos minutos sean los m�s largos y sentidos, pensaba en que esa tela que se estaba mojando con mis jugos, hab�a estado cubriendo su conchita, y como ya dije, pensaba que con sus cuarenta a�os estaba de lo mas deseable y seguramente de lo mas caliente y deseosa, lo cual me propuse descubrir.
Ya no solo me pajeaba con sus bombachas, sino que segu�a todos sus movimientos, buscaba cualquier excusa para entrar en la casa y revisaba los cajones en los cuales guardaba su ropa interior, y las veces que estaba solo las ol�a y me la imaginaba llev�ndolas puestas y terminaba acabando sobre sus prendas. Llegue a saber que color de bombachitas llevaba en cualquier momento del d�a. Cuando cen�bamos, si llevaba una pollera corta siempre se me ca�a algo debajo de la mesa, por que me fascinaban sus prendas pero m�s me gustaban v�rselas puestas. No desperdiciaba un instante con tal de m�rale sus bombachas a la madre de Andrea, llegando a ver como cubr�an su intimidad y ese agujerito que se le formaba entre sus labios vaginales, o alguno de sus vellos p�bicos.
Ya en la �poca que se separo, me di cuenta que ella sospechaba de mi conducta y descubr� que estaba muy lejos de su disgusto o desagrado, lleg�ndome incluso a alentarme en ese juego. Me di cuenta de su cambio hacia m� por que me resultaba mucho m�s f�cil encontrar sus prendas y lo confirmo el d�a que al salir del ba�o nos cruzamos en la puerta y me dijo:
-Parece que hoy tenemos prisa, por entrar no?
Con una sonrisa tentadora y llena de picard�a. Y sonre� rojo de verg�enza.
-Entra, yo a tu edad tambi�n estaba siempre apurada...
Cuando entre hab�a dejado su bombacha reci�n usada, como regalo sobre la tapa del inodoro, me la acerque a la nariz para oler el flujo de su entrepierna, una especie de alm�bar amarillento y blanco en parte seco y algo h�medo, envolv� mi pija con ella y me pajee sin importarme si quedaba llena de leche. En ese instante llamo a la puerta Irma y me apresure a abrirle.
-Vine a buscar mi bombacha. No la viste?
-s�, pero se me acaba de caer en el suelo y esta mojada.
-No importa, la tengo que lavar.
Y al verla se dio cuenta de que estaba blanca y llena de leche, entonces agrego mir�ndome. Claudio yo no me imaginaba que...
-Mam�, ya comenz� tu programa...
Por suerte interrumpi� ese momento, Andrea, desde el comedor.
-Ya voy mi amor. Y sosteniendo la prenda dijo.
-Bueno... de esto vamos hablar otro d�a, no te preocupes, ahora vamos al comedor.
Al terminar la serie, todo fue normal, mi novia y yo seguimos charlando y mi suegra se dispuso a realizar la cena. Como a lo quince minutos fui hasta la cocina y le pregunte si necesitaba ayuda, pero lo que yo realmente quer�a era saber como hab�a quedado la situaci�n y adivinar cual iba a ser su proceder.
-la puedo ayudar?
-No la salsa es f�cil de hacer...
O mejor si, cu�damela mientras me cambio, revolverla de vez en cuando para que no se pegue abajo.
-nena!!. Llamo la atenci�n de su hija que esta, en la otra habitaci�n.
-Si ma...!
-Por que no vas a comprar pan?, No pongas esa cara, si es ac� nom�s.
-Esta bien ya vuelvo.
No hab�an pasado tres minutos cuando ella regresa de la habitaci�n, cuando la vi tuve que aguantar la respiraci�n y tratar de no parecer un tarado, la situaci�n era normal, pero mi cabeza funcionaba a mil.
Ella se puso una pollerita no muy corta pero con vuelo, que la hacia muy sugerente. Cuando prendi� el horno, con el trasluz que provoco la bombilla pude seguir al detalle sus piernas y entrever su bombachita rosada de algod�n. Creo que ese d�a comenzamos a jugar un mismo juego.
Su car�cter no cambio mucho, solo como para que me diera cuenta yo, lo cual me excitaba mucho m�s.
En la mesa habl�bamos y discut�amos alg�n que otro programa pol�tico, pero yo en realidad estaba muy duro, me temblaban las rodillas, no sabia que hacer y a la a vez estaba ansioso por la situaci�n.
-que te pasa Claudio?
-Nada mi amor.
-Quiz�s no te gusta la comida.
-No para nada, al contrario, ya sabe como me gusta su cocina. Creo que es tan solo un dolor de cabeza pasajero. En realidad eso espero. - - En ese instante, se me cayo un cuchillo y no fue como otras veces ex profeso, fue de distra�do.
Quede inm�vil, mientras ellas segu�an hablando. - - Por un segundo Si es pasajero, con una aspirina ya esta. Si no es mal de amores.
Mama. No digas eso que yo lo cuido muy bien.
Agachado debajo de la mesa, no pude evitar tratar de mirar sus piernas, y para mi sorpresa ella las separa un poco mientras continuaba hablando con Andrea, dej�ndome ver su bombachita y el vello del pubis que la abultaba un poquito y en ese instante, que para mi duro un siglo, cruzo las piernas no sin antes abrirlas mucho mas pudiendo ver que en el centro de sus labios estaba mojada por sus flujos, dando con ello fin a su funci�n.
Pocos minutos despu�s ped� disculpas y me dirig� al ba�o y all�, pardo me la saque y comenc� a pajearme, todav�a no hab�a terminado, cuando o� que tocaban a la puerta.
-Soy yo Claudio, Te sent�s mucho mejor ahora?
Ese ahora me pareci� con un doble sentido, entonces respond� con la vos ligeramente cambiada, para que pensara realmente lo que estaba haciendo, porque en ning�n momento deje de pajearme.
-Si Irma, ahora me siento mucho mejor..
-B�rbaro! Viste que yo ten�a raz�n. Cuando acabes... veni a la mesa. Yo voy por el postre y una aspirina, por si todav�a te hace falta.
-Bueno, gracias, ya termino.
Lo cual era verdad y de que manera: Un torrente blanco sobre los azulejos!
Continuara...
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Relato: Andrea I
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