|
Relato: Historia de una colegiala (6)
HISTORIA DE UNA COLEGIALA (VI)
La racista...
Continu� visitando al viejo portero, a veces se un�a a
nuestros juegos el profesor Garc�a... al finalizar ese a�o escolar, busque un
pretexto para continuar asistiendo al colegio. Durante las vacaciones de verano
se dictaban algunos cursos y se organizaban algunos talleres en el colegio, as�
que decid� inscribirme en un taller de danzas y en un curso de computaci�n.
As� me di ma�a para continuar visitando la guarida del
mugroso portero, sin levantar mayores sospechas. Cada vez que pod�a, me
escabull�a despu�s de clases y lo buscaba. Durante todo ese verano sufr� y
disfrute de cada uno de los juegos sexuales que me impuso, aprend� todo lo que
me pudo ense�ar, me penetro en todas las posiciones imaginables, y en casi todos
los rincones del colegio.
Ese verano, en el taller de danzas, conoc� a chicas que ese
a�o finalizaban el colegio, a mi aun me quedaban dos a�os para terminar. Me
convert� en amiga de ese grupo de chicas que eran las mas populares de la
escuela, yo tambi�n por mi encanto f�sico gozaba de cierta fama. Por ser mayores
y mas desinhibidas en sus relaciones publicas con sus enamorados, quiz�s por eso
eran mas conocidas.
En esas vacaciones afloro mi destreza por las danzas, lo que
fue bien visto por mis nuevas amigas que me invitaron a ensayar con ellas, que
pertenec�an al grupo de porristas del colegio. Generalmente para que una chica
fuera porrista en mi escuela, aparte de tener innegables atributos f�sicos,
deb�a estar en su ultimo a�o de estudios.
Al empezar nuevamente el a�o acad�mico continu� asistiendo a
las practicas de las porristas. Me dijeron que si no pod�a pertenecer
oficialmente a su grupo al menos me entrenar�an para que al siguiente a�o yo
liderara a las nuevas porristas, que se encargar�an de alentar a los deportistas
del en sus torneos o para desfilar en los eventos en que participaba el colegio.
Mi escuela se caracterizaba por tener b�sicamente un buen
equipo de baloncesto. Comenc� a asistir a los partidos de b�squet de mi escuela,
acompa�ando a las chicas. Mi colegio, por ser particular, tenia un peque�o
coliseo en el que jugaba de local nuestro equipo "Los Halcones"...
En uno de esos partidos, nuestro equipo se enfrento a un
colegio de un barrio marginal, sin duda uno de los mas pobres de la provincia. A
pesar de sus carencias econ�micas ten�an habilidosos jugadores, en su mayor�a de
raza negra... justamente el nombre de su equipo resaltaba esta caracter�stica,
ellos eran "Las panteras"...
Pues bien, durante el partido, en una de las maniobras de mis
amigas las porristas, una de las chicas se torci� el tobillo. Ella no pod�a
continuar, as� que en el entretiempo me llamaron para que supla a la
desafortunada compa�era. Como yo hab�a entrenado con ellas, me sabia todas sus
movimientos, as� que acepte r�pidamente.
Me dieron el uniforme de porrista, que constaba de una
minifalda suelta de color azul, un polo color celeste; un poco ce�ido al cuerpo,
sin mangas, y con cuello V. El uniforme no era tan provocativo como me hubiera
gustado, quiz�s una minifalda mas corta o un polo con un poco mas de escote,
pero era lo que colegio permit�a.
Me avisaron que deb�a ponerme una pantaloneta oscura debajo
de la minifalda, ya que con nuestros continuos saltos nuestra ropa interior
seria vista f�cilmente y mas de un ma�oso disfrutar�a viendo nuestras nalgas.
Como era una de sus reglas, no puse mayor objeci�n, adem�s ese d�a yo llevaba
una tanguita negra. Quiz�s con mis movimientos mas de uno hubiera preferido ver
mis abultadas nalgas antes que ver el encuentro de b�squet.
Cuando me pon�a la pantaloneta sobre mi ropa interior, una
compa�era me dijo que ellas prefer�an usar la pantaloneta sin nada debajo, por
que la ropa interior quedaba marcada. Adem�s era menos incomodo. Hice caso a su
sugerencia, me quite mi tanguita y me puse la malla deportiva oscura sobre mi
conchita desnuda.
Salimos al encuentro, mas de uno saludo mi inclusi�n en el
equipo de porristas, sent�a las miradas de todos los chicos de la escuela sobre
mi. Me comenz� a excitar un poco todas esas miradas lujuriosas recorri�ndome,
pero intente calmarme, no quer�a humedecer mi pantaloneta, tampoco quer�a
desconcentrarme y arruinar mi debut como porrista... Quiz�s luego busque al
sucio portero... pens� con malicia.
Todo iba bien para mi, mas no para nuestro equipo que perd�a
ante las �giles panteras negras... sin embargo cuando hac�amos uno de nuestros
bailes frente alentando a nuestro equipo... un moreno del equipo contrario se
distrajo mas vi�ndome, hacia rato que lo hacia de reojo, pero esta vez lo hizo
descaradamente, quiz�s habr�a notado que el uniforme que yo llevaba no se
abastec�a para controlar mi busto o que mis nalgas eran tan redondas como el
bal�n que el no pudo atrapar bien.
Un compa�ero suyo, otro moreno para variar, le lanzo un pase,
pero el por distra�do no lo pudo contener, solo logro desviarlo un poco... as�
la pelota golpeo mi mano. El bal�n de b�squet era mas duro de lo que pens�, as�
que me causo gran dolor... mis compa�eras se acercaron a ver si estaba bien...
el muchacho tambi�n se acerco un poco para disculparse, pero con la rabia que
sent�a se me escapo un insulto:
- �Negro de
mierd...!... exclame entre furiosa y adolorida.
Mis compa�eras se sorprendieron ante mi reacci�n, sin embargo
me entendieron. Algunos chicos de las primeras filas celebraron lo que dije. El
muchacho cambio su expresi�n, obviamente se ofendi�, no solo el, otros dos
compa�eros de su equipo que tambi�n eran de piel oscura. Los tres me miraron con
odio... como dici�ndome: nos la vas a pagar blanquita...
El partido continuo, los morenos jugaron con mas ah�nco y
doblegaron f�cilmente a nuestro equipo. Cuando termino el partido y todos se
retiraban, vi que el portero estaba semi-escondido al lado de una de las
tribunas, le hice se�as discretamente, d�ndole a entender que me esperara...
Mis amigas quisieron celebrar mi debut como porrista, pero le
di a entender que no me sent�a bien, por el golpe que recib� y porque nuestro
equipo hab�a perdido. Una a una se fueron despidiendo, dej�ndome sola en el
camerino... solo tenia que aguardar unos minutos mas hasta que viniera el
portero y me consolara.
El mugroso se estaba demorando, seguro quer�a esperar hasta
que los chicos de nuestro equipo y de los visitantes se fueran del coliseo para
que el ingresara sin mayores problemas al camerino de damas y me poseyera como
solo el sabia hacerlo.
Mientras tanto, yo contemplaba mi nuevo uniforme, pensando
que cambios hacerle cuando yo fuera la l�der de las porristas. Comenc� a posar
frente a los espejos del vestidor, me sub�a un poco el polo, mostrando mi
ombligo y mi estrecha cintura, de esa manera, con el polo recogido, mis senos se
ve�an mas grandes. Luego jugu� con mi falda, acort�ndola mas y observando como
se ver�a mi voluptuoso trasero. Vaya que se ve�a inmenso, apetitoso... con raz�n
que ese negro se quedo mir�ndome como bobo... pens�.
Jugando con los arreglos que pod�a hacerle al uniforme, mis
dedos fueron escabull�ndose por la pantaloneta, acariciando mi conchita. As� me
encontr� el portero; sentada sobre una larga y ancha banca, con mi espalda
recostada en la pared y con mis dedos masajeando mi cl�toris:
- Te demoraste
mucho... le increpe al verlo.
- Conversaba con unos
amigos... se excuso sonriendo grotescamente al ver como yo angustiada me
auto complac�a.
Mis ojos ansiosos lo llamaron y el se acerco, lo bese y
comenc� a acariciarle su entrepierna por encima del pantal�n...
- Espera putita... me
dijo.
- �Qu� pasa?...
pregunte confundida, me estaba calentando y no quer�a perder tiempo.
No respondi� nada, solo saco un pedazo de tela oscura de su
bolsillo, parec�a una bander�n, aunque no era de nuestro equipo, no le di mayor
importancia. El enrollo un poco la tela y la coloco sobre mis ojos, despu�s le
hizo un nudo a la tela en mi nuca, vend�ndome, no permiti�ndome ver... me sent�
confundida...
- �Por qu� haces
esto?... pregunte curiosa y la vez excitada.
- Solo quiero jugar un
poco... me dijo.
A tientas, en mi ceguera, escarbe en su viejo pantal�n y
encontr� el objeto de mi deseo, r�pidamente lo engull�. Comenc� a mamarlo
fren�ticamente, solo me detuve cuando escuche unos pasos dentro de la
habitaci�n... quise quitarme el vendaje de los ojos para ver quienes invad�an mi
encuentro sexual, pens� que tal vez me habr�an descubierto mis compa�eras. El
portero evito que me quitara la tela, intento calmarme empujando su verga hasta
mi garganta.
- No te preocupes
putita... invite a los profesores Ruiz y Garc�a, para que celebraran tu
debut como perrita porrista... me dijo el mugroso.
Hab�a visto a estos dos profesores en la tribuna,
contempl�ndome con malicia. Sonre� recordando la primera vez que salvajemente me
poseyeron, me moje mas, y liber�ndome un poco de la verga que mamaba, me atrev�
a pedir:
- Diles que se apuren,
que me traigan sus vergas para ponerlas duras...
- Jajaja... escuche
las risas satisfechas de los presentes.
R�pidamente encontr� una verga presionando mi mejilla, la
tome y proced� a pajearla con mi mano, era largo, pens� que seria la verga de
Garc�a. Al poco rato unos manos me despojaban de mi pantaloneta, sera Ruiz, me
dije sin dejar de succionar el pene del portero.
Cuando el pene de Garcia estuvo duro, deje la verga del
portero y me dedique a mamar la suya. Abajo m�o, Ruiz me devoraba la conchita,
con tal dedicaci�n que me hacia gemir...
- Uhmmm.... ahhhh....
uhmmmm....
Estaba enloqueciendo, me estaba gustando sentirme as�,
indefensa, sin poder ver, solo a tientas con una mano logre ubicar la verga del
portero, que hab�a desatendido por mamar la de Garc�a, me pareci� raro
encontrarla semi-dura... bueno ya esta viejo, me dije, tal vez dentro de poco
necesite viagra para complacerme... como leyendo mi pensamiento, su verga
endureci� casi de inmediato al sentir mis caricias... pero yo no aguantaba mas,
estaba hiper-humeda, super-excitada...
- Por favor... cl�venme ya... que alguien me la meta de una
buena vez... uhmmm...
Mi suplica no se hizo esperar, casi al instante sent� las
manos de Ruiz a abri�ndome las piernas para colocarse entre ellas. As�, el
sentado frente a mi, me empujo su rechoncha verga...
- Ahhh... uhmmmm....
exclame satisfecha.
Su verga era mas larga de lo que recordaba... no tuve tiempo
de pensar mas, ya que empez� a bombearme con fuerza, me penetraba duramente.
Record� que el nunca me hab�a pose�do, ya que la primera vez que lo hice, el
solo me ofreci� su verga para que le practicara sexo oral, quiz�s ahora, sin
mayor verg�enza por estar yo ciega, el se vengaba de todo el tiempo en que se
neg� a poseerme.
- Auuu... uhmmm...
ohh.... hacia que me quejara .
A pesar que sus manos intentaban contener mis piernas, sent�a
como me empujaba mas contra la pared, a veces perd�a la vergas que mamaba o la
que masturbaba, afortunadamente, estas aparec�an de nuevo en mi boca o entre mis
dedos.
Las r�pidas embestidas de Ruiz en mi conchita hicieron
efecto, me contraje sintiendo como todo el placer me invad�a... en ese momento
sent� su leche hirviendo en mi interior.
- Ohhh.... exclame
satisfecha, fue mi primer orgasmo de la tarde.
Al poco rato sent� una verga h�meda en mis manos, ser� la re
Ruiz, pens� y me dedique a limpiarla con mi lengua. Luego alguien se ubico entre
mis piernas, debe ser el portero, me dije, sonriendo picaramente y a pesar de mi
agitaci�n le ped�:
- Por favor, por el
ano.... metemela por el anooo...
- Jajajaj... escuche
sus risas, me sonaron diferentes a la primera vez, debe ser porque este
vestidor tiene diferente eco, pens�.
Por mi posici�n era dif�cil que me penetrara por el ano, as�
que me ayudaron a pararme, luego me ubicaron en sobre la banca, en cuatro
patas... r�pidamente sent� la verga del portero invadiendo mi ano... sus manos
se ubicaron en mi cintura, pero no eran tan �speras como las del portero, eran
mas largas... debe ser Garc�a, me dije.
Pero esta verga es mas gruesa que la suya, quise decir algo,
pero inmediatamente sent� dos vergas presion�ndome las mejillas. En ese momento
comenzaba el castigo por mi peque�o agujero.
- Uhmmmm... al fin...
uhhhh... exclame satisfecha.
Me clavaban con vehemencia por mi estrecho ano, mis nalgas
rebotaban contra su cuerpo, produciendo una delicioso sonido, maravillada por
tales emociones no pude absorber todos los liquido de una de las vergas que
mamaba, solo escuche la exclamaci�n de alivio del afortunado.
Limpie como pude su verga, porque a decir verdad ya no me
daba abasto, con una verga entre las manos, mi boca limpiando una semi-flacida
verga y con Garc�a castigando como nunca mi ano... yo estaba desfalleciendo...
solo escuchaba sus jadeos, o sus exclamaciones de gratitud, cuando se deleitaban
con mi cuerpo, pero ninguna palabra de aliento, ninguna palabra aunque sea para
humillarme como a ellos les gustaba...
- Ya... penetremos a
la putita por sus dos agujeros... escuche decir a alguien.
Su voz me pareci� extra�a, pero salude su iniciativa, por fin
seria empalada por mis dos agujeros, hacia tiempo que no sent�a dos vergas
entrando a la vez en mi cuerpo...
- Si... por favor...
pos�anme como quieran... dije enloquecida .
Escuche mas risas, nuevamente me ayudaron a pararme, sent�
que los cuerpos alrededor m�o, no eran como los que recordaba de los profesores,
pero con la arrechura de tener dos vergas perfor�ndome no le preste mayor
atenci�n.
Al parecer Garc�a se echo en la banca, y yo guiada por los
otros dos, me fui ubicando sobre el, d�ndole la espalda y permitiendo que
siguiera penetr�ndome por el ano. Al poco rato sent� una enorme verga entrando
por mi vagina... al fin el portero, me dije y me moje nunca...
- Uyyy... siii....
metemela... yaaa.... uhmmm.... le rogu�.
Disfrute cada segundo la incursi�n de su pene en mi conchita,
as� como el pene enterrado en mi ano. Un palmazo en mi nalga me record� que
deb�a moverme para complacerlos. Al poco rato una verga asomo en mis labios para
que la mamara y no me negu�.
Deliraba de placer por la forma violenta en que me
penetraban, a duras penas pod�a gemir porque la verga en mi boca no me daba
descanso... lo �nico que me incomodaba era su silencio... quer�a escuchar lago
mas aparte de sus complacidos jadeos, deseaba saber que ellos disfrutaban tanto
como yo... que les complac�a incrustar sus enormes verga en mi bien formado
cuerpo... finalmente una voz, hizo caso a este ruego mental... solo que no era
la voz que yo esperaba...
- Toma blanquita de
mierd... escuche decir.
- �Qu�?... exclame
confusa, soltando la verga de mi boca aunque sin dejar de masturbarla con
mis dedos.
- Como le gusta esto a
la perra blanca... dijo otro.
- Silencio
muchachos... se apresuro a decir la �nica voz que me parec�a familiar, la
del portero, pero se escuchaba distante.
- �Muchachos?...
replique mas confusa aun.
Soltando el grueso pene que tenia en mis dedos, en medio de
la excitaci�n que me produc�an los otros penes incrust�ndose en mi ser, decid�
despojarme de la venda que me cegaba, quer�a descubrir que estaba sucediendo...
lo que vi me impacto...
- �Qu�?... �Qui�nes
son ustedes?... pregunte con temor, viendo como unos extra�os me pose�an,
cre� reconocer al que aun me castigaba la concha.
- Soy el negro de
mierd... me dijo molesto, sin dejar de moverse, penetr�ndome mas
violentamente.
- Jajaja... escuche
risas alrededor m�o.
Me quede helada al reconocer que el que salvajemente se
complac�a con mi vagina era el moreno jugador de baloncesto que me lanzo el
bal�n, ese al que insulte... luego, fui reconociendo las dem�s personas a mi
alrededor, el que me perforaba el ano y el que me colocaba su dura verga en la
boca... �tambi�n eran negros!...
- Nooo...
Sueltenmee.... exclame asustada, mi excitaci�n hab�a disminuido.
- �Acaso no te
gusta?... me recrimino el moreno.
- Uhmmm.... gem�, en
un gemido que sonaba a temor, a confusi�n y a placer.
Logre divisar al portero, apoyado en la puerta de entrada, se
acariciaba su verga... viendo como esos 3 negros basquetbolistas, jugadores de
las panteras, se deleitaban conmigo.
- �Tuuu!... �por qu�
permites qu� me hagan esto?...... le reproche sin dejar de moverme.
- No me gustan las
putitas racistas... me dijo ri�ndose grotescamente.
- Pero... yo no soy
racista... me gustan los negros... ohhh.... me queje, sintiendo que las
fricci�n de sus negros miembros me devolv�an a mi excitaci�n.
- Si te gustan tanto,
�disfr�talos!... tienes tres complaci�ndote... jajaja... se ri� el portero.
- Nooo... por favor...
no mass... suplique, casi pidiendo auxilio, aunque a cada segundo pensaba
menos en escapar.
- No mas platica puta
blanca... me dijo el negro que tenia su verga cerca de mi cara y me la
incrusto hasta la garganta.
Ahogue un quejido entre su verga y mi garganta, me estaban
dando un verdadero castigo por racista... y yo, aunque no lo quisiera, comenzaba
a disfrutarlo, ofrec�a menor resistencia a sus movimientos. Sus rostros
molestos, sus acciones bruscas procurando someterme... todo ello hacia que
nuevamente se me calentara la sangre.
Comprob� maravillada que la fama de los negros no era en
vano... �ten�an unas enormes vergas!... casi como las del portero... y sus tres
barras oscuras, mas que castigarme me estaban complaciendo...
- Uhhh... �que buenas
vergas tienen!... uhhmmmm... dije maravillada, mas que quejarme no pod�a
dejar de gemir.
- Te hacemos gozar...
�verdad perra blanca?... .. me recrimino el moreno al que le mamaba la
verga, mientras me jalaba del cabello.
- �No sabes cuanto!...
replique absorta, sorprendida por mis palabras.
Sus negros miembros me hab�an sometido, porque negarlo, lo
estaba disfrutando, mas que la primera vez que me poseyeron los profesores. Mi
morbo crec�a Viendo sus negros cuerpos golpeando mi blanca piel, como sus
oscuros y musculosos penes entraban y sal�an de mi rosados labios vaginales.
Sentir sus negras manos guiando mi enorme culo para penetrarlo salvajemente, sus
enorme manos estrujando mis tetas que se estremec�an con cada brutal
penetraci�n...
- Mas fuerte...
asiii.... ohhhh..... cast�guenme masss.. ahhhh�. vociferaba como loca,
sudando, lagrimeando de placer.
- Como quieras puta
blanca...
Se mov�an mas fren�ticamente, cre� que mi coraz�n explotar�a
de tanto placer, desfallec�a... mi cuerpo envuelto en sudor se estremec�a con
resistencia... hasta que finalmente los tres, casi en simultaneo descargaron su
blanco semen dentro m�o: primero mi ano se sinti� inundado, luego mi vagina
recibi� una fuerte descarga de semen... finalmente, casi me ahogo con toda la
leche que el otro moreno deposito en mi garganta.... mi orgasmo no tenia cuando
acabar...
- Ohhh... Ufff....
escuchaba sus roncas exclamaciones de satisfacci�n.
Saque el negro miembro que tenia en la boca, para permitirme
respirar y observar mejor el semen que me hab�a tragado... en mi delirio no dude
que su leche fuera blanca como la de otras personas....
- Vaya... Que rica
perra blanca... dijo complacido el moreno que ofend�.
Estaba deshecha, pr�cticamente me deje caer sobre el negro
debajo m�o... me hicieron a un lado, y uno a uno fui limpi�ndoles sus negros
instrumentos, saboreando sus l�quidos... mientras sent�a mi h�medo y satisfecho
ano escurriendo semen, ve�a mas l�quidos brotar de mi enrojecida conchita...
pero sobre todo ve�a y acariciaba tres enormes, gruesos y largos, penes
negros... los lam� y relam� por varios minutos, los tres negros como redimidos
de mi ofensa acariciaban mis cabellos y mis redondos senos que sub�an y bajaban,
aun agitados.
- Y yo que pens� que
solo las negras ten�an tan buen culo y tetas como esta puta blanca... dijo
uno.
Sonre� por el halago, mi rostro deb�a lucir exhausto,
embobado, complacido a mas no poder... tenia todos mis agujero criminalmente
satisfechos. No pod�a hablar, solo atinaba a sonre�r y escuchar lo que dec�an...
- Y pensar que por
culpa de esta perra casi perdemos el partido... exclamo el moreno.
- Claro si no te
cansabas de mirarla...
- �Pero vali� la
pena?�o no?... les increpo el moreno a sus amigos.
- Si... jajajaja...
Luego los vi vestirse... intente retenerlos:
- No se vayan...
todav�a es temprano...
- Vaya que es
insaciable tu perra blanca... le dijeron al portero riendo.
- Este tambi�n es tu
castigo... ahora que disfrutaste de nuestras negras vergas, te quedaras as�,
con las ganas de tener mas... me dijo el moreno.
- Nooo.... vamos...
solo una vez mas... dije casi llorosa, estaba adolorida, pero quien sabe
cuando volver�a a disfrutar de 3 vergas como esas.
- Jajaja... adi�s...
puta blanca... ruega que volvamos a jugar contra tu equipo... jajaja...
diciendo esto se marcharon del vestidor...
Realmente fue un castigo, hab�a disfrutado tanto esa
experiencia y tal vez no lo volver�a a hacer... eso te pasa por racista... me
recrimino mi conciencia... Aunque despu�s de todo, gracias a ese insulto recib�
la mejor cogida de mi vida...
El portero me ayudo a meterme a la ducha para quitarme todo
lo meloso que el semen de los negros hab�a dejado mi culito, mi vagina, mis
piernas, mi cabellos, mis labios... me froto bien con jab�n...
Mientras me ba�aba me contaba como el, hace unos a�os, antes
de venir a esta escuela, hab�a sido el portero del colegio de esos morenos...
as� que los conoc�a... y cuando ellos le manifestaron su desaz�n por mi
comentario, el les ofreci� vengarse... hasta ahora agradezco que haya
intervenido.
Cuando volv� al vestidor, mire mi uniforme, todo manchado,
apestando a mi sudor y el de los negros, ol�a a su semen... el portero hizo que
me lo pusiera nuevamente. Creo que le excito verme vestida as�...
Me ordeno que me pusiera en cuatro, arrodillada, apoyando mis
codos contra la banca...
- Ahora me toca a
mi... dijo ri�ndose estruendosamente.
Me levanto la falda, me bajo la pantaloneta, as� mi carnoso y
redondo trasero quedo ante sus ojos.... solo le quedo abrir un poco mis nalgas y
clavarme su grueso miembro por mi adolorido ano...
- Auuu.... uhhh... me
queje.
- Pensaste que te me
escapar�as... perra... me increpo jal�ndome los cabellos.
- No amo... cast�game
por favor...
As� fue, me castigo el ano tanto que paso una semana antes
que volviera a buscarlo... as� termino aquel d�a memorable en que por racista
fui empalada por tres grandes vergas negras...
Continuara
Por favor vota el relato. Su autor estara encantado de recibir tu voto .
Número de votos: 1
Media de votos: 9.00
Relato: Historia de una colegiala (6)
Leida: 22511veces
Tiempo de lectura: 17minuto/s
|