Relato: Mi vecino de enfrente Hola me llamo Maria, soy una se�ora casada y tengo 65 a�os, vivo con mi marido y mis tres hijos ya mayores. Mi marido es un hombre muy bueno y tiene 68 a�os, pero desde que se jubilo se dejo estar mucho y aparenta mas edad, sin embargo yo me cuido mucho. Frente de mi casa vive un hombre de unos 50 a�os mas o menos, hace mucho deporte y realmente esta muy bien, yo converso mucho con el, es argentino y como todo argentino es muy simpatico y conquistador ahunque no se lo proponga. Siempre que nos encontramos conversamos mucho, el vive solo, es divorciado y sabe traerse a muchas amigas, pero es tambien muy respetuoso. Una tarde que voy a salir a dar una vuelta, mi marido como de costumbre no me quiso acompa�ar y salia sola cuando lo veo en la entrada del portal, "hola Sebastian, como estas?", lo saludo yo, "viendo una belleza como vos quien puede estar mal", me contesta el saludo con uno de sus acostumbrados piropos, "me voy a dar una vuelta, y tu que haces?", le segui diciendo, "voy a limpiar el trastero", me dijo. El estaba con un pantalon deportivo y una camiseta sin mangas, dejando ver unos tremendos brazos musculosos, y un pecho muy duro y belludo. "Necesitas ayuda?", le pregunte, "es que estando ahi abajo con una diosa como vos, no se lo que puede pasar", me dijo sonriendo, "que loco que sos, dale que te ayudo", le dije disponiendome a ir con el a su trastero. Bajamos las escaleras y como de costumbre el pasillo y los trasteros estaban completamente desiertos. El enciende la luz y entramos en su trastero que estaba muy ordenado y limpio. "Que venis a hacer aca si lo tenes todo en orden?", le dije yo, "es que quiero tirar algunas cosas", me dijo, "o me tragistes aca para algo", le dije yo en broma. El me miro con esa sonrisa picara que tiene y me dice que es una verdadera tentacion tenerme ahi sola con lo bonita que soy. "Sebastian, podras hablar algun dia en serio", le dije yo riendome, "Maria es que estas hermosa de verdad", me dijo el acercandose a mi. "Que me vas a decir que te gusto?", le pregunte un tanto nerviosa pero queria seguirle el juego. El simplemente me abrazo y me dio un beso en mi boca que me hizo quedar mareada, sin fuerzas, no tenia voluntad para soltarme de sus fornidos brazos, "hay Sebastian, puede bajar alguien, y si nos ven y se entera mi marido?", le dije yo temblando como una hoja. El me volvio a besar metiendo su mano dentro de mis pantalones acariciando mis nalgas, "queres subir y vamos a mi casa?", me pregunto sin dejar de acariciar mi culo, "esto es una locura, yo jamas le fui infiel a mi marido", quise protestar yo, y el volvio a besarme dejandome totalmente a su merced, rendida entre sus brazos, podia sentir el bulto de su polla dura contra mi co�o que se me estaba empezando a mojar. El me solto y cerro la puerta quedando los dos encerrados en el trastero, tenia un colchon guardado y lo tendio en el suelo, me volvio a besar y me hizo acostar empezando a desnudarme muy lentamente entre besos y caricias. Yo cerre mis ojos sintiendo esas manos tremendamente fuertes recorriendo mi cuerpo semi desnudo y pensando que le iba a ser infiel a mi marido, pero no me importaba, queria que ese hombre me haga suya, lo queria tener dentro mio. Cuando me termino de desnudar, me daba un poco de verguenza verme asi, tirada en un colchon en un trastero a punto de ser la mujer de otro hombre que no sea mi marido, el se saco la ropa quedando completamente desnudo tambien y cuando vi la enorme polla que tiene, me queria morir, era mas del doble de la mi marido, el se acerco a mi, y me la ofrecio para que me la ponga en la boca y se la chupe mientras el acariciaba todo mi cuerpo sacandome suspiros de placer y haciendome calentar cada vez mas. Abri mi boca todo lo mas que pude y me meti un pedazo de enorme polla empezando a chuparsela, mientras el metia dos dedos en mi mojado co�o. Que placer por dios, yo se la chupaba con ganas, se la lamia toda, queria meterme mas en mi boca pero no me entraba, el me la saco de la boca y se puso entre mis piernas empezando a chuparme el co�o, casi me desmayo de placer, "Sebastian, por dios, meteme toda esa polla que tenes, no demores mas", le rogaba yo, el se acomodo entre mis piernas y cuando senti ese monstruo entrar, pense que me partia en dos, que placer sentir como esa polla llenaba mi co�o, como entraba haciendose due�o de mi, me sentia repleta, sentia como entraba y salia de lo que ahora era suyo, mi co�o. Asi estuvo un rato, hasta que me dijo que me diera la vuelta, que me la iba a meter por el culo, "estas loco, sabes cuanto hace que mi marido no me la mete por el culo, queres destrozarme?", le dije yo intentando que esa polla monstruosa no me destrozara el ojete. El me dio la vuelta sin hacer caso a mis suplicas y empezo a lamer el agujero de mi culo y asi en cuatro patas como estaba me acariciaba el co�o haciendome delirar de placer. Me hizo calentar tanto que despues era yo quien le pedia por favor que me metiera toda la polla por el culo. El se puso detras mio, y acomodando la cabeza de su polla contra mi ojete, me agarro de mis caderas haciendo fuerza y senti como el agujero de mi culo se abria no sin un dolor terrible dejando entrar esa enorme polla. Sentia como mi ojete se abria al maximo para dejar pasar ese montruo que me estaba rompiendo el culo, ahunque ya habia tenido relaciones por el culo con mi marido, esa enorme polla me lo estaba rompiendo literalmente. "Sebastian, me estas destrozando el culo, me duele mucho, es demasiado grande", le decia yo sintiendo mi culo romperse al paso de su polla, "acariciate la concha, dejame romperte bien el ojete", me decia el metiendo toda su polla en mi culo. Despues de habermela metido toda, me la saco y me hizo poner boca arriba levantando mis piernas, me entro con suma facilidad, sabia yo que mi ojete estaria terriblemente abierto, el me la empezo a meter y a sacar muy despacio primero mientras lamia mis pies y me acariciaba el co�o, que maestro que es, sabia como hacer gozar a una mujer y me estaba volviendo loca con sus caricias. Yo le pedia que me folle mas fuerte, que hiciera lo que quisiera con mi adolorido culo, estaba en la gloria, en mis a�os de matrimonio mi marido nunca me habia echo gozar asi, el seguia follandome el culo y acariciandome cuando siento que me empiezo a correr, le clave mis u�as en sus fornidos brazos, y el metiendomela lo mas profundo que pudo en mis intestinos me los empezo a llenar con su leche, sentia la cantidad de leche que me dejaba, como me llenaba el culo de leche, como se me desbordaba y salia la leche de mi ojete manchandole el colchon mientras el seguia metiendola y sacandomela de mi abierto ojete, se puso mis pies en su boca y dandome una mordida que no llego a ser fuerte, se quedo quieto con su polla metida toda dentro de mi culo. Habiamos gozado muchisimo, a mi me dolia el agujero de mi culo tremendamente, lo sentia muy abierto, pero el placer que me dio ese hombre bien valio la pena y el dolor. Cuando me la saco del culo, se acosto a mi lado y nos abrazamos, "cuando quieras limpiar el trastero de nuevo avisame", le dije dandole un beso.
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Relato: Mi vecino de enfrente
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