Hola amigos, he le�do varias historias all� publicadas, por
lo que me anim� a escribir la m�a.

Como es una historia un poco larga, tratar� de escribirla en
varias etapas seg�n ustedes, vallan leyendo y coment�ndome si les agrada o no.

Bueno, esto sucedi� hace algunos a�os y es una historia que
aun esta latente por lo que voy a tratar de ser lo mas real posible.

Un dos de enero mis padres decidieron ir a pasar dos o tres
d�as en el campo de su socio, por lo que me llevaron con ellos. Yo ten�a 20 a�os
en ese momento y a decir verdad no tenia ganas de ir porque no me ca�an muy bien
su socio ni su familia, pero ante tanta insistencia de mi madre decid� darle el
gusto con la condici�n de que despu�s me dejara ir de vacaciones solo.

Yo vivo en la ciudad de Argentina, situada a cincuenta
kil�metros de la capital de mi pa�s, y es ah� donde mi padre tiene su empresa.
El campo quedaba a muy pocos kil�metros de donde yo vivo as� que el d�a viernes
despu�s de que mi padre regres� del trabajo decidimos irnos para all�. Cuando
llegamos, efectuamos los saludos correspondientes y ah� estaba ella, Maria la
hija del socio de mi padre, ella era una mujer de 25 a�os de 1.70 mts. de
estatura (aproximadamente) un cuerpo bastante bueno, aunque a mi no me gustaba
para nada ya que ella es muy altanera o como se dice en mi pa�s una "concheta",
que siempre hace alarde de sus conocimientos y de su nivel socio econ�mico.

Junto a Maria se encontraba Ana una amiga de ella que a mi
primer parecer era un poco parca, seca e introvertida.

Bueno despu�s de tomar algo fresco y de recorrer el casco del
campo decidimos acomodarnos en las habitaciones correspondientes, por lo que a
mi me toco dormir en un peque�o cuarto alejado de las dem�s habitaciones. � No
te molesta dormir ac� verdad? � me comento la madre de Maria, por lo que
conteste de ninguna manera, total es por pocos d�as.

Despu�s de la cena decid� ir a tomar fresco al costado de la
pileta, la noche estaba apacible y tranquila una peque�a brisa corr�a y
refrescaba mi cuerpo. En ese momento una vos me hablo desde atr�s, -�te gustar�a
meterte a la pileta? � era la vos de Maria quien se sent� en una reposera a mi
lado y en otra se sent� Ana.

� Estar�a bueno� -respond� y ah� comenz� una charla de lo mas
amigable con esa chica que tanto resquemores me hab�a producido.

Hablamos de todo, de sus estudios (hab�a terminado su carrera
de Historia del Arte), de los de Ana ( quien cursaba tercer a�o de Ciencias
Econ�micas) y de los m�os lo cual hab�a terminado mi segundo a�o de Abogac�a.

As� un tema trajo otro, y luego otro hasta que como era de
suponer empezamos a hablar de temas sexuales a lo que Maria pregunto a Ana sobre
sus conquistas amorosas, esta como era medio introvertida solo se limito a
contar que al principio del a�o pasado hab�a tenido un novio que dur� muy poco y
que no hab�a llegado a concretar nada importante, solamente un par de veces de
salida, unos besos, unos toqueteos y nada mas.

Maria no fue tan corta en sus comentarios cont� de sus
haza�as amorosas y hasta se anim� a contar un par de intimidades que son dignas
de destacar. Cont� como hizo el amor con dos compa�eros de estudio en su casa,
de alguna org�a en la cual particip� y tambi�n de su relaci�n l�sbica con una
compa�era de primer a�o de la facultad la cual de vez en cuando se encontraban
para despejarse.

Ambos Ana y yo la mir�bamos azoradamente aunque a decir
verdad yo estaba asombrado de las historias de Maria , pero Ana, se asombraba
porque me lo estaba contando a mi, as�, tan abiertamente, dado que ella sabia
muchas cosas de su amiga y lo que nunca esperaba era que me las contar�a y a
decir verdad, creo que Ana habr�a participado de algunas de las haza�as amorosas
de Maria, tema que no pregunte nunca hasta el d�a de hoy.

Cuando llego mi turno empec� el relato tratando de ser
sincero con ellas y les cont� que en el a�o pasado, solamente hab�a tenido una
historia amorosa que no fue nada importante solamente sal� un par de veces y
cuando decid� concretar alguna relaci�n sexual, lo arruin� todo solamente por
ser apurado y no saber esperar.

Tambi�n acote- Maria tengo que desilusionarte, ya que no he
tenido experiencias de tu tipo aunque a decir verdad me hubieran gustado
much�simo-.

-No te preocupes Riki , no faltar� oportunidad de poder
concretar alguna vez tu propia experiencia sexual.- acoto Maria.

Ya era medio tarde as� que me desped� de las chicas y me
retire a dormir. Me cost� hacerlo porque no dejaba de pensar en las historias de
Maria y de solo pensarlo mi pene se pon�a cada vez mas duro, luego el cansancio
me venci� y me quede dormido.

Mas o menos a eso de las diez de la ma�ana, me levant� y debo
decirles que es maravilloso el despertarse en el campo, la brisa, los p�jaros,
te dan una paz que muchas veces en la gran ciudad es muy dif�cil poder
adquirirla. Mientras descansaba sentado bajo los �rboles, vi en varias
oportunidades pasar a Ana y Maria que andaba paseando y recorriendo el casco del
campo y debo decirles que a partir de ese d�a ya no me causaban el mismo rechazo
que el d�a anterior sino todo lo contrario las ve�a cada vez mas lindas, Maria
tenia unos pechos muy agradables, de tama�os bastante regulares, pero lo mas
lindo que tenia era su hermosos y redondo culo que era tan perfecto que dejaba
ver a trav�s de su falda como su bombacha se met�a adentro perdi�ndose y dejando
ver sus dos cachetes pr�cticamente, como si no llevara puesto ninguna ropa
interior.

Ana, en cambio es una mujer de casi la misma estatura de
Maria pero lo que mas llama la atenci�n son sus pechos que son enormes, cuando
camina ambos se bambolean no siempre al comp�s del mismo ritmo lo que sus
movimientos toscos hacen que los mismos llamen tanto la atenci�n que a veces no
puedas quitar a vista de ellos, el resto dir�a que es normal aunque su ropa
interior es mucho menos provocativa que la de Maria, se nota que tambi�n debajo
de su falda tiene lo suyo.

Bueno aprovecho para describirme un poco, mido 1.78 mts.
Tengo ojos casta�os muy claros, de tez blanca, cabello rubio, de aproximadamente
82 kilos y a decir verdad tengo una figura bastante interesante.

Despu�s de almorzar y efectuar la sobremesa correspondiente,
me decid� a tomar sol al costado de la pileta, mis padres y los de Maria se
decidieron ir a dormir una siesta a lo que quedamos Maria, Ana y yo. Hab�a
pasado un rato cuando Maria se me acerco y me dijo � acomp��anos por favor- y se
dirigi� hasta un galp�n que se encuentra al costado de la casa, lo cual me
dirig� hacia all�.

Detr�s de unos fardos de pasto Maria y Ana hab�an preparado
una especie de cama con una manta lo cual nos sentamos a charlar, pero pasado un
rato Maria tom� de la cara a Ana y le propuso un dulce y apasionado beso, Ana lo
recibi� con much�simo agrado. Ambas comenzaron a tocarse, Ana saco de su traje
de ba�o un pecho de Maria y comenz� a lamer su pez�n con ternura.

Debo confesar que yo a esta altura estaba un poco azorado y
porque no, un poco asustado sin saber que hacer ni como actuar.

Ana ya hab�a tratado, con buen resultado, de meter la mano a
trav�s de la parte inferior del traje de ba�o de Maria , y lo cual pudo sacar de
ella unos suspiros.

Maria se sac� toda su ropa se acost� boca arriba y abri� sus
piernas ofreciendo todo su sexo a la boca de Ana y ella fue a su encuentro
tratando de saciar su sed, y comenz� con su lengua a lamer su cl�toris
desenfrenadamente a lo que Maria se retorc�a de placer, yo comenc� por sacarle
el traje de ba�o a Ana, lo que ella acompa�o y ayudo. Una vez que Ana
arrodillada chupaba la concha de Maria, abri� sus pierna ofreci�ndome su sexo
h�medo y a lo que con mis manos empec� a tocarlo primero y a meter un dedo
despu�s.

Ambas se mov�an jadeando y emitiendo gestos de placer, lo que
se produjo el primer orgasmo del cual no pude precisar, cual de las dos lo hab�a
tenido.

Maria se arrodillo, me mir� fijo y dirigi� su mano a mi traje
de ba�o, que con un movimiento r�pido y conciso bajo de un solo tir�n, mi pene
salto como buscando liberarse de la prisi�n que le propinaba el traje de ba�o y
erguido como estaba quedo a merced de los ojos de ambas.

- �Mira Ana lo que tenemos ac�, la verdad no me esperaba
esto� � exclam� Maria.

Ambas se acercaron y comenzaron a lamer mi glande, luego el
tronco y tambi�n los test�culos con pasi�n, mientras intercalaban besos
acaloradamente-

- Me vas a hacer acabar- coment� luego de un rato, lo que
Maria tomo mis manos y me acost� boca arriba, se subi� a caballito, tomo mi pene
con su mano y se lo introdujo hasta el fondo.

Ana coloc� su concha sobre mi boca, lo que me dedique a
saborear sus jugos y sus orgasmos que fueron dos, mientras Maria cabalgaba sobre
mi teniendo por lo menos tres orgasmos.

Les cuento que yo hasta ese momento, sent�a tocar el cielo
con las manos, teniendo sexo con estas dos amigas.

Maria se sali� de encima m�o y Ana tom� su lugar, aquella
chica callada e introvertida que el d�a anterior hab�a conocido, empez� a
moverse en forma desenfrenada, tiro su cuerpo para atr�s apoyo sus manos sobre
mis piernas y se mov�a esbozando gritos de placer, mientras Maria con sus manos
tocaba su cl�toris arrancando de Ana los mas salvajes orgasmos. No pude
contenerme y yo tambi�n tuve el m�o dentro de Ana.

Mi semen caliente, arranco un nuevo orgasmo de Ana quien a
pesar de que mi pene se iba poniendo fl�cido pudo extraerle toda su energ�a.

El calor en el galp�n era bastante alto, pero a juzgar por lo
que estaba viviendo no me importaba nada.

Maria y Ana se quedaron acostadas juntas sin esbozar ninguna
palabras, solamente se re�an, se acariciaban y se daban dulces besos mientras yo
trataba de reponerme, lo que al verlas abrazadas y toc�ndose no tarde demasiado.

El clima entre ellas fue creciendo, sus besos empezaron a ser
cada vez mas pasionales, las manos de entrelazaban toquete�ndose, metiendo sus
dedos cada vez con mas vehemencia, hasta que ambas se acomodaron en un perfecto
69.

Yo en ese momento ya estaba muy caliente y mi pene estaba
duro como si nada hubiera echo, lo cual Maria me dijo de se la metiera a Ana y
que ella ayudar�a con su lengua.

Era fant�stico sentir el calor y los jugos de la concha de
Ana, combinados con la lengua de Maria que pasaba por mis test�culos, cosa que
exprese a Maria y ella aprovecho para aumentar aun mas su trabajo sobre estos.

Ana no paraba de tener orgasmos, y lo mas bello de esto era
que todos ten�an una intensidad dignas de escuchar y sentir, cosa que entre
Maria y yo pod�amos hacerlo a trav�s del calor de sus jugos como as� tambi�n la
profundidad con que Ana met�a la lengua dentro de su concha.

- �Ahora metemela a mi por favor�- pareci� suplicar Maria.

Di la vuelta, Ana levant� su cuerpo quedando sentada sobre la
cara de Maria y yo pude ver su concha toda mojada e irritada por la lamida de
Ana le hab�a propiciado.

De un solo golpe introduje mi pene hasta el fondo lo que pude
con ese movimiento sacar de Maria un gemido de placer y dolor, por lo que me
quede as� un rato hasta que empec� los movimientos de sacar y poner. Maria entre
gemidos de placer, aprovechaba para chuparle la concha a Ana que la miraba desde
arriba y la ayudaba con movimientos sensuales.

Al cabo de un rato una sensaci�n especial vino a mi cuerpo
era la se�al que un nuevo orgasmo se avecinaba, y como ya Maria hab�a tenido los
suyos no trat� de pararlo. Saqu� mi pene y desparrame mi semen sobre las tetas
de Ana quien lo recibi� con agrado refregando sus manos sobre ellos
desparram�ndolo sobre su cuerpo.

Los tres quedamos exhaustos, en silencio, tendidos sobre la
manta, solamente se pudo escuchar una risita de Maria.

-� De que te r�es Maria? � pregunt�.

- No nada, me causa gracia que yo hab�a tra�do un consolador
porque pensaba aburrirme- contesto.

- � Un consolador�, and� a buscarlo- dijo Ana.

- No, nuestros padres ya se est�n por levantar de su siesta,
quiz�s luego- respondi� Maria- Ahora vamos a la pileta a refrescarnos un poco y
no despertar sospechas.

La tarde paso apaciblemente entre juegos en el agua y alguna
bebida fresca, risas c�mplices y miradas excitantes.

Estaba dentro de la pileta, cuando Maria se me acerca y muy
bajito me expresa: "esta noche la seguimos �si?".

Por supuesto, contest�.

Les comento que en el campo se acostumbra cenar muy temprano,
por lo que al atardecer nos sentamos a la mesa, comimos, y de sobremesa mis
padres propusieron jugar a las cartas espa�olas lo que las chicas entusiasmadas
se dispusieron a jugar. Yo por el contrario sal� a caminar en la noche, ya que
la luna llena invitaba a recorrer el casco del campo, sintiendo los sonidos
nocturnos que suenan de una manera especial, aparte estaba ansioso esperando
alguna se�al que las chicas dieran, para ir al galp�n y seguir la hermosa fiesta
que hab�amos comenzado a la tarde, pero esta se�al no llegaba por lo que cerca
de medianoche me dispuse irme a dormir pensando que se habr�an arrepentido y no
quer�an seguir con esta relaci�n.

La luz de la luna entraba por mi ventana iluminando mi
habitaci�n de una manera muy especial, yo tirado en la cama pensaba que habr�a
echo mal, que tanto Maria como Ana no respondieron al llamado del sexo, el cual
me hab�an prometido, y as� pensando me qued� dormido.

Era la madrugada cundo el crujir de la puerta de mi
habitaci�n me semi-despert�, dos sombras entraron y se acercaron a mi cama una
de ellas se inclino y me dio un suave beso en mi boca, la otra (Maria), tomo mi
sexo con su mano y sin preguntar nada se lo meti� en su boca lo que seguramente
pudo sentir como ese miembro tomaba forma y se ergu�a dentro de ella.

Miren lo que traje- dijo Maria- y mostr� un consolador
inmenso, no tanto por lo largo sino por lo grueso.

�C�mo haces para meterte ese aparato tan inmenso?- le
pregunt�.

No como te habr�s dado cuenta, soy un poco estrecha (aclaro
que yo ni me hab�a dado cuenta), por lo que lo uso solamente para jugar con la
punta, nada mas, pero eso me ayuda a veces para aplacar mi soledad y tambi�n mi
ansiedad- acot� Maria.

Ana ya se hab�a quitado la ropa y estaba acost�ndose al lado
m�o abraz�ndome, bes�ndome y acarici�ndome el miembro que ahora si estaba bien
erecto.

Maria se paro a los pies de mi cama y comenz� a lamer mi pene
y tambi�n la concha de Ana, alternando sus mamadas y produciendo unos
escalofr�os en ambos cuerpos, por los que Ana no tardo en tener su primer
orgasmo.

Maria se mont� sobre mi y se coloc� mi pene nuevamente hasta
el fondo, lami� dos de sus dedos y se lo introdujo a Ana que se retorci� de
placer y as� cabalgando mi pene y pajeando a Ana, Maria tuvo un par de orgasmos
geniales.

Ana estaba con muchas ganas de cabalgar tambi�n por lo que
corri� a Maria y subi� a hacer lo suyo que dem�s est� decirles lo hacia muy bien
mientras Maria lograba introducirle un dedo en su ano lo que la desesper�, y la
descontrol�, ya que tuvimos que taparle la boca para que su orgasmo no se
escuchara desde la otra casa y nuestros padres se despertaran.

Era una madrugada fant�stica, la est�bamos pasando de
maravillas y por primera vez agradec� que mis padres insistieran en traerme.

Despu�s del orgasmo de Ana deje a las chicas que se amaran un
poco ellas solas, qued�ndome sentado en el borde de la cama, mirando un
espect�culo que para mi, ese d�a hab�a sido la primera vez, por lo que, no me
molest� para nada ver ese espect�culo y trate de colaborar con caricias y besos.

Maria se arrodillo en la cama, tomo el consolador, le paso la
lengua varias veces, levanto las piernas de Ana en forma de "y", puso en la
puerta de su concha el consolador que hab�a tra�do por lo que yo ayude a
sostener una de sus piernas y bes� los pechos de Ana que estaban muy calientes
con sus botones parados como si reci�n dejara de amamantar. Introdujo un
pedacito ya que era muy grande, pero Ana ped�a m�s y Maria segu�a con mucho
cuidado tratando de introducir lentamente ese gran aparato, esperando la orden
de Ana para que se detuviera ante el dolor, pero para sorpresa nuestra (mas para
la de Maria), Ana ped�a mas y mas hasta que pudo introducirse todo ese
consolador hasta el fondo.

Ah� pude asistir "AL MAS GRANDE ORGASMO QUE HE VISTO EN MI
VIDA", y cuando digo el mas grande es as�, ya que nunca mas pude ver a una mujer
tener semejante orgasmo, su cuerpo empez� a temblar desde sus pies hasta sus
labios, parec�a que un terremoto recorr�a su cuerpo, terremoto u orgasmo que
dur� un largo rato, luego Ana quedo como dormida y ambos Maria y yo bajamos las
piernas suavemente dej�ndola descansar de semejante �xtasis, dej�ndole el
consolador adentro por pedido de ella.

Mi habitaci�n constaba de una sola cama, la cual qued�
ocupada por Ana, que despu�s de semejante actuaci�n era l�gico y natural, que
dispusiera aunque sea por un rato de su merecido descanso. Hab�a una silla
antigua, esas de respaldo alto, que tienen en sus puntas dos borlas redondas,
ah� me sent� y Maria se sent� sobre mi, con su mano coloc� mi miembro en su
cueva y comenz� a moverse lentamente pero con pasi�n, mucha pasi�n, tal vez el
orgasmo de Ana hab�a calentado a Maria de una manera especial, lo cual tratar�a
de tener la misma sensaci�n.

Agarrada con sus manos de esas dos borlas del respaldar de la
silla, Maria no tardo de empezar a tener peque�os pero intensos orgasmos, mi
pene y mis test�culos estaban sumamente mojados ya que Maria dejaba soltar a
trav�s de esos peque�os orgasmos una cantidad de l�quidos que en otra
oportunidad no hab�a sucedido, seguramente que esa imagen del orgasmo de Ana no
dejaba de darle vueltas en su cabeza, y tampoco abandonaba la m�a, por lo que yo
tambi�n sent� que estallar�a en cualquier momento.

Voy a acabar en cualquier momento- le dije a Maria- por lo
que ella empez� a dar unas embestidas cada vez mas fuerte preparando un orgasmo
gigante y por supuesto tratando de sacar el m�o afuera.

Ana, que hab�a escuchado esa conversaci�n empez� a abrir sus
piernas y nuevamente recomenz� a jugar con el consolador que le hab�amos dejado
adentro, pero esta vez sin ayuda de nadie, se lo met�a y se lo sacaba ella sola.

Los tres tuvimos el orgasmo al mismo tiempo, fue algo fuerte,
maravilloso e inolvidable.

Despu�s de eso nos tomamos de la mano y quedamos por un
instante mir�ndonos llenos de placer. Luego las chicas se vistieron y se
despidieron con un "gracias", alej�ndose hacia su habitaci�n.

A la ma�ana mis padres me despertaron, anunci�ndome que
volver�amos a casa lo cual lament� much�simo.

Las chicas segu�an durmiendo, por lo que me desped� de los
padres de Maria y solicit� permiso para poder entrar a su habitaci�n a
despedirme, lo cual se me concedi�. Entre a la habitaci�n y

Besando suavemente en los labios de ambas les agradec� el
buen momento que me hicieron pasar, a lo que ellas me contestaron "las
agradecidas somos nosotras".

No hab�a pasado ni una semana de lo acontecido, que mi madre
me llama para decirme que ten�a una comunicaci�n telef�nica.

Era Maria que llamaba para decirme lo siguiente:" Riki nos
vamos de vacaciones a la costa y vamos a estar una semana sola, �QUERES VENIR?".

Queridos lectores seguro adivinaran cual fu� mi contestaci�n,
pero ser� muy dif�cil que adivinen lo que sucedi�, por lo que en otro capitulo
(si es que a ustedes les gusto esta parte) seguro se las contar�.

Espero sus comentarios a mi correo electr�nico:
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