Relato: Hermanita Voy a contar como desvirgu� a mi hermanita cuando �ramos peque�os. Al principio, empezamos haciendo un juego que consist�a en que mi hermanita se pon�a a cuatro patas y yo me pon�a detr�s de ella y frotaba mi pito en su culito.Al principio los hac�amos por encima de la ropa, pero como yo era un ni�o muy caliente, un d�a quise probar a hacerlo sin ropa y desde entonces los hac�amos as� hasta que un d�a la desvirgu�. Empezamos a tener ese juego cuando yo ten�a 10 a�os y mi hermanita 4 a�os. La primera vez, fue una tarde que mi hermana y yo est�bamos en la cochera de mi casa y esa vez fue solo para saber que se sent�a. Bueno, mis padres estaban durmiendo la siesta y mi hermana y yo fuimos a jugar a la cochera.Mi hermana llevaba un pantal�n vaquero, camiseta blanca y una bata rosa y yo un pantal�n vaquero y camisa roja. Los dos est�bamos jugando normal, pero de pronto mi hermana se puso a cuatro patas y al mirarla, me acord� de lo que hacen los perros y decid� intentarlo con ella solo para ver que se sent�a. Entonces me acerqu� a mi hermana, me puse detr�s de ella,le sub� un poco la bata, me pegu� a ella y empec� a frotar mi pito en su culito. Mi hermana entonces me dijo:�qu� haces, Jose? yo le dije:es un juego.Ella se qued� callada y yo segu� un poco m�s, pero entonces, escuch� a mi madre hablar y me quit� de detr�s de mi hermana, le ped� que no dijera nada y seguimos normal.Desde esa tarde, siempre que mi hermana y yo ten�amos oportunidad, lo hac�amos de nuevo y dur�bamos m�s tiempo. Estuvimos con ese juego por un tiempo hasta que un d�a, quise probar como se sent�a hacerlo sin ropa y fue algo riqu�simo. Una tarde, mi hermana y yo est�bamos jugando en un descampado que hay cerca de nuestra casa.Yo llevaba un pantal�n rojo y una camiseta blanca de rayas rojas y mi hermana una blusa blanca, falda rosa y leotardos blancos debaj. Nosotros a nuestro juego le dec�amos jugar al perrito. Entonces cuando llev�bamos jugando un buen rato, le dije:Mamen,�jugamos al perrito? ella dijo:vale. Yo le dije que viniera y fuimos a una casa abandonada que hab�a cerca. Entramos en el patio y nos metimos detr�s de una pared baja que hab�a. All� le dije a mi hermana:ponte a cuatro patas. Ella obediente se coloc�. Yo me puse detr�s de ella y le sub� la falda. Luego me pegu� y empec� a frotar mi pito en su culito.Mientras lo hac�a, lentamente llev� mi mano a la vaginita de mi hermana y empec� a tocar sobre los leotardos. Yo pens� que mi hermana me iba a decir algo, porque varis veces hab�a intentado tocarle la vaginita y no me hab�a dejado, pero esa tarde, se dejo tocar sin decir nada. Al rato de estar as�, par� y le dije a mi hermana:�te gusta, Mamen? ella dijo:si, siento rico. Entonces volv� a pegarme a ella y segu� frotando mi pito en su culito minetras tocaba su almejita.Mientras segu�a frotando, pens� que si lo hac�amos sin ropa sentir�a m�s rico, pero tambi�n pens� que quiz� mi hermana no aceptar�a. Despu�s de pensarlo un rato decid� ped�rselo. Entonces par�e y le dije:Mamen,�quieres que juguemos al perrito de una forma que se siente m�s rico?, ella dijo:venga, yo dije:pero tienes que hacer una cosa, mi hermana dijo�qu� cosa? yo le dije:mira, tengo que bajarte los leotardos y las bragas y yo el pantal�n y los calzoncillos,�quieres? Mi hermana lo pens� y dijo: bueeno. Yo le ped� que se pusiera de pie y se subiera la falda. Cuando lo hizo, le baj� los leotardos y vi unas bragas amarillas con un sol azul pintado. Se las baj� hasta los tobillos y vi su vaginita rosada. Luego le ped� que se pusiera a cuatro patas. Cuando lo hizo, me baj� el pantal�n y el slip, me coloqu� detr�s de ella y le sub� la falda. Luego le abr� el culito, apunt� mi pito a su agujerito y empec� a frotar. Aquello era muy rico y segu� frotando. Al poco le ped� a mi hermana que abriera las piernas un poco, llev� mis manos a su vaginita y la toqu� al natural mientras segu�a frotando mi pito en su culito. Estuvimos as� casi una hora y me vine diez veces aunque sin lefa y hice que mi hermana tambi�n se viniera varias veces. Cuando se estaba haciendo tarde, nos vestimos y despu�s de pedirle que no contara nada volvimos a casa. Desde esa tarde siempre lo hac�amos sin ropa hasta que a los pocos d�as la desvirgu�. Pero esa es otra historia.
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Relato: Hermanita
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