Relato: me inicie con un joven vecino Tengo 31 a�os. Si bien es cierto siempre me han atra�do los hombres, jam�s me he atrevido a meterme con uno y tener sexo. Miedo, verg�enza, mantener un estereotipo social y bueno, lo m�s importante�.mi esposa.
Pero bien, esto me pas� hace dos d�as. Soy ingeniero, por lo que algo se de matem�ticas, hecho que motiv� a un joven vecino a pedirme ayuda. �l es muy joven, 18 a�os y muy delgado, por lo que JAM�S se me ocurri� que algo podr�a pasar entre nosotros. El caso es que ese d�a yo estaba s�lo en casa, mi mujer estaba trabajando y llegaba por la tarde, por lo que yo andaba con pijama en casa, una polera y pantal�n corto que dejaba notar el movimiento de mi bulto mientras caminaba. Cuando lleg� a mi puerta me dej� totalmente sorprendido, pues es poco el contacto que tenemos. Vest�a un buzo deportivo, un cuaderno y un libro. Muy t�midamente me dijo que ten�a un problema de matem�ticas y no entend�a nada. Entonces le respond� que no hab�a problema y lo hice pasar hasta la mesa del comedor mientras yo iba a vestirme, pero inmediatamente me dijo que no me preocupara, que no me vistiera pues no me quitar�a mucho tiempo. Acept�, ya que realmente no quer�a vestirme a�n y mi intenci�n era volver a acostarme para holgazanear un rato, aprovechando mi d�a libre. De esta manera comenc� a ense�arle algunos ejercicios, sin embargo, quise mostrarle m�s materias, por lo que lo invit� a pasar a mi dormitorio para acceder a internet desde mi PC (prometo que sin ninguna mala intenci�n). Le dije que ingresara algunos datos al buscador de internet mientras yo pasaba al ba�o. En esto me demor� unos minutos y al regresar no hice ruido, pues estaba descalzo (no me hice problemas por la visita, ya que era hombre, lo que me dio cierta confianza) y al entrar me pude dar cuenta que estaba viendo el historial de navegaci�n y revisaba algunas webs porno (hetero y gay) y al ver que yo entraba, r�pidamente cerr� las ventanas. Por mi parte me puse muy nervioso y me cort� todo, no supe que hacer y simplemente hice como que no hab�a visto nada, en tanto, �l ten�a su rostro muy rojo, pero entusiasmado, como contento. Y seguimos estudiando, pero �l estaba distra�do y empezaron las conversaciones �turbias�. Me pregunt� porqu� no ten�a hijos, si acaso no me gustaba la din�mica del hacerlos. Esto me puso un pel�n nervioso, pues me incomodaba un poco la conversaci�n, pero le respond� que me encantaba y que era opci�n nuestra y �l segu�a, me pregunt� que hac�a cuando mi esposa estaba en esos d�as de �restricci�n� y ah� comenc� a ponerme rojo yo, me dio una risa nerviosa y s�lo atin� a responder que a veces me masturbo. Entonces �l tom� el control de la situaci�n y muy naturalmente me dijo que se masturbaba diariamente unas dos o tres veces, pues se consideraba muy caliente. Esto hizo que me bajara una gotita de sudor por la espalda y una revoluci�n en mi entre piernas, pues imaginaba el �mpetu de sus masturbaciones, las energ�as de sus sube y baja y la dureza de su juvenil pene, pues podr�a ser grande o chico, grueso o delgado, pero lo seguro es que era como una roca de duro, como todo adolescente. Y sigui� con el erotismo verbal, una seducci�n que me hizo caer como quincea�era. Continu� dici�ndome que era virgen, por opci�n, pues no encontraba a la �persona� ideal, sin querer decir hombre ni mujer, por lo que se entrenaba con internet, pornograf�a y masturbaciones. A esa altura yo tiritaba entero, estaba muy nervioso por el nivel que hab�a alcanzado la conversaci�n. Roberto (que as� se llama) me ten�a hecho un nudo. No sab�a c�mo continuar, pero mi miembro ya lo ten�a claro, por lo que trat� de atacar yo. Le pregunt� por las pel�culas que ve�a, respondi�ndome que no hac�a distinciones entre gays, heterosexuales, lesbianas, lo que sea con tal de acabar. Entre tanta charla no me percat� que ten�a una erecci�n muy notoria y no la estaba ocultando, lo que finalmente le dio la se�al a mi joven vecino. Sin m�s rodeos se me acerc�, tom� mi pene por sobre el pijama y me dijo: vi las p�ginas de gays de tu PC, si quieres te bajo un poco la presi�n. En primera instancia reaccion� con enojo, haci�ndole ver que estaba equivocado conmigo, pero comenz� a mover su mano (siempre sobre el pijama) y se me escap� un suspiro. Ante esto, Roberto se arrodill� ante m� y sac� mi pene por uno de los bordes del pantal�n corto, por las piernas y con una cuota de inexperiencia empez� a darme una mamada que casi me hace acabar por la calentura que ten�a. Tomaba mis test�culos como si quisiera imitar una pel�cula y le sal�a muy torpe, pero incre�blemente er�tico. Se evidenciaba que estaba tan caliente como yo y f�cilmente se trag� mi miembro, el que no es tan grande, pero he recibido buenos comentarios de �l y su desempe�o. Se lo tragaba y sacaba muy r�pido., me lo lam�a como si de un helado se tratara, mientras se bajaba el pantal�n y su ropa interior sin sacarse mi pene de su boca y fue cuando not� un culo muy blanco, lampi�o, no tan grande, pero duro. Su pene era delicioso. Tal vez por ser flaco, su pene erecto resaltaba, pues a pesar de ser �l muy blanco, su m�stil era oscuro de pocos vellos. As� estuvimos unos diez minutos, yo s�lo me dejaba llevar muy extasiado y sin saber en que momento, pero est�bamos totalmente desnudos. Yo estaba borrado, no me controlaba y s�lo lo quer�a penetrar sin contemplaciones. Lo tom� con fuerza y lo puse de espaldas en la cama, levant� sus piernas y comenc� a lamerle el orificio. Su sabor era a sudor (afortunadamente) y not� que estaba muy estrecho. Lo lam�a y acariciaba con la yema de mi dedo �ndice, en peque�os c�rculos. Con los hombros sosten�a las piernas y con mi mano libre lo empec� a masturbar. En un par de minutos acab� en mi mano. No fueron muchos chorros de esperma, tampoco muy espesa, lo que me hizo pensar que ya llevaba algunas pajas encima durante el d�a. Mi calentura estaba al m�ximo, por lo que me levant� y sus piernas las puse en mis hombros. Su cara estaba roja de sudor y su expresi�n era de expectaci�n y ansiedad por lo que ven�a. En su barbilla luc�a restos de su semen. La imagen era ideal. Nunca pens� que iba a tener sexo con un jovencito, siempre ve�a pel�culas de cuarentones, pero esto era maravilloso. Escup� su orificio y puse abundante saliva en mi cabeza. Sent� que el pene me iba a explotar. Mi cabeza se aloj� su rugosa entrada posterior y empec� a empujar de a poco, pero su grito de s�plica me detuvo. Le dol�a y mucho. Retom� mi labor con la lengua mientras a tientas buscaba una crema en mi velador. Encontr� una y ni siquiera mir� que era y se la unt�. Nuevamente mi cabeza en su ano y la suave presi�n. Esta vez s� cedi� su entrada. Sent� como sus ajustad�simos anillos rodeaban y apretaban mi caliente tronco. El cerraba con fuerzas sus ojos, pero resist�a. Lo dej� puesto un rato y segu�, al poco tiempo ya estaba todo dentro y empec� a bombear con ganas. Mi pene se ve�a espectacular entrando en ese delgado cuerpo. El estaba duro de nuevo y se empez� a masturbar con fuerza. Todo era una locura, mucha calentura. Estaba todo mojado y �l not� que estaba cansado y me sent� en el borde de la cama y se me subi� sobre las piernas, saltando con rapidez y simplemente no pude m�s. Eyacul� como hac�a tiempo no lo hac�a, sent� que la vida se me iba por la uretra. Fue mucho semen y ca�mos a la cama, yo de espaldas y el sobre su pecho, por lo que pude ver sus gl�teos con restos de mi semen y un muy delgado hilo rosado, supongo que algo de sangre. Luego de eso nos vestimos y conversamos lo que hab�a pasado, y �l me dijo que quer�a volver a estudiar en mi casa. Por mi parte aun no digiero todo lo que viv� hace dos d�as
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Relato: me inicie con un joven vecino
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