El relato que les voy a contar ahora, ocurri� en el verano en
que cumpl� los diecisiete a�os. Mi t�o y mi hermano se fueron de vacaciones a la
playa y yo tuve que quedarme en casa, debido a que pesqu� un fuerte resfriado. A
mediados de agosto, casi al terminar el verano, una prima lejana de mi pap�,
llam� para pedirle que recibiera a sus dos hijos en casa, a lo que por supuesto,
mi pap� no se neg�. Con lo enferma que estuve, perd� un poco de peso y me
encontraba de mal humor, porque no s�lo no pude irme de vacaciones a la playa,
sino que adem�s, me encontraba muy d�bil, por lo que mis experiencias sexuales,
eran nulas!!! Era algo as�, como estar a dieta.
Cuando llegaron los famosos primos, me encontr� con dos
chavales nerviosos y cojonudos. El mayor �de mi edad-, era alto, delgado, no
estaba tan mal, pero vest�a con camisas almidonadas, usaba gafas y ten�a el pelo
engominado; el m�s peque�o �de quince a�os-, era una versi�n de su hermano
mayor, s�lo que m�s bajo y un poco m�s relleno.
Puaf!!! Pens� yo. Buena la hab�a hecho, no s�lo estaba ah�,
atada a mi casa, sin poder probar pollas, sino que ahora tenia que soportar a un
par de primos bastante mojigatos.
En una ocasi�n, en que est�bamos desayunando, descubr� a mi
primo Aldo �el mayor-, que me miraba el escote; en cuanto se percat� de que lo
descubr�, enrojeci� hasta las orejas y bebi� de un trago su leche. Este detalle
hizo que me hiciera la idea de que, mi primo, no era del todo mojigato.
Entonces, el verano ya no me pareci� tan aburrido. Despu�s de todo, ya hab�a
comprobado que los hombres de la familia estaban bien dotados, as� que
seguramente �ste no ser�a la excepci�n. Despu�s de todo, ser�a divertido seducir
a mi primo. A partir de �se momento, empec� a vestirme, con shorts bastante
peque�os, blusas tan ajustadas, que me imped�an usar sujetador; mi piel es
blanca y estaba un poco p�lida, por lo que, decid� asolearme un poco. Me puse el
bikini m�s peque�o que encontr� y me dirig� a la habitaci�n de mis primos. Aldo
estaba echado en su cama, leyendo �Daniel, el peque�o, hab�a salido con mi padre
al cine-; cuando me vio, casi se le salieron los ojos, me mir� sorprendido y
sonrojado.
-�Te apetece acompa�arme a la piscina? No puedo nadar, s�lo
voy a tomar el sol.
Tartamudeando un poco, me dijo que en seguida me alcanzar�a.
Yo le sonre� y me volv�, permiti�ndole que tuviera una vista magn�fica de mi
culo y tarareando una melod�a, me dirig� hasta la piscina. Unos minutos despu�s,
lleg� Aldo, con unas bermudas; se hab�a deshecho de las gafas y pude descubrir
que no era tan feo, despu�s de todo. Se meti� a la piscina y nad� un buen rato.
Yo lo observ� y mientras lo hac�a, pensaba en lo gratificante que ser�a iniciar
a ese primo.
Una media hora despu�s, Aldo se ech� junto a m�, por lo que
aprovech� para pedirle que me pusiera bronceador en las partes donde yo no hab�a
alcanzado. Vi c�mo mi primo enrojec�a, asintiendo con rigidez. Me volv� de
espaldas y me deshice el nudo que sujetaba la parte posterior de mi bikini;
sent� las manos temblorosas de Aldo en mis hombros y luego en la espalda,
extendiendo la crema bronceadora; era delicioso; not� c�mo titube� cuando se
acerc� a mis nalgas y le ped� que continuara, mientras yo separaba mis muslos;
sent� sus manos en mi culo e inmediatamente me moj�, pod�a sentir mi humedad;
los dedos de Aldo se mostraron m�s confiados e incluso sent� c�mo uno de ellos
resbal�, para rozar mi chochito; yo gem�, para demostrarle que lo estaba
disfrutando y separ� a�n m�s mis piernas.
-Contin�a...
Le dije entre gemidos y levant� un poco las nalgas, para que
tuviera mejor acceso a mi co�o mojado. De pronto sent� c�mo �l se detuvo y se
puso de pie. Cuando me volv�, el pobre Aldo estaba m�s empalmado que un burro y
su rostro enrojecido.
-Lo... siento...
Me dijo con la voz ahogada. Lo mir� con burla y me sent�,
permitiendo que mis tetas quedaran desnudas ante sus ojos, los cuales se
abrieron con sorpresa.
-Oh, vamos, Aldo, �no te gustar�a jugar un poco a los m�dicos
y enfermeras?
Le dije poni�ndome de pie y acerc�ndome a �l, que enseguida
se apart�.
-Yo... yo...
-Vamos, vamos, no te pongas tan nervioso, primito. Mira,
d�jame mostrarte algo...
Tom� su mano y la llev� hasta mi co�o, que ya estaba muy
mojado; Aldo palideci� y su nerviosismo se convirti� en furia.
-Eres mi prima!!!
Me dijo entre dientes y yo solt� una carcajada, haciendo que
mis pechos blancos y duros, bambolearan.
-Ya. �Y qu�? Soy una mujer y t� un hombre.
Diciendo esto, me acerqu� a su cuerpo y tom� su polla dura,
por encima de la bermuda, haciendo que �l temblara un poco.
-Seguro que te gusta �Aldo cerr� los ojos y empec� a sobar su
polla, bastante crecida por encima de la tela-. Apuesto que eres virgen.
Abri� los ojos de golpe y volviendo a sonrojarse, asinti�.
-Eso podemos arreglarlo.
Saqu� su polla del pantal�n; no hab�a duda, lo de las pollas
grandes era de familia, porque la de �l, ten�a un tama�o considerable y estaba
que ard�a; empec� a hacerle una paja.
-�Mi t�o?...
Dijo �l de pronto y yo sacud� la cabeza, asegur�ndole que no
pasaba nada y segu� subiendo y bajando mi mano por su glande, provocando que
gimiera, luego, sin poder contenerme m�s, me arrodill� y me la met� de golpe en
la boca, saboreando ese pollazo virgen; Aldo no paraba de gemir y pude sentir
c�mo su polla crec�a dentro de mi boca, hasta explotar. Un chorro de leche
ardiente golpe� mi garganta y me la beb�, con verdadero gusto. Aldo me mir� con
sorpresa, sin poder creer el gusto que sinti�, de que su prima le mamara la
polla.
-Seguro que te gust� �el asinti�, a�n con la respiraci�n
entrecortada-. Ahora es mi turno de disfrutar.
Le dije y me ech� sobre el piso, llev�ndolo conmigo; abr� mis
piernas al m�ximo, dejando a la vista mi co�o mojado y le orden� que me mamara;
al principio se mostr� dubitativo, pero en seguida enterr� su rostro en mi
chocho; con mis indicaciones, empez� primero por lamer con timidez mis labios,
luego se mostr� m�s audaz, hasta que encontr� mi cl�toris y lo tom� entre sus
dientes, haci�ndome jadear de puro gusto; luego le ped� que me metiera uno de
sus dedos, y fue delicioso; se mov�a con delicadeza, penetr�ndome con el dedo y
mam�ndome la vagina; chup� mi cl�toris, provoc�ndome que tuviera un orgasmo
maravilloso, que sacudi� mi cuerpo.
-�M�temela, cabr�n, m�temela!
Le dije con desesperaci�n; Aldo no sab�a muy bien qu� hacer,
pero con paciencia gui� su polla hasta mi vagina, levant� las caderas y me
ensart� su verga; Aldo me mir� con sorpresa y yo empec� a moverme bajo de �l; vi
que cerr� los ojos, disfrutando mis embestidas; se incorpor� con los codos y me
bes� en los labios, metiendo su lengua en mi boca, con una exquisita ternura.
-Qu� linda eres...
Me susurr� y yo me detuve de pronto. Me hab�an llamado de
todo, puta, perra, pero nunca linda. No s� muy bien lo que me pas�. Nunca me
hab�a preguntado le diferencia entre el sexo y lo que llaman "hacer el amor",
pero cuando mis ojos se encontraron con los de �l, que eran de un intenso color
verde, sent� una sensaci�n nueva, que nada ten�a que ver con el sexo.
Pronto, Aldo marc� su propio ritmo, me met�a su polla como un
experto, mientras me besaba en los labios, en la garganta, en mis pechos... Cada
vez, sus arremetidas eran m�s profundas, hasta que ambos explotamos en un
orgasmo, que nos dej� agotados. Me abraz� con fuerza, enterrando su rostro en mi
cuello. Yo no entend�a nada de lo que pasaba, pero sent�a algo extra�o y
percibir su coraz�n latiendo acelerado junto a mi pecho, fue maravilloso. S�,
supongo que les sorprender�, pero yo tambi�n tengo mi lado cursi. Con pereza me
bes� los hombros y me susurr� palabras tiernas y dulces, agradeci�ndome esa
experiencia, que �l calific� como lo m�s maravilloso que le hab�a ocurrido. Y
debo confesar, que esa ha salido la �nica ocasi�n, en que de verdad me sent�
como una puta. Su delicadeza y ternura, fueron demasiado para m�. Lo apart� de
mi lado y �l me mir� confundido. Le dije que s�lo hab�a sido sexo, que no ten�a
que tratarme como si estuviese enamorado. Entonces, con rebeld�a empec� a
contarle c�mo me hab�a iniciado en el sexo, c�mo compart�a experiencias
calientes con todos los miembros de mi familia, que era una adicta al sexo y que
probablemente en �ste momento, mi padre estuviese buscando la manera de seducir
a su hermanito en el cine. Conforme fui hablando, not� c�mo su mirada se tornaba
sombr�a, rabiosa, hasta que finalmente me mir� con tristeza. Me sent� fatal. De
pronto, me di cuenta que yo estaba llorando; eso era rid�culo. Aldo me abraz� y
volvi� a susurrarme esas palabras dulces que tanto me afectaban. Me dijo que no
le importaba, que era una chica maravillosa, que le encantar�a seguir
acost�ndose conmigo, que har�a todo lo que yo quisiera, menos permitir que otro
hombre lo tocara. Yo lo mir� sin poder creer lo que me dec�a. Pero tom� una
decisi�n. �se chico ser�a s�lo para m�. Por primera vez, desde que me inici� en
el sexo, no quer�a compartir a Aldo con mi familia. Tambi�n me pidi� que
mientras �l estuviese en mi casa, no me acostara con nadie m�s, s�lo con �l. As�
que acordamos mantenerlo en secreto.
El resto del verano, Aldo me cogi� como le dio la gana y
practicamos de todo, hasta me la meti� por el culo. Pero siempre fuimos muy
cuidadosos. Sal�amos a todas partes juntos, pero delante de mi padre y mi
abuelo, nunca demostr� ning�n inter�s especial por m�, ni yo por �l.
Mi abuelo y mi padre, a sabiendas de que yo estaba a�n d�bil
por mi anterior enfermedad, no buscaron tener relaciones conmigo, adem�s, ambos
se estaban divirtiendo con mi primo Daniel, que result� un chico calent�n, que
le encantaba que mi padre y mi abuelo se lo cogieran. Luego les contar� c�mo se
dieron las cosas entre esos tres y mi amiga Lorena.
Al terminar el verano, Aldo me pidi� que me fugara con �l, a
lo que me negu�. Estaba bien vivir unas semanas para una sola persona, pero no
el resto de mi vida!!! Me gusta demasiado el sexo, como para prescindir de �l.
Ya ha pasado m�s de un a�o desde aquello y no he vuelto a ver
a Aldo; me llama de vez en cuando e intercambiamos correo electr�nico y no puedo
negar que algunas veces lo echo de menos, porque es el �nico chico con quien he
vivido realmente una relaci�n y que me ha hecho sentir como una mujer �en el
sentido emocional, claro-. Nunca he tenido lo que puede llamarse un novio,
porque me encanta coger, igual hombres que mujeres, tengo demasiada experiencia
para una chica de mi edad y no s� si pueda alg�n d�a acostumbrarme a tener una
sola pareja; supongo que en alg�n momento me enamor� de Aldo, pero son emociones
que se pueden quedar ah� guardadas, como tambi�n s� que nunca he sentido por
nadie lo que despert� en mi Aldo. �l sabe c�mo llevo mi vida y que me encanta el
sexo y respeta mis ideas, aunque no las comparte. Jam�s me reprocha nada, pero
prefiere mantenerse alejado de mi familia y tambi�n de mi. Supongo que no debe
ser una buena experiencia enamorarse de una puta como yo.
Uff!!, este relato fue m�s sentimental que caliente, pero no
podemos negar, que las personas calientes como yo, tambi�n, en alg�n momento,
necesitamos no s�lo sexo, sino tambi�n cari�o, desafortunadamente, por lo
general, preferimos el buen sexo y eso es lo �nico que vale.
Les prometo que el pr�ximo relato ser� bien caliente, porque
les contar� lo que mi padre, mi abuelo y Lorena le hicieron a Daniel. No
compart� la experiencia, pero mi padre se encarg� de contarme con pelos y se�as
c�mo lo inici� y posteriormente, en la misma habitaci�n donde me desvirgaron a
mi, mont� una c�mara y se cogi� a Danielito, filmando todo para que luego yo lo
disfrutara.
No cabe duda que fue un fin de verano caliente!!!!!
Hasta la pr�xima!!!